Octavio Fraga Guerra
Rebelión
La verdad no se mide por la suma de ciento o miles de personas que claman por su presencia. Mientras persista la injusticia en este “tarado” planeta, la solidaridad ha de ser la palabra, el gesto y la acción que ha de inundarla.
La defensa por la verdad y la justicia, fue lo que se oyó anoche en la Calle Serrano No 75 de Madrid. Justo frente a la arrogante, amurallada y perversa Embajada de los Estados Unidos en el Estado Español.
Un nutrido grupo de españoles comprometidos con la Revolución Cubana y su gesta, -que ya supera el medio siglo-, dieron sus voces para exigirle al gobierno del “Premio Nobel de la Paz” Barack Obama, la inmediata liberación de los Cinco Antiterroristas Cubanos presos en las cárceles de los Estados Unidos.
Banderas cubanas, del Che y del Movimiento de Solidaridad con Cuba, estuvieron en esa concentración en desafío ante un gobierno que pretende dictar normas, leyes y conductas, asumiendo el rol de gendarme de la humanidad. No solo estaban los amigos españoles. Los hermanos de Latinoamérica no faltaron a esta cita, ante la necesidad del compromiso por una justa causa.
La historia sabe de los cientos de miles de torturas, genocidios y crímenes de guerras en los que ha estado -y sigue estando- los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos, marcadas por esas bombas “dejadas” en Hiroshima y Nagasaki en el año 1945. Sus “lanzas” siguen generando dolor y huellas imborrables en un pueblo que está bajo las sombras de la era nuclear.
La verdad sobre los héroes de la República de Cuba, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González florece cada vez que la solidaridad, la dignidad y el humanismo se enaltecen ante la fuerza bruta.
Son cinco hombres que apostaron su vida, por defender a todo un pueblo del terrorismo internacional. Merecen un lugar de honor y gloria en este mundo sin fronteras. Tuvieron la valentía de ser el escudo de todo un pueblo. Se apostaron en las entrañas de las organizaciones de cubanoamericanos que organizan –con total impunidad-, actos vandálicos y criminales contra el pueblo cubano y su gobierno.
La Casa Blanca estimula y apoya con total desfachatez y cinismo, estos actos de reconocidos terroristas, para fragmentar la unidad de los cubanos en torno a su Revolución.
Los cinco cubanos aman la paz y siguen luchando por ella. El pueblo cubano le exige al gobierno de los Estados Unidos el retorno de los Cinco a casa.
La gloria de sus vidas está en sus actos. La dignidad es la huella que han dejado ante la furia del terror. La victoria será un hecho. El pueblo cubano y la solidaridad internacional no se amedrentan ante la cobardía del imperio. Ellos lo saben.
viernes, 21 de septiembre de 2012
Cuba: la revolución
Juan Valdés Pérez
Sin Permiso
1-¿Qué implicaciones ha tenido para el imaginario nacional el término Revolución?
Como sabemos, la revolución es un fenómeno histórico objeto de estudio de las ciencias sociales. El término que lo designa es a la vez un concepto y un elemento del discurso político. Y este “imaginario nacional”, como todo imaginario, es en parte el resultado de las ideologías espontáneas de los sujetos, derivadas de su práctica y vida cotidiana; y en parte conformado por las ideologías promovidas desde o contra, el poder establecido.
El lugar de la “revolución” en el imaginario nacional cubano es el efecto de las ideologías originada en las luchas políticas y sociales de nuestra historia, tal como se ilustra en los períodos de nuestras guerras de independencia, en las contiendas del período republicano de la primera mitad del siglo XX y en los acontecimientos que acompañaron la constitución de un poder revolucionario en 1959. La lucha armada, la subversión del poder y el establecimiento de un nuevo poder político como condición necesaria para la transformación social, así como para la preservación de ese poder, quedaron como rasgos distintivos del imaginario nacional cubano en una historia de 200 años.
Un lugar principalísimo en ese imaginario ha sido ocupado por el vínculo entre la idea de revolución y las aspiraciones de independencia, soberanía y autodeterminación, sustentos de la identidad nacional.
En el período iniciado en 1959, ese imaginario se vio reforzado por la obra de transformación de la sociedad cubana pre revolucionaria -particularmente en los primeros 15 años de gobierno- y por la promoción desde el nuevo orden surgido de la Revolución de una ideología revolucionaria que ha sido el fundamento de su hegemonía. La Revolución como imaginario ha sido el efecto de esa hegemonía y de la aculturación activa de la población en los valores, metas y programas promovidos desde el poder constituido
A su vez, este imaginario revolucionario de la población ha sido fuente de legitimidad del gobierno revolucionario y sus personalidades, así como base del consenso mayoritario acerca del poder revolucionario instaurado en 1959. Dado lo anterior-la obra desarrollada por la revolución y la legitimidad de sus gobernantes- se implica que el deterioro de ambas pueden introducir cambios en el imaginario nacional respecto de la revolución como proceso programado o como el marco de solución de sus expectativas. Este es el caso en que surge la necesidad de una “revolución en la revolución” y más exactamente del paso del momento conservador de las conquistas de la revolución a su etapa reformista.
2-¿Qué diversos quehaceres políticos han tratado de concretar, durante nuestra historia, la realización de la aspiración revolucionaria?
Las aspiraciones revolucionarias de la población cubana se han relacionado con la gran corriente del nacionalismo radical cubanos surgida en nuestras guerras anticoloniales - independencia y abolición- que tendría en el discurso martiano su máxima expresión. Este discurso puede resumirse en la aspiración a una nación fundada en: la plena independencia y soberanía; una República “con todos y para el bien de todos”; la unión indisoluble entre ética y política; la justicia social, “conquistar toda la justicia”; la igualdad racial, “cubano es más que blanco y más que negro”; la integración de Cuba al concierto de la “Madre América”.
Tras la frustración de la intervención norteamericana a fines del siglo XIX, la ocupación de la Isla, el surgimiento de la república dependiente al comienzos del siglo XX y su evolución oligárquica posterior, el nacionalismo radical quedó marginado del poder político y pasó a constituirse como una ideología anti hegemónica. El discurso martiano se vio entonces ampliado con las aspiraciones anti imperialistas, anticapitalistas e igualitarias que los nuevos movimientos sociales y políticos incorporaron al nacionalismo radical cubano.
Los quehaceres que han tratado de concretar las aspiraciones revolucionarias de los cubanos se han referido en mayor o menor medida a este legado y sus prácticas políticas han sido evaluadas por la realización de ese programa. En esta perspectiva es que suele trazarse una línea de continuidad entre los movimientos independentistas, los movimientos insurreccionales de la República y la Revolución de 1959.
3-¿Cuánto de continuidad y cuánto de ruptura pudo existir entre todo este quehacer revolucionario y el proceso que comienza en Cuba el 1ro de enero de 1959, el cual se apropia de esta noción?
La continuidad de este quehacer se vio confirmada en los programas comprometidos, en general, con las metas nacionales de plena soberanía, una democracia popular, el desarrollo socio económico y la mayor equidad social posible; y en particular, con las aspiraciones programáticas del nacionalismo radical.
El proceso histórico real dio a esta continuidad una mayor o más estrecha representación acorde a los escenarios de cada momento, a los desafíos enfrentados y a la voluntad de cambio sostenida por las respectivas vanguardias políticas. Lo específico del período abierto en 1959 fue el predominio de las fuerzas comprometidas con una transformación revolucionaria, la inédita unidad política alcanzada por las mismas, y el surgimiento de un liderazgo común.
Desde entonces hay que distinguir la presencia del imaginario revolucionario en la población -y su correspondiente evolución- de la presencia, legítimamente duradera, de la noción de “revolución” en el discurso dominante. En el imaginario popular “revolución” se relacionaba tanto con la voluntad transformadora del nuevo poder político como con la percepción de que los cambios en curso, opción socialista incluida, se adecuaban a las aspiraciones históricas de la nación cubana, así como a los propios intereses sectoriales del momento. Pero no se trataba tan solo de una percepción sino también, de la transformación real de sus condiciones y orientación de vida y de su propia subjetividad individual y colectiva. En cuanto al discurso dominante, “revolución” expresaba el compromiso, orientación y alcance de sus políticas y también, la ideología en que se pretendía fundar la hegemonía del proceso.
Lo problemático de la atapa iniciada en 1959 para el nacionalismo radical cubano no ha sido tanto producir un nuevo orden institucional o cumplimentar las transformaciones inscritas en el llamado Programa del Moncada, sino la opción anticapitalista asumida desde finales de 1960, es decir, su comprometimiento con una transición socialista o de “construcción del socialismo” en Cuba. Tanto a nivel del imaginario popular como del discurso del poder político, el nacionalismo radical quedó revestido de un ropaje socialista que si bien preservaba su núcleo duro nacionalista radical y lo enriquecía con sus metas de socialización, autogestión y autogobierno, se comprometía con un imaginario socialista afectado de diversas influencias internas y sobre todo, externas.
La crisis de los noventa reveló que la estrategia socialista - ya se entendiese como “transición al” o “construcción del”- y no solo su proyecto, tenía que hacer patente su núcleo nacionalista radical y abrirse a todas las corrientes dispuestas a contribuir a la realización de su programa histórico.
4-En este último medio siglo, ¿qué criterios se han impuesto para determinar qué es lo revolucionario y qué es lo contrarrevolucionario?
Es evidente que para quienes comparten el imaginario revolucionario lo opuesto será contrarrevolucionario. Pero más exactamente, contrarrevolucionario sería subvertir el orden surgido de la revolución o sus conquistas en favor de las grandes mayorías. Para las instituciones del poder revolucionario será contrarrevolucionaria toda pretensión de disputarle ese poder.
Ahora bien, los criterios para clasificar conductas y actores concretos son instrumentaciones mediante las cuales los agentes del poder político tratan discrecionalmente a sus disidentes u opositores y a veces, hasta a sus críticos. Debe quedar claro que entre una conducta o ideas revolucionarias y otras contrarrevolucionarias caben una gama de posiciones mediante las que se expresan alternativas legítimas a las decisiones políticas, así como que la disyuntiva de revolucionario versus contrarrevolucionario no agota ni por asomo, las alternativas que pueden plantearse libremente, es decir, en derecho.
Esto nos lleva a la cuestión de un desarrollo democrático desde el cual se definan y consensuen los criterios para distinguir estas posiciones y propuestas.
5-Si tenemos en cuenta que para muchos el concepto de Revolución significa construir la nación, ¿cómo pudiéramos hacer para que el mismo incluya, cada vez más, a toda la diversidad nacional?
El concepto “revolución” alude a una de las vías para construir la nación; es la historia real la que puede mostrar si hubo o no otra alternativa. La noción “construir” supone una acción consciente, es decir, una construcción consciente de la nación, así como la existencia de actores orientados a ese fin.
La construcción de la nación cubana estuvo asociada en cada época a la crisis de la sociedad cubana “realmente existente”. Aquella fue acelerada en el siglo XIX, lenta y desigual en la primera mitad del siglo XX y nuevamente acelerada en su segunda mitad. La revolución de 1959 logró el poder político y social suficiente, para acelerar la construcción de la nación cubana y proponerse alcanzar sus metas histórica, ya mencionadas. Pero la desde la crisis de los años noventa hasta nuestros días, esta construcción se ha vuelto despaciosa frente a nuevos obstáculos internos y externos.
La “construcción de la nación” y su expresión en la cultura nacional, es un proceso inacabado que los propios nacionales redefinirán e impulsarán permanentemente.
Pero la nación no es solamente una definición o una identidad sino, sobre todo, una sociedad real que la sustenta. Esta sociedad real ha evolucionado de cierta manera y se ha estructurado en grupos y sectores con sus respectivos rasgos diferenciales e intereses. La primera década de la Revolución de 1959 se caracterizó por la simplificación de esa estructura social y desde los años setenta por una lenta diversificación, en general asociada a la expansión educacional y profesional. La crisis de los noventa y dos mil, así como las estrategias de recuperación implementadas, aceleraron la reestratificación socioeconómica de la sociedad cubana, haciéndola más diversa y diferenciada en sus intereses; de hecho, invirtiendo la tendencia de las tres primeras décadas, la sociedad cubana ha transitado hacia un mayor patrón de desigualdad. Igualmente, el número de generaciones sociopolíticas se elevó hasta seis. Es claro que esta diversidad queda incluida en la nación aunque no necesariamente toda ella participe en su construcción o en la orientación de ésta.
Cabe observar que en condiciones dadas –subdesarrollo, pobreza, hostilidad imperialista, etc.- se hará inevitable establecer prioridades y garantizar los intereses presentes y futuros de las grandes mayorías. Y cabe agregar que sin una solución de la participación efectiva de las nuevas generaciones en posiciones de dirección política la hegemonía revolucionaria estará en creciente riesgo.
6-A su juicio, ¿qué lugar ocupará la idea de Revolución en el futuro imaginario nacional?
Considero que la idea de revolución seguirá unida al imaginario nacional mientras las metas históricas de la nación cubana no se hayan alcanzado, a saber: plena independencia nacional, desarrollo socio económico y democracia radical, es decir, plena libertad, equidad y participación social. A ese vínculo ayudará una historia en la cual revolución y nación han sido parte del mismo proceso.
Para el imaginario popular la revolución será el orden bajo el cual se realicen sus intereses mayoritarios; para los estudiosos la revolución ha sido un proceso de transformaciones estructurales realizadas bajo un Estado de excepción que ahora deberá garantizar el cambio mediante reformas consensuadas; para la clase dirigente, particularmente del sistema político, la revolución es el orden constituido bajo su égida solamente el cual puede asegurar la continuidad del poder comprometido con el proyecto de nación.
Creo que el problema no está en el lugar de la Revolución en ese imaginario sino el lugar que tendrá el proyecto socialista en el futuro de la nación. La historia dice que la experiencia socialista cubana, con todas sus insuficiencias, fue la alternativa que permitió rescatar la soberanía nacional frente a EEUU, avanzar en el desarrollo del país, propiciar una democracia participativa e instaurar el más bajo patrón de desigualdad. Ello fue posible por el poder hegemónico instaurado por la revolución de 1959. Pero otro mundo más adverso e incierto, las deficiencias acumuladas en la esfera de la economía, la insuficiente socialización del poder, las menos que imprescindibles restricciones democráticas, la burocratización de las instituciones, las diferencias generacionales y el envejecimiento del estamento político, han erosionado el proyecto socialista cubano al punto de reclamar su refundación.
Esa refundación nacional –entendida como “cambiar todo lo que deba ser cambiado”- tendrá como núcleo duro el nacionalismo radical cubano; este garantizará la continuidad. Este núcleo tendrá que ser revestido de una propuesta de socialismo más autóctono y creativo; esta será la expresión del cambio. Esta será una nueva oportunidad para sumar a todas las fuerzas –nuevas y tradicionales- a la construcción de la nación sobre la base del programa del nacionalismo radical cubano.
En esta perspectiva, todas las fuerzas y corrientes de pensamiento podrían coincidir en la meta de una plena independencia con excepción de las corrientes anexionistas y neocolonialistas; todas podrían coincidir en una república democrática radical, con excepción de las corrientes autoritarias, de izquierda o de derecha; todas coincidirían en el tema del desarrollo socioeconómico sustentable y eventualmente se dividirían acerca de la opción capitalista (socialdemócrata, social liberal) o no capitalista (comunistas, libertarios, anarcosindicalistas, cristianos de base, etc.) para lograrlo; todas coincidirían en el tema de la equidad y discreparían sobre el patrón de desigualdad permisible. Y por supuesto, todas tendrían que debatir las opciones políticas, tácticas y estratégicas, más adecuadas a dichos fines, en un espacio público suficientemente representativo y participativo.
La Habana. 25 de junio del 2012
Juan Valdés Paz es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso.
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5253
Sin Permiso
1-¿Qué implicaciones ha tenido para el imaginario nacional el término Revolución?
Como sabemos, la revolución es un fenómeno histórico objeto de estudio de las ciencias sociales. El término que lo designa es a la vez un concepto y un elemento del discurso político. Y este “imaginario nacional”, como todo imaginario, es en parte el resultado de las ideologías espontáneas de los sujetos, derivadas de su práctica y vida cotidiana; y en parte conformado por las ideologías promovidas desde o contra, el poder establecido.
El lugar de la “revolución” en el imaginario nacional cubano es el efecto de las ideologías originada en las luchas políticas y sociales de nuestra historia, tal como se ilustra en los períodos de nuestras guerras de independencia, en las contiendas del período republicano de la primera mitad del siglo XX y en los acontecimientos que acompañaron la constitución de un poder revolucionario en 1959. La lucha armada, la subversión del poder y el establecimiento de un nuevo poder político como condición necesaria para la transformación social, así como para la preservación de ese poder, quedaron como rasgos distintivos del imaginario nacional cubano en una historia de 200 años.
