Nos encontramos en difíciles circunstancias desde más de un siglo de explotación de recursos e ideas de una potencia que se autoproclama, salvadora del mundo.
Porque tratan de confundir a las viejas y nuevas generaciones con necesidades materiales?, viendo el deporte y la cultura de un país como recurso explotable, cuando este debe ser para la prevalencia de nuestras raíces hispo americanas y los ideales nacionalistas.
Porque quieren invadir a través de muchas escusas países con riquezas naturales que en su territorio no existe, saqueando y acumulando estos recursos para poder causar la misma necesidad.
No podemos seguir con esta invasión material e ideológica, necesitamos concretar el sueño americano, el verdadero sueño americano de forjar una américa unida que pueda competir en el mundo como un solo puño, aprovechar sus recursos y sus diversas culturas para promover un ideologismo creativo y participativo donde todas las personas tengan oportunidades de salud, educación, alimento y vivienda.
No podemos seguir sin opinar y simplemente observar, estados unidos quiere caos y división de estas ideas que hoy, en este siglo se a fortalecido gracias a la desmedida injusticia que han reflejado sus actos y que los pueblos han sentido y no aguantan mas.
Pregúntense, porque si han habido tantos cambios de gobiernos en estado unidos sigue el bloqueo alimenticio y las injusticias en las cámaras de comercio contra Cuba.
Porque estados unidos proponen alianzas con países latinoamericanos de forma individual, será para no promover la unión de estos y causar una división de recursos.
Porque no promueven el fortalecimiento de las ideas culturales de cada etnia en Latinoamérica, será para que pensemos que el sueño americano, es ser actor en Hollywood, o limpiadores de vidrios o platos en un restaurante, es el sueño americano ser carpintero o realizar los trabajos mas complicados y riesgosos de las personas burguesas estadounidense.
No, no se puede seguir mas sin opinar, el verdadero y social sueño americano es el de Martí, Bolívar, Fidel, Chávez, Sandino, Allende, la unificación de los países latinos y del caribe para que podamos se actores en nuestro país y promover nuestra cultura, para poder ser científicos, investigadores, sociólogos, productores, economistas, médicos; ese el verdadero sueño americano, no ese en donde prevalezca la ignorancia y la estupidez a través de la manipulación de ideas.
Ese señores y señoras es el verdadero sueño americano socialista, no el que impulsa el neoliberalismo.
No sigamos esperando, actuemos, hablemos, opinemos.
Saludos, hasta la próxima...
lunes, 27 de febrero de 2012
El sueño americano
Nos encontramos en dificles circunstancias desde mas de un siglo de explotacion de recursos e ideas de una potencia que se autoproclama, salvadora del mundo.
Porque tratan de confundir a las viejas y nuevas generaciones con necesidades materiales?, viendo el deporte y la cultura de un pais como recurso explotable, cuando este debe ser para la prevalencia de nuestras raices hispoamericanas y los ideales nacionalistas.
Porque quieren invadir a traves de muchas escusas paises con riquezas naturales que en su territorio no existe, saquenado y acumulando estos recursos para poder causar la misma necesidad.
No podemos seguir con esta invasion material e ideologica, necesitamos concretar el sueño americano, el verdadero sueño americano de forjar una america unida que pueda competir en el mundo como un solo puño, aprovechar sus recursos y sus diversas culturas para promover un ideologismo creativo y participativo donde todas las personas tengan oportunidades de salud, educacion, alimento y vivienda.
No podemos seguir sin opinar y simplemente observar, estados unidos quiere caos y division de estas ideas que hoy, en este siglo se a fortalecido gracias a la desmedidad injusticia que han reflajado sus actos y que los pueblos han sentido y no aguantan mas.
Preguntense, porque si han habido tantos cambios de gobiernos en estado unidos sigue el bloqueo alimenticio y las injusticias en las camaras de comercio contra Cuba.
Porque estados unidos proponen alianzas con paises latinoamericanos de forma individual, sera para no promover la union de estos y causar una division de recursos.
Porque no promueven el fortalecimiento de las ideas culturales de cada etnia en latinoamerica, sera para que pensemos que el sueño americano, es ser actor en hollywood, o limpiadores de vidrios o platos en un restaurante, es el sueño americano ser carpintero o realizar los trabajos mas complicados y riesgosos de las personas burguesas estadounidense.
No, no se puee seguir mas sin opinar, el verdadero y social sueño americano es el de Marti, Bolivar, Fidel, Chavez, Sandino, Allende, la unificacion de los paises latinos y del caribe para que podamos se actores en nuestro pais y promover nuestra cultura, para poder ser cientificos, investigadores, sociologos, productores, economistas, medicos; ese el verdadero sueño americano, no ese en donde prevalezca la ignorancia y la estupides a traves de la manipulacion de ideas.
Ese señores y señoras es el verdadero sueño americano socialista, no el que impulsa el neoliberalismo.
No sigamos esperando, actuemos, hablemos, opinemos.
Saludos, hasta la proxima...
Porque tratan de confundir a las viejas y nuevas generaciones con necesidades materiales?, viendo el deporte y la cultura de un pais como recurso explotable, cuando este debe ser para la prevalencia de nuestras raices hispoamericanas y los ideales nacionalistas.
Porque quieren invadir a traves de muchas escusas paises con riquezas naturales que en su territorio no existe, saquenado y acumulando estos recursos para poder causar la misma necesidad.
No podemos seguir con esta invasion material e ideologica, necesitamos concretar el sueño americano, el verdadero sueño americano de forjar una america unida que pueda competir en el mundo como un solo puño, aprovechar sus recursos y sus diversas culturas para promover un ideologismo creativo y participativo donde todas las personas tengan oportunidades de salud, educacion, alimento y vivienda.
No podemos seguir sin opinar y simplemente observar, estados unidos quiere caos y division de estas ideas que hoy, en este siglo se a fortalecido gracias a la desmedidad injusticia que han reflajado sus actos y que los pueblos han sentido y no aguantan mas.
Preguntense, porque si han habido tantos cambios de gobiernos en estado unidos sigue el bloqueo alimenticio y las injusticias en las camaras de comercio contra Cuba.
Porque estados unidos proponen alianzas con paises latinoamericanos de forma individual, sera para no promover la union de estos y causar una division de recursos.
Porque no promueven el fortalecimiento de las ideas culturales de cada etnia en latinoamerica, sera para que pensemos que el sueño americano, es ser actor en hollywood, o limpiadores de vidrios o platos en un restaurante, es el sueño americano ser carpintero o realizar los trabajos mas complicados y riesgosos de las personas burguesas estadounidense.
No, no se puee seguir mas sin opinar, el verdadero y social sueño americano es el de Marti, Bolivar, Fidel, Chavez, Sandino, Allende, la unificacion de los paises latinos y del caribe para que podamos se actores en nuestro pais y promover nuestra cultura, para poder ser cientificos, investigadores, sociologos, productores, economistas, medicos; ese el verdadero sueño americano, no ese en donde prevalezca la ignorancia y la estupides a traves de la manipulacion de ideas.
Ese señores y señoras es el verdadero sueño americano socialista, no el que impulsa el neoliberalismo.
No sigamos esperando, actuemos, hablemos, opinemos.
Saludos, hasta la proxima...
La paz depende de tener armas avanzadas que contengan a Estados Unidos
Rómulo Pardo Silva
Estados Unidos marcha al dominio absoluto del planeta y la única manera de pararlo es con armas avanzadas que le hagan saber que también sería destruido. Rusia lo dice, China se prepara en silencio. Los países vasallos y la opinión de izquierda eluden hablar del tema a pesar de ser evidente.
El vicepresidente del Gobierno ruso Dmitri Rogozin dijo: “Necesitamos un rearme. Nuestro Ejército debe blandir armas modernas. Es la única manera de evitar una guerra”… “vivimos en una jungla donde se lucha por los recursos”. [Ria Novosti] El general Nikolai Makarov, jefe del Estado Mayor General de Rusia, agregó: Las Fuerzas Armadas de Rusia están listas para tomar represalias ante cualquier amenaza nacional, y no descartan el uso de las armas nucleares. [RT] "(…) El desarrollo de la situación puede obligar a Rusia a incrementar su armamento nuclear en vez de reducirlo", comentó Anatoli Antónov, viceministro ruso de Defensa. [Ria Novosti]
Vladimir Putin, que probablemente ganará la presidencia, se propone “que para el 2020 las Fuerzas Armadas del país euroasiático debe contar con ocho nuevos submarinos cruceros estratégicos con misiles balísticos, 20 sumergibles polivalentes, 50 buques de superficie, 100 aparatos cósmicos de uso militar y más de mil helicópteros. Para ello, el programa de desarrollo de las Fuerzas Armadas hasta 2020 prevé 23 billones de rublos (unos 766 mil 411 millones de dólares), mientras que para esa fecha se pretende llamar al servicio militar a solo 145 mil jóvenes en un ejército de casi un millón. El proyecto incluye reforzar la capacidad defensiva y de contención nuclear con 400 nuevos misiles intercontinentales, 600 aviones, incluidos cazas de quinta generación, y con una modernización de su Complejo Militar Industrial. [Cubadebate]
El peligro es el fascismo dominante en las potencias. Fidel Castro dijo sobre los que mandan en el imperio "El ex presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt era por lo menos antihitleriano y esta gente son hitlerianos, éstos son fascistas, unos por definición y los otros por necesidad", "Obama, yo diría, es un fascista por necesidad, porque no puedo pensar que él crea de verdad que el fascismo era bueno". "Los otros son fascistas por definición. Y algunos lo que son es locos". [La Tercera] El candidato presidencial republicano Ron Paul, criticó el sistema estadounidense de gobierno diciendo que las empresas y el gobierno están empujando al país hacia el fascismo del siglo XXI. [RT]
Sus acciones militares permanentes están a la vista, Corea, Vietnam, Cuba, represión en toda América Latina; ahora en Iraq, Afganistán, Libia, Siria, Irán…
La dictadura mundial no ocultan que su instrumento decisivo y permanente es la fuerza militar. ‘Estados Unidos es la fuerza más grande por la libertad y seguridad que el mundo jamás ha conocido, afirmó el presidente Barack Obama, y explicó que eso se logró tras haber construido la fuerza militar mejor capacitada, mejor dirigida y mejor equipada en la historia y, como comandante en jefe, voy a mantenerla así. [Cubadebate] Obama concede a Washington “responsabilidades mundiales que demandan nuestro liderazgo” y la nueva doctrina militar norteamericana se llama “Sosteniendo el liderazgo global de EE.UU.: prioridades de Defensa para el Siglo XXI”. Desde 2002 el objetivo dado al Pentágono es la “Dominación de Espectro Completo”: ser la potencia predominante no solo en tierra, en mar y en el aire sino también en el ciberespacio y en el espacio exterior. [Entrevista de Pepe Escobar a Lars Schall]
El ataque contra Rusia se prepara metódicamente. “El primer ministro ruso, Vladímir Putin, expresó su seguridad de que el escudo antimisiles desplegado por EEUU y la OTAN en Europa apunta contra el territorio de Rusia.” “El jefe del gobierno ruso señaló que los radares, desplegados cerca de Rusia, y sistemas antimisiles abordarán el territorio ruso desde los Urales y así controlarán las bases terrestres de las Fuerzas Armadas de Rusia.” [Ria Novosti] Una vez instalado el escudo se le puede atacar impunemente.
Claramente refiriéndose a China Obama declaró: "Fortaleceremos nuestra presencia en la región de Asia-Pacífico y las reducciones del presupuesto no se harán a expensas de esa región crucial”. El Presidente de China, Hu Jintao, exhortó a la Armada a prepararse para combatir y a seguir modernizando la fuerza a fin de salvaguardar la seguridad nacional, informó la agencia oficial China Nueva. Hu llamó a la Armada a “acelerar su modernización” y a “desarrollar preparativos intensos para el combate militar” a fin de “salvaguardar la seguridad nacional y la paz mundial”. [La Nación.cl]
América Latina presencia la reactivación de la Cuarta Flota con el rechazo del senado de Brasil. África posiblemente tendrá pronto la vigilancia de la OTAN desde Libia y no de la distante Alemania. El Reino Unido, auxiliar, controla el extremo sur atlántico en las Malvinas.
La meta es planetaria, todos los recursos.
Es claro, aunque intelectuales y colectivos políticos y sociales de izquierda no parezcan darse cuenta, que se trata de preparar, evitar o hacer la Tercera Guerra Mundial.
Putin ha definido una política: "Los planes de defensa antimisiles de nuestros socios (norteamericanos) nos obligan a emprender todos los esfuerzos para conservar el equilibrio de fuerzas como elemento de la estabilidad global". [Ria Novosti]
El progresismo ha levantado una campaña contra el calentamiento global y debe agregarle la exigencia de la paz para la conservación de todas las formas de vida. Está en peligro la biosfera.
Contacto romulo.pardo@gmail.com
Publicado por Revista Libre Pensamiento en 07:56
Estados Unidos marcha al dominio absoluto del planeta y la única manera de pararlo es con armas avanzadas que le hagan saber que también sería destruido. Rusia lo dice, China se prepara en silencio. Los países vasallos y la opinión de izquierda eluden hablar del tema a pesar de ser evidente.
El vicepresidente del Gobierno ruso Dmitri Rogozin dijo: “Necesitamos un rearme. Nuestro Ejército debe blandir armas modernas. Es la única manera de evitar una guerra”… “vivimos en una jungla donde se lucha por los recursos”. [Ria Novosti] El general Nikolai Makarov, jefe del Estado Mayor General de Rusia, agregó: Las Fuerzas Armadas de Rusia están listas para tomar represalias ante cualquier amenaza nacional, y no descartan el uso de las armas nucleares. [RT] "(…) El desarrollo de la situación puede obligar a Rusia a incrementar su armamento nuclear en vez de reducirlo", comentó Anatoli Antónov, viceministro ruso de Defensa. [Ria Novosti]
Vladimir Putin, que probablemente ganará la presidencia, se propone “que para el 2020 las Fuerzas Armadas del país euroasiático debe contar con ocho nuevos submarinos cruceros estratégicos con misiles balísticos, 20 sumergibles polivalentes, 50 buques de superficie, 100 aparatos cósmicos de uso militar y más de mil helicópteros. Para ello, el programa de desarrollo de las Fuerzas Armadas hasta 2020 prevé 23 billones de rublos (unos 766 mil 411 millones de dólares), mientras que para esa fecha se pretende llamar al servicio militar a solo 145 mil jóvenes en un ejército de casi un millón. El proyecto incluye reforzar la capacidad defensiva y de contención nuclear con 400 nuevos misiles intercontinentales, 600 aviones, incluidos cazas de quinta generación, y con una modernización de su Complejo Militar Industrial. [Cubadebate]
El peligro es el fascismo dominante en las potencias. Fidel Castro dijo sobre los que mandan en el imperio "El ex presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt era por lo menos antihitleriano y esta gente son hitlerianos, éstos son fascistas, unos por definición y los otros por necesidad", "Obama, yo diría, es un fascista por necesidad, porque no puedo pensar que él crea de verdad que el fascismo era bueno". "Los otros son fascistas por definición. Y algunos lo que son es locos". [La Tercera] El candidato presidencial republicano Ron Paul, criticó el sistema estadounidense de gobierno diciendo que las empresas y el gobierno están empujando al país hacia el fascismo del siglo XXI. [RT]
Sus acciones militares permanentes están a la vista, Corea, Vietnam, Cuba, represión en toda América Latina; ahora en Iraq, Afganistán, Libia, Siria, Irán…
La dictadura mundial no ocultan que su instrumento decisivo y permanente es la fuerza militar. ‘Estados Unidos es la fuerza más grande por la libertad y seguridad que el mundo jamás ha conocido, afirmó el presidente Barack Obama, y explicó que eso se logró tras haber construido la fuerza militar mejor capacitada, mejor dirigida y mejor equipada en la historia y, como comandante en jefe, voy a mantenerla así. [Cubadebate] Obama concede a Washington “responsabilidades mundiales que demandan nuestro liderazgo” y la nueva doctrina militar norteamericana se llama “Sosteniendo el liderazgo global de EE.UU.: prioridades de Defensa para el Siglo XXI”. Desde 2002 el objetivo dado al Pentágono es la “Dominación de Espectro Completo”: ser la potencia predominante no solo en tierra, en mar y en el aire sino también en el ciberespacio y en el espacio exterior. [Entrevista de Pepe Escobar a Lars Schall]
El ataque contra Rusia se prepara metódicamente. “El primer ministro ruso, Vladímir Putin, expresó su seguridad de que el escudo antimisiles desplegado por EEUU y la OTAN en Europa apunta contra el territorio de Rusia.” “El jefe del gobierno ruso señaló que los radares, desplegados cerca de Rusia, y sistemas antimisiles abordarán el territorio ruso desde los Urales y así controlarán las bases terrestres de las Fuerzas Armadas de Rusia.” [Ria Novosti] Una vez instalado el escudo se le puede atacar impunemente.
