Pablo Stefanoni
Nueva Sociedad
Evo Morales inició el día uno de su año 13 de gobierno con un cambio de gabinete que pretende oxigenar su gestión y revertir el desgaste del ejercicio del poder en el comienzo de una larga campaña electoral. A diferencia de todas las elecciones desde 2006, esta vez el triunfo no está asegurado y su propia postulación está en cuestión por violentar la Constitución de 2009. No obstante, la estabilidad económica, su capital simbólico y la falta de proyectos alternativos en la oposición dejan abierto el escenario rumbo a octubre de 2019.
13 años y un día después de su llegada al Palacio Quemado, Evo Morales afinó su gabinete con vistas a las elecciones de octubre de este año en un contexto muy diferente del de todas las votaciones populares de la larga década del «proceso de cambio»: por primera vez, el presidente boliviano no tiene asegurada su victoria y, adicionalmente, su postulación debió ser «habilitada» por el Tribunal Constitucional Plurinacional contra una cláusula constitucional y contra un referéndum en el que, en febrero de 2016, una estrecha mayoría votó «No» a la reforma constitucional para incluir la reelección indefinida.
El 22 de enero pasado, aniversario del Estado Plurinacional que hoy compite con el de la independencia, Morales pronunció su informe anual a la nación, en el que rescató los logros de estos 13 años y buscó generar algunas imágenes de futuro en un momento de desgaste del gobierno, especialmente entre los sectores urbanos.
El cambio del gabinete tuvo por objetivo potenciar las áreas que el presidente boliviano considera claves para su re-reelección. Así, retornó al gabinete el ministro de Economía y arquitecto del «milagro» boliviano, Luis Arce Catacora. El ministro, que garantizó más de una década de crecimiento económico y estabilidad, asumió junto a Morales en enero de 2006 y debió renunciar en 2017 por problemas de salud; ahora, su regreso busca reforzar la imagen de «estabilidad» que fue la bandera del Movimiento al Socialismo (MAS) en las elecciones de 2014, cuando Morales fue reelegido con más de 60% de los votos y 35 puntos por encima del contendiente más cercano.
En su discurso más corto ante el Congreso (50 minutos contra tres o cuatro horas en el pasado), Morales resaltó que el PIB de Bolivia creció 327% durante sus gobiernos y llegó a 44.885 millones de dólares en 2018; mientras que el «colchón financiero», que incluye las reservas internacionales, los depósitos y los aportes a las administradoras de fondos de pensiones (AFP), subió a 53.269 millones de dólares. Contrapuso esas cifras a las de 2005, cuando «el PIB era de 9.574 millones de dólares y el ‘colchón financiero’ llegaba solo a 7.600 millones».
Otro que volvió es Juan Ramón Quintana, un ex-militar y sociólogo con fama de «duro», quien ocupará nuevamente el Ministerio de la Presidencia, una virtual jefatura de gabinete. Comunicación recayó en Manuel Canelas, ex-diputado y viceministro, quien tiene como misión recuperar a las clases medias distanciadas del proceso de cambio. Canelas fue el primer diputado abiertamente gay, vivió en España y se mantiene muy cerca de los líderes de Podemos; ahora será el encargado de renovar un discurso que ya no entusiasma. Y otra de las apuestas para enfrentar el desgaste es el nombramiento de una figura de peso en el Ministerio de Salud: la ex-presidenta del Senado Gabriela Montaño, una médica cruceña que llegó a ocupar el Poder Ejecutivo de manera interina y tiene la tarea de lanzar una revolución en la salud, uno de los rubros en que el gobierno de Evo Morales demostró menos capacidad de gestión y que, en los últimos años, generó fuertes cuestionamientos. En este marco, se puso en marcha un seguro universal de salud y se anunció un multimillonario acuerdo con Rusia para la construcción de centros de atención primaria y varios hospitales de alta tecnología especializados en oncología, cardiología, gastroenterología, neurología y nefrología.