Un lugar principalísimo en ese imaginario ha sido ocupado por el vínculo entre la idea de revolución y las aspiraciones de independencia, soberanía y autodeterminación, sustentos de la identidad nacional.
En el período iniciado en 1959, ese imaginario se vio reforzado por la obra de transformación de la sociedad cubana pre revolucionaria -particularmente en los primeros 15 años de gobierno- y por la promoción desde el nuevo orden surgido de la Revolución de una ideología revolucionaria que ha sido el fundamento de su hegemonía. La Revolución como imaginario ha sido el efecto de esa hegemonía y de la aculturación activa de la población en los valores, metas y programas promovidos desde el poder constituido
A su vez, este imaginario revolucionario de la población ha sido fuente de legitimidad del gobierno revolucionario y sus personalidades, así como base del consenso mayoritario acerca del poder revolucionario instaurado en 1959. Dado lo anterior-la obra desarrollada por la revolución y la legitimidad de sus gobernantes- se implica que el deterioro de ambas pueden introducir cambios en el imaginario nacional respecto de la revolución como proceso programado o como el marco de solución de sus expectativas. Este es el caso en que surge la necesidad de una “revolución en la revolución” y más exactamente del paso del momento conservador de las conquistas de la revolución a su etapa reformista.
2-¿Qué diversos quehaceres políticos han tratado de concretar, durante nuestra historia, la realización de la aspiración revolucionaria?
Las aspiraciones revolucionarias de la población cubana se han relacionado con la gran corriente del nacionalismo radical cubanos surgida en nuestras guerras anticoloniales - independencia y abolición- que tendría en el discurso martiano su máxima expresión. Este discurso puede resumirse en la aspiración a una nación fundada en: la plena independencia y soberanía; una República “con todos y para el bien de todos”; la unión indisoluble entre ética y política; la justicia social, “conquistar toda la justicia”; la igualdad racial, “cubano es más que blanco y más que negro”; la integración de Cuba al concierto de la “Madre América”.
Tras la frustración de la intervención norteamericana a fines del siglo XIX, la ocupación de la Isla, el surgimiento de la república dependiente al comienzos del siglo XX y su evolución oligárquica posterior, el nacionalismo radical quedó marginado del poder político y pasó a constituirse como una ideología anti hegemónica. El discurso martiano se vio entonces ampliado con las aspiraciones anti imperialistas, anticapitalistas e igualitarias que los nuevos movimientos sociales y políticos incorporaron al nacionalismo radical cubano.
Los quehaceres que han tratado de concretar las aspiraciones revolucionarias de los cubanos se han referido en mayor o menor medida a este legado y sus prácticas políticas han sido evaluadas por la realización de ese programa. En esta perspectiva es que suele trazarse una línea de continuidad entre los movimientos independentistas, los movimientos insurreccionales de la República y la Revolución de 1959.
3-¿Cuánto de continuidad y cuánto de ruptura pudo existir entre todo este quehacer revolucionario y el proceso que comienza en Cuba el 1ro de enero de 1959, el cual se apropia de esta noción?
La continuidad de este quehacer se vio confirmada en los programas comprometidos, en general, con las metas nacionales de plena soberanía, una democracia popular, el desarrollo socio económico y la mayor equidad social posible; y en particular, con las aspiraciones programáticas del nacionalismo radical.
El proceso histórico real dio a esta continuidad una mayor o más estrecha representación acorde a los escenarios de cada momento, a los desafíos enfrentados y a la voluntad de cambio sostenida por las respectivas vanguardias políticas. Lo específico del período abierto en 1959 fue el predominio de las fuerzas comprometidas con una transformación revolucionaria, la inédita unidad política alcanzada por las mismas, y el surgimiento de un liderazgo común.
Desde entonces hay que distinguir la presencia del imaginario revolucionario en la población -y su correspondiente evolución- de la presencia, legítimamente duradera, de la noción de “revolución” en el discurso dominante. En el imaginario popular “revolución” se relacionaba tanto con la voluntad transformadora del nuevo poder político como con la percepción de que los cambios en curso, opción socialista incluida, se adecuaban a las aspiraciones históricas de la nación cubana, así como a los propios intereses sectoriales del momento. Pero no se trataba tan solo de una percepción sino también, de la transformación real de sus condiciones y orientación de vida y de su propia subjetividad individual y colectiva. En cuanto al discurso dominante, “revolución” expresaba el compromiso, orientación y alcance de sus políticas y también, la ideología en que se pretendía fundar la hegemonía del proceso.
Lo problemático de la atapa iniciada en 1959 para el nacionalismo radical cubano no ha sido tanto producir un nuevo orden institucional o cumplimentar las transformaciones inscritas en el llamado Programa del Moncada, sino la opción anticapitalista asumida desde finales de 1960, es decir, su comprometimiento con una transición socialista o de “construcción del socialismo” en Cuba. Tanto a nivel del imaginario popular como del discurso del poder político, el nacionalismo radical quedó revestido de un ropaje socialista que si bien preservaba su núcleo duro nacionalista radical y lo enriquecía con sus metas de socialización, autogestión y autogobierno, se comprometía con un imaginario socialista afectado de diversas influencias internas y sobre todo, externas.
La crisis de los noventa reveló que la estrategia socialista - ya se entendiese como “transición al” o “construcción del”- y no solo su proyecto, tenía que hacer patente su núcleo nacionalista radical y abrirse a todas las corrientes dispuestas a contribuir a la realización de su programa histórico.
4-En este último medio siglo, ¿qué criterios se han impuesto para determinar qué es lo revolucionario y qué es lo contrarrevolucionario?
Es evidente que para quienes comparten el imaginario revolucionario lo opuesto será contrarrevolucionario. Pero más exactamente, contrarrevolucionario sería subvertir el orden surgido de la revolución o sus conquistas en favor de las grandes mayorías. Para las instituciones del poder revolucionario será contrarrevolucionaria toda pretensión de disputarle ese poder.
Ahora bien, los criterios para clasificar conductas y actores concretos son instrumentaciones mediante las cuales los agentes del poder político tratan discrecionalmente a sus disidentes u opositores y a veces, hasta a sus críticos. Debe quedar claro que entre una conducta o ideas revolucionarias y otras contrarrevolucionarias caben una gama de posiciones mediante las que se expresan alternativas legítimas a las decisiones políticas, así como que la disyuntiva de revolucionario versus contrarrevolucionario no agota ni por asomo, las alternativas que pueden plantearse libremente, es decir, en derecho.
Esto nos lleva a la cuestión de un desarrollo democrático desde el cual se definan y consensuen los criterios para distinguir estas posiciones y propuestas.
5-Si tenemos en cuenta que para muchos el concepto de Revolución significa construir la nación, ¿cómo pudiéramos hacer para que el mismo incluya, cada vez más, a toda la diversidad nacional?
El concepto “revolución” alude a una de las vías para construir la nación; es la historia real la que puede mostrar si hubo o no otra alternativa. La noción “construir” supone una acción consciente, es decir, una construcción consciente de la nación, así como la existencia de actores orientados a ese fin.
La construcción de la nación cubana estuvo asociada en cada época a la crisis de la sociedad cubana “realmente existente”. Aquella fue acelerada en el siglo XIX, lenta y desigual en la primera mitad del siglo XX y nuevamente acelerada en su segunda mitad. La revolución de 1959 logró el poder político y social suficiente, para acelerar la construcción de la nación cubana y proponerse alcanzar sus metas histórica, ya mencionadas. Pero la desde la crisis de los años noventa hasta nuestros días, esta construcción se ha vuelto despaciosa frente a nuevos obstáculos internos y externos.
La “construcción de la nación” y su expresión en la cultura nacional, es un proceso inacabado que los propios nacionales redefinirán e impulsarán permanentemente.
Pero la nación no es solamente una definición o una identidad sino, sobre todo, una sociedad real que la sustenta. Esta sociedad real ha evolucionado de cierta manera y se ha estructurado en grupos y sectores con sus respectivos rasgos diferenciales e intereses. La primera década de la Revolución de 1959 se caracterizó por la simplificación de esa estructura social y desde los años setenta por una lenta diversificación, en general asociada a la expansión educacional y profesional. La crisis de los noventa y dos mil, así como las estrategias de recuperación implementadas, aceleraron la reestratificación socioeconómica de la sociedad cubana, haciéndola más diversa y diferenciada en sus intereses; de hecho, invirtiendo la tendencia de las tres primeras décadas, la sociedad cubana ha transitado hacia un mayor patrón de desigualdad. Igualmente, el número de generaciones sociopolíticas se elevó hasta seis. Es claro que esta diversidad queda incluida en la nación aunque no necesariamente toda ella participe en su construcción o en la orientación de ésta.
Cabe observar que en condiciones dadas –subdesarrollo, pobreza, hostilidad imperialista, etc.- se hará inevitable establecer prioridades y garantizar los intereses presentes y futuros de las grandes mayorías. Y cabe agregar que sin una solución de la participación efectiva de las nuevas generaciones en posiciones de dirección política la hegemonía revolucionaria estará en creciente riesgo.
6-A su juicio, ¿qué lugar ocupará la idea de Revolución en el futuro imaginario nacional?
Considero que la idea de revolución seguirá unida al imaginario nacional mientras las metas históricas de la nación cubana no se hayan alcanzado, a saber: plena independencia nacional, desarrollo socio económico y democracia radical, es decir, plena libertad, equidad y participación social. A ese vínculo ayudará una historia en la cual revolución y nación han sido parte del mismo proceso.
Para el imaginario popular la revolución será el orden bajo el cual se realicen sus intereses mayoritarios; para los estudiosos la revolución ha sido un proceso de transformaciones estructurales realizadas bajo un Estado de excepción que ahora deberá garantizar el cambio mediante reformas consensuadas; para la clase dirigente, particularmente del sistema político, la revolución es el orden constituido bajo su égida solamente el cual puede asegurar la continuidad del poder comprometido con el proyecto de nación.
Creo que el problema no está en el lugar de la Revolución en ese imaginario sino el lugar que tendrá el proyecto socialista en el futuro de la nación. La historia dice que la experiencia socialista cubana, con todas sus insuficiencias, fue la alternativa que permitió rescatar la soberanía nacional frente a EEUU, avanzar en el desarrollo del país, propiciar una democracia participativa e instaurar el más bajo patrón de desigualdad. Ello fue posible por el poder hegemónico instaurado por la revolución de 1959. Pero otro mundo más adverso e incierto, las deficiencias acumuladas en la esfera de la economía, la insuficiente socialización del poder, las menos que imprescindibles restricciones democráticas, la burocratización de las instituciones, las diferencias generacionales y el envejecimiento del estamento político, han erosionado el proyecto socialista cubano al punto de reclamar su refundación.
Esa refundación nacional –entendida como “cambiar todo lo que deba ser cambiado”- tendrá como núcleo duro el nacionalismo radical cubano; este garantizará la continuidad. Este núcleo tendrá que ser revestido de una propuesta de socialismo más autóctono y creativo; esta será la expresión del cambio. Esta será una nueva oportunidad para sumar a todas las fuerzas –nuevas y tradicionales- a la construcción de la nación sobre la base del programa del nacionalismo radical cubano.
En esta perspectiva, todas las fuerzas y corrientes de pensamiento podrían coincidir en la meta de una plena independencia con excepción de las corrientes anexionistas y neocolonialistas; todas podrían coincidir en una república democrática radical, con excepción de las corrientes autoritarias, de izquierda o de derecha; todas coincidirían en el tema del desarrollo socioeconómico sustentable y eventualmente se dividirían acerca de la opción capitalista (socialdemócrata, social liberal) o no capitalista (comunistas, libertarios, anarcosindicalistas, cristianos de base, etc.) para lograrlo; todas coincidirían en el tema de la equidad y discreparían sobre el patrón de desigualdad permisible. Y por supuesto, todas tendrían que debatir las opciones políticas, tácticas y estratégicas, más adecuadas a dichos fines, en un espacio público suficientemente representativo y participativo.
La Habana. 25 de junio del 2012
Juan Valdés Paz es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso.
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5253
El derecho a protestar
José Martínez Cruz y Roberto Mendoza Delgado
Rebelión
Protestar es un derecho, reprimir es un delito. Los gobiernos autoritarios reprimen la protesta social, violando los derechos políticos de la sociedad que quiere participar en las decisiones que afectan la vida social.
La protección del derecho a la protesta se basa en el reconocimiento y la protección de una serie de derechos que incluyen la libertad de expresión y opinión, la libertad de asociación, la libertad de reunión pacífica y los derechos sindicales, Pactos, Protocolos y Convenios firmados desde 1948 a la fecha por México en la ONU.
A lo largo de la historia, las protestas y manifestaciones han sido motores de cambio y factores importantes que contribuyeron a la promoción de los derechos humanos. En todas las regiones del mundo y en todas las épocas de la historia, defensoras y defensores anónimos y activistas reconocidos han liderado e inspirado movimientos de protesta que prepararon el terreno para los logros conseguidos en la esfera de los derechos humanos.
En el momento actual se vive en nuestro país una crisis política y social que está incrementando las protestas de diversos sectores. La inconformidad crece día a día. Mayores protestas se encuentran en el horizonte inmediato. El derecho a protestar es un elemento fundamental del derecho de participación en toda estructura democrática. La intervención de la policía por la fuerza desproporcionada e innecesaria ante manifestaciones pacíficas ha sido condenada en diversos tribunales internacionales.
Una democracia cuartelaría, como la que nos quieren seguir imponiendo, sólo trae consigo violencia, injusticia, desigualdad, pobreza. ¿Cómo no protestar cuando el gobierno ha tolerado un grave deterioro en la protección de los derechos humanos y ha hecho caso omiso a las miles de víctimas de violaciones que se han atrevido a denunciar los abusos y reclamar justicia? El llamado de la alerta contra la violencia feminicida, que como respuesta solo obtuvo el silencio ¿Cómo no rechazar una política de seguridad pública para enfrentar militarmente a grupos del crimen organizado, que agravó la violencia, sin contar con una estrategia para frenarla y garantizar la seguridad para las poblaciones afectadas?
Se ha mantenido una política represiva sobre el despliegue masivo y rutinario de las Fuerzas Armadas en tareas policiales, la cual generó un aumento escalofriante en las denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad, como detenciones arbitrarias, tortura, ejecuciones extrajudiciales, y desapariciones forzadas. ¿Acaso esperan que toda la sociedad aplauda estas medidas? El gobierno y las fuerzas de seguridad con frecuencia han intentado minimizar el impacto de la violencia, acusando a las víctimas de los abusos cometidos por el ejército y la policía de ser criminales. Sin embargo, en su gran mayoría no eran criminales sino personas comunes que han sufrido las consecuencias de la política de seguridad del gobierno mexicano.
Derecho a protestar, establecido en la Constitución mediante el ejercicio de la libertad de expresión, manifestación y organización, que se ve severamente cuestionado por las propias autoridades que tratan de imponer la idea de que no son responsables por el aumento de la inseguridad, y promueven por todos los medios medidas autoritarias. Por ejemplo, sobre la jurisdicción militar, las procuradurías generales de justicia, las investigaciones internas de las instituciones imputadas y las comisiones estatales de derechos humanos han dejado en el desamparo a las víctimas. Ante esta política de negación, no es sorprendente que el gobierno no sea capaz de ver las alarmantes dimensiones de los abusos, la desesperada situación de las víctimas ni de encontrar a los responsables. La introducción del arraigo a la Constitución, un mecanismo arbitrario y abusivo que debilita la justicia y no la refuerza. Es tal vez uno de los retrocesos más significativos impulsados por el gobierno en los últimos años. Este retroceso se ha dado ignorando las recomendaciones de las Naciones Unidas de abolirlo.
Un gobierno que ignora a la sociedad civil como impulsora de la democracia efectiva, y que no atiende su reclamo de justicia, esta destinado a fracasar en el fortalecimiento del estado de derecho y la protección de derechos humanos.
Las protestas relacionadas con la exigencia de elecciones libres y justas, impugnar los resultados y denunciar las irregularidades y fraudes, no deben concluir en represión policiaca. Recordamos precisamente que posteriormente al fraude electoral de 1988 fue desaparecido nuestro compañero José Ramón García Gómez en Cuautla durante el gobierno de Antonio Riva Palacio y Salinas de Gortari. Tenemos memoria. El pueblo no olvida.