Claramente refiriéndose a China Obama declaró: "Fortaleceremos nuestra presencia en la región de Asia-Pacífico y las reducciones del presupuesto no se harán a expensas de esa región crucial”. El Presidente de China, Hu Jintao, exhortó a la Armada a prepararse para combatir y a seguir modernizando la fuerza a fin de salvaguardar la seguridad nacional, informó la agencia oficial China Nueva. Hu llamó a la Armada a “acelerar su modernización” y a “desarrollar preparativos intensos para el combate militar” a fin de “salvaguardar la seguridad nacional y la paz mundial”. [La Nación.cl]
América Latina presencia la reactivación de la Cuarta Flota con el rechazo del senado de Brasil. África posiblemente tendrá pronto la vigilancia de la OTAN desde Libia y no de la distante Alemania. El Reino Unido, auxiliar, controla el extremo sur atlántico en las Malvinas.
La meta es planetaria, todos los recursos.
Es claro, aunque intelectuales y colectivos políticos y sociales de izquierda no parezcan darse cuenta, que se trata de preparar, evitar o hacer la Tercera Guerra Mundial.
Putin ha definido una política: "Los planes de defensa antimisiles de nuestros socios (norteamericanos) nos obligan a emprender todos los esfuerzos para conservar el equilibrio de fuerzas como elemento de la estabilidad global". [Ria Novosti]
El progresismo ha levantado una campaña contra el calentamiento global y debe agregarle la exigencia de la paz para la conservación de todas las formas de vida. Está en peligro la biosfera.
Contacto romulo.pardo@gmail.com
Publicado por Revista Libre Pensamiento en 07:56
Al capitalismo no le sienta bien la democracia
Juan Torres López
Rebelión
El filósofo alemán Jürgen Habermas ha escrito en su último libro y repite en varias declaraciones públicas que en Europa se está desmantelando la democracia (Ver Georg Diez, A Philosopher's Mission to Save the EU). Un juicio muy fuerte del que se hacía eco compartiéndolo alguien nada sospechoso de radicalismo y que conoce bien el continente como el ex canciller alemán Helmut Schmidt (L'Allemagne dans et avec l'Europe, L'Economie politique n° 053 - janvier 2012).
No creo que se trate de palabras vacías sino de un proceso real, ya innegable aunque desearía que no llegue a ser imparable a corto y medio plazo.
Bastó con que el ex presidente Papandreu amagara con la convocatoria de un referéndum para que se le hiciese dimitir, o que Berlusconi sacara la cabeza frente a Bruselas para que igualmente saliera por la puerta chica de donde le habían puesto, para mayor o menor fortuna, los electores italianos.
Han sido dos auténticos golpes de estado de los que nadie quiere hablar y que se ha conseguido hacer pasar como si nada en los medios de comunicación y en los debates políticos. Y el reciente acuerdo con Grecia (si es que se le puede llamar así) es el punto final al régimen democrático en aquel país, toda vez que autoridades extranjeras se han hecho ya definitivamente con el poder de facto para decidir lo que les conviene a ellas y a los poderes financieros y económicos a los que representan, sean cuales sean la opinión o las preferencias de los ciudadanos griegos. ¿Quién puede decir hay democracia en aquel país?
No es la primera vez que hemos podido comprobar que la democracia, por limitada que sea, es un escollo a veces insalvable para poner en marcha las medidas que aseguren beneficios al capital. Las políticas neoliberales que ahora sufrimos en todo su esplendor fueron puestas por primera vez gracias a golpes de estado militares que sirvieron de experiencias para ir validando el tempo de las medidas de represión social y económica que iban a ser necesarias para consolidar el nuevo régimen de competencia y beneficio en las economías capitalistas. Y eso se hizo para frenar el poder creciente que el pleno empleo y el Estado de Bienestar habían dado a los trabajadores del mundo occidental.
Desde entonces vivimos en un proceso de continuado debilitamiento de la democracia formal que cada vez más se convierte en un remedo del sistema político que garantiza que las decisiones sobre las cosas sociales y los intereses generales se tomen en función de lo que piensa y determina la mayoría de la población consultada a través de las urnas.
A ello han contribuido varias circunstancias pero creo que algunas de ellas son especialmente importantes y han tenido una particular incidencia en la crisis que estamos viviendo.
La primera es la consolidación de un poder monetario privado, al margen efectivo del debate político, que condiciona y encuadra al resto de las políticas económicas. La independencia de los bancos centrales y el fortalecimiento de la capacidad de maniobra de los fondos y entidades financieras han sido los factores que principalmente han contribuido a este fenómeno contemporáneo que hace que, en la práctica, los gobiernos tengan completamente atadas las manos frente a los mercados y los grandes propietarios de capital.
La segunda es el incremento voluntariamente planificado del desempleo y el empleo precario. De esa forma, como ya advirtiera Michal Kalecki hace ochenta años, los grandes empresarios obtienen menos beneficios (puesto que les sería económicamente más rentable el pleno empleo) pero gracias a la sumisión y a la debilidad que esas condiciones laborales generan en las masas trabajadoras, pueden disponer de más poder político que a la postre es lo que les asegura su posición de dominio social. Y a ello ha contribuido en los últimos años de modo decisivo el incremento del negocio de la deuda que los bancos han impulsado imponiendo modelos de crecimiento basados en el suministro de bienes de inversión y duraderos que generan demanda de crédito (como la vivienda o los automóviles). El crecimiento extraordinario del endeudamiento familiar no solo es una selecta fuente de ganancias para la banca sino una auténtica esclavitud contemporánea: los individuos viven para consumir y para pagar los créditos que les permiten salir adelante.
La tercera es la mixtura también creciente entre el poder económico y financiero y el mediático que el impulso de las concentraciones de capital está llevando hasta extremos realmente insospechados: uno o dos grupos empresariales, o uno, o incluso simplemente alguna persona aislada, controlan la totalidad de la oferta de medios (sobre todo audiovisuales) en muchos países, uniformando la opinión pública e imponiendo, se quiera o no, el pensamiento único que domina las decisiones económicas.
Otra circunstancia que me parece decisiva como fuente de degeneración democrática en el ámbito económico es que los partidos y las autoridades públicas están llegando a ser materialmente irresponsables. Hoy día es prácticamente imposible pedirle cuentas, sobre todo, de los incumplimientos constantes de la oferta electoral de naturaleza económica con que se presentan a las elecciones. Y es tanto el poder que ejercen sobre los medios de adoctrinamiento y tan estrechas las vías que se abren para el debate social que no es posible que los electores tomen nota de ello, lo que les impide acudir a las elecciones con la información que les permitiera algo más que optar entre opciones políticas que terminan por hacer lo mismo en materia económica.
Tan molesta está llegando a ser la democracia para los grandes poderes económicos y financieros y tanto incordio les supone la intermediación de las instituciones públicas que parece que han decidido tomar ellos mismos las riendas de los poderes públicos. Y en esta crisis se está produciendo con mucha mayor fuerza que nunca antes, la fusión entre unos y otros, por la vía incluso de la participación directa en los gobiernos que igual termina, como ya ha pasado en algún país, con la entronización en la vida pública de empresarios populistas que permitan a la clase empresarial más poderosa deshacerse de los políticos profesionales que, a veces, incluso le salen demasiado caros.
Es gracias a todo ello que las medidas que se están aplicando frente a la crisis no sean realmente las que podrían permitir mejorar la situación económica y que apenas pase nada. Es es una evidencia clamorosa: las economías europeas no están mejor que cuando se empezaron a aplicar las políticas que dicen que solucionan la crisis sino mucho peor. Crecen menos y tienen más deuda. Y es así porque estas políticas no se destinan a mejorar las condiciones económicas en general sino a aumentar el beneficio y el poder de decisión de los grandes propietarios de capital y de los financieros. Por eso el debate social plural y transparente, la igualdad de medios y condiciones para exponer opiniones, la democracia, se está convirtiendo en una incómoda piedra en el zapato del capitalismo neoliberal de nuestra época porque es lo único que podría poner en claro lo que está pasando. Y por eso se la quieren quitar de encima cuanto antes.
Rebelión
El filósofo alemán Jürgen Habermas ha escrito en su último libro y repite en varias declaraciones públicas que en Europa se está desmantelando la democracia (Ver Georg Diez, A Philosopher's Mission to Save the EU). Un juicio muy fuerte del que se hacía eco compartiéndolo alguien nada sospechoso de radicalismo y que conoce bien el continente como el ex canciller alemán Helmut Schmidt (L'Allemagne dans et avec l'Europe, L'Economie politique n° 053 - janvier 2012).
No creo que se trate de palabras vacías sino de un proceso real, ya innegable aunque desearía que no llegue a ser imparable a corto y medio plazo.
Bastó con que el ex presidente Papandreu amagara con la convocatoria de un referéndum para que se le hiciese dimitir, o que Berlusconi sacara la cabeza frente a Bruselas para que igualmente saliera por la puerta chica de donde le habían puesto, para mayor o menor fortuna, los electores italianos.
Han sido dos auténticos golpes de estado de los que nadie quiere hablar y que se ha conseguido hacer pasar como si nada en los medios de comunicación y en los debates políticos. Y el reciente acuerdo con Grecia (si es que se le puede llamar así) es el punto final al régimen democrático en aquel país, toda vez que autoridades extranjeras se han hecho ya definitivamente con el poder de facto para decidir lo que les conviene a ellas y a los poderes financieros y económicos a los que representan, sean cuales sean la opinión o las preferencias de los ciudadanos griegos. ¿Quién puede decir hay democracia en aquel país?
No es la primera vez que hemos podido comprobar que la democracia, por limitada que sea, es un escollo a veces insalvable para poner en marcha las medidas que aseguren beneficios al capital. Las políticas neoliberales que ahora sufrimos en todo su esplendor fueron puestas por primera vez gracias a golpes de estado militares que sirvieron de experiencias para ir validando el tempo de las medidas de represión social y económica que iban a ser necesarias para consolidar el nuevo régimen de competencia y beneficio en las economías capitalistas. Y eso se hizo para frenar el poder creciente que el pleno empleo y el Estado de Bienestar habían dado a los trabajadores del mundo occidental.
Desde entonces vivimos en un proceso de continuado debilitamiento de la democracia formal que cada vez más se convierte en un remedo del sistema político que garantiza que las decisiones sobre las cosas sociales y los intereses generales se tomen en función de lo que piensa y determina la mayoría de la población consultada a través de las urnas.
A ello han contribuido varias circunstancias pero creo que algunas de ellas son especialmente importantes y han tenido una particular incidencia en la crisis que estamos viviendo.
La primera es la consolidación de un poder monetario privado, al margen efectivo del debate político, que condiciona y encuadra al resto de las políticas económicas. La independencia de los bancos centrales y el fortalecimiento de la capacidad de maniobra de los fondos y entidades financieras han sido los factores que principalmente han contribuido a este fenómeno contemporáneo que hace que, en la práctica, los gobiernos tengan completamente atadas las manos frente a los mercados y los grandes propietarios de capital.
La segunda es el incremento voluntariamente planificado del desempleo y el empleo precario. De esa forma, como ya advirtiera Michal Kalecki hace ochenta años, los grandes empresarios obtienen menos beneficios (puesto que les sería económicamente más rentable el pleno empleo) pero gracias a la sumisión y a la debilidad que esas condiciones laborales generan en las masas trabajadoras, pueden disponer de más poder político que a la postre es lo que les asegura su posición de dominio social. Y a ello ha contribuido en los últimos años de modo decisivo el incremento del negocio de la deuda que los bancos han impulsado imponiendo modelos de crecimiento basados en el suministro de bienes de inversión y duraderos que generan demanda de crédito (como la vivienda o los automóviles). El crecimiento extraordinario del endeudamiento familiar no solo es una selecta fuente de ganancias para la banca sino una auténtica esclavitud contemporánea: los individuos viven para consumir y para pagar los créditos que les permiten salir adelante.
La tercera es la mixtura también creciente entre el poder económico y financiero y el mediático que el impulso de las concentraciones de capital está llevando hasta extremos realmente insospechados: uno o dos grupos empresariales, o uno, o incluso simplemente alguna persona aislada, controlan la totalidad de la oferta de medios (sobre todo audiovisuales) en muchos países, uniformando la opinión pública e imponiendo, se quiera o no, el pensamiento único que domina las decisiones económicas.
Otra circunstancia que me parece decisiva como fuente de degeneración democrática en el ámbito económico es que los partidos y las autoridades públicas están llegando a ser materialmente irresponsables. Hoy día es prácticamente imposible pedirle cuentas, sobre todo, de los incumplimientos constantes de la oferta electoral de naturaleza económica con que se presentan a las elecciones. Y es tanto el poder que ejercen sobre los medios de adoctrinamiento y tan estrechas las vías que se abren para el debate social que no es posible que los electores tomen nota de ello, lo que les impide acudir a las elecciones con la información que les permitiera algo más que optar entre opciones políticas que terminan por hacer lo mismo en materia económica.
Tan molesta está llegando a ser la democracia para los grandes poderes económicos y financieros y tanto incordio les supone la intermediación de las instituciones públicas que parece que han decidido tomar ellos mismos las riendas de los poderes públicos. Y en esta crisis se está produciendo con mucha mayor fuerza que nunca antes, la fusión entre unos y otros, por la vía incluso de la participación directa en los gobiernos que igual termina, como ya ha pasado en algún país, con la entronización en la vida pública de empresarios populistas que permitan a la clase empresarial más poderosa deshacerse de los políticos profesionales que, a veces, incluso le salen demasiado caros.
Es gracias a todo ello que las medidas que se están aplicando frente a la crisis no sean realmente las que podrían permitir mejorar la situación económica y que apenas pase nada. Es es una evidencia clamorosa: las economías europeas no están mejor que cuando se empezaron a aplicar las políticas que dicen que solucionan la crisis sino mucho peor. Crecen menos y tienen más deuda. Y es así porque estas políticas no se destinan a mejorar las condiciones económicas en general sino a aumentar el beneficio y el poder de decisión de los grandes propietarios de capital y de los financieros. Por eso el debate social plural y transparente, la igualdad de medios y condiciones para exponer opiniones, la democracia, se está convirtiendo en una incómoda piedra en el zapato del capitalismo neoliberal de nuestra época porque es lo único que podría poner en claro lo que está pasando. Y por eso se la quieren quitar de encima cuanto antes.
domingo, 5 de febrero de 2012
Neo-colonialismo del Grupo Santander
La penetración bancaria de la universidad
Juan Torres López
El profesor Jorge Dávila, investigador de la Universidad Los Andes (Venezuela), publicó en el número 32 (octubre-diciembre, 2005/vol.10, pp 695-709) de la Revista Venezolana de Gerencia un interesante artículo titulado La penetración bancaria de la universidad: el neo-colonialismo del Grupo Santander. Creo que interesará sobre todo a los universitarios españoles que lo primero que encuentran cada día cuando entran en sus centros es una sucursal bancaria. Puede leerse pinchando: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=29003209
Ganas de escribir, 02/02/12
http://firgoa.usc.es/drupal/node/50652
Juan Torres López
El profesor Jorge Dávila, investigador de la Universidad Los Andes (Venezuela), publicó en el número 32 (octubre-diciembre, 2005/vol.10, pp 695-709) de la Revista Venezolana de Gerencia un interesante artículo titulado La penetración bancaria de la universidad: el neo-colonialismo del Grupo Santander. Creo que interesará sobre todo a los universitarios españoles que lo primero que encuentran cada día cuando entran en sus centros es una sucursal bancaria. Puede leerse pinchando: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=29003209
Ganas de escribir, 02/02/12
http://firgoa.usc.es/drupal/node/50652
La genialidad de Chávez
Fidel Castro Ruz
26 Enero 2012
El presidente Chávez presentó ante el Parlamento de Venezuela su informe sobre la actividad realizada en 2011 y el programa a ejecutar en el año actual. Después de cumplir rigurosamente las formalidades que demanda esa importante actividad, habló en la Asamblea a las autoridades oficiales del Estado, a los parlamentarios de todos los partidos, y a los simpatizantes y adversarios que el país reúne en su acto más solemne.