En síntesis, se trata de más comunicación, política y gestión para enfrentar al ex-presidente Carlos Mesa, el líder opositor mejor ubicado en las encuestas. Como Emmanuel Macron en Francia, Mesa intenta construir una «plataforma ciudadana» que incorpore a viejos políticos y a la vez mantener un discurso de lo nuevo y evitar ser visto como el constructor de una coalición «con el pasado», que es precisamente como el MAS buscar presentar al ex-vicepresidente de Sánchez de Lozada que llegó al Palacio Quemado tras la «Guerra del Gas» de 2003. Y, claramente, a diferencia de Macron, Mesa no es ni tan joven ni tan nuevo y parece carecer de una verdadera voluntad de poder, pero expresa a los sectores que cuestionan la postulación «inconstitucional» de Morales y mantiene un discurso moderado. No obstante, necesita a la derecha más radical entusiasmada con el triunfo de Jair Messias Bolsonaro en Brasil.
La estrategia del gobierno es polarizar generacionalmente la elección entre «viejos» y «jóvenes», con algunos nombramientos simbólicos, como el de Canelas (37 años) y, especialmente, la elección de Adriana Salvatierra como presidenta del Senado y tercera en la línea de sucesión. La senadora de 29 años representa a la «nueva generación» del MAS de Santa Cruz y pertenece a un grupo «guevarista» llamado Columna Sur.
Empero, las escenificaciones revolucionarias oficiales conviven con fuertes dosis de pragmatismo. La calificación de Bolsonaro como «hermano presidente» en el tuit de felicitación tras la victoria del candidato de la extrema derecha fue seguida de la entrega a Italia, sin proceso previo, de Cesare Battisti, un ex-integrante del grupo armado Proletarios Armados por el Comunismo (PAC) de los «años de plomo» italianos, condenado a cadena perpetua en ausencia. Battisti, quien vivió refugiado durante casi cuatro décadas en México, Francia y Brasil, fue entregado en menos de 24 horas al ministro Matteo Salvini, quien lo recibió vestido de policía y dijo que el «asesino comunista» se va a «pudrir en la cárcel». Morales justificó la entrega señalando que el italiano había entrado ilegalmente al país, tras su fuga de de Brasil, donde Bolsonaro había prometido entregar a Salvino al «bandido amigo de Lula».
«¿Usted lo siente como hermano a Bolsonaro?», le preguntó un periodista del diario El Deber al presidente boliviano. «Quienes nacimos de esta tierra, somos hermanos porque nacimos de la misma tierra sudamericana, somos hijos de América Latina, al margen de las diferencias ideológicas y programáticas, somos hermanos», respondió. Sin con Estados Unidos se trata de un antiimperialismo distante, Brasil es una potencia regional fronteriza con peso económico y político. Y Morales busca mostrarse hoy cercano a Nicolás Maduro pero, al mismo tiempo, con buenas relaciones con mandatarios de signos ideológicos opuestos en la región.
Cabe destacar también una suerte de rutinización de las escenificaciones revolucionarias, incluido el habitual puño en alto, que se fueron volviendo más bien ceremoniales. Desde el comienzo, el proceso de cambio fue moderado y pragmático. Pese al discurso socializante del gobierno y las denuncias opositoras sobre una inminente «venezuelización», en estos años florecieron los mercados, hubo un boom de consumo de sectores populares y clases medias, se desarrollaron los servicios financieros y los cafés y restaurantes chic conviven con una renovación del parque automotor en grandes ciudades como La Paz o Santa Cruz. Al tiempo que el teleférico de transporte urbano, el más grande del mundo, transformó el paisaje paceño y reconectó las diversas partes de la ciudad con efectos en la sociología urbana de mediano y largo plazo.
Quizás la mejor imagen de la simbiosis de voluntarismo modernizador e invocación de la ancestralidad indígena que caracteriza al gobierno es la inauguración en agosto pasado de la Casa Grande del Pueblo, que reemplaza al vecino Palacio Quemado, antigua sede de la Presidencia y emblema de la «república colonial», según Evo Morales. Este edificio de 28 pisos, expresión de un cierto brutalismo arquitectónico mitigado por incrustaciones de símbolos neoandinos, ha causado mucha polémica en la medida en que altera la armonía urbana de la Plaza Murillo y parece encarnar una cierta megalomanía política.