Rebelión
Protestar es un derecho, reprimir es un delito. Los gobiernos autoritarios reprimen la protesta social, violando los derechos políticos de la sociedad que quiere participar en las decisiones que afectan la vida social.
La protección del derecho a la protesta se basa en el reconocimiento y la protección de una serie de derechos que incluyen la libertad de expresión y opinión, la libertad de asociación, la libertad de reunión pacífica y los derechos sindicales, Pactos, Protocolos y Convenios firmados desde 1948 a la fecha por México en la ONU.
A lo largo de la historia, las protestas y manifestaciones han sido motores de cambio y factores importantes que contribuyeron a la promoción de los derechos humanos. En todas las regiones del mundo y en todas las épocas de la historia, defensoras y defensores anónimos y activistas reconocidos han liderado e inspirado movimientos de protesta que prepararon el terreno para los logros conseguidos en la esfera de los derechos humanos.
En el momento actual se vive en nuestro país una crisis política y social que está incrementando las protestas de diversos sectores. La inconformidad crece día a día. Mayores protestas se encuentran en el horizonte inmediato. El derecho a protestar es un elemento fundamental del derecho de participación en toda estructura democrática. La intervención de la policía por la fuerza desproporcionada e innecesaria ante manifestaciones pacíficas ha sido condenada en diversos tribunales internacionales.
Una democracia cuartelaría, como la que nos quieren seguir imponiendo, sólo trae consigo violencia, injusticia, desigualdad, pobreza. ¿Cómo no protestar cuando el gobierno ha tolerado un grave deterioro en la protección de los derechos humanos y ha hecho caso omiso a las miles de víctimas de violaciones que se han atrevido a denunciar los abusos y reclamar justicia? El llamado de la alerta contra la violencia feminicida, que como respuesta solo obtuvo el silencio ¿Cómo no rechazar una política de seguridad pública para enfrentar militarmente a grupos del crimen organizado, que agravó la violencia, sin contar con una estrategia para frenarla y garantizar la seguridad para las poblaciones afectadas?
Se ha mantenido una política represiva sobre el despliegue masivo y rutinario de las Fuerzas Armadas en tareas policiales, la cual generó un aumento escalofriante en las denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad, como detenciones arbitrarias, tortura, ejecuciones extrajudiciales, y desapariciones forzadas. ¿Acaso esperan que toda la sociedad aplauda estas medidas? El gobierno y las fuerzas de seguridad con frecuencia han intentado minimizar el impacto de la violencia, acusando a las víctimas de los abusos cometidos por el ejército y la policía de ser criminales. Sin embargo, en su gran mayoría no eran criminales sino personas comunes que han sufrido las consecuencias de la política de seguridad del gobierno mexicano.
Derecho a protestar, establecido en la Constitución mediante el ejercicio de la libertad de expresión, manifestación y organización, que se ve severamente cuestionado por las propias autoridades que tratan de imponer la idea de que no son responsables por el aumento de la inseguridad, y promueven por todos los medios medidas autoritarias. Por ejemplo, sobre la jurisdicción militar, las procuradurías generales de justicia, las investigaciones internas de las instituciones imputadas y las comisiones estatales de derechos humanos han dejado en el desamparo a las víctimas. Ante esta política de negación, no es sorprendente que el gobierno no sea capaz de ver las alarmantes dimensiones de los abusos, la desesperada situación de las víctimas ni de encontrar a los responsables. La introducción del arraigo a la Constitución, un mecanismo arbitrario y abusivo que debilita la justicia y no la refuerza. Es tal vez uno de los retrocesos más significativos impulsados por el gobierno en los últimos años. Este retroceso se ha dado ignorando las recomendaciones de las Naciones Unidas de abolirlo.
Un gobierno que ignora a la sociedad civil como impulsora de la democracia efectiva, y que no atiende su reclamo de justicia, esta destinado a fracasar en el fortalecimiento del estado de derecho y la protección de derechos humanos.
Las protestas relacionadas con la exigencia de elecciones libres y justas, impugnar los resultados y denunciar las irregularidades y fraudes, no deben concluir en represión policiaca. Recordamos precisamente que posteriormente al fraude electoral de 1988 fue desaparecido nuestro compañero José Ramón García Gómez en Cuautla durante el gobierno de Antonio Riva Palacio y Salinas de Gortari. Tenemos memoria. El pueblo no olvida.
"El imperialismo tiene que adaptar su plan"
Mario Hernández
Rebelión
Mario Hernandez (MH): Antes de ir al tema por el que te había convocado sobre tu artículo “Bases por una política económica alternativa”, quería provechar para consultarte por el inicio del diálogo entre el gobierno colombiano y las FARC.
Guillermo Almeyra (GA): Es un proceso complejo donde entran diversos aspectos, por ejemplo, internacionales, teniendo en cuenta las necesidades tanto de Colombia como de Venezuela, por sobre el problema con las Farc y la toma de distancia de este último país con respecto a un apoyo que les dio en otro momento.
Entran los problemas internos colombianos. La pelea entre la extrema derecha de Uribe y el sector de Santos en vistas que está creciendo una oposición democrática importante y el peso de las Farc está disminuyendo considerablemente; entonces la derecha no puede imponer una disciplina en la sociedad en nombre de una guerra absolutamente impopular.
Después hay otros problemas como la economía. Venezuela compra el 20% de sus alimentos en Colombia y, en un período electoral pero también de dificultades, el comercio fronterizo es fundamental porque es más barato, sobre todo de alimentos frescos, carne y verduras de las cuales hay carencia. También Colombia encuentra en Venezuela un importante socio comercial.
Si vamos por partes creo que las Farc habían sufrido durísimos golpes. No tenían muchas posibilidades de mantener una guerra sin un apoyo importante de los campesinos y éstos se lo estaban retaceando, es más, la rebelión indígena en el Cauca fue sobre todo contra el ejército, para que se fuera de la región, pero también se lo pedían a las Farc. En su mayoría y mucho más los 2.5 millones de desplazados que están en las calles de Bogotá siendo reclutados por la delincuencia, quieren volver a sus tierras, quieren la reforma agraria, entonces presionan enormemente para recuperar sus tierras que están en conflicto en manos de los paramilitares y los narcos con el ejército apoyando a ambos. La guerrilla tampoco es ajena a esta situación.
MH: Leyendo las declaraciones de Santos precisamente el primer punto a tratar en las conversaciones de paz es el desarrollo rural.
GA: Y la vuelta de los desplazados, el problema de la tierra, indemnizaciones a los campesinos. El gobierno de Santos se va a anotar un poroto en eso. Uribe, por el contrario, favoreció a los paramilitares, fue apoyado por ellos y tiene una fuerza enorme en las Fuerzas Armadas y en un sector importante del poder en Colombia donde aquéllas, como en México, están penetradas por el narcotráfico.
MH: Ese es el punto cuarto: el narcotráfico. Una acotación. Santos le da mucha importancia a la economía en su discurso donde dice que su objetivo es llegar a igualar la potencia económica de Argentina a partir de pacificar el país.
GA: Colombia es un país que tiene un gran potencial. Tradicionalmente ha sido un país con una represión bestial. Es el país del mundo donde más sindicalistas asesinan por año. Además, recibe muchas inversiones. La paz le podría segurar aún más que no vienen a la Argentina.
Está al lado de Venezuela y entre ambos pueden ser un polo importante. También para penetrar en el mercado ecuatoriano.
Colombia es un punto clave, estratégico para las grandes transnacionales como también lo es Venezuela porque tienen fronteras con la Amazonía en la zona del Orinoco, están cerca del punto más débil de Brasil e influencian a los países del arco andino, en particular, Ecuador. Tiene grandes posibilidades de desarrollo y Santos se tira a eso. Es un gran capitalista colombiano, hijo y nieto de grandes terratenientes, propietarios del diario El Tiempo desde siempre. Es de una de las familias tradicionales siempre ligadas al exterior y sabe cómo moverse en ese terreno.
El problema central de EE. UU. es México
MH: ¿Cómo juega el imperialismo norteamericano en esto?
GA: El imperialismo tiene que adaptar su Plan Colombia, incluso se fue de Ecuador cuando Correa le exigió que entregara la base de Mantua y accedió. Tampoco armó hasta los dientes sus bases en Colombia. Tiene que modificar el Plan Colombia de acuerdo a las presiones sociales en América Latina. Está jugando en una cancha que no domina como en otros períodos. Ha ido adaptando el Plan Colombia. Llegó a acuerdos importantes con Panamá, reforzó el Plan Mérida con México. Ahora el problema central de EE. UU. es la situación mexicana. Ha metido a México bajo en Comando Sur, por territorio mexicano circulan abiertamente como quieren la DEA, la CIA, todos los servicios de inteligencia estadounidenses. Recientemente una patrulla del ejército mexicano emboscó a los tiros a un grupo de la CIA a 40 km. de la ciudad de México. El centro es México por la inestabilidad y la importancia del país, no es Colombia que antes era muy importante, incluso desde el punto de vista del narcotráfico. Ahora lo es México.
EE. UU. está esperando ver la posibilidad que incluso una pacificación relativa, entendiendo por esto que los guerrilleros depongan las armas y los empiecen a cazar por las calles porque en Colombia nunca hubo paz, en realidad nunca hubo una política que abriera el espacio democrático, le permita insertarse más en un proceso donde Venezuela al entrar al Mercosur refuerza a Brasil, en parte se subordina o se integra y eso se le escapa de las manos a EE. UU.
El neodesarrollismo es una continuación de la política neoliberal
MH: Recibí “Bases por una política económica alternativa” donde sostenés que los gobiernos llamados progresistas mantienen lazos estrechos con el capital financiero internacional y siguen aplicando políticas neoliberales. La semana pasada entrevisté a Julio Gambina quien hizo idéntica reflexión refiriéndose a temas muy parecidos a los que desarrollás en tu artículo donde criticás que solo se exportan petróleo, maderas, productos minerales, soja y granos a precios fijados en el exterior por los grandes oligopolios transnacionales, mezclados en el mejor de los casos con algunas empresas paraestatales mixtas como YPF y Petrobras ya que Pemex y PDVSA son excepciones. Veo que empieza a ser un tema de debate. No es casual tu coincidencia con Gambina. También señalás otra cosa muy importante que es el papel de los movimientos sociales en América Latina y la necesidad de empezar a discutir con qué sujeto político encarar la nueva situación en nuestro continente.
GA: Hay ejemplos clarísimos como la reciente concesión de Cristina Fernández a Monsanto que le permite incluso registrar la semilla lo que hasta el momento no se hacía. Le da carta libre y la política abiertamente sojera en contra de los intereses de la seguridad alimentaria en el país, la política minera, todas son políticas neoliberales destinadas a exportar y conseguir divisas y con ellas, supuestamente, financiar el desarrollo.
No se diferencia demasiado de la política de Arturo Frondizi (1958-62) que ya fracasó y también favorecía a las grandes empresas transnacionales, sobre todo petroleras. El resultado de ese desarrollismo, que también aplica este gobierno, fue el fracaso.
No es una alternativa a la política neoliberal, al contrario, es una continuación en otras condiciones, con algunas adecuaciones menores, con una política asistencialista para mantener una cierta distribución y un cierto poder adquisitivo.
El problema es que esa también es la política de Lula y está siendo adoptada ahora por Evo. La alternativa es un balance de los recursos, teniendo en cuenta a la gente, ver cuáles son las necesidades locales, las propuestas, desarrollando la creatividad y la autogestión en forma generalizada, desarrollando totalmente una independencia de los movimientos de masas con respecto a los aparatos estatales que están determinados por la lógica del mercado internacional, que es la del capital.
Los interlocutores de los llamados gobiernos progresistas son las grandes empresas que en su gran mayoría son extranjeras o están ligadas al gran capital financiero internacional por mil lazos desde hace muchísimos años. No son PYMES que aunque den la mayoría de los puestos de trabajo ni cortan ni pinchan, las empresas medianas tampoco.
La opción extractiva-tecnológica es antidemocrática, antinacional y refuerza a los que no están con el gobierno sino que simplemente se sirven de él, pero cada vez le exigen más como en el caso de Techint.
MH: Son los mismos que estuvieron en Tecnópolis el pasado 2 de setiembre festejando el Día de la Industria.
GA: Claro, son gente que tiene intereses pero no apoyos permanentes. Usa a uno u otro.
La opción de los gobiernos es muy aventurera desde el punto de vista político. No tiene bases. El problema es construir una alternativa y definir cuál es el sujeto y tiene que venir por propuestas que no se basen solo en el mercado. Si Moyano simplemente propone apoyarse en Duhalde o en el intendente de Malvinas Argentinas que manda matar a un enfermero porque denuncia un chanchullo en un hospital, lo único que hace es apostar a otro caballo totalmente perdedor pero en el marco de la carrera.
Hay que salir de ese juego, buscar otro tipo de opciones. Esto se presenta en todos los países, aunque en Argentina evidentemente y desde hace mucho tiempo no hay una discusión política profunda sobre las alternativas. Qué hacer con la soja, con el campo, cómo resolver el problema del agua, qué hacer con la minería, cuál es aceptable y cuál no, dónde, no se discute nada de esto. Hay que plantear este tipo de discusiones y salir de las discusiones de palacio como dicen en Italia, porque allí siempre hay reacomodamientos. Los funcionarios vienen del partido de Alsogaray como Boudou o del duhaldismo o del menemismo, incluso algunos que estuvieron cerca de la dictadura como el secretario de la construcción que era un buchón.
MH: Te referís a Gerardo Martínez, agente del Batallón 601 de Inteligencia.
GA: Uno de los puntales gremiales del kirchnerismo.
MH: ¿Viste el programa de Jorge Lanata sobre Venezuela?
GA: No lo vi porque sé lo que va a decir y hacer, además, porque me da un asco tremendo. Hay momentos que es necesario escuchar a las voces representativas del enemigo pero tienen que tener un nivel. Ese no es el caso.
Rebelión
Mario Hernandez (MH): Antes de ir al tema por el que te había convocado sobre tu artículo “Bases por una política económica alternativa”, quería provechar para consultarte por el inicio del diálogo entre el gobierno colombiano y las FARC.
Guillermo Almeyra (GA): Es un proceso complejo donde entran diversos aspectos, por ejemplo, internacionales, teniendo en cuenta las necesidades tanto de Colombia como de Venezuela, por sobre el problema con las Farc y la toma de distancia de este último país con respecto a un apoyo que les dio en otro momento.
Entran los problemas internos colombianos. La pelea entre la extrema derecha de Uribe y el sector de Santos en vistas que está creciendo una oposición democrática importante y el peso de las Farc está disminuyendo considerablemente; entonces la derecha no puede imponer una disciplina en la sociedad en nombre de una guerra absolutamente impopular.
Después hay otros problemas como la economía. Venezuela compra el 20% de sus alimentos en Colombia y, en un período electoral pero también de dificultades, el comercio fronterizo es fundamental porque es más barato, sobre todo de alimentos frescos, carne y verduras de las cuales hay carencia. También Colombia encuentra en Venezuela un importante socio comercial.
Si vamos por partes creo que las Farc habían sufrido durísimos golpes. No tenían muchas posibilidades de mantener una guerra sin un apoyo importante de los campesinos y éstos se lo estaban retaceando, es más, la rebelión indígena en el Cauca fue sobre todo contra el ejército, para que se fuera de la región, pero también se lo pedían a las Farc. En su mayoría y mucho más los 2.5 millones de desplazados que están en las calles de Bogotá siendo reclutados por la delincuencia, quieren volver a sus tierras, quieren la reforma agraria, entonces presionan enormemente para recuperar sus tierras que están en conflicto en manos de los paramilitares y los narcos con el ejército apoyando a ambos. La guerrilla tampoco es ajena a esta situación.
MH: Leyendo las declaraciones de Santos precisamente el primer punto a tratar en las conversaciones de paz es el desarrollo rural.
GA: Y la vuelta de los desplazados, el problema de la tierra, indemnizaciones a los campesinos. El gobierno de Santos se va a anotar un poroto en eso. Uribe, por el contrario, favoreció a los paramilitares, fue apoyado por ellos y tiene una fuerza enorme en las Fuerzas Armadas y en un sector importante del poder en Colombia donde aquéllas, como en México, están penetradas por el narcotráfico.
MH: Ese es el punto cuarto: el narcotráfico. Una acotación. Santos le da mucha importancia a la economía en su discurso donde dice que su objetivo es llegar a igualar la potencia económica de Argentina a partir de pacificar el país.
GA: Colombia es un país que tiene un gran potencial. Tradicionalmente ha sido un país con una represión bestial. Es el país del mundo donde más sindicalistas asesinan por año. Además, recibe muchas inversiones. La paz le podría segurar aún más que no vienen a la Argentina.