El líder bolivariano fue amable y respetuoso con todos los presentes como es habitual en él. Si alguno le solicitaba el uso de la palabra para alguna aclaración, le concedía de inmediato esa posibilidad. Cuando una parlamentaria, que lo había saludado amablemente igual que otros adversarios, solicitó hablar, interrumpió su informe y le cedió la palabra, en un gesto de gran altura política. Llamó mi atención la dureza extrema con que el Presidente fue increpado con frases que pusieron a prueba su caballerosidad y sangre fría. Aquello constituía una incuestionable ofensa, aunque no fuese la intención de la parlamentaria. Sólo él fue capaz de responder con serenidad al insultante calificativo de “ladrón” que ella utilizó para juzgar la conducta del Presidente por las leyes y medidas adoptadas.
Después de cerciorarse sobre el término exacto empleado, respondió a la solicitud individual de un debate con una frase elegante y sosegada “Águila no caza moscas”, y sin añadir una palabra, prosiguió serenamente su exposición.
Fue una prueba insuperable de mente ágil y autocontrol. Otra mujer, de incuestionable estirpe humilde, con emotivas y profundas palabras expresó el asombro por lo que había visto e hizo estallar el aplauso de la inmensa mayoría allí presente, que por el estampido de los mismos, parecía proceder de todos los amigos y muchos de los adversarios del Presidente.
Más de nueve horas invirtió Chávez en su discurso de rendición de cuentas sin que disminuyera el interés suscitado por sus palabras y, tal vez debido al incidente, fue escuchado por incalculable número de personas. Para mí, que muchas veces abordé arduos problemas en extensos discursos haciendo siempre el máximo esfuerzo para que las ideas que deseaba trasmitir se comprendieran, no alcanzo a explicarme cómo aquel soldado de modesto origen era capaz de mantener con su mente ágil y su inigualable talento tal despliegue oratorio sin perder su voz ni disminuir su fuerza.
La política para mí es el combate amplio y resuelto de las ideas. La publicidad es tarea de los publicistas, que tal vez conocen las técnicas para hacer que los oyentes, espectadores y lectores hagan lo que se les dice. Si tal ciencia, arte o como le llamen, se empleara para el bien de los seres humanos, merecerían algún respeto; el mismo que merecen quienes enseñan a las personas el hábito de pensar.
En el escenario de Venezuela se libra hoy un gran combate. Los enemigos internos y externos de la revolución prefieren el caos, como afirma Chávez, antes que el desarrollo justo, ordenado y pacífico del país. Acostumbrado a analizar los hechos ocurridos durante más de medio siglo, y de observar cada vez con mayores elementos de juicio la azarosa historia de nuestro tiempo y el comportamiento humano, uno aprende casi a predecir el desarrollo futuro de los acontecimientos.
Promover una Revolución profunda no era tarea fácil en Venezuela, un país de gloriosa historia, pero inmensamente rico en recursos de vital necesidad para las potencias imperialistas que han trazado y aún trazan pautas en el mundo.
Líderes políticos al estilo de Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Pérez, carecían de cualidades personales mínimas para realizar esa tarea. El primero era además, excesivamente vanidoso e hipócrita. Oportunidades tuvo de sobra para conocer la realidad venezolana. En su juventud había sido miembro del Buró Político del Partido Comunista de Costa Rica. Conocía muy bien la historia de América Latina y el papel del imperialismo, los índices de pobreza y el saqueo despiadado de los recursos naturales del continente. No podía ignorar que en un país inmensamente rico como Venezuela, la mayoría del pueblo vivía en extrema pobreza. Los materiales fílmicos están en los archivos y constituyen pruebas irrebatibles de aquellas realidades.
Como tantas veces ha explicado Chávez, Venezuela durante más de medio siglo fue el mayor exportador de petróleo en el mundo; buques de guerra europeos y yankis a principios del siglo XX intervinieron para apoyar un gobierno ilegal y tiránico que entregó el país a los monopolios extranjeros. Es bien conocido que incalculables fondos salieron para engrosar el patrimonio de los monopolios y de la propia oligarquía venezolana.
A mí me basta recordar que cuando visité por primera vez a Venezuela, después del triunfo de la Revolución, para agradecer su simpatía y apoyo a nuestra lucha, el petróleo valía apenas dos dólares el barril.
Cuando viajé después para asistir a la toma de posesión de Chávez, el día que juró sobre la “moribunda Constitución” que sostenía Calderas, el petróleo valía 7 dólares el barril, a pesar de los 40 años transcurridos desde la primera visita y casi 30 desde que el “benemérito” Richard Nixon había declarado que el canje metálico del dólar dejaba de existir y Estados Unidos comenzó a comprar el mundo con papeles. Durante un siglo la nación fue suministradora de combustible barato a la economía del imperio y exportadora neta de capital a los países desarrollados y ricos.
¿Por qué predominaron durante más de un siglo estas repugnantes realidades?
Los oficiales de las Fuerzas Armadas de América Latina tenían sus escuelas privilegiadas en Estados Unidos, donde los campeones olímpicos de las democracias los educaban en cursos especiales destinados a preservar el orden imperialista y burgués. Los golpes de Estado serían bienvenidos siempre que estuvieran destinados a “defender las democracias”, preservar y garantizar tan repugnante orden, en alianza con las oligarquías; si los electores sabían o no leer y escribir, si tenían o no viviendas, empleo, servicios médicos y educación, eso carecía de importancia siempre que el sagrado derecho a la propiedad fuese sostenido. Chávez explica esas realidades magistralmente. Nadie conoce como él lo que ocurría en nuestros países.
Lo que era todavía peor, el carácter sofisticado de las armas, la complejidad en la explotación y el uso del armamento moderno que requiere años de aprendizaje, y la formación de especialistas altamente calificados, el precio casi inaccesible de las mismas para las economías débiles del continente, creaba un mecanismo superior de subordinación y dependencia. El Gobierno de Estados Unidos a través de mecanismos que ni siquiera consultan a los gobiernos, traza pautas y determina políticas para los militares. Las técnicas más sofisticadas de torturas se trasmitían a los llamados cuerpos de seguridad para interrogar a los que se rebelaban contra el inmundo y repugnante sistema de hambre y explotación.
A pesar de eso, no pocos oficiales honestos, hastiados por tantas desvergüenzas, intentaron valientemente erradicar aquella bochornosa traición a la historia de nuestras luchas por la independencia.
En Argentina, Juan Domingo Perón, oficial del Ejército, fue capaz de diseñar una política independiente y de raíz obrera en su país. Un sangriento golpe militar lo derrocó, lo expulsó de su país, y lo mantuvo exiliado desde 1955 hasta 1973. Años más tarde, bajo la égida de los yankis, asaltaron de nuevo el poder, asesinaron, torturaron y desaparecieron a decenas de miles de argentinos, y no fueron siquiera capaces de defender el país en la guerra colonial contra Argentina que Inglaterra llevó a cabo con el apoyo cómplice de Estados Unidos y el esbirro Augusto Pinochet, con su cohorte de oficiales fascistas formados en la Escuela de las Américas.
En Santo Domingo, el Coronel Francisco Caamaño Deñó; en Perú, el General Velazco Alvarado; en Panamá, el General Omar Torrijos; y en otros países capitanes y oficiales que sacrificaron sus vidas anónimamente, fueron las antítesis de las conductas traidoras personificadas en Somoza, Trujillo, Stroessner y las sanguinarias tiranías de Uruguay, El Salvador y otros países de Centro y Sur América. Los militares revolucionarios no expresaban puntos de vista teóricamente elaborados en detalles, y nadie tenía derecho a exigírselos, porque no eran académicos educados en política, sino hombres con sentido del honor que amaban su país.
Sin embargo, hay que ver hasta dónde son capaces de llegar por los senderos de la revolución hombres de tendencia honesta, que repudian la injusticia y el crimen.
Venezuela constituye un brillante ejemplo del rol teórico y práctico que los militares revolucionarios pueden desempeñar en la lucha por la independencia de nuestros pueblos, como ya lo hicieron hace dos siglos bajo la genial dirección de Simón Bolívar.
Chávez, un militar venezolano de humilde origen, irrumpe en la vida política de Venezuela inspirado en las ideas del libertador de América. Sobre Bolívar, fuente inagotable de inspiración, Martí escribió: “ganó batallas sublimes con soldados descalzos y medio desnudos [...] jamás se peleó tanto, ni se peleó mejor, en el mundo por la libertad…”
“… de Bolívar -dijo- se puede hablar con una montaña por tribuna [...] o con un manojo de pueblos libres en el puño…”
“… lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy; porque Bolívar tiene que hacer en América todavía.”
Más de medio siglo después el insigne y laureado poeta Pablo Neruda escribió sobre Bolívar un poema que Chávez repite con frecuencia. En su estrofa final expresa:
“Yo conocí a Bolívar una mañana larga,
en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,
Padre, le dije, eres o no eres o quién eres?
Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:
‘Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo’.”
Pero el líder bolivariano no se limita a la elaboración teórica. Sus medidas concretas no se hacen esperar. Los países caribeños de habla inglesa, a los que modernos y lujosos buques cruceros yankis le disputaban el derecho a recibir turistas en sus hoteles, restaurantes y centros de recreación, no pocas veces de propiedad extranjera pero que al menos generaban empleo, agradecerán siempre a Venezuela el combustible suministrado por ese país con facilidades especiales de pago, cuando el barril alcanzó precios que a veces superaban los 100 dólares.
El pequeño Estado de Nicaragua, patria de Sandino, “General de Hombres Libres”, donde la Agencia Central de Inteligencia a través de Luis Posada Carriles, después de ser rescatado de una prisión venezolana, organizó el intercambio de armas por drogas que costó miles de vidas y mutilados a ese heroico pueblo, también ha recibido el apoyo solidario de Venezuela. Son ejemplos sin precedentes en la historia de este hemisferio.
El ruinoso Acuerdo de Libre Comercio que los yankis pretenden imponer a la América Latina, como hizo con México, convertiría los países latinoamericanos y caribeños no solo en la región del mundo donde peor está distribuida la riqueza, que ya lo es, sino también en un gigantesco mercado donde hasta el maíz y otros alimentos que son fuentes históricas de proteína vegetal y animal serían desplazados por los cultivos subsidiados de Estados Unidos, como ya está ocurriendo en territorio mexicano.
Los automóviles de uso y otros bienes desplazan a los de la industria mexicana; tanto las ciudades como los campos pierden su capacidad de empleo, el comercio de drogas y armas crece, jóvenes casi adolescentes con apenas 14 ó 15 años, en número creciente, son convertidos en temibles delincuentes. Jamás se vio que ómnibus u otros vehículos repletos de personas, que incluso pagaron para ser transportados al otro lado de la frontera en busca de empleo, fuesen secuestrados y eliminados masivamente. Las cifras conocidas crecen de año en año. Más de 10 mil personas están perdiendo ya la vida cada año.
No es posible analizar la Revolución Bolivariana sin tomar en cuenta estas realidades.
Las fuerzas armadas, en tales circunstancias sociales, se ven forzadas a interminables y desgastadoras guerras.
Honduras no es un país industrializado, financiero o comercial, ni siquiera gran productor de drogas, sin embargo algunas de sus ciudades rompen el record de muertos por violencia a causa de las drogas. Allí se yergue en cambio el estandarte de una importante base de las fuerzas estratégicas del Comando Sur de Estados Unidos. Lo que allí ocurre y está ocurriendo ya en más de un país latinoamericano es el dantesco cuadro señalado, de los cuales algunos países, han comenzado a salir. Entre ellos, y en primer lugar Venezuela, pero no solo porque posee cuantiosos recursos naturales, sino porque los rescató de la avaricia insaciable de las transnacionales extranjeras y ha desatado considerables fuerzas políticas y sociales capaces de alcanzar grandes logros. La Venezuela de hoy es otra muy distinta a la que conocí hace solo 12 años, y ya entonces me impresionó profundamente, al ver que como ave Fénix resurgía de sus históricas cenizas.
Aludiendo a la misteriosa computadora de Raúl Reyes, en manos de Estados Unidos y la CIA, a partir del ataque organizado y suministrado por ellos en pleno territorio ecuatoriano, que asesinó al sustituto de Marulanda y a varios jóvenes latinoamericanos desarmados, han lanzado la versión de que Chávez apoyaba la “organización narco-terrorista de las FARC”. Los verdaderos terroristas y narcotraficantes en Colombia han sido los paramilitares que le suministraban a los traficantes norteamericanos las drogas, que se venden en el mayor mercado de estupefacientes del mundo: Estados Unidos.
Nunca hablé con Marulanda, pero sí con escritores e intelectuales honrados que llegaron a conocerlo bien. Analicé sus pensamientos e historia. Era sin dudas un hombre valiente y revolucionario, lo cual no vacilo en afirmar. Expliqué que no coincidía con él en su concepción táctica. A mi juicio, dos o tres mil hombres habrían sido más que suficientes para derrotar en el territorio de Colombia a un ejército regular convencional. Su error era concebir un ejército revolucionario armado con casi tantos soldados como el adversario. Eso era sumamente costoso y virtualmente imposible de manejar.
Hoy la tecnología ha cambiado muchos aspectos de la guerra; las formas de lucha también cambian. De hecho el enfrentamiento de las fuerzas convencionales, entre potencias que poseen el arma nuclear, se ha tornado imposible. No hay que poseer los conocimientos de Albert Einstein, Stephen Hawking y miles de otros científicos para comprenderlo. Es un peligro latente y el resultado se conoce o se debiera conocer. Los seres pensantes podrían tardar millones de años en volver a poblar el planeta.
A pesar de todo, sostengo el deber de luchar, que es algo de por sí innato en el hombre, buscar soluciones que le permitan una existencia más razonada y digna.
Desde que conocí a Chávez, ya en la presidencia de Venezuela, desde la etapa final del gobierno de Pastrana, siempre lo vi interesado por la paz en Colombia, y facilitó las reuniones entre el gobierno y los revolucionarios colombianos que tuvieron por sede a Cuba, entiéndase bien, para un acuerdo verdadero de paz y no una rendición.
No recuerdo haber escuchado nunca a Chávez promover en Colombia otra cosa que no fuera la paz, ni tampoco mencionar a Raúl Reyes. Siempre abordábamos otros temas. Él aprecia particularmente a los colombianos; millones de ellos viven en Venezuela y todos se benefician con las medidas sociales adoptadas por la Revolución, y el pueblo de Colombia lo aprecia casi tanto como el de Venezuela.
Deseo expresar mi solidaridad y estima al General Henry Rangel Silva, Jefe del Comando Estratégico Operacional de las Fuerzas Armadas, y recién designado Ministro para la Defensa de la República Bolivariana. Tuve el honor de conocerlo cuando en meses ya distantes visitó a Chávez en Cuba. Pude apreciar en él un hombre inteligente y sano, capaz y a la vez modesto. Escuché su discurso sereno, valiente y claro, que inspiraba confianza.