Para contrarrestar estas críticas, el gobierno la abrió a las masas, atrayendo a multitudes de recién casados y otros visitantes a su terraza, con el majestuoso telón de fondo de las nieves eternas de los cerros que circundan La Paz. Pero la Casa Grande del Pueblo es una especie de Coliseo del proceso de cambio; la materialización de una idea de permanencia, de matriz plebiscitaria, que choca contra los principios de la democracia republicana. El problema es que la derrota de 2016 obliga a hablar ya no en nombre de la mayoría del pueblo tout court, como lo hacen los movimientos nacional-populares, sino del pueblo verdadero, es decir, los sectores sociales movilizados en favor de la continuidad («vinimos para quedarnos 500 años»).
El gobierno de Morales fue sin duda, un gobierno excepcional en muchos aspectos hasta 2014. A partir de ese momento, la voluntad de permanencia –y la consolidación de Morales como líder irremplazable– fue erosionando la agenda transformadora, debilitando el apoyo urbano y obligando al Poder Ejecutivo a pasar por encima de cláusulas de la Constitución aprobada durante el «proceso de cambio». Parte de esa agenda de cambio es la que se busca retomar, ahora, de apuro, rumbo a las elecciones.
Mientras, la oposición, sin proyecto de país alternativo más allá de algunas proclamas republicanas, busca capitalizar el desgaste del gobierno. Y, Mesa, de perfil centrista, deberá hacer frente a una radicalización política –que incluye expresiones racistas más abiertas, sobre todo en las redes sociales– de un sector de la oposición, que ha asumido parte del discurso «anticomunista» de las derechas alternativas (Alt-Right) y se entusiasma con el nuevo clima regional abierto por Bolsonaro. Pero también deberá enfrentar la falta de diversidad étnica y de género que hasta ahora muestran las capas dirigentes de su espacio en formación.
Así, 2019 será el primer año desde 2006 en que el escenario político está abierto, y gobierno y oposición se disputarán la bandera del cambio. La primera parada será el 27 de enero, fecha en que están convocadas unas primarias que Morales imagina como la posibilidad de dejar atrás el referéndum perdido del «21F».
Fuente: http://nuso.org/articulo/Bolivia-evo-morales/
domingo, 27 de enero de 2019
Caracas: "Trump anda buscando una guerra. No va a ser en Venezuela"
"EE.UU. no estuvo detrás del golpe como en el 2002, o como con Manuel Zelaya en Honduras, (...) por primera vez, estuvo delante del golpe", denunció Jorge Arreaza.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, "anda buscando una guerra", pero esta "no va a ser en Venezuela", aseveró este sábado el canciller del país sudamericano, Jorge Arreaza, tras la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
"El presidente Trump, tal vez como otros presidentes de EE.UU., anda buscando una guerra: para tener piso de gobernabilidad, para activar determinados espacios de gobernabilidad y de la economía. No va a ser en Venezuela, no va a ser en Venezuela esta guerra", recalcó Arreaza.
El ministro de Exteriores venezolano aseguró que, en esta ocasión, "EE.UU. no estuvo detrás del golpe como en el 2002, o como con Manuel Zelaya en Honduras", sino que, por primera vez, "estuvo delante del golpe".
"Maduro gustosamente aceptaría una reunión con Trump"
Rusia lamenta que EE.UU. involucre a la ONU en sus "juegos sucios" en Venezuela
El canciller enfatizó que el Gobierno venezolano "siempre" ha apostado por el diálogo, defendiendo que "dentro de la Constitución todo es posible, en diálogo con la oposición y en diálogo social en Venezuela".