Está al lado de Venezuela y entre ambos pueden ser un polo importante. También para penetrar en el mercado ecuatoriano.
Colombia es un punto clave, estratégico para las grandes transnacionales como también lo es Venezuela porque tienen fronteras con la Amazonía en la zona del Orinoco, están cerca del punto más débil de Brasil e influencian a los países del arco andino, en particular, Ecuador. Tiene grandes posibilidades de desarrollo y Santos se tira a eso. Es un gran capitalista colombiano, hijo y nieto de grandes terratenientes, propietarios del diario El Tiempo desde siempre. Es de una de las familias tradicionales siempre ligadas al exterior y sabe cómo moverse en ese terreno.
El problema central de EE. UU. es México
MH: ¿Cómo juega el imperialismo norteamericano en esto?
GA: El imperialismo tiene que adaptar su Plan Colombia, incluso se fue de Ecuador cuando Correa le exigió que entregara la base de Mantua y accedió. Tampoco armó hasta los dientes sus bases en Colombia. Tiene que modificar el Plan Colombia de acuerdo a las presiones sociales en América Latina. Está jugando en una cancha que no domina como en otros períodos. Ha ido adaptando el Plan Colombia. Llegó a acuerdos importantes con Panamá, reforzó el Plan Mérida con México. Ahora el problema central de EE. UU. es la situación mexicana. Ha metido a México bajo en Comando Sur, por territorio mexicano circulan abiertamente como quieren la DEA, la CIA, todos los servicios de inteligencia estadounidenses. Recientemente una patrulla del ejército mexicano emboscó a los tiros a un grupo de la CIA a 40 km. de la ciudad de México. El centro es México por la inestabilidad y la importancia del país, no es Colombia que antes era muy importante, incluso desde el punto de vista del narcotráfico. Ahora lo es México.
EE. UU. está esperando ver la posibilidad que incluso una pacificación relativa, entendiendo por esto que los guerrilleros depongan las armas y los empiecen a cazar por las calles porque en Colombia nunca hubo paz, en realidad nunca hubo una política que abriera el espacio democrático, le permita insertarse más en un proceso donde Venezuela al entrar al Mercosur refuerza a Brasil, en parte se subordina o se integra y eso se le escapa de las manos a EE. UU.
El neodesarrollismo es una continuación de la política neoliberal
MH: Recibí “Bases por una política económica alternativa” donde sostenés que los gobiernos llamados progresistas mantienen lazos estrechos con el capital financiero internacional y siguen aplicando políticas neoliberales. La semana pasada entrevisté a Julio Gambina quien hizo idéntica reflexión refiriéndose a temas muy parecidos a los que desarrollás en tu artículo donde criticás que solo se exportan petróleo, maderas, productos minerales, soja y granos a precios fijados en el exterior por los grandes oligopolios transnacionales, mezclados en el mejor de los casos con algunas empresas paraestatales mixtas como YPF y Petrobras ya que Pemex y PDVSA son excepciones. Veo que empieza a ser un tema de debate. No es casual tu coincidencia con Gambina. También señalás otra cosa muy importante que es el papel de los movimientos sociales en América Latina y la necesidad de empezar a discutir con qué sujeto político encarar la nueva situación en nuestro continente.
GA: Hay ejemplos clarísimos como la reciente concesión de Cristina Fernández a Monsanto que le permite incluso registrar la semilla lo que hasta el momento no se hacía. Le da carta libre y la política abiertamente sojera en contra de los intereses de la seguridad alimentaria en el país, la política minera, todas son políticas neoliberales destinadas a exportar y conseguir divisas y con ellas, supuestamente, financiar el desarrollo.
No se diferencia demasiado de la política de Arturo Frondizi (1958-62) que ya fracasó y también favorecía a las grandes empresas transnacionales, sobre todo petroleras. El resultado de ese desarrollismo, que también aplica este gobierno, fue el fracaso.
No es una alternativa a la política neoliberal, al contrario, es una continuación en otras condiciones, con algunas adecuaciones menores, con una política asistencialista para mantener una cierta distribución y un cierto poder adquisitivo.
El problema es que esa también es la política de Lula y está siendo adoptada ahora por Evo. La alternativa es un balance de los recursos, teniendo en cuenta a la gente, ver cuáles son las necesidades locales, las propuestas, desarrollando la creatividad y la autogestión en forma generalizada, desarrollando totalmente una independencia de los movimientos de masas con respecto a los aparatos estatales que están determinados por la lógica del mercado internacional, que es la del capital.
Los interlocutores de los llamados gobiernos progresistas son las grandes empresas que en su gran mayoría son extranjeras o están ligadas al gran capital financiero internacional por mil lazos desde hace muchísimos años. No son PYMES que aunque den la mayoría de los puestos de trabajo ni cortan ni pinchan, las empresas medianas tampoco.
La opción extractiva-tecnológica es antidemocrática, antinacional y refuerza a los que no están con el gobierno sino que simplemente se sirven de él, pero cada vez le exigen más como en el caso de Techint.
MH: Son los mismos que estuvieron en Tecnópolis el pasado 2 de setiembre festejando el Día de la Industria.
GA: Claro, son gente que tiene intereses pero no apoyos permanentes. Usa a uno u otro.
La opción de los gobiernos es muy aventurera desde el punto de vista político. No tiene bases. El problema es construir una alternativa y definir cuál es el sujeto y tiene que venir por propuestas que no se basen solo en el mercado. Si Moyano simplemente propone apoyarse en Duhalde o en el intendente de Malvinas Argentinas que manda matar a un enfermero porque denuncia un chanchullo en un hospital, lo único que hace es apostar a otro caballo totalmente perdedor pero en el marco de la carrera.
Hay que salir de ese juego, buscar otro tipo de opciones. Esto se presenta en todos los países, aunque en Argentina evidentemente y desde hace mucho tiempo no hay una discusión política profunda sobre las alternativas. Qué hacer con la soja, con el campo, cómo resolver el problema del agua, qué hacer con la minería, cuál es aceptable y cuál no, dónde, no se discute nada de esto. Hay que plantear este tipo de discusiones y salir de las discusiones de palacio como dicen en Italia, porque allí siempre hay reacomodamientos. Los funcionarios vienen del partido de Alsogaray como Boudou o del duhaldismo o del menemismo, incluso algunos que estuvieron cerca de la dictadura como el secretario de la construcción que era un buchón.
MH: Te referís a Gerardo Martínez, agente del Batallón 601 de Inteligencia.
GA: Uno de los puntales gremiales del kirchnerismo.
MH: ¿Viste el programa de Jorge Lanata sobre Venezuela?
GA: No lo vi porque sé lo que va a decir y hacer, además, porque me da un asco tremendo. Hay momentos que es necesario escuchar a las voces representativas del enemigo pero tienen que tener un nivel. Ese no es el caso.
La criminalización de la protesta en las universidades públicas
Javier Saldaña
Rebelión
"¿Usted sabe cómo hacen los chinos para matar a los gorriones? No los dejan posar en las ramas de los árboles. Los hostigan con palos y no los dejan posar, hasta que se mueren en el aire; les revienta el corazón y caen al suelo. Los traidores (y los mediocres de medio pelo), tienen vuelo de gorrión. Alcanza con hostigarlos, con no dejarlos descansar, para que terminen yéndose al suelo. No… para la lucha hay que tener vuelo de águila. El águila vigila paciente mientras planea sin mover las alas. Aprovecha el viento y deja que los demás aleteen".
(Eduardo Galeano, Días y noches de amor y de guerra. 1978)
¿Dónde, cómo y porqué se criminaliza y se reprime a la protesta, a la disidencia, al pensamiento crítico? No vayamos tan lejos. ¿Dónde, cómo y porqué se criminaliza tan sólo un esbozo que difiere del que ejerce el poder? Es decir: ¿Cuál es el estado que guarda nuestro país? No haremos aquí un diagnóstico general de la situación nacional, lo cual es indispensable. Pero sí es necesario proponer una síntesis mínima en la que todos coincidamos.
Suponemos que se criminaliza en las universidades públicas o como consecuencia de la lucha en ellas. Pero hay que tener presente que lo que ocurre en las instituciones de educación superior tan sólo es un reflejo de lo que ocurre en el país y, guardando las proporciones, lo que pasa aquí también tiene su expresión nacional.
Con esto quiero decir, a riesgo de parecer simplista, que la estrategia represiva y de criminalización, que el régimen político actual aplica, es la misma para aplastar cualquier inconformidad, movilización o movimiento de la magnitud que sea y en el lugar que sea. No importa si se trata de demandas inmediatas y a corto plazo o si es un movimiento social de largo alcance. Las diferencias son mínimas y las podemos observar si atendemos dos aspectos que van unidos:
Primero, el tipo de demandas o propuestas que se realizan y, segundo, a quiénes las hacen.
Casi todas estas diferencias se encuentran en el modo en que se tratan al los conflictos en un principio. Sólo por mencionar algunos ejemplos: si es el caso de un sindicato, el conflicto se administra con negociaciones burocráticas sin salida y retorciendo las leyes laborales. Si son campesinos que defienden su tierra se intenta cooptarlos, engañarlos o sencillamente se les despoja. Si es un problema magisterial, los medios de comunicación los ridiculizan. Si son indígenas, se les desprecia de muchos modos. Si hablamos de estudiantes, se nos ignora. Si son defensores de derechos humanos, se les hostiga. Si son mujeres reivindicando sus derechos se les estigmatiza. Si el conflicto persiste y la organización se fortalece, las diferencias desaparecen y la represión se agudiza. El orden de estas respuestas primarias del régimen puede cambiar y ninguna excluye a otra. En algún momento, trátese de quien se trate, a todos les ocurre lo mismo. Depende del grado de peligro que el régimen evalúe.
La estrategia de la que hablamos parte de una única fuente: “La doctrina de Seguridad Nacional” anglosajona y europea adoptada plenamente por casi todos los gobiernos de América Latina. Esta doctrina usa términos ya agresivos como “El enemigo interno”, “Estado de excepción”, “Bajas colaterales”, “Falsos positivos”, “Guerra de baja intensidad”. Además, otros presentes desde hace tiempo en nuestro Código Penal, como “ sedición, motín, rebelión, terrorismo, sabotaje y conspiración”. La doctrina de Seguridad Nacional según Carlos Fazio, reconocido especialista y crítico de ella, es:
“… una doctrina militar. Contiene una rigidez completamente militar. Fue concebida en el marco de la guerra de espectro total contra el comunismo y el terrorismo. Su esencia es contrarrevolucionaria, antisubversiva. Entre los elementos de esa doctrina figuran los objetivos nacionales.”
Según esa doctrina “…Toda oposición supone anarquía, subversión.” ¿Pero qué tiene que ver esto con las Instituciones de Educación Superior? Pues que en el Manual de Seguridad recientemente aprobado por la ANUIES en el contexto de la guerra contra el narcotráfico, para ser aplicado en las universidades del país ,se usan más palabras de la nomenclatura militar, entre ellas: “control de la población flotante o permanente” o “actos tumultuosos”. Peor aún, este manual fue revisado y corregido por Genaro García Luna, titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal.
¿Qué hace este señor de la guerra, responsable de innumerables violaciones a los derechos humanos imponiéndoles este tipo de medidas a las universidades autónomas? ¿Qué no se supone que las universidades tienen la capacidad de autogobernarse y de elaborar sus normas? ¿Quién con sensatez pensaría que la seguridad dentro de un plantel escolar se debe tratar con los mismo criterios con los que se aborda la fracasada y criminal guerra contra el narcotráfico?
Más aún, en la UAM-Iztapalapa, hace poco se aprobó por sus órganos colegiados, un manualito de “seguridad interna” que se autodenomina “Manual Técnico-policiaco de seguridad”.
Ahora bien, decíamos que a todos se les aplica la misma estrategia en términos generales, independientemente del tipo de movimiento o movilización, lo cual se puede observar en el uso de tácticas iguales. Como actores colectivos, al trabajador, al campesino, al ejidatario, al indígena, al estudiante, al profesor o a cualquiera que proteste –no necesariamente en el siguiente orden y dependiendo de hasta cuando decida detenerse- se le exhibe, se ataca su credibilidad, se le ignora, desprecia, ridiculiza, despoja, estigmatiza, persigue, hostiga… A quien no sea indiferente ante cualquier acto injusto, se le prejuzga, insulta, intimida, amenaza, se le expulsa o se le despide… Si persiste, se le violenta su existencia física o psicológicamente, se le encarcela, asesina o desaparece… Es decir, se les reprime y criminaliza como sujetos políticos, no como a individuos, aunque sea en momentos distintos y aunque las consecuencias directas sean particulares. ¿Para qué hacer todo esto? ¿Ra qué el régimen por medio del aparato del Estado se ocupa en gastar recursos en esto? Para castigar, intimidar, atemorizar, desmovilizar y controlar.
¿Esto ocurre en las universidades públicas? Más concreto y para comprobar la hipótesis que tiene como título este foro: ¿En las universidades públicas se ejerce la criminalización de la protesta social? Para responder a estas preguntas cito algunos casos recientes y de algún modo cercanos:
En octubre de 2009, los funcionarios de la UAM expulsan a tres estudiantes de este por sus actividades políticas montando una farsa que ni ellos mismos creyeron. Este acto se detuvo temporalmente mediante un amparo, el cual fue resuelto negativamente en diciembre pasado, ratificando la expulsión definitiva. Lo cual significa que la “justicia” federal validó las mentiras, trampas y estupideces que los abogados de la universidad presentaron como argumentos “jurídicos” ante los tribunales y que, una y otra vez fueron rechazadas hasta que, al final del proceso jurídico, fueron extrañamente consideradas como elementos “contundentes” de prueba.
También se sancionó con exceso de severidad y de forma sumaria a trabajadores sindicalizados por defender sus derechos contractuales. Aquí podemos ver el recurso represivo del despido y la expulsión.
En marzo de 2011, funcionarios de la UAM-Iztapalapa, responden con burlas y agresiones a estudiantes a peticiones formales que hicimos para resolver problemas urgentes. Primero ocupan por la noche un espacio público de reunión y convivencia cotidiana. Luego, los estudiantes pedimos diálogo y el rector mediante su cuerpo de seguridad, nos opone su voluntad agrediendo a compañeras con patadas, empujones y gas pimienta. Al siguiente día, con acuerdo tácito con el gobierno del Distrito Federal, enviaron a los granaderos a reprimirnos cuando protestábamos por estos hechos en las inmediaciones de la universidad. Aquí se ejemplifica la táctica de la violencia.
En abril de 2011 en un desplegado en los principales diarios de circulación nacional, la rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México insulta a sus trabajadores, estudiantes y profesores, asegurando, entre otras cosas, que esa institución es un fraude. Ante esta aseveración rectores, funcionarios e investigadores de otras universidades se regocijan junto con los repetidores de mentiras e idioteces de la televisión que la invitan a dar entrevistas, en las que la señora Orozco exhibe más el tamaño de su perversión. Aquí se muestran los aspectos represivos de la exhibición, el desprecio, la ridiculización y la estigmatización.
La comunidad de dicha universidad exige su renuncia inmediata debido a que se comprueban actos de corrupción, nepotismo y persecución política contra quien disiente públicamente de ella. Ante el tamaño de la estupidez cometida, la señora Orozco es de inmediato respaldada por el grupo de poder que la instaló allí: el gobierno del D. F. En otros grandes desplegados periodísticos, algunos funcionarios de otras universidades como el ex rector de la UAM Iztapalapa, Óscar Monroy Hermosillo y el actual rector de esta misma institución, Javier Velázquez Moctezuma. ¿Coincidencia? (Ver desplegado impreso en La Jornada y Reforma del 13 de abril de 2011).
En los meses subsecuentes son hostigados, perseguidos e insultados estudiantes, trabajadores y profesores que habían sido los primeros en criticar a la actual rectora, denunciado sus atropellos y que habían exigido su revocación por su evidente ineptitud para el cargo. Finalmente, son destituidos por la contraloría (acá se le llama así, al Santo Oficio de las universidades, en la UAM se le denomina Comisión de Faltas y en la UNAM, Tribunal Universitario) de la institución varios profesores y trabajadores, mediante procedimientos igual de irregulares que los actos de la rectora. Aquí se exhibe el método del insulto y el despido laboral.
En diciembre pasado, un estudiante de la UAM es forzado a bajar de su auto con violencia y es golpeado con patadas en la cabeza y rostro por alrededor de ocho sujetos, quienes al mismo tiempo que lo agreden, lo amenazan aludiendo a sus actividades políticas. Aquí vemos amenazas y violencia física.