Dirigió la organización del desfile militar más perfecto que he visto de una fuerza militar latinoamericana, que esperamos sirva de aliento y ejemplo a otros ejércitos hermanos.
Los yankis nada tienen que ver con ese desfile y no serían capaces de hacerlo mejor.
Es sumamente injusto criticar a Chávez por los recursos invertidos en las excelentes armas que allí se exhibieron. Estoy seguro de que jamás se utilizarán para agredir a un país hermano. Las armas, los recursos y los conocimientos deberán marchar por los senderos de la unidad para formar en América, como soñó El Libertador, “…la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria”.
Todo nos une más que a Europa o a los propios Estados Unidos, excepto la falta de independencia que nos han impuesto durante 200 años.
Fidel Castro Ruz
Enero 25 de 2012
8 y 32 p.m.
31/1/2012
http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2012/01/26/la-genialidad-de-chavez/
26 Enero 2012
El presidente Chávez presentó ante el Parlamento de Venezuela su informe sobre la actividad realizada en 2011 y el programa a ejecutar en el año actual. Después de cumplir rigurosamente las formalidades que demanda esa importante actividad, habló en la Asamblea a las autoridades oficiales del Estado, a los parlamentarios de todos los partidos, y a los simpatizantes y adversarios que el país reúne en su acto más solemne.
El líder bolivariano fue amable y respetuoso con todos los presentes como es habitual en él. Si alguno le solicitaba el uso de la palabra para alguna aclaración, le concedía de inmediato esa posibilidad. Cuando una parlamentaria, que lo había saludado amablemente igual que otros adversarios, solicitó hablar, interrumpió su informe y le cedió la palabra, en un gesto de gran altura política. Llamó mi atención la dureza extrema con que el Presidente fue increpado con frases que pusieron a prueba su caballerosidad y sangre fría. Aquello constituía una incuestionable ofensa, aunque no fuese la intención de la parlamentaria. Sólo él fue capaz de responder con serenidad al insultante calificativo de “ladrón” que ella utilizó para juzgar la conducta del Presidente por las leyes y medidas adoptadas.
Después de cerciorarse sobre el término exacto empleado, respondió a la solicitud individual de un debate con una frase elegante y sosegada “Águila no caza moscas”, y sin añadir una palabra, prosiguió serenamente su exposición.
Fue una prueba insuperable de mente ágil y autocontrol. Otra mujer, de incuestionable estirpe humilde, con emotivas y profundas palabras expresó el asombro por lo que había visto e hizo estallar el aplauso de la inmensa mayoría allí presente, que por el estampido de los mismos, parecía proceder de todos los amigos y muchos de los adversarios del Presidente.
Más de nueve horas invirtió Chávez en su discurso de rendición de cuentas sin que disminuyera el interés suscitado por sus palabras y, tal vez debido al incidente, fue escuchado por incalculable número de personas. Para mí, que muchas veces abordé arduos problemas en extensos discursos haciendo siempre el máximo esfuerzo para que las ideas que deseaba trasmitir se comprendieran, no alcanzo a explicarme cómo aquel soldado de modesto origen era capaz de mantener con su mente ágil y su inigualable talento tal despliegue oratorio sin perder su voz ni disminuir su fuerza.
La política para mí es el combate amplio y resuelto de las ideas. La publicidad es tarea de los publicistas, que tal vez conocen las técnicas para hacer que los oyentes, espectadores y lectores hagan lo que se les dice. Si tal ciencia, arte o como le llamen, se empleara para el bien de los seres humanos, merecerían algún respeto; el mismo que merecen quienes enseñan a las personas el hábito de pensar.
En el escenario de Venezuela se libra hoy un gran combate. Los enemigos internos y externos de la revolución prefieren el caos, como afirma Chávez, antes que el desarrollo justo, ordenado y pacífico del país. Acostumbrado a analizar los hechos ocurridos durante más de medio siglo, y de observar cada vez con mayores elementos de juicio la azarosa historia de nuestro tiempo y el comportamiento humano, uno aprende casi a predecir el desarrollo futuro de los acontecimientos.
Promover una Revolución profunda no era tarea fácil en Venezuela, un país de gloriosa historia, pero inmensamente rico en recursos de vital necesidad para las potencias imperialistas que han trazado y aún trazan pautas en el mundo.
Líderes políticos al estilo de Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Pérez, carecían de cualidades personales mínimas para realizar esa tarea. El primero era además, excesivamente vanidoso e hipócrita. Oportunidades tuvo de sobra para conocer la realidad venezolana. En su juventud había sido miembro del Buró Político del Partido Comunista de Costa Rica. Conocía muy bien la historia de América Latina y el papel del imperialismo, los índices de pobreza y el saqueo despiadado de los recursos naturales del continente. No podía ignorar que en un país inmensamente rico como Venezuela, la mayoría del pueblo vivía en extrema pobreza. Los materiales fílmicos están en los archivos y constituyen pruebas irrebatibles de aquellas realidades.
Como tantas veces ha explicado Chávez, Venezuela durante más de medio siglo fue el mayor exportador de petróleo en el mundo; buques de guerra europeos y yankis a principios del siglo XX intervinieron para apoyar un gobierno ilegal y tiránico que entregó el país a los monopolios extranjeros. Es bien conocido que incalculables fondos salieron para engrosar el patrimonio de los monopolios y de la propia oligarquía venezolana.
A mí me basta recordar que cuando visité por primera vez a Venezuela, después del triunfo de la Revolución, para agradecer su simpatía y apoyo a nuestra lucha, el petróleo valía apenas dos dólares el barril.
Cuando viajé después para asistir a la toma de posesión de Chávez, el día que juró sobre la “moribunda Constitución” que sostenía Calderas, el petróleo valía 7 dólares el barril, a pesar de los 40 años transcurridos desde la primera visita y casi 30 desde que el “benemérito” Richard Nixon había declarado que el canje metálico del dólar dejaba de existir y Estados Unidos comenzó a comprar el mundo con papeles. Durante un siglo la nación fue suministradora de combustible barato a la economía del imperio y exportadora neta de capital a los países desarrollados y ricos.
¿Por qué predominaron durante más de un siglo estas repugnantes realidades?
Los oficiales de las Fuerzas Armadas de América Latina tenían sus escuelas privilegiadas en Estados Unidos, donde los campeones olímpicos de las democracias los educaban en cursos especiales destinados a preservar el orden imperialista y burgués. Los golpes de Estado serían bienvenidos siempre que estuvieran destinados a “defender las democracias”, preservar y garantizar tan repugnante orden, en alianza con las oligarquías; si los electores sabían o no leer y escribir, si tenían o no viviendas, empleo, servicios médicos y educación, eso carecía de importancia siempre que el sagrado derecho a la propiedad fuese sostenido. Chávez explica esas realidades magistralmente. Nadie conoce como él lo que ocurría en nuestros países.
Lo que era todavía peor, el carácter sofisticado de las armas, la complejidad en la explotación y el uso del armamento moderno que requiere años de aprendizaje, y la formación de especialistas altamente calificados, el precio casi inaccesible de las mismas para las economías débiles del continente, creaba un mecanismo superior de subordinación y dependencia. El Gobierno de Estados Unidos a través de mecanismos que ni siquiera consultan a los gobiernos, traza pautas y determina políticas para los militares. Las técnicas más sofisticadas de torturas se trasmitían a los llamados cuerpos de seguridad para interrogar a los que se rebelaban contra el inmundo y repugnante sistema de hambre y explotación.
A pesar de eso, no pocos oficiales honestos, hastiados por tantas desvergüenzas, intentaron valientemente erradicar aquella bochornosa traición a la historia de nuestras luchas por la independencia.
En Argentina, Juan Domingo Perón, oficial del Ejército, fue capaz de diseñar una política independiente y de raíz obrera en su país. Un sangriento golpe militar lo derrocó, lo expulsó de su país, y lo mantuvo exiliado desde 1955 hasta 1973. Años más tarde, bajo la égida de los yankis, asaltaron de nuevo el poder, asesinaron, torturaron y desaparecieron a decenas de miles de argentinos, y no fueron siquiera capaces de defender el país en la guerra colonial contra Argentina que Inglaterra llevó a cabo con el apoyo cómplice de Estados Unidos y el esbirro Augusto Pinochet, con su cohorte de oficiales fascistas formados en la Escuela de las Américas.
En Santo Domingo, el Coronel Francisco Caamaño Deñó; en Perú, el General Velazco Alvarado; en Panamá, el General Omar Torrijos; y en otros países capitanes y oficiales que sacrificaron sus vidas anónimamente, fueron las antítesis de las conductas traidoras personificadas en Somoza, Trujillo, Stroessner y las sanguinarias tiranías de Uruguay, El Salvador y otros países de Centro y Sur América. Los militares revolucionarios no expresaban puntos de vista teóricamente elaborados en detalles, y nadie tenía derecho a exigírselos, porque no eran académicos educados en política, sino hombres con sentido del honor que amaban su país.
Sin embargo, hay que ver hasta dónde son capaces de llegar por los senderos de la revolución hombres de tendencia honesta, que repudian la injusticia y el crimen.
Venezuela constituye un brillante ejemplo del rol teórico y práctico que los militares revolucionarios pueden desempeñar en la lucha por la independencia de nuestros pueblos, como ya lo hicieron hace dos siglos bajo la genial dirección de Simón Bolívar.
Chávez, un militar venezolano de humilde origen, irrumpe en la vida política de Venezuela inspirado en las ideas del libertador de América. Sobre Bolívar, fuente inagotable de inspiración, Martí escribió: “ganó batallas sublimes con soldados descalzos y medio desnudos [...] jamás se peleó tanto, ni se peleó mejor, en el mundo por la libertad…”
“… de Bolívar -dijo- se puede hablar con una montaña por tribuna [...] o con un manojo de pueblos libres en el puño…”
“… lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy; porque Bolívar tiene que hacer en América todavía.”
Más de medio siglo después el insigne y laureado poeta Pablo Neruda escribió sobre Bolívar un poema que Chávez repite con frecuencia. En su estrofa final expresa:
“Yo conocí a Bolívar una mañana larga,
en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,
Padre, le dije, eres o no eres o quién eres?
Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:
‘Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo’.”
Pero el líder bolivariano no se limita a la elaboración teórica. Sus medidas concretas no se hacen esperar. Los países caribeños de habla inglesa, a los que modernos y lujosos buques cruceros yankis le disputaban el derecho a recibir turistas en sus hoteles, restaurantes y centros de recreación, no pocas veces de propiedad extranjera pero que al menos generaban empleo, agradecerán siempre a Venezuela el combustible suministrado por ese país con facilidades especiales de pago, cuando el barril alcanzó precios que a veces superaban los 100 dólares.
El pequeño Estado de Nicaragua, patria de Sandino, “General de Hombres Libres”, donde la Agencia Central de Inteligencia a través de Luis Posada Carriles, después de ser rescatado de una prisión venezolana, organizó el intercambio de armas por drogas que costó miles de vidas y mutilados a ese heroico pueblo, también ha recibido el apoyo solidario de Venezuela. Son ejemplos sin precedentes en la historia de este hemisferio.
El ruinoso Acuerdo de Libre Comercio que los yankis pretenden imponer a la América Latina, como hizo con México, convertiría los países latinoamericanos y caribeños no solo en la región del mundo donde peor está distribuida la riqueza, que ya lo es, sino también en un gigantesco mercado donde hasta el maíz y otros alimentos que son fuentes históricas de proteína vegetal y animal serían desplazados por los cultivos subsidiados de Estados Unidos, como ya está ocurriendo en territorio mexicano.
Los automóviles de uso y otros bienes desplazan a los de la industria mexicana; tanto las ciudades como los campos pierden su capacidad de empleo, el comercio de drogas y armas crece, jóvenes casi adolescentes con apenas 14 ó 15 años, en número creciente, son convertidos en temibles delincuentes. Jamás se vio que ómnibus u otros vehículos repletos de personas, que incluso pagaron para ser transportados al otro lado de la frontera en busca de empleo, fuesen secuestrados y eliminados masivamente. Las cifras conocidas crecen de año en año. Más de 10 mil personas están perdiendo ya la vida cada año.
No es posible analizar la Revolución Bolivariana sin tomar en cuenta estas realidades.
Las fuerzas armadas, en tales circunstancias sociales, se ven forzadas a interminables y desgastadoras guerras.
Honduras no es un país industrializado, financiero o comercial, ni siquiera gran productor de drogas, sin embargo algunas de sus ciudades rompen el record de muertos por violencia a causa de las drogas. Allí se yergue en cambio el estandarte de una importante base de las fuerzas estratégicas del Comando Sur de Estados Unidos. Lo que allí ocurre y está ocurriendo ya en más de un país latinoamericano es el dantesco cuadro señalado, de los cuales algunos países, han comenzado a salir. Entre ellos, y en primer lugar Venezuela, pero no solo porque posee cuantiosos recursos naturales, sino porque los rescató de la avaricia insaciable de las transnacionales extranjeras y ha desatado considerables fuerzas políticas y sociales capaces de alcanzar grandes logros. La Venezuela de hoy es otra muy distinta a la que conocí hace solo 12 años, y ya entonces me impresionó profundamente, al ver que como ave Fénix resurgía de sus históricas cenizas.
Aludiendo a la misteriosa computadora de Raúl Reyes, en manos de Estados Unidos y la CIA, a partir del ataque organizado y suministrado por ellos en pleno territorio ecuatoriano, que asesinó al sustituto de Marulanda y a varios jóvenes latinoamericanos desarmados, han lanzado la versión de que Chávez apoyaba la “organización narco-terrorista de las FARC”. Los verdaderos terroristas y narcotraficantes en Colombia han sido los paramilitares que le suministraban a los traficantes norteamericanos las drogas, que se venden en el mayor mercado de estupefacientes del mundo: Estados Unidos.
Nunca hablé con Marulanda, pero sí con escritores e intelectuales honrados que llegaron a conocerlo bien. Analicé sus pensamientos e historia. Era sin dudas un hombre valiente y revolucionario, lo cual no vacilo en afirmar. Expliqué que no coincidía con él en su concepción táctica. A mi juicio, dos o tres mil hombres habrían sido más que suficientes para derrotar en el territorio de Colombia a un ejército regular convencional. Su error era concebir un ejército revolucionario armado con casi tantos soldados como el adversario. Eso era sumamente costoso y virtualmente imposible de manejar.
Hoy la tecnología ha cambiado muchos aspectos de la guerra; las formas de lucha también cambian. De hecho el enfrentamiento de las fuerzas convencionales, entre potencias que poseen el arma nuclear, se ha tornado imposible. No hay que poseer los conocimientos de Albert Einstein, Stephen Hawking y miles de otros científicos para comprenderlo. Es un peligro latente y el resultado se conoce o se debiera conocer. Los seres pensantes podrían tardar millones de años en volver a poblar el planeta.
A pesar de todo, sostengo el deber de luchar, que es algo de por sí innato en el hombre, buscar soluciones que le permitan una existencia más razonada y digna.
Desde que conocí a Chávez, ya en la presidencia de Venezuela, desde la etapa final del gobierno de Pastrana, siempre lo vi interesado por la paz en Colombia, y facilitó las reuniones entre el gobierno y los revolucionarios colombianos que tuvieron por sede a Cuba, entiéndase bien, para un acuerdo verdadero de paz y no una rendición.
No recuerdo haber escuchado nunca a Chávez promover en Colombia otra cosa que no fuera la paz, ni tampoco mencionar a Raúl Reyes. Siempre abordábamos otros temas. Él aprecia particularmente a los colombianos; millones de ellos viven en Venezuela y todos se benefician con las medidas sociales adoptadas por la Revolución, y el pueblo de Colombia lo aprecia casi tanto como el de Venezuela.