"Nosotros queremos reunirnos siempre con la oposición, como siempre queremos reunirnos con EE.UU. a dialogar, pero con todos los puntos sobre la mesa, agenda abierta, y llegar a construir soluciones conjuntas entre los venezolanos", enfatizó.
Nicolás Manduro "está decidido y gustosamente aceptaría una reunión con el presidente Trump, así como cualquiera de nosotros con nuestros homólogos responsables de EE.UU.", añadió el jefe de la diplomacia venezolana.
"Los demás gobiernos hacen lo que el dueño del circo les dice"
Preguntado por la posibilidad de expulsar a los diplomáticos de otros países que rambién reconocieron al diputado Juan Guaidó como presidente interino, Arreaza explicó que la decisión de Maduro de romper las relaciones diplomáticas con EE.UU. "está enfocándose en el jefe del golpe de Estado, en el dueño del circo".
"Ojalá que el dueño del circo se siente con el Gobierno constitucional de Venezuela y podamos tener un diálogo abierto, franco, con una agenda abierta, y restituir la relación bilateral"
Jorge Arreaza, canciller de Venezuela
"Los demás gobiernos hacen lo que el dueño del circo les dice, son trabajadores del circo, por no decir otra palabra", comentó el diplomático. "Ojalá que el dueño del circo se siente con el Gobierno constitucional de Venezuela y podamos tener un diálogo abierto, franco, con una agenda abierta, y restituir la relación bilateral", expresó.
Finalmente, en referencia a la designación de Elliott Abrams como enviado especial de EE.UU. para Venezuela, Arreaza ha reiterado que el Gobierno de Caracas se reuniría "hasta con el diablo" por mantener la paz en el país y establecer un diálogo. "De manera que más bien damos la bienvenida al nombramiento del señor Abrams, y ojalá podamos entablar con él una relación de respeto", afirmó.
Publicado: 26 ene 2019
RT Noticias
El presidente de EE.UU., Donald Trump, "anda buscando una guerra", pero esta "no va a ser en Venezuela", aseveró este sábado el canciller del país sudamericano, Jorge Arreaza, tras la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
"El presidente Trump, tal vez como otros presidentes de EE.UU., anda buscando una guerra: para tener piso de gobernabilidad, para activar determinados espacios de gobernabilidad y de la economía. No va a ser en Venezuela, no va a ser en Venezuela esta guerra", recalcó Arreaza.
El ministro de Exteriores venezolano aseguró que, en esta ocasión, "EE.UU. no estuvo detrás del golpe como en el 2002, o como con Manuel Zelaya en Honduras", sino que, por primera vez, "estuvo delante del golpe".
"Maduro gustosamente aceptaría una reunión con Trump"
Rusia lamenta que EE.UU. involucre a la ONU en sus "juegos sucios" en Venezuela
El canciller enfatizó que el Gobierno venezolano "siempre" ha apostado por el diálogo, defendiendo que "dentro de la Constitución todo es posible, en diálogo con la oposición y en diálogo social en Venezuela".
"Nosotros queremos reunirnos siempre con la oposición, como siempre queremos reunirnos con EE.UU. a dialogar, pero con todos los puntos sobre la mesa, agenda abierta, y llegar a construir soluciones conjuntas entre los venezolanos", enfatizó.
Nicolás Manduro "está decidido y gustosamente aceptaría una reunión con el presidente Trump, así como cualquiera de nosotros con nuestros homólogos responsables de EE.UU.", añadió el jefe de la diplomacia venezolana.
"Los demás gobiernos hacen lo que el dueño del circo les dice"
Preguntado por la posibilidad de expulsar a los diplomáticos de otros países que rambién reconocieron al diputado Juan Guaidó como presidente interino, Arreaza explicó que la decisión de Maduro de romper las relaciones diplomáticas con EE.UU. "está enfocándose en el jefe del golpe de Estado, en el dueño del circo".