En octubre de 2011 es asesinado con nueve balazos el estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Carlos Sinuhé Cuevas. Semanas antes había recibido amenazas mediante su teléfono celular y su correo electrónico. Cabe destacar el conocido activismo político del compañero tanto en la UNAM como en otros ámbitos como la lucha contra la militarización y la guerra del titular del ejecutivo federal. Sin prueba alguna la Procuraduría General de Justicia del D. F., por medio de su titular, Miguel Ángel Mancera (ahora candidato del PRD a Jefe de Gobierno), se apresura a declarar que el móvil del homicidio fue “pasional”. Días después es asesinado, también a balazos otro estudiante de la misma universidad sin que hasta la fecha se sepan las causas y los nombres de los autores. En este ejemplo observamos la táctica de la amenaza, la persecución y el asesinato.
Como ustedes saben, el 12 de diciembre de 2011 son asesinados a balazos otros dos estudiantes y detenidos y golpeados otros 20, de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos en Ayotzinapa, durante un brutal acto de represión efectuado por la policía ministerial de Guerrero y por la Policía Federal. Asesinato, violencia física y cárcel.
Los ejemplos son vastos, no nos permiten exagerar. Si los contextualizamos en el momento actual del país y después realizamos un sencilla relación entre ellos, podemos concluir que no se trata de coincidencias, sino de la puesta en marcha de un plan sistemático de criminalización y represión.
¿Cómo responder a esta situación de represión y criminalización que cada vez se agudiza más, pero al mismo tiempo se normaliza? ¿Cómo seguir actuando si estos ejemplos y muchos otros más nos recuerdan que el régimen político, no olvida, que siempre tiene presente a todo tipo de disidentes, a sus palabras y sus actos? ¿Qué hacer si la pinza de esta estrategia se cierra en las universidades públicas y si el aparato del Estado cuenta con todos los recursos, para afinar, actualizar e introducir sus métodos en nuestras escuelas, mientras que los movimientos y organizaciones seguimos cayendo en la ingenuidad excesiva o en la paranoia política? En tanto que todas las instituciones de impartición de justicia y corporaciones encargadas de ejecutar la represión reorganizan y ajustan sus métodos e intensifican su vigilancia en nuestros centros de estudios, muchas veces, a los activistas sociales –estudiantes, profesores o administrativos- nos rebasa el exceso de confianza. En nuestras protestas y en nuestras formas de organizarnos, además de considerar el modo de resolver las diferencias político ideológicas y de métodos, es imprescindible solventar, de forma simultánea, los puntos antes señalados. También, cuando se nos reprime, en cualquiera de sus modalidades, orientamos las acciones hacia la defensa de las víctimas, lo cual es necesario, pero insuficiente, porque perdemos de vista el objetivo inicial. Esto nos coloca en una posición defensiva que invade hasta nuestro lenguaje o, desde un inicio, ya nos ubicamos en ese lugar. Vasta revisar las consignas o peticiones y revisar cuántas veces decimos “en defensa de esto” o “por la defensa de esto otro”. La defensa de nuestras universidades públicas es fundamental, pero también lo es avanzar.
Rebelión
"¿Usted sabe cómo hacen los chinos para matar a los gorriones? No los dejan posar en las ramas de los árboles. Los hostigan con palos y no los dejan posar, hasta que se mueren en el aire; les revienta el corazón y caen al suelo. Los traidores (y los mediocres de medio pelo), tienen vuelo de gorrión. Alcanza con hostigarlos, con no dejarlos descansar, para que terminen yéndose al suelo. No… para la lucha hay que tener vuelo de águila. El águila vigila paciente mientras planea sin mover las alas. Aprovecha el viento y deja que los demás aleteen".
(Eduardo Galeano, Días y noches de amor y de guerra. 1978)
¿Dónde, cómo y porqué se criminaliza y se reprime a la protesta, a la disidencia, al pensamiento crítico? No vayamos tan lejos. ¿Dónde, cómo y porqué se criminaliza tan sólo un esbozo que difiere del que ejerce el poder? Es decir: ¿Cuál es el estado que guarda nuestro país? No haremos aquí un diagnóstico general de la situación nacional, lo cual es indispensable. Pero sí es necesario proponer una síntesis mínima en la que todos coincidamos.
Suponemos que se criminaliza en las universidades públicas o como consecuencia de la lucha en ellas. Pero hay que tener presente que lo que ocurre en las instituciones de educación superior tan sólo es un reflejo de lo que ocurre en el país y, guardando las proporciones, lo que pasa aquí también tiene su expresión nacional.
Con esto quiero decir, a riesgo de parecer simplista, que la estrategia represiva y de criminalización, que el régimen político actual aplica, es la misma para aplastar cualquier inconformidad, movilización o movimiento de la magnitud que sea y en el lugar que sea. No importa si se trata de demandas inmediatas y a corto plazo o si es un movimiento social de largo alcance. Las diferencias son mínimas y las podemos observar si atendemos dos aspectos que van unidos:
Primero, el tipo de demandas o propuestas que se realizan y, segundo, a quiénes las hacen.
Casi todas estas diferencias se encuentran en el modo en que se tratan al los conflictos en un principio. Sólo por mencionar algunos ejemplos: si es el caso de un sindicato, el conflicto se administra con negociaciones burocráticas sin salida y retorciendo las leyes laborales. Si son campesinos que defienden su tierra se intenta cooptarlos, engañarlos o sencillamente se les despoja. Si es un problema magisterial, los medios de comunicación los ridiculizan. Si son indígenas, se les desprecia de muchos modos. Si hablamos de estudiantes, se nos ignora. Si son defensores de derechos humanos, se les hostiga. Si son mujeres reivindicando sus derechos se les estigmatiza. Si el conflicto persiste y la organización se fortalece, las diferencias desaparecen y la represión se agudiza. El orden de estas respuestas primarias del régimen puede cambiar y ninguna excluye a otra. En algún momento, trátese de quien se trate, a todos les ocurre lo mismo. Depende del grado de peligro que el régimen evalúe.
La estrategia de la que hablamos parte de una única fuente: “La doctrina de Seguridad Nacional” anglosajona y europea adoptada plenamente por casi todos los gobiernos de América Latina. Esta doctrina usa términos ya agresivos como “El enemigo interno”, “Estado de excepción”, “Bajas colaterales”, “Falsos positivos”, “Guerra de baja intensidad”. Además, otros presentes desde hace tiempo en nuestro Código Penal, como “ sedición, motín, rebelión, terrorismo, sabotaje y conspiración”. La doctrina de Seguridad Nacional según Carlos Fazio, reconocido especialista y crítico de ella, es:
“… una doctrina militar. Contiene una rigidez completamente militar. Fue concebida en el marco de la guerra de espectro total contra el comunismo y el terrorismo. Su esencia es contrarrevolucionaria, antisubversiva. Entre los elementos de esa doctrina figuran los objetivos nacionales.”
Según esa doctrina “…Toda oposición supone anarquía, subversión.” ¿Pero qué tiene que ver esto con las Instituciones de Educación Superior? Pues que en el Manual de Seguridad recientemente aprobado por la ANUIES en el contexto de la guerra contra el narcotráfico, para ser aplicado en las universidades del país ,se usan más palabras de la nomenclatura militar, entre ellas: “control de la población flotante o permanente” o “actos tumultuosos”. Peor aún, este manual fue revisado y corregido por Genaro García Luna, titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal.
¿Qué hace este señor de la guerra, responsable de innumerables violaciones a los derechos humanos imponiéndoles este tipo de medidas a las universidades autónomas? ¿Qué no se supone que las universidades tienen la capacidad de autogobernarse y de elaborar sus normas? ¿Quién con sensatez pensaría que la seguridad dentro de un plantel escolar se debe tratar con los mismo criterios con los que se aborda la fracasada y criminal guerra contra el narcotráfico?
Más aún, en la UAM-Iztapalapa, hace poco se aprobó por sus órganos colegiados, un manualito de “seguridad interna” que se autodenomina “Manual Técnico-policiaco de seguridad”.
Ahora bien, decíamos que a todos se les aplica la misma estrategia en términos generales, independientemente del tipo de movimiento o movilización, lo cual se puede observar en el uso de tácticas iguales. Como actores colectivos, al trabajador, al campesino, al ejidatario, al indígena, al estudiante, al profesor o a cualquiera que proteste –no necesariamente en el siguiente orden y dependiendo de hasta cuando decida detenerse- se le exhibe, se ataca su credibilidad, se le ignora, desprecia, ridiculiza, despoja, estigmatiza, persigue, hostiga… A quien no sea indiferente ante cualquier acto injusto, se le prejuzga, insulta, intimida, amenaza, se le expulsa o se le despide… Si persiste, se le violenta su existencia física o psicológicamente, se le encarcela, asesina o desaparece… Es decir, se les reprime y criminaliza como sujetos políticos, no como a individuos, aunque sea en momentos distintos y aunque las consecuencias directas sean particulares. ¿Para qué hacer todo esto? ¿Ra qué el régimen por medio del aparato del Estado se ocupa en gastar recursos en esto? Para castigar, intimidar, atemorizar, desmovilizar y controlar.
¿Esto ocurre en las universidades públicas? Más concreto y para comprobar la hipótesis que tiene como título este foro: ¿En las universidades públicas se ejerce la criminalización de la protesta social? Para responder a estas preguntas cito algunos casos recientes y de algún modo cercanos:
En octubre de 2009, los funcionarios de la UAM expulsan a tres estudiantes de este por sus actividades políticas montando una farsa que ni ellos mismos creyeron. Este acto se detuvo temporalmente mediante un amparo, el cual fue resuelto negativamente en diciembre pasado, ratificando la expulsión definitiva. Lo cual significa que la “justicia” federal validó las mentiras, trampas y estupideces que los abogados de la universidad presentaron como argumentos “jurídicos” ante los tribunales y que, una y otra vez fueron rechazadas hasta que, al final del proceso jurídico, fueron extrañamente consideradas como elementos “contundentes” de prueba.
También se sancionó con exceso de severidad y de forma sumaria a trabajadores sindicalizados por defender sus derechos contractuales. Aquí podemos ver el recurso represivo del despido y la expulsión.
En marzo de 2011, funcionarios de la UAM-Iztapalapa, responden con burlas y agresiones a estudiantes a peticiones formales que hicimos para resolver problemas urgentes. Primero ocupan por la noche un espacio público de reunión y convivencia cotidiana. Luego, los estudiantes pedimos diálogo y el rector mediante su cuerpo de seguridad, nos opone su voluntad agrediendo a compañeras con patadas, empujones y gas pimienta. Al siguiente día, con acuerdo tácito con el gobierno del Distrito Federal, enviaron a los granaderos a reprimirnos cuando protestábamos por estos hechos en las inmediaciones de la universidad. Aquí se ejemplifica la táctica de la violencia.
En abril de 2011 en un desplegado en los principales diarios de circulación nacional, la rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México insulta a sus trabajadores, estudiantes y profesores, asegurando, entre otras cosas, que esa institución es un fraude. Ante esta aseveración rectores, funcionarios e investigadores de otras universidades se regocijan junto con los repetidores de mentiras e idioteces de la televisión que la invitan a dar entrevistas, en las que la señora Orozco exhibe más el tamaño de su perversión. Aquí se muestran los aspectos represivos de la exhibición, el desprecio, la ridiculización y la estigmatización.
La comunidad de dicha universidad exige su renuncia inmediata debido a que se comprueban actos de corrupción, nepotismo y persecución política contra quien disiente públicamente de ella. Ante el tamaño de la estupidez cometida, la señora Orozco es de inmediato respaldada por el grupo de poder que la instaló allí: el gobierno del D. F. En otros grandes desplegados periodísticos, algunos funcionarios de otras universidades como el ex rector de la UAM Iztapalapa, Óscar Monroy Hermosillo y el actual rector de esta misma institución, Javier Velázquez Moctezuma. ¿Coincidencia? (Ver desplegado impreso en La Jornada y Reforma del 13 de abril de 2011).
En los meses subsecuentes son hostigados, perseguidos e insultados estudiantes, trabajadores y profesores que habían sido los primeros en criticar a la actual rectora, denunciado sus atropellos y que habían exigido su revocación por su evidente ineptitud para el cargo. Finalmente, son destituidos por la contraloría (acá se le llama así, al Santo Oficio de las universidades, en la UAM se le denomina Comisión de Faltas y en la UNAM, Tribunal Universitario) de la institución varios profesores y trabajadores, mediante procedimientos igual de irregulares que los actos de la rectora. Aquí se exhibe el método del insulto y el despido laboral.
En diciembre pasado, un estudiante de la UAM es forzado a bajar de su auto con violencia y es golpeado con patadas en la cabeza y rostro por alrededor de ocho sujetos, quienes al mismo tiempo que lo agreden, lo amenazan aludiendo a sus actividades políticas. Aquí vemos amenazas y violencia física.
En octubre de 2011 es asesinado con nueve balazos el estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Carlos Sinuhé Cuevas. Semanas antes había recibido amenazas mediante su teléfono celular y su correo electrónico. Cabe destacar el conocido activismo político del compañero tanto en la UNAM como en otros ámbitos como la lucha contra la militarización y la guerra del titular del ejecutivo federal. Sin prueba alguna la Procuraduría General de Justicia del D. F., por medio de su titular, Miguel Ángel Mancera (ahora candidato del PRD a Jefe de Gobierno), se apresura a declarar que el móvil del homicidio fue “pasional”. Días después es asesinado, también a balazos otro estudiante de la misma universidad sin que hasta la fecha se sepan las causas y los nombres de los autores. En este ejemplo observamos la táctica de la amenaza, la persecución y el asesinato.
Como ustedes saben, el 12 de diciembre de 2011 son asesinados a balazos otros dos estudiantes y detenidos y golpeados otros 20, de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos en Ayotzinapa, durante un brutal acto de represión efectuado por la policía ministerial de Guerrero y por la Policía Federal. Asesinato, violencia física y cárcel.
Los ejemplos son vastos, no nos permiten exagerar. Si los contextualizamos en el momento actual del país y después realizamos un sencilla relación entre ellos, podemos concluir que no se trata de coincidencias, sino de la puesta en marcha de un plan sistemático de criminalización y represión.
¿Cómo responder a esta situación de represión y criminalización que cada vez se agudiza más, pero al mismo tiempo se normaliza? ¿Cómo seguir actuando si estos ejemplos y muchos otros más nos recuerdan que el régimen político, no olvida, que siempre tiene presente a todo tipo de disidentes, a sus palabras y sus actos? ¿Qué hacer si la pinza de esta estrategia se cierra en las universidades públicas y si el aparato del Estado cuenta con todos los recursos, para afinar, actualizar e introducir sus métodos en nuestras escuelas, mientras que los movimientos y organizaciones seguimos cayendo en la ingenuidad excesiva o en la paranoia política? En tanto que todas las instituciones de impartición de justicia y corporaciones encargadas de ejecutar la represión reorganizan y ajustan sus métodos e intensifican su vigilancia en nuestros centros de estudios, muchas veces, a los activistas sociales –estudiantes, profesores o administrativos- nos rebasa el exceso de confianza. En nuestras protestas y en nuestras formas de organizarnos, además de considerar el modo de resolver las diferencias político ideológicas y de métodos, es imprescindible solventar, de forma simultánea, los puntos antes señalados. También, cuando se nos reprime, en cualquiera de sus modalidades, orientamos las acciones hacia la defensa de las víctimas, lo cual es necesario, pero insuficiente, porque perdemos de vista el objetivo inicial. Esto nos coloca en una posición defensiva que invade hasta nuestro lenguaje o, desde un inicio, ya nos ubicamos en ese lugar. Vasta revisar las consignas o peticiones y revisar cuántas veces decimos “en defensa de esto” o “por la defensa de esto otro”. La defensa de nuestras universidades públicas es fundamental, pero también lo es avanzar.