Deseo expresar mi solidaridad y estima al General Henry Rangel Silva, Jefe del Comando Estratégico Operacional de las Fuerzas Armadas, y recién designado Ministro para la Defensa de la República Bolivariana. Tuve el honor de conocerlo cuando en meses ya distantes visitó a Chávez en Cuba. Pude apreciar en él un hombre inteligente y sano, capaz y a la vez modesto. Escuché su discurso sereno, valiente y claro, que inspiraba confianza.
Dirigió la organización del desfile militar más perfecto que he visto de una fuerza militar latinoamericana, que esperamos sirva de aliento y ejemplo a otros ejércitos hermanos.
Los yankis nada tienen que ver con ese desfile y no serían capaces de hacerlo mejor.
Es sumamente injusto criticar a Chávez por los recursos invertidos en las excelentes armas que allí se exhibieron. Estoy seguro de que jamás se utilizarán para agredir a un país hermano. Las armas, los recursos y los conocimientos deberán marchar por los senderos de la unidad para formar en América, como soñó El Libertador, “…la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria”.
Todo nos une más que a Europa o a los propios Estados Unidos, excepto la falta de independencia que nos han impuesto durante 200 años.
Fidel Castro Ruz
Enero 25 de 2012
8 y 32 p.m.
31/1/2012
http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2012/01/26/la-genialidad-de-chavez/
¿Acaso alguien sobra en el mundo? La miseria es violencia
Marcelo Colussi
Especial para ARGENPRESS.info
La invocación a la paz es algo tan viejo como el mundo; nadie en su sano juicio la puede desechar o rechazar abiertamente. Nadie deja de hablar de ella como un bien positivo en sí mismo. La historia, por cierto, muestra una interminable sucesión de invocaciones a la paz… pero al mismo tiempo, la historia también es una interminable sucesión de guerras, de negación sistemática de la paz, de situaciones donde lo que prima es el más descarnado enfrentamiento con su secuela de sufrimiento y pérdida de la dignidad.
Extraer de todo ello la conclusión que habría una “esencia guerrera” en lo humano que nos condena fatalmente al conflicto violento (“el hombre como lobo del propio hombre”), pue-de ser apresurado. O, en todo caso, habría que matizarla: la convivencia pacífica sigue siendo una aspiración, por lo que se ve, siempre bastante lejana, ¡pero sin dudas válida! ¿Es quimérico pensar y buscar un mundo menos violento que el que conocemos? No lo sabemos. No importa incluso. Lo que debe impulsarnos es una ética de la justicia. Esas búsquedas son como las estrellas: inalcanzables en un sentido, pero nos marcan el camino.
Por cierto, la discusión en torno a estos temas está abierta desde hace largo tiempo; la filosofía, la política, el arte en sus diferentes expresiones, las ciencias sociales vienen preguntándose todo esto incansablemente desde el inicio de los tiempos.
No hay ninguna duda que la sola constatación de la vida cotidiana o de la historia, en cualquier momento y en cualquier punto del planeta, nos muestra que la guerra y la conflictividad en sentido amplio son un molde de las relaciones humanas. “Si quieres la paz prepárate para la guerra”, alertaban los romanos del Imperio hace más de dos milenios; quizá con demasiado cinismo, quizá con profundo conocimiento de la condición humana, la invocación no parece descabellada. Esa “preparación”, que no es sino el desarrollo del componente bélico en cualquiera de sus innumerables aristas, ha sido y continúa siendo el sector más acrecentado, dinámico –y hoy día: lucrativo– de los seres humanos.
Se dijo mordazmente que lo primero que hizo el ser humano cuando sus ancestros bajaron de los árboles y comenzaron a caminar erguidos fue un arma: una piedra afilada. Lo cierto es que desde ese primer Homo Habilis hace dos millones y medio de años hasta la increíble parafernalia armamentística actual (que implica un gasto de 30.000 dólares por segundo), la industria de la guerra no se ha detenido nunca. Hoy disponemos de los medios técnicos para hacer volar el planeta varias veces, provocando una onda expansiva que llegaría hasta la órbita de Plutón (portento técnico que, sin embargo, no impide que siga muriendo gente de hambre o que haya enormes cantidades de seres humanos en la miseria). Es evidente que la paz se resiste, que la violencia no nos es ajena.
Las relaciones entre los seres humanos no siempre son necesariamente armónicas. La pretensión iluminista de “igualdad” y “fraternidad” muchas veces no pasa de aspiración. Por otro lado, el llamado al amor, a la paz y la concordia que encontramos en diversas formulaciones, bienintencionadas sin dudas, se estrella con una realidad donde la violencia juega un papel preponderante. La realidad humana está marcada -esto es innegable- por el conflicto. Diversos autores, en diferentes momentos históricos y con distintos contextos, han expresado esta verdad. A modo de síntesis de muchas de esas elucubraciones podría decirse, citando una entre tantas de esas referencias, que “la violencia es la partera de la historia”.
La realidad nos enseña, a sangre y fuego, que a veces hay paz, pero que la tensión está siempre presente. El paraíso bucólico del que nos hablan los pacifismos hace parte muy relativamente de nuestro mundo. El conflicto, en cualquiera de sus manifestaciones, no es externo a la constitución humana sino, por el contrario, estructural. Si algún humano no tomara parte en él, no participaría del todo social.
La marginalidad
Las sociedades se protegen a sí mismas; la cultura reproduce semejantes. Por tanto lo extraño, lo extemporáneo tiende a ser neutralizado. El mecanismo para ello es la segregación, la exclusión. Minuciosamente nos enseña Michel Foucault (“Historia de la locura en la época clásica”) que en la modernidad occidental (capitalismo industrial) se perfeccionó el espacio de marginación de la irracionalidad desarrollándose para ello los dispositivos “científicos” pertinentes: el asilo y el médico alienista. La locura no es sólo la enfermedad mental; es todo aquello que “sobra” en la lógica dominante. Así, describiendo la Salpêtrière –el mayor asilo de Europa en el siglo XVIII–, Thénon dice: “acoge a mujeres y muchachas embarazadas, amas de leche con sus niños; niños varones desde la edad de 7 u 8 meses hasta 4 o 5 años; niñas de todas las edades; ancianos y ancianas, locos furiosos, imbéciles, epilépticos, paralíticos, ciegos, lisiados, tiñosos, incurables de toda clase, etc.”. Marginal, entonces, puede ser cualquier cosa.
La sociedad “produce” sus marginales. En la cosmovisión occidental (hoy día impuesta globalmente) la razón matemática y mercantil es la pauta que guía la marginación; las divergencias respecto a ella son sancionadas como insensatas, inservibles. Por cierto puede entrar en esa divergencia todo lo que se desee (el amplio “etcétera” de la enumeración de Thénon). Toda sociedad mantiene un cúmulo de pautas que constituyen su normalidad; la sociedad industrial, más que ninguna otra (seguramente debido a lo intrincado de su funcionamiento) preserva su normalidad apartando severamente los “cuerpos extraños”. En sociedades menos complejas es menor el espacio para la marginalidad; en un mundo super especializado, con una marcada división del trabajo, hondamente competitivo, es más posible que alguien quede “fuera” en el complejo camino de la integración. En un mundo tan polifacético hay más campo para los así llamados “sub-mundos”. Así es que encontramos los diversos sub-mundos del hampa, de la mendicidad, de las drogas, de la vida en las calles (¿habrá que agregar de los “incurables de toda clase” como en aquella lista?)
La solidaridad, la tolerancia, el altruismo en su sentido más amplio no son, precisamente, lo que más abunda en la experiencia humana. La tendencia a segregar sale con demasiada facilidad. Lo extraño, ante todo, produce rechazo. De ahí a su estigmatización sólo hay un paso. Hoy día no se queman en la hoguera a los poseídos (“incurables de toda clase” y “et-céteras” varios) sino que se los margina con mayor refinamiento: se los confina (asilos de las más diversas categorías: manicomios, cárceles, reformatorios, geriátricos, casas de caridad). Sin ironía: eso es un mejoramiento histórico en la condición humana (“En el Medioevo me hubieran quemado a mí; hoy día, los nazis queman mis libros. ¡Hemos progresado!” dijo Sigmund Freud cuando la anexión de Austria por la tropas alemanas). Pero el discordante sigue siendo el leproso de antaño: encapuchado y con campana para anunciar su paso. Son los menos los países cuyas constituciones (y luego la práctica cotidiana) aseguran la no discriminación de las minorías en desventaja. Ante ello, la beneficencia puede ser también una forma de segregación, pues ratifica al excluido en su condición de tal.
Podríamos concluir así que la marginación es un proceso “natural” de la sociedad complejizada que apoya en características propias de lo humano. Asusta, y por tanto se margina, tanto a un vagabundo como a un delirante o a un débil mental, a un homosexual cuanto a un seropositivo, a una prostituta o a un delincuente.
Hacia una nueva marginalidad
No son marginales un soldado que regresa de la guerra o un desocupado; ellos tienen la posibilidad de volver a integrarse al tejido social del que, por razones diversas, se han distanciado. Y en sentido estricto, tampoco lo es el ermitaño que eligió la vida solitaria y alejada. La marginalidad conlleva la marca de lo reprochable moralmente, de lo anatematizado. De ahí que se la aísle, incluso físicamente confinándola.
Desde hace algunos años el mundo va tomando tales características que hacen que el fenómeno de la marginalidad deje de ser algo circunstancial para devenir ya estructural. Hoy día asistimos a la marginación no sólo del harapiento, del mendigo en la puerta de la iglesia, sino de poblaciones completas. Se habla de “áreas marginales”. Si bien nadie lo dice en voz alta, la lógica que cimenta esta nueva exclusión parte del supuesto de “gente que sobra”. El temor malthusiano del siglo XIX parece tomar cuerpo en políticas concretas que prescriben no más gente en el planeta (y si se puede menos, mejor). La tendencia en marcha pareciera ser un mundo dual: uno oficial, el integrado, y otro que sobra.
El proceso por el que se llega a esta situación seguramente está ligado al especial desarrollo de la actual productividad: una técnica deslumbrante que termina prescindiendo del sujeto que la concibe y la aprovecha, y para quien debería estar destinada. El ser humano comienza a sobrar. Existe un sexo cibernético en el que el otro de carne y hueso no es necesario; la imagen virtual va reemplazando al sujeto corpóreo. ¿La robótica prescindirá de la gente? Pero ¿es ese el “desarrollo” que queremos?
El peso relativo de los países pobres es cada vez menor en el concierto internacional. Las materias primas pierden valor aceleradamente ante los productos con alta tecnología incorporada. Los pobres son cada vez más pobres; y cada vez quedan más confinados a las “áreas marginales”. ¿Sobran entonces? La pobreza va quedando más delimitada y ubicada en ghettos (quizá nueva forma de asilo). En la ciudad de Guatemala, por ejemplo, con una población total en el área metropolitana de cuatro millones y medio de personas, un 25% vive en zonas llamadas “marginales”. ¿Sobran acaso? ¿Es acaso que alguien puede “sobrar”?
Trágicamente, esos bolsones no son minorías discordantes sino que van pasando a ser lo dominante. En las grandes urbes del Sur (y también, aunque en menor medida, en el Norte) las zonas marginales crecen imparablemente. En algunos casos albergan una cuarta parte de sus habitantes, o más. Evidentemente, entonces, el fenómeno no es marginal. Valga el dato: uno de cada dos nacimientos en el mundo tiene lugar en asentamientos urbano-marginales; ¡y hay tres nacimientos por segundo!
El Banco Mundial define la pobreza como “la inhabilidad para obtener un nivel mínimo de vida”. Probablemente pueda ser inhábil un impedido (un no-vidente, un parapléjico). Pero no lo son poblaciones completas. La imposibilidad de conseguir un nivel mínimo de subsistencia radica, en todo caso, en condiciones que trascienden lo personal. La pobreza creciente que agobia a sectores cada vez mayores en el mundo, la miseria absoluta en que tanta gente vive, no es sólo falta de habilidad para procurarse el sustento; habla, más bien, de un nuevo estilo de marginalidad, consecuencia de estructuras injustas. Habla de relaciones de poder que marginan, que violentan a otros seres humanos.
Es ahí cuando se hace palmariamente evidente que la miseria es una forma de violencia, cruel, despiadada. En Guatemala –país considerado muy violento, que está saliendo de una terrible guerra civil que dejó 245.000 muertos y desaparecidos– se habla hoy día de la ola de violencia que lo asola, con 15 muertes violentas por día debidas básicamente a la criminalidad. Pero no se habla de las 18 muertes diarias debido a la desnutrición crónica. ¿No es eso violencia acaso? La miseria es violencia, sin dudas, y produce más daño que la peor delincuencia.
¿Qué nos espera?
La forma que ha ido tomando el desarrollo del mundo en la actual era post industrial es curiosa, y al mismo tiempo alarmante. Asistimos a una revolución científico-técnica monumental, que se despliega a una velocidad vertiginosa, pero donde lo que debería ser el centro de todo: el ser humano concreto, queda de lado. Era de las comunicaciones satelitales y de la inteligencia artificial, pero mucha gente no tiene ni para comer…, mientras algunos prefieren hablar por Facebook y no cara a cara; auge de la informática, pero una buena parte de la humanidad no tiene siquiera acceso a energía eléctrica. Se gastan 30.000 dólares por segundo en armamentos mientras muchos no alcanzan la dieta mínima para sobrevivir (lo repito: 18 muertos diarios en Guatemala ¡por hambre!). Algo falla en la idea de progreso. Algo anda mal si se puede llegar a aceptar naturalmente la existencia de áreas marginales (barrios, poblaciones, quizá países, ¿continentes?) ¿O es que acaso alguien sobra de verdad?
Cada vez más gente queda marginada de la riqueza que la Humanidad genera. La marginación del nuevo estilo produce islas de esplendor resguardadas celosamente de mayorías “excedentes”. Por supuesto que mientras cada vez más gente quede al margen del festín, más serán las posibilidades de inestabilidad y eventuales estallidos.
Desde hace ya algunos años se ha establecido como parte del discurso “políticamente correcto” en todo el mundo hablar de la lucha contra la pobreza. La iniciativa, por cierto, es loable, altamente meritoria, con la cual nadie podría estar en desacuerdo. Los más diversos sectores, de izquierda y derecha, desde quienes sufren las exclusiones más humillantes hasta los magnates de los listados de la revista Forbes, todos coinciden en que la pobreza es algo contra lo que debe actuarse. Incluso instancias como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, organismos que se encargan de manejar los grandes capitales globales, levantan airados su voz contra este flagelo, y desde hace algún tiempo basan sus iniciativas de asistencia a los países más necesitados en sus “estrategias de lucha contra la pobreza”.
Podríamos decir que todo esto es cierto, que efectivamente hay, desde los poderes que rigen en muy buena medida la marcha de la humanidad, una marcada preocupación por terminar con esta lacra de la pobreza y la pobreza extrema. Pero algo sucede que las cosas de base no cambian: los pobres más pobres crecen en número y en distancia en relación a los que no lo son. Y no sólo eso: la pobreza ¡se criminaliza! ¿Pero no es acaso la pobreza una forma infinitamente grosera de violencia? ¿Por qué, entonces, más allá de una declaración bienintencionada, las cosas cuestan tanto que cambien? ¿Por qué el discurso oficial, la conciencia dominante se indigna tanto y actúa contra, por ejemplo, el siempre mal definido “terrorismo” –que produce infinitamente menos víctimas que el SIDA– y no repara en la miseria en que vive buena parte de la humanidad?
Como siempre en las experiencias humanas no hay negros y blancos absolutos; hay, en todo caso, luces y sombras interconectadas. La realidad es más multicolor, más plena de matices contradictorios, y por tanto, compleja que un simple maniqueísmo de “buenos” y “malos”. Habrá quien honestamente luche día a día contra este mal en sí mismo que representa la pobreza, o su expresión más descarnada: la pobreza extrema, la miseria. Habrá también quien pueda hacer negocio de estas causas, ¿por qué no? Sólo quienes atraviesan efectivamente esa situación de exclusión podrán saber a profundidad de qué se trata el asunto, puesto que lo viven cotidianamente en carne propia. La cuestión es que la marginación vergonzosa de mucha gente continúa, y no es fácil ver la luz al final del túnel.