"Ojalá que el dueño del circo se siente con el Gobierno constitucional de Venezuela y podamos tener un diálogo abierto, franco, con una agenda abierta, y restituir la relación bilateral"
Jorge Arreaza, canciller de Venezuela
"Los demás gobiernos hacen lo que el dueño del circo les dice, son trabajadores del circo, por no decir otra palabra", comentó el diplomático. "Ojalá que el dueño del circo se siente con el Gobierno constitucional de Venezuela y podamos tener un diálogo abierto, franco, con una agenda abierta, y restituir la relación bilateral", expresó.
Finalmente, en referencia a la designación de Elliott Abrams como enviado especial de EE.UU. para Venezuela, Arreaza ha reiterado que el Gobierno de Caracas se reuniría "hasta con el diablo" por mantener la paz en el país y establecer un diálogo. "De manera que más bien damos la bienvenida al nombramiento del señor Abrams, y ojalá podamos entablar con él una relación de respeto", afirmó.
Publicado: 26 ene 2019
RT Noticias
Defender a Venezuela es defender a México
Nael Ramírez Domínguez
Rebelión
Sería ingenuo esperar de las clases y sectores en agonía, por su desplazo del poder gubernamental, una actitud tersa, civilizada y pacífica en periodos de transición o construcción de un nuevo orden institucional a manos de las clases populares, las cuales toman las instituciones públicas del Estado para empezar a transformar su realidad.
La gloriosa Revolución Francesa realizada por la burguesía ascendente y el campesinado tuvo la más férrea oposición, aun cuando estos ya tenían el control gubernamental en el país, las monarquías europeas (Monarquía Habsburgo , el Reino de Prusia , Reino de Nápoles , Reino de Cerdeña , Reino Unido de Gran Bretaña ) viendo amenazado a futuro sus posiciones de privilegio, declaran la guerra a la nueva república, intentando impedir a sangre y lodo la victoria histórica del pueblo francés sobre la vieja clase terrateniente, era pues la Francia revolucionaria un mal ejemplo para toda la burguesía y el campesinado europeo.
Como un símil histórico, la Revolución Rusa de 1917 presenta las mismas luchas de revolución-reacción pero con actores diferentes, es ahora la burguesía consolidada en el poder la que trata de impedir por todos los medios que los obreros tomen las instituciones del Estado para construir su propio futuro, cuando los revolucionario rusos comienzan a destruir las viejas instituciones y forman nuevos espacios de decisión popular, los soviets, la burguesía de los grandes países capitalistas ven como una amenaza y como un mal ejemplo para todos los obreros organizados del mundo, la osadía de estos rusos que marcaron historia. ¿Cómo impedir el contagio revolucionario en el continente europeo?, la respuesta fue fácil: “Aniquilar la revolución rusa”, y con esa encomienda invadieron al país catorce ejércitos de países capitalistas apoyados por tropas apátridas de la vieja monarquía zarista (Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra, Checoslovaquia, Japón, Francia, Polonia, Canadá, Italia, China, Australia, entre otros). El pueblo revolucionario supo defender su patria y su proceso de grandes transformaciones, la Revolución Rusa triunfó.
Todos los grandes procesos de cambio por los que ha transitado el ser humano han tenido respuesta de la reacción, de los conservadores, que aún en su estado de agonía histórica tienen la fuerza interna y el apoyo externo para intentar boicotear o impedir el cambio imparable del desarrollo de la humanidad; en México lo vivimos en las diferentes revoluciones, tuvimos intervenciones militares de potencias extranjeras y perdimos la mitad de nuestro territorio nacional; ya en nuestra última gran revolución, la de 1910, tuvimos el desembarco de tropas estadounidenses en Veracruz y el asesinato del Presidente Madero orquestado desde la Embajada norteamericana.
Cuba tuvo la invasión norteamericana en 1961, en Playa Girón, que buscaba eliminar los cambios revolucionarios que garantizaban tierra a los campesinos y nacionalización de las grandes industrias estadounidenses, lo mismo pasó en Granada, El Salvador, Honduras, Nicaragua y todos los países del continente, de manera directa o indirecta las grandes potencias, especialmente Estados Unidos de Norteamérica, han intervenido para intentar parar los cambios que los pueblos deciden en su política y economía nacional.