Pensar a Marx ante nuestros horizontes de lucha política y social
Samuel González Contreras
Rebelión
“Nada va a cambiar si no estamos preparados para actuar” Crass
Marx es un nombre cargado de historia y de vitalidad, y no por casualidad. Marx es uno de los pilares centrales de crítica radical a la civilización capitalista. Después de todo, habría que hablar de él como deslizándonos a través de imágenes múltiples, la imagen de un enjambre de abejas o de un hormiguero, un Marx para la acción y no sólo para los conceptos, un Marx irreductible a una sola interpretación. Y es que la obra de un autor revolucionario sortea no sólo las disputas interpretativas en el terreno de la teoría sino también, y con éstas, las experiencias prácticas que dan luz sobre las tareas, las orientaciones y los retos en la construcción de una sociedad alterna a la actual. Por eso, en cada ocasión la labor de los revolucionarios es confrontar sus proyectos de sociedad y las estrategias revolucionarias con la situación concreta, como haciendo cruzar dos mares que nos permitirían abrir un pasaje oculto por las turbulencias políticas propias de cada coyuntura histórica (como las que ahora vivimos l@s miembros del movimiento #yosoy132). Haciendo emerger una relación dialéctica entre luchas concretas, locales o coyunturales y una perspectiva de transformación revolucionaria, una visión-fuerza- capaz de afirmar la posibilidad y la viabilidad de un cambio radical mediante la acción colectiva: el verdadero sentido de la praxis revolucionaria formulada seminalmente por la obra de Karl Marx.
La pregunta entonces es qué podría decirnos Marx ante la crisis de civilización actual y ante los horizontes de cambio y las estrategias de acción social en México y en el mundo. Es decir, qué podría decirnos ante la explotación inhumana, la opresión, la falta de igualdad social y de democracia, razones por las que durante los últimos años miles de jóvenes hemos decidido cuestionar el orden de la sociedad, saliendo a las calles para problematizar el sentido y la dinámica de nuestras sociedades. En el fondo, el movimiento #yosoy132, dando continuidad a la estela abierta por las revoluciones árabes, se encargó de abrir la posibilidad de pensarnos y actuar colectivamente para guiar el destino de nuestra sociedad. Este es precisamente nuestro punto de encuentro con Marx, nuestra cita secreta; por un lado la crisis de civilización (Crisis ambiental, crisis económica y política pero también social, cultural, espacial y ética a nivel internacional), y al mismo tiempo el auge de distintas luchas a nivel internacional que cuestionan el orden imperante. -¿Por qué rescatar a los bancos y no a las personas ante la crisis económica internacional?- Una situación que nos coloca en la necesidad de plantearnos un cambio de raíz, de cuestionar desde sus bases el modelo civilizatorio de nuestras sociedades. Pero esto no sucederá si no somos capaces de articular una reflexión general sobre el tipo de cambio por el que luchamos, es decir, el tipo de sociedad que pretendemos construir con nuestros actos y pensamientos más cotidianos.
Hasta hoy, Marx constituye una maquinaria infernal y espléndida de crítica a las sociedades capitalistas. Su labor abre paso a la estrategia de desbordar el orden imperante; duda sobre lo Legitimo, incertidumbre sobre lo Verdadero. Marx nos muestra el reflejo ulterior u oculto de la realidad de las sociedades capitalistas, atadas a una lógica cuya articulación requiere la conjunción de la explotación humana y de la devastación ecológica. La cuestión es letal: porqué existen las desigualdades actuales en contra posición al igualitarismo inscrito en numerosas constituciones como la nuestra; las constituciones “democráticas” se vanaglorian de declarar igualdad frente a millones de personas que mueren de hambre. Ningún tipo de lastima, no se trata de eso. Se trata de que el discurso formal de nuestra sociedad no corresponde con lo existente, la inconsistencia ontológica que produce la lógica del valor (esa equiparación perversa entre ser y tener), ese devenir-esclavo que termina por confundir lo grande con lo grandote-como refiere Galeano-, la vida con las cosas y con el dinero. La mercancía sobre la vida, la lógica de la ganancia sobre la colectividad, la autonomía y la creatividad. Marx confronta el discurso formal de las sociedades capitalistas con la lógica estructural del capital sustentada sobre la explotación, haciendo caer las verdades comunes que cercan la hegemonía de las sociedades capitalistas.
Marx nos muestra cómo la riqueza de los burgueses es producto de la explotación, es decir, cómo la riqueza es producida por todos pero sólo poseída por algunos. En México, por ejemplo, un obrero del vidrio trabaja por menos 8 horas al día, las ganancias que reporta su trabajo son tan altas que tan sólo con diez minutos de su trabajo el dueño de la empresa puede pagar su salario. He aquí el secreto de la ganancia: la explotación. La inversión de Marx, revelar que aquello que la mirada nos ofrece como verdadero es un velo teñido por estructuras ideológicas encargadas de recubrir el sufrimiento y la desigualdad. (Es importante hacer notar que la sensibilidad humana constituye en Marx una actividad práctica.) Pero él nos muestra, además, algo diferente, una vía para la desmitificación del mundo. Marx niega el capital para afirmar la vida comunitaria y la creatividad. Su sospecha, y la intención de su teoría, estuvieron siempre relacionadas con la idea de que la acción colectiva de los trabajadores sería la única vía para transformar el mundo de raíz. Desde un cierto punto de vista es posible concluir que ambas visiones, la de la dominación y la de la emancipación, hacen parte de un mismo proyecto revolucionario.
Marx descubre un mundo dividido, fragmentado de origen por la desigualdad en la reproducción de nuestras sociedades. (El sujeto no podría existir en abstracto o como ideal regulativo sino que tendría que ver con una determinada forma-histórica-de organizar el mundo, una historicidad materialista contrapuesta al idealismo hegeliano.) Marx piensa las clases sociales como categorías teóricas pero también como realidades actuantes, como realidades dinámicas que operan sobre sí mismas y sobre el curso de la historia; la clase es clase cuando actúa y es capaz de ver el mundo por cuenta propia, con voluntad de vida e intereses propios definidos por su posición en la organización del mundo que no es sólo material. Por eso la clase en Marx también representa un mecanismo de lucha para identificar al enemigo y planear las estrategias de cambio social, clase como apropiación y producción colectiva de la sociedad y la historia. Un cielo abierto bajo el cual afirmamos, en la práctica, la viabilidad de otro mundo.(Por ello, la lectura de E.P Thompson acierta en dejar atrás el esquema clase en sí-clase para sí) Habría que repensar en este caso la idea de negación y preguntarnos si, en la idea, y sobre todo en las experiencias de clase y de explotación opera ya la idea y el anhelo de otro mundo, el reverso afirmativo bajo el cual necesariamente tendría que acontecer toda negación consecuente del orden existente. La base necesaria para negar la dominación y para impulsar una revolución social.
Una orientación revolucionaria basada en las obras de Marx y en las experiencias revolucionarias de los últimos siglos, tendería a ser un pequeño candelabro instruido en el instinto de la acción colectiva, una maquinaría viva encargada de intuir el devenir social-el acto de la adivinación y la fe por la revolución en Benjamin- su misión es precisa: calcula el nivel de fuga y busca la posibilidad de una ruptura, en el fondo, busca instaurar un momento de fuerza e irrupción por donde colar las pistas de otra realidad, otro mundo posible al cual es posible acceder a través de la acción de las mayorías, el terror que abrió tenazmente la modernidad para la burguesía: mientras tomaban el control del mundo, despojando a la aristocracia, emergían fuerzas capaces de formular otra realidad que negaba el orden de la propiedad privada y el Estado, pero no sólo, pues el mundo del capital es el mundo de la envidia y la competencia feroz, el mundo en donde nuestras capacidades de autonomía, sensibilidad y creatividad se ven cercenadas por un mundo en donde la ganancia se antepone a la vida de las personas. Por eso el comunismo sería más una ontología radical en vez de una mera epistemología que puede reducirse a un método para conocer el mundo o para alcanzar la Verdad. (Desde este punto es posible vislumbrar un momento de tensión y de discusión con Marx, quien en muchas ocasiones se ve confrontado entre aquello que anhela y aquello que piensa como verdadero).
Marx busca instaurar el instante en que la realidad parece quebradiza y se antoja frágil y enferma, el momento en que la acción política y social de las mayorías desbordan el control de las clases dominantes y los límites de lo real tiemblan y evocan la imagen del mundo puesto de cabeza, un punto desde el cual proyectar la posibilidad de plantearnos un cambio radical, es decir, un cambio de raíz. El sueño de Marx, su presagio. Marx no es concepto ni ciencia visto desde una perspectiva político-revolucionaria, es esencialmente teoría para la acción, una manera de plantear un cambio, una forma de construir el cambio, una orientación para la acción y no un sistema estático y muerto. Por eso Marx no cabe en las academias ni en los salones, mucho menos en actitudes doctrinarias. Marx es necesario en los salones, cierto, pero también fuera de ellos, en contacto con la acción colectiva, operando como una herramienta viva de orientación estratégica, como un legado vivo cuya vida requiere ser reactivada en la relación entre teoría y acción. Teoría y acción revolucionaria, reversos de un mismo proceso. Una revolución consiste en ser capaces de comprender la necesidad de un cambio, pero sobre todo en la capacidad de producir ese cambio.
El legado de Marx sólo puede adquirir sentido si somos capaces de confrontarlo con nuestra realidad y con las experiencias de transformación de la sociedad, lo que implica tomar su obra de manera crítica, anteponiendo la idea de que ningún autor o corriente teórica o política puede por sí misma orientar la construcción de otro tipo de sociedad. Marx no es un manual para analizar y cambiar el mundo. Marx es una herencia en la lucha por otra sociedad. Por eso, Marx es mucho más que un nombre o una persona y su legado es irreductible al termino marxismo, por el contrario, se inscribe en los sueños y en las acciones de emancipación radical. Sería, después de todo, la sombra, o mejor dicho la sonrisa sin sombra que se agita debajo de las manifestaciones y de esa sensibilidad radical que se agita bajo la piel de nuestros cuerpos que evocan otra realidad. Marx sirve para pensar una revolución, sin embargo, conocer a Marx no nos hace revolucionarios. Antes bien, podemos serlo sin conocer su teoría.
Marx sigue siendo el viejo profeta de una revolución intempestiva que aun soñamos. No hay nada de malo en lo sueños: echar el mundo por la borda, desplegar las alas tras esas espaldas acostumbradas a cargar el peso muerto de la historia. Este es el llamado de Marx, esta es nuestra cita secreta con él, Marx nos invita a dinamitar aquellas verdades que cercan el orden imperante en nuestras sociedades, nos invita a volar, a tomar nuestras vidas en nuestras manos. Y aunque podemos observar ciertos elementos cientificistas o progresistas en sus obras, existe un campo completamente genuino que tiene por principio desarrollar la vida social en la afirmación de cada uno de nosotros, esta ruta en Marx muestra un universo compuesto por la libertad, la autonomía, la socialidad, la creatividad y la sensibilidad. El presagio fugaz: el salto bajo el cielo abierto de la historia. Actuar con Marx implica repetir su espíritu y no sus palabras. La actitud doctrinal no tiene nada que ver con el legado revolucionario de Marx, por el contrario, sólo una actitud crítica nos asegura continuar la lucha por una sociedad sin opresión, explotación y devastación ecológica; lo que en el fondo representa el espíritu de Marx. Una pieza central de esa brújula móvil y abierta que los revolucionarios requerimos para pensar y actuar ante la situación actual y ante el futuro de nuestros movimientos.
Rebelión
“Nada va a cambiar si no estamos preparados para actuar” Crass
Marx es un nombre cargado de historia y de vitalidad, y no por casualidad. Marx es uno de los pilares centrales de crítica radical a la civilización capitalista. Después de todo, habría que hablar de él como deslizándonos a través de imágenes múltiples, la imagen de un enjambre de abejas o de un hormiguero, un Marx para la acción y no sólo para los conceptos, un Marx irreductible a una sola interpretación. Y es que la obra de un autor revolucionario sortea no sólo las disputas interpretativas en el terreno de la teoría sino también, y con éstas, las experiencias prácticas que dan luz sobre las tareas, las orientaciones y los retos en la construcción de una sociedad alterna a la actual. Por eso, en cada ocasión la labor de los revolucionarios es confrontar sus proyectos de sociedad y las estrategias revolucionarias con la situación concreta, como haciendo cruzar dos mares que nos permitirían abrir un pasaje oculto por las turbulencias políticas propias de cada coyuntura histórica (como las que ahora vivimos l@s miembros del movimiento #yosoy132). Haciendo emerger una relación dialéctica entre luchas concretas, locales o coyunturales y una perspectiva de transformación revolucionaria, una visión-fuerza- capaz de afirmar la posibilidad y la viabilidad de un cambio radical mediante la acción colectiva: el verdadero sentido de la praxis revolucionaria formulada seminalmente por la obra de Karl Marx.
La pregunta entonces es qué podría decirnos Marx ante la crisis de civilización actual y ante los horizontes de cambio y las estrategias de acción social en México y en el mundo. Es decir, qué podría decirnos ante la explotación inhumana, la opresión, la falta de igualdad social y de democracia, razones por las que durante los últimos años miles de jóvenes hemos decidido cuestionar el orden de la sociedad, saliendo a las calles para problematizar el sentido y la dinámica de nuestras sociedades. En el fondo, el movimiento #yosoy132, dando continuidad a la estela abierta por las revoluciones árabes, se encargó de abrir la posibilidad de pensarnos y actuar colectivamente para guiar el destino de nuestra sociedad. Este es precisamente nuestro punto de encuentro con Marx, nuestra cita secreta; por un lado la crisis de civilización (Crisis ambiental, crisis económica y política pero también social, cultural, espacial y ética a nivel internacional), y al mismo tiempo el auge de distintas luchas a nivel internacional que cuestionan el orden imperante. -¿Por qué rescatar a los bancos y no a las personas ante la crisis económica internacional?- Una situación que nos coloca en la necesidad de plantearnos un cambio de raíz, de cuestionar desde sus bases el modelo civilizatorio de nuestras sociedades. Pero esto no sucederá si no somos capaces de articular una reflexión general sobre el tipo de cambio por el que luchamos, es decir, el tipo de sociedad que pretendemos construir con nuestros actos y pensamientos más cotidianos.
Hasta hoy, Marx constituye una maquinaria infernal y espléndida de crítica a las sociedades capitalistas. Su labor abre paso a la estrategia de desbordar el orden imperante; duda sobre lo Legitimo, incertidumbre sobre lo Verdadero. Marx nos muestra el reflejo ulterior u oculto de la realidad de las sociedades capitalistas, atadas a una lógica cuya articulación requiere la conjunción de la explotación humana y de la devastación ecológica. La cuestión es letal: porqué existen las desigualdades actuales en contra posición al igualitarismo inscrito en numerosas constituciones como la nuestra; las constituciones “democráticas” se vanaglorian de declarar igualdad frente a millones de personas que mueren de hambre. Ningún tipo de lastima, no se trata de eso. Se trata de que el discurso formal de nuestra sociedad no corresponde con lo existente, la inconsistencia ontológica que produce la lógica del valor (esa equiparación perversa entre ser y tener), ese devenir-esclavo que termina por confundir lo grande con lo grandote-como refiere Galeano-, la vida con las cosas y con el dinero. La mercancía sobre la vida, la lógica de la ganancia sobre la colectividad, la autonomía y la creatividad. Marx confronta el discurso formal de las sociedades capitalistas con la lógica estructural del capital sustentada sobre la explotación, haciendo caer las verdades comunes que cercan la hegemonía de las sociedades capitalistas.
Marx nos muestra cómo la riqueza de los burgueses es producto de la explotación, es decir, cómo la riqueza es producida por todos pero sólo poseída por algunos. En México, por ejemplo, un obrero del vidrio trabaja por menos 8 horas al día, las ganancias que reporta su trabajo son tan altas que tan sólo con diez minutos de su trabajo el dueño de la empresa puede pagar su salario. He aquí el secreto de la ganancia: la explotación. La inversión de Marx, revelar que aquello que la mirada nos ofrece como verdadero es un velo teñido por estructuras ideológicas encargadas de recubrir el sufrimiento y la desigualdad. (Es importante hacer notar que la sensibilidad humana constituye en Marx una actividad práctica.) Pero él nos muestra, además, algo diferente, una vía para la desmitificación del mundo. Marx niega el capital para afirmar la vida comunitaria y la creatividad. Su sospecha, y la intención de su teoría, estuvieron siempre relacionadas con la idea de que la acción colectiva de los trabajadores sería la única vía para transformar el mundo de raíz. Desde un cierto punto de vista es posible concluir que ambas visiones, la de la dominación y la de la emancipación, hacen parte de un mismo proyecto revolucionario.