Según datos de Naciones Unidas, hoy día en nuestro planeta 1.300 millones de personas viven con menos de un dólar diario; hay 1.000 millones de analfabetos; 1.200 millones vi-ven sin agua potable. El hambre sigue siendo la principal causa de muerte: come en promedio más carne roja un perrito hogareño del Norte que un habitante del Sur. En la sociedad de la información, ahora que pasó a ser una frase casi obligada aquello de “el internet está cambiando nuestras vidas”, 1.000 millones están sin acceso, no ya a internet, sino a energía eléctrica. Hay alrededor de 200 millones de desempleados y ocho de cada diez trabajadores no gozan de protección adecuada y suficiente. Lacras como la esclavitud (¡esclavitud!, en pleno siglo XXI… se habla de casi 30 millones de personas a nivel global), la explotación infantil o el turismo sexual continúan siendo algo frecuente. El derecho sindical ha pasado a ser rémora del pasado. La situación de las mujeres trabajadoras es peor aún: además de todas las explotaciones mencionadas sufren más por su condición de género, siempre expuestas al acoso sexual, con más carga laboral (jornadas fuera y dentro de sus casas), eternamente desvalorizadas. Pero lo más trágico es que, según esos datos, puede verse que el patrimonio de las 358 personas cuyos activos sobrepasan los 1.000 millones de dólares –selecto grupo que cabe en un Boeing 747, bien alimentados y probablemente también preocupados por esa “lucha contra la pobreza” para la que destinan algunos millones de dólares desde sus fundaciones– supera el ingreso anual combinado de países en los que vive el 45% de la población mundial. Con esos datos en la mano no pueden caber dudas que la situación actual es tremendamente injusta y que la pobreza no tiene más explicación que la mala distribución de la riqueza. No es un destino “instintivo”, definitivamente. Y aunque algunos (Onassis o Maradona, por dar unos ejemplos) hayan salido de pobres proviniendo de estratos humildes, eso no es la regla sino la más radical excepción.
La cuestión, entonces, pasa por ver cómo se combate ese flagelo de la pobreza, y más aún su expresión descarnada: la miseria. ¿Cómo se da esa lucha?
Ahí está la cuestión de fondo: la pobreza no es sino el síntoma visible de una situación de injusticia social de base. En ese sentido “pobreza” significa no ser capaz de controlar la propia vida, ser absolutamente vulnerable a la voluntad de otros, rebajarse para conseguir sus fines propios, empezando por el más elemental de sobrevivir. Junto a ello, la pobreza significa no tener la oportunidad de una vida mejor en el futuro, estar condenado a seguir siendo pobre, con lo que la vida no tiene mayor atractivo más allá de poder asegurar la animalesca sobrevivencia, si es que se logra.
La miseria en que vive tanta gente no es sino la expresión descarnada de la injustica de fondo en que está basada nuestra sociedad planetaria. Por tanto, luchar contra la pobreza y contra la miseria debe ser una acción dirigida a modificar esa injusticia. No es la miseria el objetivo final de esta lucha, como no lo podrían ser, por ejemplo, los niños de la calle, o la delincuencia juvenil, que son los efectos, las consecuencias. Esos son los síntomas visibles de fenómenos complejos. La lucha ha sido y continúa siendo la lucha por la justicia. Como dijo Joseph Wresinski: “Allí donde hay hombres condenados a vivir en la miseria, los derechos humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado”.
Ponencia presentada en el Coloquio Internacional “La miseria es violencia”, de la Asociación Cuarto Mundo / UNESCO. París, Francia, enero de 2012.
http://www.argenpress.info/2012/01/acaso-alguien-sobra-en-el-mundo-la.html
Especial para ARGENPRESS.info
La invocación a la paz es algo tan viejo como el mundo; nadie en su sano juicio la puede desechar o rechazar abiertamente. Nadie deja de hablar de ella como un bien positivo en sí mismo. La historia, por cierto, muestra una interminable sucesión de invocaciones a la paz… pero al mismo tiempo, la historia también es una interminable sucesión de guerras, de negación sistemática de la paz, de situaciones donde lo que prima es el más descarnado enfrentamiento con su secuela de sufrimiento y pérdida de la dignidad.
Extraer de todo ello la conclusión que habría una “esencia guerrera” en lo humano que nos condena fatalmente al conflicto violento (“el hombre como lobo del propio hombre”), pue-de ser apresurado. O, en todo caso, habría que matizarla: la convivencia pacífica sigue siendo una aspiración, por lo que se ve, siempre bastante lejana, ¡pero sin dudas válida! ¿Es quimérico pensar y buscar un mundo menos violento que el que conocemos? No lo sabemos. No importa incluso. Lo que debe impulsarnos es una ética de la justicia. Esas búsquedas son como las estrellas: inalcanzables en un sentido, pero nos marcan el camino.
Por cierto, la discusión en torno a estos temas está abierta desde hace largo tiempo; la filosofía, la política, el arte en sus diferentes expresiones, las ciencias sociales vienen preguntándose todo esto incansablemente desde el inicio de los tiempos.
No hay ninguna duda que la sola constatación de la vida cotidiana o de la historia, en cualquier momento y en cualquier punto del planeta, nos muestra que la guerra y la conflictividad en sentido amplio son un molde de las relaciones humanas. “Si quieres la paz prepárate para la guerra”, alertaban los romanos del Imperio hace más de dos milenios; quizá con demasiado cinismo, quizá con profundo conocimiento de la condición humana, la invocación no parece descabellada. Esa “preparación”, que no es sino el desarrollo del componente bélico en cualquiera de sus innumerables aristas, ha sido y continúa siendo el sector más acrecentado, dinámico –y hoy día: lucrativo– de los seres humanos.
Se dijo mordazmente que lo primero que hizo el ser humano cuando sus ancestros bajaron de los árboles y comenzaron a caminar erguidos fue un arma: una piedra afilada. Lo cierto es que desde ese primer Homo Habilis hace dos millones y medio de años hasta la increíble parafernalia armamentística actual (que implica un gasto de 30.000 dólares por segundo), la industria de la guerra no se ha detenido nunca. Hoy disponemos de los medios técnicos para hacer volar el planeta varias veces, provocando una onda expansiva que llegaría hasta la órbita de Plutón (portento técnico que, sin embargo, no impide que siga muriendo gente de hambre o que haya enormes cantidades de seres humanos en la miseria). Es evidente que la paz se resiste, que la violencia no nos es ajena.
Las relaciones entre los seres humanos no siempre son necesariamente armónicas. La pretensión iluminista de “igualdad” y “fraternidad” muchas veces no pasa de aspiración. Por otro lado, el llamado al amor, a la paz y la concordia que encontramos en diversas formulaciones, bienintencionadas sin dudas, se estrella con una realidad donde la violencia juega un papel preponderante. La realidad humana está marcada -esto es innegable- por el conflicto. Diversos autores, en diferentes momentos históricos y con distintos contextos, han expresado esta verdad. A modo de síntesis de muchas de esas elucubraciones podría decirse, citando una entre tantas de esas referencias, que “la violencia es la partera de la historia”.
La realidad nos enseña, a sangre y fuego, que a veces hay paz, pero que la tensión está siempre presente. El paraíso bucólico del que nos hablan los pacifismos hace parte muy relativamente de nuestro mundo. El conflicto, en cualquiera de sus manifestaciones, no es externo a la constitución humana sino, por el contrario, estructural. Si algún humano no tomara parte en él, no participaría del todo social.
La marginalidad
Las sociedades se protegen a sí mismas; la cultura reproduce semejantes. Por tanto lo extraño, lo extemporáneo tiende a ser neutralizado. El mecanismo para ello es la segregación, la exclusión. Minuciosamente nos enseña Michel Foucault (“Historia de la locura en la época clásica”) que en la modernidad occidental (capitalismo industrial) se perfeccionó el espacio de marginación de la irracionalidad desarrollándose para ello los dispositivos “científicos” pertinentes: el asilo y el médico alienista. La locura no es sólo la enfermedad mental; es todo aquello que “sobra” en la lógica dominante. Así, describiendo la Salpêtrière –el mayor asilo de Europa en el siglo XVIII–, Thénon dice: “acoge a mujeres y muchachas embarazadas, amas de leche con sus niños; niños varones desde la edad de 7 u 8 meses hasta 4 o 5 años; niñas de todas las edades; ancianos y ancianas, locos furiosos, imbéciles, epilépticos, paralíticos, ciegos, lisiados, tiñosos, incurables de toda clase, etc.”. Marginal, entonces, puede ser cualquier cosa.
La sociedad “produce” sus marginales. En la cosmovisión occidental (hoy día impuesta globalmente) la razón matemática y mercantil es la pauta que guía la marginación; las divergencias respecto a ella son sancionadas como insensatas, inservibles. Por cierto puede entrar en esa divergencia todo lo que se desee (el amplio “etcétera” de la enumeración de Thénon). Toda sociedad mantiene un cúmulo de pautas que constituyen su normalidad; la sociedad industrial, más que ninguna otra (seguramente debido a lo intrincado de su funcionamiento) preserva su normalidad apartando severamente los “cuerpos extraños”. En sociedades menos complejas es menor el espacio para la marginalidad; en un mundo super especializado, con una marcada división del trabajo, hondamente competitivo, es más posible que alguien quede “fuera” en el complejo camino de la integración. En un mundo tan polifacético hay más campo para los así llamados “sub-mundos”. Así es que encontramos los diversos sub-mundos del hampa, de la mendicidad, de las drogas, de la vida en las calles (¿habrá que agregar de los “incurables de toda clase” como en aquella lista?)
La solidaridad, la tolerancia, el altruismo en su sentido más amplio no son, precisamente, lo que más abunda en la experiencia humana. La tendencia a segregar sale con demasiada facilidad. Lo extraño, ante todo, produce rechazo. De ahí a su estigmatización sólo hay un paso. Hoy día no se queman en la hoguera a los poseídos (“incurables de toda clase” y “et-céteras” varios) sino que se los margina con mayor refinamiento: se los confina (asilos de las más diversas categorías: manicomios, cárceles, reformatorios, geriátricos, casas de caridad). Sin ironía: eso es un mejoramiento histórico en la condición humana (“En el Medioevo me hubieran quemado a mí; hoy día, los nazis queman mis libros. ¡Hemos progresado!” dijo Sigmund Freud cuando la anexión de Austria por la tropas alemanas). Pero el discordante sigue siendo el leproso de antaño: encapuchado y con campana para anunciar su paso. Son los menos los países cuyas constituciones (y luego la práctica cotidiana) aseguran la no discriminación de las minorías en desventaja. Ante ello, la beneficencia puede ser también una forma de segregación, pues ratifica al excluido en su condición de tal.
Podríamos concluir así que la marginación es un proceso “natural” de la sociedad complejizada que apoya en características propias de lo humano. Asusta, y por tanto se margina, tanto a un vagabundo como a un delirante o a un débil mental, a un homosexual cuanto a un seropositivo, a una prostituta o a un delincuente.
Hacia una nueva marginalidad
No son marginales un soldado que regresa de la guerra o un desocupado; ellos tienen la posibilidad de volver a integrarse al tejido social del que, por razones diversas, se han distanciado. Y en sentido estricto, tampoco lo es el ermitaño que eligió la vida solitaria y alejada. La marginalidad conlleva la marca de lo reprochable moralmente, de lo anatematizado. De ahí que se la aísle, incluso físicamente confinándola.
Desde hace algunos años el mundo va tomando tales características que hacen que el fenómeno de la marginalidad deje de ser algo circunstancial para devenir ya estructural. Hoy día asistimos a la marginación no sólo del harapiento, del mendigo en la puerta de la iglesia, sino de poblaciones completas. Se habla de “áreas marginales”. Si bien nadie lo dice en voz alta, la lógica que cimenta esta nueva exclusión parte del supuesto de “gente que sobra”. El temor malthusiano del siglo XIX parece tomar cuerpo en políticas concretas que prescriben no más gente en el planeta (y si se puede menos, mejor). La tendencia en marcha pareciera ser un mundo dual: uno oficial, el integrado, y otro que sobra.
El proceso por el que se llega a esta situación seguramente está ligado al especial desarrollo de la actual productividad: una técnica deslumbrante que termina prescindiendo del sujeto que la concibe y la aprovecha, y para quien debería estar destinada. El ser humano comienza a sobrar. Existe un sexo cibernético en el que el otro de carne y hueso no es necesario; la imagen virtual va reemplazando al sujeto corpóreo. ¿La robótica prescindirá de la gente? Pero ¿es ese el “desarrollo” que queremos?
El peso relativo de los países pobres es cada vez menor en el concierto internacional. Las materias primas pierden valor aceleradamente ante los productos con alta tecnología incorporada. Los pobres son cada vez más pobres; y cada vez quedan más confinados a las “áreas marginales”. ¿Sobran entonces? La pobreza va quedando más delimitada y ubicada en ghettos (quizá nueva forma de asilo). En la ciudad de Guatemala, por ejemplo, con una población total en el área metropolitana de cuatro millones y medio de personas, un 25% vive en zonas llamadas “marginales”. ¿Sobran acaso? ¿Es acaso que alguien puede “sobrar”?
Trágicamente, esos bolsones no son minorías discordantes sino que van pasando a ser lo dominante. En las grandes urbes del Sur (y también, aunque en menor medida, en el Norte) las zonas marginales crecen imparablemente. En algunos casos albergan una cuarta parte de sus habitantes, o más. Evidentemente, entonces, el fenómeno no es marginal. Valga el dato: uno de cada dos nacimientos en el mundo tiene lugar en asentamientos urbano-marginales; ¡y hay tres nacimientos por segundo!
El Banco Mundial define la pobreza como “la inhabilidad para obtener un nivel mínimo de vida”. Probablemente pueda ser inhábil un impedido (un no-vidente, un parapléjico). Pero no lo son poblaciones completas. La imposibilidad de conseguir un nivel mínimo de subsistencia radica, en todo caso, en condiciones que trascienden lo personal. La pobreza creciente que agobia a sectores cada vez mayores en el mundo, la miseria absoluta en que tanta gente vive, no es sólo falta de habilidad para procurarse el sustento; habla, más bien, de un nuevo estilo de marginalidad, consecuencia de estructuras injustas. Habla de relaciones de poder que marginan, que violentan a otros seres humanos.
Es ahí cuando se hace palmariamente evidente que la miseria es una forma de violencia, cruel, despiadada. En Guatemala –país considerado muy violento, que está saliendo de una terrible guerra civil que dejó 245.000 muertos y desaparecidos– se habla hoy día de la ola de violencia que lo asola, con 15 muertes violentas por día debidas básicamente a la criminalidad. Pero no se habla de las 18 muertes diarias debido a la desnutrición crónica. ¿No es eso violencia acaso? La miseria es violencia, sin dudas, y produce más daño que la peor delincuencia.
¿Qué nos espera?
La forma que ha ido tomando el desarrollo del mundo en la actual era post industrial es curiosa, y al mismo tiempo alarmante. Asistimos a una revolución científico-técnica monumental, que se despliega a una velocidad vertiginosa, pero donde lo que debería ser el centro de todo: el ser humano concreto, queda de lado. Era de las comunicaciones satelitales y de la inteligencia artificial, pero mucha gente no tiene ni para comer…, mientras algunos prefieren hablar por Facebook y no cara a cara; auge de la informática, pero una buena parte de la humanidad no tiene siquiera acceso a energía eléctrica. Se gastan 30.000 dólares por segundo en armamentos mientras muchos no alcanzan la dieta mínima para sobrevivir (lo repito: 18 muertos diarios en Guatemala ¡por hambre!). Algo falla en la idea de progreso. Algo anda mal si se puede llegar a aceptar naturalmente la existencia de áreas marginales (barrios, poblaciones, quizá países, ¿continentes?) ¿O es que acaso alguien sobra de verdad?