Por lo tanto, lo que pasa en Venezuela no es de extrañarnos, es el resultado lógico del miedo de los gobiernos conservadores y las potencias extranjeras para evitar que los cambios revolucionarios que el pueblo venezolano ha emprendido tengan la influencia de traspasar fronteras y ser vistos por los pueblos que luchan, como una opción viable dentro de sus diferentes países, no olvidemos que cuando Estados Unidos quedó cómo única potencia mundial, en nuestro continente, la Revolución Bolivariana encabezado por el Comandante Hugo Chávez fue el único que comenzó a desterrar todas las políticas neoliberales de privatización y saqueos de nuestros países. Indudablemente esa revolución era y es un mal ejemplo, desde la perspectiva de los dominadores, para los pueblos vecinos de nuestro continente.
Tras el triunfo electoral de Chávez, varios países caminaron por el camino de la izquierda limitando y combatiendo las políticas económicas impuestas desde Washington, así fue el caso Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, una década en la que el sur de nuestro continente se vio impregnado de políticas sociales que buscaban erradicar la miseria y construir verdadera independencia, un periodo que tuvo su ocaso por la contraofensiva norteamericana que teniendo el control de los medios de comunicación e instituciones judiciales dentro de esos países logró reestablecer gobiernos afines a sus intereses coloniales.
México, nuestro México que comienza a retomar las riendas de su destino, tiene que tener claridad en esta lucha histórica de revolución y reacción por los que ha transitado la humanidad, con los cambios profundos a los que aspira la Cuarta Transformación necesariamente tendrá la dura oposición de quienes hasta hace unos meses detentaban el poder gubernamental, oposición férrea de quienes verán sus intereses afectados por políticas que buscan el mayor beneficio para el pueblo y el alejamiento de la relación de dominación por parte de nuestro vecino del norte.
Lo que pasa en Venezuela no es, ni debería sernos ajeno, el peligro de la intromisión internacional en asuntos que sólo competen al pueblo venezolano, no sólo es una afrenta al país bolivariano, sino que es un mensaje amenazador a todos aquellos países que luchan por la construcción de una verdadera independencia, es un mensaje amenazador a los pueblos del mundo, a nuestro pueblo mexicano que decidió en las pasadas elecciones tomar las riendas de su propio destino.
Los mexicanos debemos de tenerlo claro, ¡defender a Venezuela es defender a México!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Rebelión
Sería ingenuo esperar de las clases y sectores en agonía, por su desplazo del poder gubernamental, una actitud tersa, civilizada y pacífica en periodos de transición o construcción de un nuevo orden institucional a manos de las clases populares, las cuales toman las instituciones públicas del Estado para empezar a transformar su realidad.
La gloriosa Revolución Francesa realizada por la burguesía ascendente y el campesinado tuvo la más férrea oposición, aun cuando estos ya tenían el control gubernamental en el país, las monarquías europeas (Monarquía Habsburgo , el Reino de Prusia , Reino de Nápoles , Reino de Cerdeña , Reino Unido de Gran Bretaña ) viendo amenazado a futuro sus posiciones de privilegio, declaran la guerra a la nueva república, intentando impedir a sangre y lodo la victoria histórica del pueblo francés sobre la vieja clase terrateniente, era pues la Francia revolucionaria un mal ejemplo para toda la burguesía y el campesinado europeo.
Como un símil histórico, la Revolución Rusa de 1917 presenta las mismas luchas de revolución-reacción pero con actores diferentes, es ahora la burguesía consolidada en el poder la que trata de impedir por todos los medios que los obreros tomen las instituciones del Estado para construir su propio futuro, cuando los revolucionario rusos comienzan a destruir las viejas instituciones y forman nuevos espacios de decisión popular, los soviets, la burguesía de los grandes países capitalistas ven como una amenaza y como un mal ejemplo para todos los obreros organizados del mundo, la osadía de estos rusos que marcaron historia. ¿Cómo impedir el contagio revolucionario en el continente europeo?, la respuesta fue fácil: “Aniquilar la revolución rusa”, y con esa encomienda invadieron al país catorce ejércitos de países capitalistas apoyados por tropas apátridas de la vieja monarquía zarista (Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra, Checoslovaquia, Japón, Francia, Polonia, Canadá, Italia, China, Australia, entre otros). El pueblo revolucionario supo defender su patria y su proceso de grandes transformaciones, la Revolución Rusa triunfó.