Marx descubre un mundo dividido, fragmentado de origen por la desigualdad en la reproducción de nuestras sociedades. (El sujeto no podría existir en abstracto o como ideal regulativo sino que tendría que ver con una determinada forma-histórica-de organizar el mundo, una historicidad materialista contrapuesta al idealismo hegeliano.) Marx piensa las clases sociales como categorías teóricas pero también como realidades actuantes, como realidades dinámicas que operan sobre sí mismas y sobre el curso de la historia; la clase es clase cuando actúa y es capaz de ver el mundo por cuenta propia, con voluntad de vida e intereses propios definidos por su posición en la organización del mundo que no es sólo material. Por eso la clase en Marx también representa un mecanismo de lucha para identificar al enemigo y planear las estrategias de cambio social, clase como apropiación y producción colectiva de la sociedad y la historia. Un cielo abierto bajo el cual afirmamos, en la práctica, la viabilidad de otro mundo.(Por ello, la lectura de E.P Thompson acierta en dejar atrás el esquema clase en sí-clase para sí) Habría que repensar en este caso la idea de negación y preguntarnos si, en la idea, y sobre todo en las experiencias de clase y de explotación opera ya la idea y el anhelo de otro mundo, el reverso afirmativo bajo el cual necesariamente tendría que acontecer toda negación consecuente del orden existente. La base necesaria para negar la dominación y para impulsar una revolución social.
Una orientación revolucionaria basada en las obras de Marx y en las experiencias revolucionarias de los últimos siglos, tendería a ser un pequeño candelabro instruido en el instinto de la acción colectiva, una maquinaría viva encargada de intuir el devenir social-el acto de la adivinación y la fe por la revolución en Benjamin- su misión es precisa: calcula el nivel de fuga y busca la posibilidad de una ruptura, en el fondo, busca instaurar un momento de fuerza e irrupción por donde colar las pistas de otra realidad, otro mundo posible al cual es posible acceder a través de la acción de las mayorías, el terror que abrió tenazmente la modernidad para la burguesía: mientras tomaban el control del mundo, despojando a la aristocracia, emergían fuerzas capaces de formular otra realidad que negaba el orden de la propiedad privada y el Estado, pero no sólo, pues el mundo del capital es el mundo de la envidia y la competencia feroz, el mundo en donde nuestras capacidades de autonomía, sensibilidad y creatividad se ven cercenadas por un mundo en donde la ganancia se antepone a la vida de las personas. Por eso el comunismo sería más una ontología radical en vez de una mera epistemología que puede reducirse a un método para conocer el mundo o para alcanzar la Verdad. (Desde este punto es posible vislumbrar un momento de tensión y de discusión con Marx, quien en muchas ocasiones se ve confrontado entre aquello que anhela y aquello que piensa como verdadero).
Marx busca instaurar el instante en que la realidad parece quebradiza y se antoja frágil y enferma, el momento en que la acción política y social de las mayorías desbordan el control de las clases dominantes y los límites de lo real tiemblan y evocan la imagen del mundo puesto de cabeza, un punto desde el cual proyectar la posibilidad de plantearnos un cambio radical, es decir, un cambio de raíz. El sueño de Marx, su presagio. Marx no es concepto ni ciencia visto desde una perspectiva político-revolucionaria, es esencialmente teoría para la acción, una manera de plantear un cambio, una forma de construir el cambio, una orientación para la acción y no un sistema estático y muerto. Por eso Marx no cabe en las academias ni en los salones, mucho menos en actitudes doctrinarias. Marx es necesario en los salones, cierto, pero también fuera de ellos, en contacto con la acción colectiva, operando como una herramienta viva de orientación estratégica, como un legado vivo cuya vida requiere ser reactivada en la relación entre teoría y acción. Teoría y acción revolucionaria, reversos de un mismo proceso. Una revolución consiste en ser capaces de comprender la necesidad de un cambio, pero sobre todo en la capacidad de producir ese cambio.
El legado de Marx sólo puede adquirir sentido si somos capaces de confrontarlo con nuestra realidad y con las experiencias de transformación de la sociedad, lo que implica tomar su obra de manera crítica, anteponiendo la idea de que ningún autor o corriente teórica o política puede por sí misma orientar la construcción de otro tipo de sociedad. Marx no es un manual para analizar y cambiar el mundo. Marx es una herencia en la lucha por otra sociedad. Por eso, Marx es mucho más que un nombre o una persona y su legado es irreductible al termino marxismo, por el contrario, se inscribe en los sueños y en las acciones de emancipación radical. Sería, después de todo, la sombra, o mejor dicho la sonrisa sin sombra que se agita debajo de las manifestaciones y de esa sensibilidad radical que se agita bajo la piel de nuestros cuerpos que evocan otra realidad. Marx sirve para pensar una revolución, sin embargo, conocer a Marx no nos hace revolucionarios. Antes bien, podemos serlo sin conocer su teoría.
Marx sigue siendo el viejo profeta de una revolución intempestiva que aun soñamos. No hay nada de malo en lo sueños: echar el mundo por la borda, desplegar las alas tras esas espaldas acostumbradas a cargar el peso muerto de la historia. Este es el llamado de Marx, esta es nuestra cita secreta con él, Marx nos invita a dinamitar aquellas verdades que cercan el orden imperante en nuestras sociedades, nos invita a volar, a tomar nuestras vidas en nuestras manos. Y aunque podemos observar ciertos elementos cientificistas o progresistas en sus obras, existe un campo completamente genuino que tiene por principio desarrollar la vida social en la afirmación de cada uno de nosotros, esta ruta en Marx muestra un universo compuesto por la libertad, la autonomía, la socialidad, la creatividad y la sensibilidad. El presagio fugaz: el salto bajo el cielo abierto de la historia. Actuar con Marx implica repetir su espíritu y no sus palabras. La actitud doctrinal no tiene nada que ver con el legado revolucionario de Marx, por el contrario, sólo una actitud crítica nos asegura continuar la lucha por una sociedad sin opresión, explotación y devastación ecológica; lo que en el fondo representa el espíritu de Marx. Una pieza central de esa brújula móvil y abierta que los revolucionarios requerimos para pensar y actuar ante la situación actual y ante el futuro de nuestros movimientos.
El arma secreta de Obama para su reelección: Mitt Romney
Pepe Escobar
Asia Times Online
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Willard "Mitt" Romney se ve cómodamente instalado como director ejecutivo de una empresa de 1.000 millones de dólares, la campaña electoral del Partido Republicano que debería llevarlo a ser el próximo Presidente de EE.UU. (POTUS, por su acrónimo en inglés). Mientras tanto, el actual POTUS, Barack Obama, está cada vez más convencido de que necesita emplear un arma secreta para asegurar su reelección.
El arma es Mitt Romney.
USS Romney es como uno de esos portaaviones de última tecnología anclados en algún sitio entre el Golfo Pérsico y el Océano Índico. El problema es que, a medida que el invierno y la elección presidencial de noviembre se acercan a Washington, no solo ha chocado contra un iceberg, sino que además se enfrenta a un clima cambiante de icebergs. Y esto, mientras la orquesta a bordo toca alegremente Baby, It's Cold Outside para los plutócratas a 50.000 dólares por plato que todavía no han abandonado el barco que se hunde.
Y pensar que la última inflación de icebergs se desarrolló solo durante dos ciclos noticiosos; habrá muchos más antes de que la semana –para no hablar del mes– se acabe. Y sucederá incluso antes del primer debate presidencial de principios de octubre.
Que coman hamburguesas
Todo comenzó con un detallado mosaico bosquejado por Politico sobre cómo USS Romney comenzó a zozobrar. Episodios notorios de la telenovela incluyen el fiasco olímpico de Mitt en Londres; su consagración en Tampa, Florida, oscurecida por la silla vacía de Clint Eastwood, y su cínica apropiación del asesinato en Bengasi del embajador de EE.UU. en Libia. Los “asistentes, consejeros y amigos” de Mitt atribuyen ampliamente la culpa al un chivo expiatorio subordinado, el máximo estratega/gerente/director de publicidad de Mitt, Stuart Stevens.
Esto proviene de un autoproclamado exitoso director ejecutivo que en su discurso de campaña insiste en que todo lo que EE.UU. necesita es un director ejecutivo. Si el liderazgo del multimillonario USS Romney ha de servir de indicio, más vale que la gente comience a disputarse ahora las lanchas salvavidas restantes.
Luego vino el “incidente del 47%”, al centro del video de la recolección de fondos, publicado por Mother Jones, detallando lo que Mitt realmente piensa de los votantes de Obama, según lo que dijo ante una sala repleta de plutócratas donantes.
Una vez más la cita de oro:
“Hay en todo caso un 47% de la gente que votará por el presidente. Bueno, es el 47% que lo apoya, los que dependen del gobierno, los que creen que son víctimas, los que creen que el gobierno tiene la responsabilidad de atenderlos, los que creen que tienen derecho a atención sanitaria, alimentos, vivienda, lo que queráis. Eso es un privilegio. Y el gobierno debe otorgárselo. Y votarán por este presidente en todo caso… Es gente que no paga impuestos a la renta”.
Nunca tendrá las agallas para decirlo a la hora punta en la televisión, pero para Mitt casi la mitad de EE.UU. es una nación de pordioseros irremediables, inmorales (es lo que los demás plutócratas a 50.000 dólares por plato querían oír en todo caso). Hasta The New York Times tuvo que admitir que incluso con su forma de utilizar la guerra de clases, Mitt puede ser una fuerza con la que se debe contar.
Predeciblemente, el momento no “elegante” de Mitt –su propia palabra– ante la cámara provocó un diluvio de comprobación de hechos terriblemente detallados, como se ve en esta muestra.
Pero nadie señaló que no importa si el 47% de Mitt supera la prueba de la realidad, por lo menos un 46% de los votantes de EE.UU. votará por los republicanos en todo caso. Podrá ser “Dubya” Bush o el multimillonario evasor de impuestos USS Romney; no importa. Basta con preguntar a Karl Rove. O leer el recientemente publicado Boss Rove (Scribner) de Craig Unger.
EE.UU. está terriblemente polarizado, irreparablemente. Eso deja aproximadamente un 7% de independientes, indecisos o votantes cambiante por los que disputarán los dos partidos. Creer que USS Romney haya logrado seducir a esa gente después de sus últimas elucubraciones y la aparición del revelador vídeo de los donantes es creer en las armas de destrucción masiva de Irak (perdón; mejor dicho las armas de destrucción masiva de Irán).
En cuanto a POTUS, mantuvo la cabeza fría. Solo necesitó una visita a David Letterman para demoler a USS Romney con unos pocos Hellfire retóricos estratégicamente colocados.
¿Hay vida en Marte?
La operación de 1.000 millones de dólares de USS Romney se basa en un conjunto de premisas infestado de cráteres marcianos amplificadas del ciberespacio al espacio exterior por cámaras de resonancia derechistas. Se resume en que Obama no puede ganar porque es demasiado negro, demasiado “liberal”, demasiado “socialista”, demasiado distante, demasiado intelectual y demasiado impopular. La gente no quiere su “socialismo”. Será derrotado por la economía. Y además su política exterior es débil.
Imaginad a USS Romney decidiendo la política exterior de EE.UU. La receta de los consejeros neoconservadores de Mitt es hacer pasar las de Caín a Rusia y China, bombardear Irán; eso restaurará el estatus de superpotencia de EE.UU.
Es posible que unos pocos plutócratas y una parte significativa del complejo industrial-militar-de seguridad-mediático quieran la guerra con Irán; el entusiasta de USS Romney, Bibi Netanyahu, primer ministro de Israel, lo sabe mejor que la mayoría. Y, en realidad, por eso Bibi está más interesado en causar un cambio de régimen en Washington que en Teherán.
En el caso de un Obama 2.0, sin embargo, la guerra podría terminar desapareciendo de la mesa. Existe siempre la posibilidad de un “momento Nixon” de Obama, un viaje trascendental, un acuerdo general con Teherán. Lo que no cambiará es que Bagdad seguirá consolidando sus vínculos con Teherán. En Egipto, la Hermandad Musulmana (HM) seguirá balanceando expertamente a EE.UU., Arabia Saudí y Catar para extraer beneficios y poder por lo menos alimentar a su pueblo. La HM incluso podría hacerse cargo de Jordania.
Habiendo aprendido la lección de asociarse con salafistas-yihadistas en Libia, Obama 2.0 podría tener que encontrar un modus vivendi con un régimen superviviente de Bashar al-Asad. Siria no será balcanizada. Turquía no invadirá. Ankara tendrá que ser más inclusiva frente a sus propios kurdos; habrá sido alarmada por la reciente autonomía de los kurdos sirios. Mientras tanto, en Libia, los grandes de la energía occidentales consolidarán su saqueo del petróleo y del gas, mientras el infierno de las milicias no interfiera.
Obama 2.0 hará todo lo que pueda para evitar un momento Saigón en Afganistán. Pero eso podría ser inevitable, y más temprano que tarde ante de finales de 2014. Los talibanes volverán de alguna manera al poder, directa o indirectamente. El Ductistán nunca verá la luz de TAPI (el gasoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India), pero verá el IP (el gasoducto Irán-Pakistán), y tal vez incluso un IPC (una extensión a China Occidental).
China aumentará sus compras de petróleo y gas en yuanes, y no en petrodólares. Rusia bajo Putin 2.0 aumentará su influencia no solo en Asia Central, sino también en Europa. Ninguna intimidación o bombardeos de USS Romney podrían alterar ese desarrollo probable de la historia. Se quedará –junto a las ensordecedoras cámaras de eco derechistas– regocijándose en su islamofobia y culpando de todo a los “soviéticos” y a la “China comunista”.
Es Karl Rove o nada
De vuelta al 47%: la base plutocrática de USS Romney creerá obstinadamente que siempre está “en línea”, no importa lo que suceda; en todo caso desprecia a la mayoría de los estadounidenses. Pero cuando uno examina unos cuantos sondeos en EE.UU., la inevitable conclusión es que solo alrededor del 30% de los votantes cree en los mitos entrelazados de la derecha respecto a la inelegibilidad de Obama.
Por lo tanto depende de la “aritmética”, como el Todopoderoso Bubba (el ex presidente Bill Clinton) indeleblemente presionó en su apoteosis en Charlotte. La probabilidad porcentual de una victoria de Obama en noviembre según Intrade es ahora de 67,9% y aumenta. Nate Silver, posiblemente el encuestador más creíble de EE.UU., apunta actualmente al 74,8%.
El balance final es que USS Romney es un Titanic posmoderno. A menos que Karl Rove pueda presentar una sorpresa definitiva en octubre. Por lo tanto más vale que el director ejecutivo Mitt comience a buscar oportunidades de carrera alternativas.
Al Noor Holdings de Catar financiará una trilogía cinematográfica sobre el Profeta Muhammad para borrar la memoria del video en You Tube contra el que se ha protestado hasta la muerte. En lugar de un sospechoso copto egipcio y exdirector de películas porno, el productor será Barry Osborne, famoso por Matrix. Y el principal consultor ideológico será la estrella de al Jazeera, Jeque Yusuf al-Qaradawi, líder ideológico de la HM, quien garantizará pleno respeto a la Sharía, lo que incluye la no representación del Profeta.
Tal vez Mitt desempleado pueda deslocalizarse y considerar el cabildeo ante el emir de Catar para que lo inviten al casting.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com
(Copyright 2012 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/NI20Dj01.html
Asia Times Online
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Willard "Mitt" Romney se ve cómodamente instalado como director ejecutivo de una empresa de 1.000 millones de dólares, la campaña electoral del Partido Republicano que debería llevarlo a ser el próximo Presidente de EE.UU. (POTUS, por su acrónimo en inglés). Mientras tanto, el actual POTUS, Barack Obama, está cada vez más convencido de que necesita emplear un arma secreta para asegurar su reelección.
El arma es Mitt Romney.
USS Romney es como uno de esos portaaviones de última tecnología anclados en algún sitio entre el Golfo Pérsico y el Océano Índico. El problema es que, a medida que el invierno y la elección presidencial de noviembre se acercan a Washington, no solo ha chocado contra un iceberg, sino que además se enfrenta a un clima cambiante de icebergs. Y esto, mientras la orquesta a bordo toca alegremente Baby, It's Cold Outside para los plutócratas a 50.000 dólares por plato que todavía no han abandonado el barco que se hunde.
Y pensar que la última inflación de icebergs se desarrolló solo durante dos ciclos noticiosos; habrá muchos más antes de que la semana –para no hablar del mes– se acabe. Y sucederá incluso antes del primer debate presidencial de principios de octubre.
Que coman hamburguesas
Todo comenzó con un detallado mosaico bosquejado por Politico sobre cómo USS Romney comenzó a zozobrar. Episodios notorios de la telenovela incluyen el fiasco olímpico de Mitt en Londres; su consagración en Tampa, Florida, oscurecida por la silla vacía de Clint Eastwood, y su cínica apropiación del asesinato en Bengasi del embajador de EE.UU. en Libia. Los “asistentes, consejeros y amigos” de Mitt atribuyen ampliamente la culpa al un chivo expiatorio subordinado, el máximo estratega/gerente/director de publicidad de Mitt, Stuart Stevens.