Cada vez más gente queda marginada de la riqueza que la Humanidad genera. La marginación del nuevo estilo produce islas de esplendor resguardadas celosamente de mayorías “excedentes”. Por supuesto que mientras cada vez más gente quede al margen del festín, más serán las posibilidades de inestabilidad y eventuales estallidos.
Desde hace ya algunos años se ha establecido como parte del discurso “políticamente correcto” en todo el mundo hablar de la lucha contra la pobreza. La iniciativa, por cierto, es loable, altamente meritoria, con la cual nadie podría estar en desacuerdo. Los más diversos sectores, de izquierda y derecha, desde quienes sufren las exclusiones más humillantes hasta los magnates de los listados de la revista Forbes, todos coinciden en que la pobreza es algo contra lo que debe actuarse. Incluso instancias como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, organismos que se encargan de manejar los grandes capitales globales, levantan airados su voz contra este flagelo, y desde hace algún tiempo basan sus iniciativas de asistencia a los países más necesitados en sus “estrategias de lucha contra la pobreza”.
Podríamos decir que todo esto es cierto, que efectivamente hay, desde los poderes que rigen en muy buena medida la marcha de la humanidad, una marcada preocupación por terminar con esta lacra de la pobreza y la pobreza extrema. Pero algo sucede que las cosas de base no cambian: los pobres más pobres crecen en número y en distancia en relación a los que no lo son. Y no sólo eso: la pobreza ¡se criminaliza! ¿Pero no es acaso la pobreza una forma infinitamente grosera de violencia? ¿Por qué, entonces, más allá de una declaración bienintencionada, las cosas cuestan tanto que cambien? ¿Por qué el discurso oficial, la conciencia dominante se indigna tanto y actúa contra, por ejemplo, el siempre mal definido “terrorismo” –que produce infinitamente menos víctimas que el SIDA– y no repara en la miseria en que vive buena parte de la humanidad?
Como siempre en las experiencias humanas no hay negros y blancos absolutos; hay, en todo caso, luces y sombras interconectadas. La realidad es más multicolor, más plena de matices contradictorios, y por tanto, compleja que un simple maniqueísmo de “buenos” y “malos”. Habrá quien honestamente luche día a día contra este mal en sí mismo que representa la pobreza, o su expresión más descarnada: la pobreza extrema, la miseria. Habrá también quien pueda hacer negocio de estas causas, ¿por qué no? Sólo quienes atraviesan efectivamente esa situación de exclusión podrán saber a profundidad de qué se trata el asunto, puesto que lo viven cotidianamente en carne propia. La cuestión es que la marginación vergonzosa de mucha gente continúa, y no es fácil ver la luz al final del túnel.
Según datos de Naciones Unidas, hoy día en nuestro planeta 1.300 millones de personas viven con menos de un dólar diario; hay 1.000 millones de analfabetos; 1.200 millones vi-ven sin agua potable. El hambre sigue siendo la principal causa de muerte: come en promedio más carne roja un perrito hogareño del Norte que un habitante del Sur. En la sociedad de la información, ahora que pasó a ser una frase casi obligada aquello de “el internet está cambiando nuestras vidas”, 1.000 millones están sin acceso, no ya a internet, sino a energía eléctrica. Hay alrededor de 200 millones de desempleados y ocho de cada diez trabajadores no gozan de protección adecuada y suficiente. Lacras como la esclavitud (¡esclavitud!, en pleno siglo XXI… se habla de casi 30 millones de personas a nivel global), la explotación infantil o el turismo sexual continúan siendo algo frecuente. El derecho sindical ha pasado a ser rémora del pasado. La situación de las mujeres trabajadoras es peor aún: además de todas las explotaciones mencionadas sufren más por su condición de género, siempre expuestas al acoso sexual, con más carga laboral (jornadas fuera y dentro de sus casas), eternamente desvalorizadas. Pero lo más trágico es que, según esos datos, puede verse que el patrimonio de las 358 personas cuyos activos sobrepasan los 1.000 millones de dólares –selecto grupo que cabe en un Boeing 747, bien alimentados y probablemente también preocupados por esa “lucha contra la pobreza” para la que destinan algunos millones de dólares desde sus fundaciones– supera el ingreso anual combinado de países en los que vive el 45% de la población mundial. Con esos datos en la mano no pueden caber dudas que la situación actual es tremendamente injusta y que la pobreza no tiene más explicación que la mala distribución de la riqueza. No es un destino “instintivo”, definitivamente. Y aunque algunos (Onassis o Maradona, por dar unos ejemplos) hayan salido de pobres proviniendo de estratos humildes, eso no es la regla sino la más radical excepción.
La cuestión, entonces, pasa por ver cómo se combate ese flagelo de la pobreza, y más aún su expresión descarnada: la miseria. ¿Cómo se da esa lucha?
Ahí está la cuestión de fondo: la pobreza no es sino el síntoma visible de una situación de injusticia social de base. En ese sentido “pobreza” significa no ser capaz de controlar la propia vida, ser absolutamente vulnerable a la voluntad de otros, rebajarse para conseguir sus fines propios, empezando por el más elemental de sobrevivir. Junto a ello, la pobreza significa no tener la oportunidad de una vida mejor en el futuro, estar condenado a seguir siendo pobre, con lo que la vida no tiene mayor atractivo más allá de poder asegurar la animalesca sobrevivencia, si es que se logra.
La miseria en que vive tanta gente no es sino la expresión descarnada de la injustica de fondo en que está basada nuestra sociedad planetaria. Por tanto, luchar contra la pobreza y contra la miseria debe ser una acción dirigida a modificar esa injusticia. No es la miseria el objetivo final de esta lucha, como no lo podrían ser, por ejemplo, los niños de la calle, o la delincuencia juvenil, que son los efectos, las consecuencias. Esos son los síntomas visibles de fenómenos complejos. La lucha ha sido y continúa siendo la lucha por la justicia. Como dijo Joseph Wresinski: “Allí donde hay hombres condenados a vivir en la miseria, los derechos humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado”.
Ponencia presentada en el Coloquio Internacional “La miseria es violencia”, de la Asociación Cuarto Mundo / UNESCO. París, Francia, enero de 2012.
http://www.argenpress.info/2012/01/acaso-alguien-sobra-en-el-mundo-la.html
Gobierno Sandinista: transición y afianzamiento
Carlos Midence
13 de Enero de 2012
A la luz de los cambios socioeconómicos, políticos y de concienciación, impulsados por el FSLN en nuestro país, bajo la conducción del Comandante-Presidente Daniel Ortega y la Poeta Rosario Murillo, en los cinco años del período de gobierno que recién han finalizado se puede augurar para este nuevo período el advenimiento de una era sólida que tendrá como objetivo afianzar, puntualizar, fijar dichas transformaciones. Sobre esta base podemos afirmar que este primer período fue una especie de transición: momento en el que se sentaron las bases para la evolución que exigen los tiempos actuales y con ello re-pensar los viejos conceptos y sus aplicaciones.
En otros términos, este primer período estuvo signado por procesos de cambio en el que la Revolución se transformó en un freno al abismo y al colapso en el que el neo-liberalismo había sumido a Nicaragua. Fue una Revolución para sacar al país del despeñadero, para sacar a flote no sólo la economía y con esto zanjar el drama social del abandono del campo, el desamparo de la juventud, y por lo tanto enderezar de una vez por todas la desigual re-distribución de la riqueza por ejemplo, fue para transformar las elecciones individuales en acciones colectivas, como elemento vital en las actividades humanas/ciudadanas.
En este sentido los cambios que ha promovido el FSLN están vinculados no sólo a la restitución de derechos a la ciudadanía de forma general, sino al fomento de nuevos derechos tales como el derecho de la madre tierra, derecho a la energía, derecho a la diversidad, derecho al agua, sólo para mencionar algunos. Ahí radica el centro de la transformación en la sociedad nicaragüense. El FSLN ha venido creando mecanismos y procedimientos sociales que han hecho posible rescatar la comunidad, así como las iniciativas tanto sociales como económicas de todos los sectores y actores en nuestro país.
Este segundo período consideramos será el de los actos definitorios: una nueva Democracia, un nuevo Estado, una nueva sociedad, una nueva forma de entender los eventos políticos-sociales, los que ya tienen su antecedente en los cinco años transcurridos. No es gratuito que los dirigentes del proceso, Comandante-Presidente Daniel Ortega y Poeta Rosario Murillo, expresen constantemente que se continuará con los programas y políticas públicas echadas a andar en estos cinco años, no obstante, mejoradas, ampliadas y con esto afirman que se afianzarán, se profundizarán las estrategias socioeconómicas que tantos beneficios han conseguido en la realidad de la ciudadanía.
La esencia de estos cambios no es más que la expansión de la conciencia sociopolítica del pueblo, así como la movilización de nuevos sujetos surgidos del seno del mismo. Como es lógico esto trae consigo nuevas narrativas, nuevos lenguajes, nuevos sueños, nuevos imaginarios, nuevas formas de organización y por lo tanto nuevos actores y prácticas.
A través de estos eventos se ha venido labrando las transformaciones del modelo de desarrollo y de la arquitectura política heredados por el neoliberalismo y se ha originado un movimiento que responde a las nuevas complejidades en Nicaragua y Nuestramérica. Es posible entonces efectuar un balance altamente positivo de las realizaciones del gobierno Sandinista en lo que implica a la consolidación democrática y por lo tanto a la re-activación y, podríamos decir, re-fundación del Estado. Esto ha significado restitución de derechos a la ciudadanía, atención a sectores marginados, impulso y diversificación de los mercados, ingreso a la cadena de producción de sectores que antes estaban fuera del sistema, lo que a su vez ha marcado el paso de la apertura y la reconversión social y económica, mediante nuevas monturas de regulación del mercado y el apoyo a un tipo de economía solidaria, de comunidad y generada por los pequeños y medianos propietarios-productores.
Asistimos entonces a un proceso de cambio nunca antes visto en nuestro país. Asistimos a un cambio de época, para utilizar los términos de Darcy Ribeiro, a un cambio civilizacional, en el que los patrones autodestructivos, extractivistas y excluyentes defendidos por el capitalismo y su correlato neoliberal han sido superados.
Asistimos a un momento inédito en el que el pueblo de Nicaragua se piensa a sí mismo y delinea su presente y futuro bajo nuevos parámetros. Esto es posible observarlo en el enfoque de refundación sustentados en torno al Buen Vivir y el Bien Común. El FSLN y su dirigencia, junto al pueblo son el instrumento que afianzan en nuestro país una época en la que se han irrigado de forma positiva otras maneras de ser verdaderamente democráticos, revolucionarios/evolucionarios, diría el mismo Ribeyro.
13 de Enero de 2012
A la luz de los cambios socioeconómicos, políticos y de concienciación, impulsados por el FSLN en nuestro país, bajo la conducción del Comandante-Presidente Daniel Ortega y la Poeta Rosario Murillo, en los cinco años del período de gobierno que recién han finalizado se puede augurar para este nuevo período el advenimiento de una era sólida que tendrá como objetivo afianzar, puntualizar, fijar dichas transformaciones. Sobre esta base podemos afirmar que este primer período fue una especie de transición: momento en el que se sentaron las bases para la evolución que exigen los tiempos actuales y con ello re-pensar los viejos conceptos y sus aplicaciones.
En otros términos, este primer período estuvo signado por procesos de cambio en el que la Revolución se transformó en un freno al abismo y al colapso en el que el neo-liberalismo había sumido a Nicaragua. Fue una Revolución para sacar al país del despeñadero, para sacar a flote no sólo la economía y con esto zanjar el drama social del abandono del campo, el desamparo de la juventud, y por lo tanto enderezar de una vez por todas la desigual re-distribución de la riqueza por ejemplo, fue para transformar las elecciones individuales en acciones colectivas, como elemento vital en las actividades humanas/ciudadanas.
En este sentido los cambios que ha promovido el FSLN están vinculados no sólo a la restitución de derechos a la ciudadanía de forma general, sino al fomento de nuevos derechos tales como el derecho de la madre tierra, derecho a la energía, derecho a la diversidad, derecho al agua, sólo para mencionar algunos. Ahí radica el centro de la transformación en la sociedad nicaragüense. El FSLN ha venido creando mecanismos y procedimientos sociales que han hecho posible rescatar la comunidad, así como las iniciativas tanto sociales como económicas de todos los sectores y actores en nuestro país.
Este segundo período consideramos será el de los actos definitorios: una nueva Democracia, un nuevo Estado, una nueva sociedad, una nueva forma de entender los eventos políticos-sociales, los que ya tienen su antecedente en los cinco años transcurridos. No es gratuito que los dirigentes del proceso, Comandante-Presidente Daniel Ortega y Poeta Rosario Murillo, expresen constantemente que se continuará con los programas y políticas públicas echadas a andar en estos cinco años, no obstante, mejoradas, ampliadas y con esto afirman que se afianzarán, se profundizarán las estrategias socioeconómicas que tantos beneficios han conseguido en la realidad de la ciudadanía.
La esencia de estos cambios no es más que la expansión de la conciencia sociopolítica del pueblo, así como la movilización de nuevos sujetos surgidos del seno del mismo. Como es lógico esto trae consigo nuevas narrativas, nuevos lenguajes, nuevos sueños, nuevos imaginarios, nuevas formas de organización y por lo tanto nuevos actores y prácticas.
A través de estos eventos se ha venido labrando las transformaciones del modelo de desarrollo y de la arquitectura política heredados por el neoliberalismo y se ha originado un movimiento que responde a las nuevas complejidades en Nicaragua y Nuestramérica. Es posible entonces efectuar un balance altamente positivo de las realizaciones del gobierno Sandinista en lo que implica a la consolidación democrática y por lo tanto a la re-activación y, podríamos decir, re-fundación del Estado. Esto ha significado restitución de derechos a la ciudadanía, atención a sectores marginados, impulso y diversificación de los mercados, ingreso a la cadena de producción de sectores que antes estaban fuera del sistema, lo que a su vez ha marcado el paso de la apertura y la reconversión social y económica, mediante nuevas monturas de regulación del mercado y el apoyo a un tipo de economía solidaria, de comunidad y generada por los pequeños y medianos propietarios-productores.
Asistimos entonces a un proceso de cambio nunca antes visto en nuestro país. Asistimos a un cambio de época, para utilizar los términos de Darcy Ribeiro, a un cambio civilizacional, en el que los patrones autodestructivos, extractivistas y excluyentes defendidos por el capitalismo y su correlato neoliberal han sido superados.
Asistimos a un momento inédito en el que el pueblo de Nicaragua se piensa a sí mismo y delinea su presente y futuro bajo nuevos parámetros. Esto es posible observarlo en el enfoque de refundación sustentados en torno al Buen Vivir y el Bien Común. El FSLN y su dirigencia, junto al pueblo son el instrumento que afianzan en nuestro país una época en la que se han irrigado de forma positiva otras maneras de ser verdaderamente democráticos, revolucionarios/evolucionarios, diría el mismo Ribeyro.
El mal ejemplo de Nicaragua
José M. Torres Pérez
Rebelión
Las recientes elecciones del 6 de noviembre en Nicaragua han dado al FSLN una victoria sin precedentes (60,85%) y a Daniel Ortega un liderazgo rotundo y meridiano aunque inesperado para la opinión pública internacional, con un 62,46% de los votos. Nicaragua es objeto de atención para los expertos y analistas de la evolución de América Latina, sin embargo, el país es un enigma para la opinión pública española y, en particular, una fuente de sorpresas para los cientos de internacionalistas que se decepcionaron por la derrota electoral del FSLN en 1990 y dejaron de interesarse por ella. ¿Es el FSLN una fuerza revolucionaria? ¿Hay Revolución en Nicaragua? ¿Se cerrarán los espacios de democracia en este país centroamericano? ¿Podrá la democracia directa -los Consejos de Poder Ciudadano surgidos en los Ayuntamientos- ser compatible con la democracia representativa? Los medios de comunicación afines a la OTAN y al dominio post-colonial sobre América Latina, han sembrado nuestras cabezas de embustes, falsos temores, invenciones y engaños, ocasionando una destrucción de la conciencia política en la izquierda europea. Tenemos ahora una gran oportunidad para saber de primera mano QUÉ PASA EN NICARAGUA con la conferencia que impartirá Carlos Fonseca Terán, Secretario Adjunto de Relaciones Internacionales del FSLN, prevista en el Ateneo de Madrid para el martes 31 de enero.