Todos los grandes procesos de cambio por los que ha transitado el ser humano han tenido respuesta de la reacción, de los conservadores, que aún en su estado de agonía histórica tienen la fuerza interna y el apoyo externo para intentar boicotear o impedir el cambio imparable del desarrollo de la humanidad; en México lo vivimos en las diferentes revoluciones, tuvimos intervenciones militares de potencias extranjeras y perdimos la mitad de nuestro territorio nacional; ya en nuestra última gran revolución, la de 1910, tuvimos el desembarco de tropas estadounidenses en Veracruz y el asesinato del Presidente Madero orquestado desde la Embajada norteamericana.
Cuba tuvo la invasión norteamericana en 1961, en Playa Girón, que buscaba eliminar los cambios revolucionarios que garantizaban tierra a los campesinos y nacionalización de las grandes industrias estadounidenses, lo mismo pasó en Granada, El Salvador, Honduras, Nicaragua y todos los países del continente, de manera directa o indirecta las grandes potencias, especialmente Estados Unidos de Norteamérica, han intervenido para intentar parar los cambios que los pueblos deciden en su política y economía nacional.
Por lo tanto, lo que pasa en Venezuela no es de extrañarnos, es el resultado lógico del miedo de los gobiernos conservadores y las potencias extranjeras para evitar que los cambios revolucionarios que el pueblo venezolano ha emprendido tengan la influencia de traspasar fronteras y ser vistos por los pueblos que luchan, como una opción viable dentro de sus diferentes países, no olvidemos que cuando Estados Unidos quedó cómo única potencia mundial, en nuestro continente, la Revolución Bolivariana encabezado por el Comandante Hugo Chávez fue el único que comenzó a desterrar todas las políticas neoliberales de privatización y saqueos de nuestros países. Indudablemente esa revolución era y es un mal ejemplo, desde la perspectiva de los dominadores, para los pueblos vecinos de nuestro continente.
Tras el triunfo electoral de Chávez, varios países caminaron por el camino de la izquierda limitando y combatiendo las políticas económicas impuestas desde Washington, así fue el caso Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, una década en la que el sur de nuestro continente se vio impregnado de políticas sociales que buscaban erradicar la miseria y construir verdadera independencia, un periodo que tuvo su ocaso por la contraofensiva norteamericana que teniendo el control de los medios de comunicación e instituciones judiciales dentro de esos países logró reestablecer gobiernos afines a sus intereses coloniales.
México, nuestro México que comienza a retomar las riendas de su destino, tiene que tener claridad en esta lucha histórica de revolución y reacción por los que ha transitado la humanidad, con los cambios profundos a los que aspira la Cuarta Transformación necesariamente tendrá la dura oposición de quienes hasta hace unos meses detentaban el poder gubernamental, oposición férrea de quienes verán sus intereses afectados por políticas que buscan el mayor beneficio para el pueblo y el alejamiento de la relación de dominación por parte de nuestro vecino del norte.
Lo que pasa en Venezuela no es, ni debería sernos ajeno, el peligro de la intromisión internacional en asuntos que sólo competen al pueblo venezolano, no sólo es una afrenta al país bolivariano, sino que es un mensaje amenazador a todos aquellos países que luchan por la construcción de una verdadera independencia, es un mensaje amenazador a los pueblos del mundo, a nuestro pueblo mexicano que decidió en las pasadas elecciones tomar las riendas de su propio destino.
Los mexicanos debemos de tenerlo claro, ¡defender a Venezuela es defender a México!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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