Es cierto que hay muchas críticas hacia el FSLN, lanzada desde sectores conservadores y neoliberales en Nicaragua, pero también desde la izquierda. También existe, aquí en España, un desencanto entre muchos de los internacionalistas que hace 20 y 30 años acudieron a solidarizarse con un pueblo diezmado por la guerra de baja intensidad de la Administración Reagan. Hoy se lanzan contra el sandinismo tres graves acusaciones: la corrupción, la deriva democrática y el desprecio a los derechos de las mujeres. Hay sectores incluso de la extrema izquierda que añaden otra más: que Daniel Ortega ha pactado con la patronal de su país y se lleva bien con el capitalismo del FMI. O las vertidas desde sectores de un cristianismo de base autoestimado progresista: Daniel Ortega negocia con un Obando reaccionario y cede a demandas de la Iglesia conservadora de Nicaragua en aspectos como el aborto, etc.
Desde la derecha nicaragüense se critica que Daniel quiera instalarse en el poder per saecula saeculorun: que no es un demócrata porque no deja respiro a los sectores acomodados de la derecha y hace con ellos lo mismo que hacía Somoza con la izquierda. Sin embargo, en Nicaragua, se pueden formular públicamente estas acusaciones sin restricciones al ejercicio de la libertad de expresión. De hecho la prensa escrita está al 100% en manos de la oposición, que no ceja en instigar a una revolución de terciopelo con el apoyo desde el exterior del poder mediático europeo.
También se observa que la facción socialdemócrata del sandinismo –fundada por el escritor Sergio Ramirez en 1992- ante su fracaso y aislamiento político, se ha ido arrimando progresivamente a la oligarquía financiera, que le da oxígeno en sus periódicos, llegando incluso a mendigar la continua intervención de los EEUU, cuando no la de la Unión Europea, ya no por vía militar como hizo la Administración Reagan, sino por la del dólar, la diplomacia y la presión mediática. Y están que trinan porque, como contrapunto, Hugo Chávez proporciona crédito por debajo del interés de mercado a los pequeños productores, abre mercados a las cooperativas de Nicaragua en Venezuela, trasfiere energía a precio de costo y otorga capitales públicos para el despegue industrial de Nicaragua. La extrema derecha en el país ahora no existe; fue extirpada junto con el somocismo por la revolución; y la oligarquía históricamente dominante declina hoy junto con las políticas de Washington en la región, aunque la inteligencia norteamericana siga recurriendo al Golpe de Estado como hizo en la vecina Honduras
Imposible entender a este país sin tomar en cuenta que sus Fuerzas Armadas son las herederas de aquella organización guerrillera que tomo el poder en 1979 y más tarde tuvo que estructurarse como ejército popular nacional para defender, por enésima vez, la soberanía de Nicaragua frente a la agresión yankee, con una firmeza asombrosa y una moral insobornable, fiel al pensamiento y práctica del mítico Sandino, un padre de la patria que está en las antípodas de los fundadores feudales europeos y conquistadores norteamericanos.
Quienes acusan a Daniel de haber pactado con Arnoldo Alemán- expresidente de Nicaragua entre los años 1997 y 2001, posteriormente condenado por corrupción y hoy absuelto, parecen estar exigiendo para Nicaragua una concepción inmaculada de la política, mientras aceptan resignadamente el fraude de la democracia europea impuesto por los mercados financieros. En la creyente Nicaragua “pactar” fue un pecado mortal instituido por los liberales revolucionarios del siglo XIX y XX para condenar a los conservadores cuando negociaban prebendas de clase dominante con el imperialismo yankee, práctica que acabó pariendo a la dinastía Somoza, un engendro que mezclaba capitalismo liberal saqueador yankee con otro depredador nacional en forma de sanguinaria dictadura. Pero tras la conquista de la democracia en 1979, el FSLN estuvo determinado a hacer virtud de la necesidad, teniendo que pactar con sectores de la oposición de derechas, los que mejor servía para asegurar la estabilidad social y la defensa de la soberanía nacional.
Junto a esto el FSLN alcanzó nuevos éxitos con su política de reconciliación con sectores campesinos de la contra desarmada -la llamada Resistencia- y el entendimiento con muchos de sus comandantes que en los años 90 se volvieron contra Washington al percatarse de que los había utilizado como mercenarios para ahondar la guerra civil entre la familia nicaragüense. Por otra parte, el FSLN comenzó a tomar en consideración las creencias religiosas muy arraigadas en el campesinado que constituye el 70% de la población del país. Al fin y al cabo una mayoría de los guerrilleros sandinistas compartían el cristianismo de base como un elemento-fuerza de la lucha liberadora del General Sandino. La claridad de este formato es algo que siempre ha inquietado a las cancillerías europeas, pero no menos a muchos internacionalistas de izquierdas que interpretaron estas alianzas con la contra desarmada y con el cristianismo de base, como una debilidad del FSLN consecuencia de su derrota electoral en enero de 1990. Y es que si algo se aprende viajando a Nicaragua (y a América Latina) es que allí el cartesianismo europeo no funciona y que hay que buscar otro paradigma de la razón que asuma humildemente que el movimiento y la lucha por el Socialismo ya no tiene el epicentro en la vieja Europa.
Y para abreviar dos breves noticias. De los 62 escaños que ya tiene el FSLN, 33 son ocupados por mujeres. ¡Cómo es posible, que un partido acusado de no combatir el machismo caiga en tal contrapunto!, pero quizás una vez más lo que nos inculca el poder blando es una realidad virtual que no sucede. Y con ello viene a la memoria aquella ironía de hace 25 años: hay que evitar a toda costa que el mal ejemplo de Nicaragua se propague. Katherine Hoyt, co-directora de la Red de Nicaragua se sentía en noviembre muy satisfecha de los resultados en las urnas, pues ese 62,4% que acaparó Daniel Ortega es casi exactamente el porcentaje que le atribuyó CID-GALLUP en los últimos sondeos de opinión publicado semanas antes de la contienda.
Existen claras evidencias de que algo está cambiando en América Latina y merece la pena seguir la pista a Nicaragua, país que seguirá siendo hostigado por el “poder blando” e incluso demonizando a sus líderes, ayer por desafiar al imperio desde su patio trasero y hoy por el pecado de haber escogido el ALBA como alternativa para sacar a sus pueblos de la pobreza secular, contrapunto del Occidente rico que implantó con democracia “cero” su Orden Económico Neoliberal Global. Emerge en América Latina un ALBA cargado de esperanza, crecimiento económico y desarrollo social, con unos valores humanos alternativos a los propagados por las clases ricas de la vieja Europa. Y el stablishman occidental teme, con mucha razón que, con la prolongada tormenta financiera, la progresía europea pueda despertar mirándose en el espejo de América Latina [1].
[1] Tenemos ahora una gran oportunidad para saber de primera mano QUÉ PASA EN NICARAGUA con la conferencia que impartirá Carlos Fonseca Terán, Secretario Adjunto de Relaciones Internacionales del FSLN, prevista en el Ateneo de Madrid para el martes 31 de enero.
José M. Torres Pérez es Presidente de la Fundación Rubén Darío-Campo Ciudad
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=143300
Rebelión
Las recientes elecciones del 6 de noviembre en Nicaragua han dado al FSLN una victoria sin precedentes (60,85%) y a Daniel Ortega un liderazgo rotundo y meridiano aunque inesperado para la opinión pública internacional, con un 62,46% de los votos. Nicaragua es objeto de atención para los expertos y analistas de la evolución de América Latina, sin embargo, el país es un enigma para la opinión pública española y, en particular, una fuente de sorpresas para los cientos de internacionalistas que se decepcionaron por la derrota electoral del FSLN en 1990 y dejaron de interesarse por ella. ¿Es el FSLN una fuerza revolucionaria? ¿Hay Revolución en Nicaragua? ¿Se cerrarán los espacios de democracia en este país centroamericano? ¿Podrá la democracia directa -los Consejos de Poder Ciudadano surgidos en los Ayuntamientos- ser compatible con la democracia representativa? Los medios de comunicación afines a la OTAN y al dominio post-colonial sobre América Latina, han sembrado nuestras cabezas de embustes, falsos temores, invenciones y engaños, ocasionando una destrucción de la conciencia política en la izquierda europea. Tenemos ahora una gran oportunidad para saber de primera mano QUÉ PASA EN NICARAGUA con la conferencia que impartirá Carlos Fonseca Terán, Secretario Adjunto de Relaciones Internacionales del FSLN, prevista en el Ateneo de Madrid para el martes 31 de enero.
Es cierto que hay muchas críticas hacia el FSLN, lanzada desde sectores conservadores y neoliberales en Nicaragua, pero también desde la izquierda. También existe, aquí en España, un desencanto entre muchos de los internacionalistas que hace 20 y 30 años acudieron a solidarizarse con un pueblo diezmado por la guerra de baja intensidad de la Administración Reagan. Hoy se lanzan contra el sandinismo tres graves acusaciones: la corrupción, la deriva democrática y el desprecio a los derechos de las mujeres. Hay sectores incluso de la extrema izquierda que añaden otra más: que Daniel Ortega ha pactado con la patronal de su país y se lleva bien con el capitalismo del FMI. O las vertidas desde sectores de un cristianismo de base autoestimado progresista: Daniel Ortega negocia con un Obando reaccionario y cede a demandas de la Iglesia conservadora de Nicaragua en aspectos como el aborto, etc.
Desde la derecha nicaragüense se critica que Daniel quiera instalarse en el poder per saecula saeculorun: que no es un demócrata porque no deja respiro a los sectores acomodados de la derecha y hace con ellos lo mismo que hacía Somoza con la izquierda. Sin embargo, en Nicaragua, se pueden formular públicamente estas acusaciones sin restricciones al ejercicio de la libertad de expresión. De hecho la prensa escrita está al 100% en manos de la oposición, que no ceja en instigar a una revolución de terciopelo con el apoyo desde el exterior del poder mediático europeo.
También se observa que la facción socialdemócrata del sandinismo –fundada por el escritor Sergio Ramirez en 1992- ante su fracaso y aislamiento político, se ha ido arrimando progresivamente a la oligarquía financiera, que le da oxígeno en sus periódicos, llegando incluso a mendigar la continua intervención de los EEUU, cuando no la de la Unión Europea, ya no por vía militar como hizo la Administración Reagan, sino por la del dólar, la diplomacia y la presión mediática. Y están que trinan porque, como contrapunto, Hugo Chávez proporciona crédito por debajo del interés de mercado a los pequeños productores, abre mercados a las cooperativas de Nicaragua en Venezuela, trasfiere energía a precio de costo y otorga capitales públicos para el despegue industrial de Nicaragua. La extrema derecha en el país ahora no existe; fue extirpada junto con el somocismo por la revolución; y la oligarquía históricamente dominante declina hoy junto con las políticas de Washington en la región, aunque la inteligencia norteamericana siga recurriendo al Golpe de Estado como hizo en la vecina Honduras
Imposible entender a este país sin tomar en cuenta que sus Fuerzas Armadas son las herederas de aquella organización guerrillera que tomo el poder en 1979 y más tarde tuvo que estructurarse como ejército popular nacional para defender, por enésima vez, la soberanía de Nicaragua frente a la agresión yankee, con una firmeza asombrosa y una moral insobornable, fiel al pensamiento y práctica del mítico Sandino, un padre de la patria que está en las antípodas de los fundadores feudales europeos y conquistadores norteamericanos.
Quienes acusan a Daniel de haber pactado con Arnoldo Alemán- expresidente de Nicaragua entre los años 1997 y 2001, posteriormente condenado por corrupción y hoy absuelto, parecen estar exigiendo para Nicaragua una concepción inmaculada de la política, mientras aceptan resignadamente el fraude de la democracia europea impuesto por los mercados financieros. En la creyente Nicaragua “pactar” fue un pecado mortal instituido por los liberales revolucionarios del siglo XIX y XX para condenar a los conservadores cuando negociaban prebendas de clase dominante con el imperialismo yankee, práctica que acabó pariendo a la dinastía Somoza, un engendro que mezclaba capitalismo liberal saqueador yankee con otro depredador nacional en forma de sanguinaria dictadura. Pero tras la conquista de la democracia en 1979, el FSLN estuvo determinado a hacer virtud de la necesidad, teniendo que pactar con sectores de la oposición de derechas, los que mejor servía para asegurar la estabilidad social y la defensa de la soberanía nacional.
Junto a esto el FSLN alcanzó nuevos éxitos con su política de reconciliación con sectores campesinos de la contra desarmada -la llamada Resistencia- y el entendimiento con muchos de sus comandantes que en los años 90 se volvieron contra Washington al percatarse de que los había utilizado como mercenarios para ahondar la guerra civil entre la familia nicaragüense. Por otra parte, el FSLN comenzó a tomar en consideración las creencias religiosas muy arraigadas en el campesinado que constituye el 70% de la población del país. Al fin y al cabo una mayoría de los guerrilleros sandinistas compartían el cristianismo de base como un elemento-fuerza de la lucha liberadora del General Sandino. La claridad de este formato es algo que siempre ha inquietado a las cancillerías europeas, pero no menos a muchos internacionalistas de izquierdas que interpretaron estas alianzas con la contra desarmada y con el cristianismo de base, como una debilidad del FSLN consecuencia de su derrota electoral en enero de 1990. Y es que si algo se aprende viajando a Nicaragua (y a América Latina) es que allí el cartesianismo europeo no funciona y que hay que buscar otro paradigma de la razón que asuma humildemente que el movimiento y la lucha por el Socialismo ya no tiene el epicentro en la vieja Europa.
Y para abreviar dos breves noticias. De los 62 escaños que ya tiene el FSLN, 33 son ocupados por mujeres. ¡Cómo es posible, que un partido acusado de no combatir el machismo caiga en tal contrapunto!, pero quizás una vez más lo que nos inculca el poder blando es una realidad virtual que no sucede. Y con ello viene a la memoria aquella ironía de hace 25 años: hay que evitar a toda costa que el mal ejemplo de Nicaragua se propague. Katherine Hoyt, co-directora de la Red de Nicaragua se sentía en noviembre muy satisfecha de los resultados en las urnas, pues ese 62,4% que acaparó Daniel Ortega es casi exactamente el porcentaje que le atribuyó CID-GALLUP en los últimos sondeos de opinión publicado semanas antes de la contienda.
Existen claras evidencias de que algo está cambiando en América Latina y merece la pena seguir la pista a Nicaragua, país que seguirá siendo hostigado por el “poder blando” e incluso demonizando a sus líderes, ayer por desafiar al imperio desde su patio trasero y hoy por el pecado de haber escogido el ALBA como alternativa para sacar a sus pueblos de la pobreza secular, contrapunto del Occidente rico que implantó con democracia “cero” su Orden Económico Neoliberal Global. Emerge en América Latina un ALBA cargado de esperanza, crecimiento económico y desarrollo social, con unos valores humanos alternativos a los propagados por las clases ricas de la vieja Europa. Y el stablishman occidental teme, con mucha razón que, con la prolongada tormenta financiera, la progresía europea pueda despertar mirándose en el espejo de América Latina [1].
[1] Tenemos ahora una gran oportunidad para saber de primera mano QUÉ PASA EN NICARAGUA con la conferencia que impartirá Carlos Fonseca Terán, Secretario Adjunto de Relaciones Internacionales del FSLN, prevista en el Ateneo de Madrid para el martes 31 de enero.
José M. Torres Pérez es Presidente de la Fundación Rubén Darío-Campo Ciudad
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=143300
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