Esto proviene de un autoproclamado exitoso director ejecutivo que en su discurso de campaña insiste en que todo lo que EE.UU. necesita es un director ejecutivo. Si el liderazgo del multimillonario USS Romney ha de servir de indicio, más vale que la gente comience a disputarse ahora las lanchas salvavidas restantes.
Luego vino el “incidente del 47%”, al centro del video de la recolección de fondos, publicado por Mother Jones, detallando lo que Mitt realmente piensa de los votantes de Obama, según lo que dijo ante una sala repleta de plutócratas donantes.
Una vez más la cita de oro:
“Hay en todo caso un 47% de la gente que votará por el presidente. Bueno, es el 47% que lo apoya, los que dependen del gobierno, los que creen que son víctimas, los que creen que el gobierno tiene la responsabilidad de atenderlos, los que creen que tienen derecho a atención sanitaria, alimentos, vivienda, lo que queráis. Eso es un privilegio. Y el gobierno debe otorgárselo. Y votarán por este presidente en todo caso… Es gente que no paga impuestos a la renta”.
Nunca tendrá las agallas para decirlo a la hora punta en la televisión, pero para Mitt casi la mitad de EE.UU. es una nación de pordioseros irremediables, inmorales (es lo que los demás plutócratas a 50.000 dólares por plato querían oír en todo caso). Hasta The New York Times tuvo que admitir que incluso con su forma de utilizar la guerra de clases, Mitt puede ser una fuerza con la que se debe contar.
Predeciblemente, el momento no “elegante” de Mitt –su propia palabra– ante la cámara provocó un diluvio de comprobación de hechos terriblemente detallados, como se ve en esta muestra.
Pero nadie señaló que no importa si el 47% de Mitt supera la prueba de la realidad, por lo menos un 46% de los votantes de EE.UU. votará por los republicanos en todo caso. Podrá ser “Dubya” Bush o el multimillonario evasor de impuestos USS Romney; no importa. Basta con preguntar a Karl Rove. O leer el recientemente publicado Boss Rove (Scribner) de Craig Unger.
EE.UU. está terriblemente polarizado, irreparablemente. Eso deja aproximadamente un 7% de independientes, indecisos o votantes cambiante por los que disputarán los dos partidos. Creer que USS Romney haya logrado seducir a esa gente después de sus últimas elucubraciones y la aparición del revelador vídeo de los donantes es creer en las armas de destrucción masiva de Irak (perdón; mejor dicho las armas de destrucción masiva de Irán).
En cuanto a POTUS, mantuvo la cabeza fría. Solo necesitó una visita a David Letterman para demoler a USS Romney con unos pocos Hellfire retóricos estratégicamente colocados.
¿Hay vida en Marte?
La operación de 1.000 millones de dólares de USS Romney se basa en un conjunto de premisas infestado de cráteres marcianos amplificadas del ciberespacio al espacio exterior por cámaras de resonancia derechistas. Se resume en que Obama no puede ganar porque es demasiado negro, demasiado “liberal”, demasiado “socialista”, demasiado distante, demasiado intelectual y demasiado impopular. La gente no quiere su “socialismo”. Será derrotado por la economía. Y además su política exterior es débil.
Imaginad a USS Romney decidiendo la política exterior de EE.UU. La receta de los consejeros neoconservadores de Mitt es hacer pasar las de Caín a Rusia y China, bombardear Irán; eso restaurará el estatus de superpotencia de EE.UU.
Es posible que unos pocos plutócratas y una parte significativa del complejo industrial-militar-de seguridad-mediático quieran la guerra con Irán; el entusiasta de USS Romney, Bibi Netanyahu, primer ministro de Israel, lo sabe mejor que la mayoría. Y, en realidad, por eso Bibi está más interesado en causar un cambio de régimen en Washington que en Teherán.
En el caso de un Obama 2.0, sin embargo, la guerra podría terminar desapareciendo de la mesa. Existe siempre la posibilidad de un “momento Nixon” de Obama, un viaje trascendental, un acuerdo general con Teherán. Lo que no cambiará es que Bagdad seguirá consolidando sus vínculos con Teherán. En Egipto, la Hermandad Musulmana (HM) seguirá balanceando expertamente a EE.UU., Arabia Saudí y Catar para extraer beneficios y poder por lo menos alimentar a su pueblo. La HM incluso podría hacerse cargo de Jordania.
Habiendo aprendido la lección de asociarse con salafistas-yihadistas en Libia, Obama 2.0 podría tener que encontrar un modus vivendi con un régimen superviviente de Bashar al-Asad. Siria no será balcanizada. Turquía no invadirá. Ankara tendrá que ser más inclusiva frente a sus propios kurdos; habrá sido alarmada por la reciente autonomía de los kurdos sirios. Mientras tanto, en Libia, los grandes de la energía occidentales consolidarán su saqueo del petróleo y del gas, mientras el infierno de las milicias no interfiera.
Obama 2.0 hará todo lo que pueda para evitar un momento Saigón en Afganistán. Pero eso podría ser inevitable, y más temprano que tarde ante de finales de 2014. Los talibanes volverán de alguna manera al poder, directa o indirectamente. El Ductistán nunca verá la luz de TAPI (el gasoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India), pero verá el IP (el gasoducto Irán-Pakistán), y tal vez incluso un IPC (una extensión a China Occidental).
China aumentará sus compras de petróleo y gas en yuanes, y no en petrodólares. Rusia bajo Putin 2.0 aumentará su influencia no solo en Asia Central, sino también en Europa. Ninguna intimidación o bombardeos de USS Romney podrían alterar ese desarrollo probable de la historia. Se quedará –junto a las ensordecedoras cámaras de eco derechistas– regocijándose en su islamofobia y culpando de todo a los “soviéticos” y a la “China comunista”.
Es Karl Rove o nada
De vuelta al 47%: la base plutocrática de USS Romney creerá obstinadamente que siempre está “en línea”, no importa lo que suceda; en todo caso desprecia a la mayoría de los estadounidenses. Pero cuando uno examina unos cuantos sondeos en EE.UU., la inevitable conclusión es que solo alrededor del 30% de los votantes cree en los mitos entrelazados de la derecha respecto a la inelegibilidad de Obama.
Por lo tanto depende de la “aritmética”, como el Todopoderoso Bubba (el ex presidente Bill Clinton) indeleblemente presionó en su apoteosis en Charlotte. La probabilidad porcentual de una victoria de Obama en noviembre según Intrade es ahora de 67,9% y aumenta. Nate Silver, posiblemente el encuestador más creíble de EE.UU., apunta actualmente al 74,8%.
El balance final es que USS Romney es un Titanic posmoderno. A menos que Karl Rove pueda presentar una sorpresa definitiva en octubre. Por lo tanto más vale que el director ejecutivo Mitt comience a buscar oportunidades de carrera alternativas.
Al Noor Holdings de Catar financiará una trilogía cinematográfica sobre el Profeta Muhammad para borrar la memoria del video en You Tube contra el que se ha protestado hasta la muerte. En lugar de un sospechoso copto egipcio y exdirector de películas porno, el productor será Barry Osborne, famoso por Matrix. Y el principal consultor ideológico será la estrella de al Jazeera, Jeque Yusuf al-Qaradawi, líder ideológico de la HM, quien garantizará pleno respeto a la Sharía, lo que incluye la no representación del Profeta.
Tal vez Mitt desempleado pueda deslocalizarse y considerar el cabildeo ante el emir de Catar para que lo inviten al casting.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com
(Copyright 2012 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/NI20Dj01.html
El arma secreta de Obama para su reelección: Mitt Romney
Pepe Escobar
Asia Times Online
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Willard "Mitt" Romney se ve cómodamente instalado como director ejecutivo de una empresa de 1.000 millones de dólares, la campaña electoral del Partido Republicano que debería llevarlo a ser el próximo Presidente de EE.UU. (POTUS, por su acrónimo en inglés). Mientras tanto, el actual POTUS, Barack Obama, está cada vez más convencido de que necesita emplear un arma secreta para asegurar su reelección.
El arma es Mitt Romney.
USS Romney es como uno de esos portaaviones de última tecnología anclados en algún sitio entre el Golfo Pérsico y el Océano Índico. El problema es que, a medida que el invierno y la elección presidencial de noviembre se acercan a Washington, no solo ha chocado contra un iceberg, sino que además se enfrenta a un clima cambiante de icebergs. Y esto, mientras la orquesta a bordo toca alegremente Baby, It's Cold Outside para los plutócratas a 50.000 dólares por plato que todavía no han abandonado el barco que se hunde.
Y pensar que la última inflación de icebergs se desarrolló solo durante dos ciclos noticiosos; habrá muchos más antes de que la semana –para no hablar del mes– se acabe. Y sucederá incluso antes del primer debate presidencial de principios de octubre.
Que coman hamburguesas
Todo comenzó con un detallado mosaico bosquejado por Politico sobre cómo USS Romney comenzó a zozobrar. Episodios notorios de la telenovela incluyen el fiasco olímpico de Mitt en Londres; su consagración en Tampa, Florida, oscurecida por la silla vacía de Clint Eastwood, y su cínica apropiación del asesinato en Bengasi del embajador de EE.UU. en Libia. Los “asistentes, consejeros y amigos” de Mitt atribuyen ampliamente la culpa al un chivo expiatorio subordinado, el máximo estratega/gerente/director de publicidad de Mitt, Stuart Stevens.
Esto proviene de un autoproclamado exitoso director ejecutivo que en su discurso de campaña insiste en que todo lo que EE.UU. necesita es un director ejecutivo. Si el liderazgo del multimillonario USS Romney ha de servir de indicio, más vale que la gente comience a disputarse ahora las lanchas salvavidas restantes.
Luego vino el “incidente del 47%”, al centro del video de la recolección de fondos, publicado por Mother Jones, detallando lo que Mitt realmente piensa de los votantes de Obama, según lo que dijo ante una sala repleta de plutócratas donantes.
Una vez más la cita de oro:
“Hay en todo caso un 47% de la gente que votará por el presidente. Bueno, es el 47% que lo apoya, los que dependen del gobierno, los que creen que son víctimas, los que creen que el gobierno tiene la responsabilidad de atenderlos, los que creen que tienen derecho a atención sanitaria, alimentos, vivienda, lo que queráis. Eso es un privilegio. Y el gobierno debe otorgárselo. Y votarán por este presidente en todo caso… Es gente que no paga impuestos a la renta”.
Nunca tendrá las agallas para decirlo a la hora punta en la televisión, pero para Mitt casi la mitad de EE.UU. es una nación de pordioseros irremediables, inmorales (es lo que los demás plutócratas a 50.000 dólares por plato querían oír en todo caso). Hasta The New York Times tuvo que admitir que incluso con su forma de utilizar la guerra de clases, Mitt puede ser una fuerza con la que se debe contar.
Predeciblemente, el momento no “elegante” de Mitt –su propia palabra– ante la cámara provocó un diluvio de comprobación de hechos terriblemente detallados, como se ve en esta muestra.
Pero nadie señaló que no importa si el 47% de Mitt supera la prueba de la realidad, por lo menos un 46% de los votantes de EE.UU. votará por los republicanos en todo caso. Podrá ser “Dubya” Bush o el multimillonario evasor de impuestos USS Romney; no importa. Basta con preguntar a Karl Rove. O leer el recientemente publicado Boss Rove (Scribner) de Craig Unger.
EE.UU. está terriblemente polarizado, irreparablemente. Eso deja aproximadamente un 7% de independientes, indecisos o votantes cambiante por los que disputarán los dos partidos. Creer que USS Romney haya logrado seducir a esa gente después de sus últimas elucubraciones y la aparición del revelador vídeo de los donantes es creer en las armas de destrucción masiva de Irak (perdón; mejor dicho las armas de destrucción masiva de Irán).
En cuanto a POTUS, mantuvo la cabeza fría. Solo necesitó una visita a David Letterman para demoler a USS Romney con unos pocos Hellfire retóricos estratégicamente colocados.
¿Hay vida en Marte?
La operación de 1.000 millones de dólares de USS Romney se basa en un conjunto de premisas infestado de cráteres marcianos amplificadas del ciberespacio al espacio exterior por cámaras de resonancia derechistas. Se resume en que Obama no puede ganar porque es demasiado negro, demasiado “liberal”, demasiado “socialista”, demasiado distante, demasiado intelectual y demasiado impopular. La gente no quiere su “socialismo”. Será derrotado por la economía. Y además su política exterior es débil.
Imaginad a USS Romney decidiendo la política exterior de EE.UU. La receta de los consejeros neoconservadores de Mitt es hacer pasar las de Caín a Rusia y China, bombardear Irán; eso restaurará el estatus de superpotencia de EE.UU.
Es posible que unos pocos plutócratas y una parte significativa del complejo industrial-militar-de seguridad-mediático quieran la guerra con Irán; el entusiasta de USS Romney, Bibi Netanyahu, primer ministro de Israel, lo sabe mejor que la mayoría. Y, en realidad, por eso Bibi está más interesado en causar un cambio de régimen en Washington que en Teherán.
En el caso de un Obama 2.0, sin embargo, la guerra podría terminar desapareciendo de la mesa. Existe siempre la posibilidad de un “momento Nixon” de Obama, un viaje trascendental, un acuerdo general con Teherán. Lo que no cambiará es que Bagdad seguirá consolidando sus vínculos con Teherán. En Egipto, la Hermandad Musulmana (HM) seguirá balanceando expertamente a EE.UU., Arabia Saudí y Catar para extraer beneficios y poder por lo menos alimentar a su pueblo. La HM incluso podría hacerse cargo de Jordania.
Habiendo aprendido la lección de asociarse con salafistas-yihadistas en Libia, Obama 2.0 podría tener que encontrar un modus vivendi con un régimen superviviente de Bashar al-Asad. Siria no será balcanizada. Turquía no invadirá. Ankara tendrá que ser más inclusiva frente a sus propios kurdos; habrá sido alarmada por la reciente autonomía de los kurdos sirios. Mientras tanto, en Libia, los grandes de la energía occidentales consolidarán su saqueo del petróleo y del gas, mientras el infierno de las milicias no interfiera.
Obama 2.0 hará todo lo que pueda para evitar un momento Saigón en Afganistán. Pero eso podría ser inevitable, y más temprano que tarde ante de finales de 2014. Los talibanes volverán de alguna manera al poder, directa o indirectamente. El Ductistán nunca verá la luz de TAPI (el gasoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India), pero verá el IP (el gasoducto Irán-Pakistán), y tal vez incluso un IPC (una extensión a China Occidental).
China aumentará sus compras de petróleo y gas en yuanes, y no en petrodólares. Rusia bajo Putin 2.0 aumentará su influencia no solo en Asia Central, sino también en Europa. Ninguna intimidación o bombardeos de USS Romney podrían alterar ese desarrollo probable de la historia. Se quedará –junto a las ensordecedoras cámaras de eco derechistas– regocijándose en su islamofobia y culpando de todo a los “soviéticos” y a la “China comunista”.
Es Karl Rove o nada
De vuelta al 47%: la base plutocrática de USS Romney creerá obstinadamente que siempre está “en línea”, no importa lo que suceda; en todo caso desprecia a la mayoría de los estadounidenses. Pero cuando uno examina unos cuantos sondeos en EE.UU., la inevitable conclusión es que solo alrededor del 30% de los votantes cree en los mitos entrelazados de la derecha respecto a la inelegibilidad de Obama.
Por lo tanto depende de la “aritmética”, como el Todopoderoso Bubba (el ex presidente Bill Clinton) indeleblemente presionó en su apoteosis en Charlotte. La probabilidad porcentual de una victoria de Obama en noviembre según Intrade es ahora de 67,9% y aumenta. Nate Silver, posiblemente el encuestador más creíble de EE.UU., apunta actualmente al 74,8%.
El balance final es que USS Romney es un Titanic posmoderno. A menos que Karl Rove pueda presentar una sorpresa definitiva en octubre. Por lo tanto más vale que el director ejecutivo Mitt comience a buscar oportunidades de carrera alternativas.
Al Noor Holdings de Catar financiará una trilogía cinematográfica sobre el Profeta Muhammad para borrar la memoria del video en You Tube contra el que se ha protestado hasta la muerte. En lugar de un sospechoso copto egipcio y exdirector de películas porno, el productor será Barry Osborne, famoso por Matrix. Y el principal consultor ideológico será la estrella de al Jazeera, Jeque Yusuf al-Qaradawi, líder ideológico de la HM, quien garantizará pleno respeto a la Sharía, lo que incluye la no representación del Profeta.
Tal vez Mitt desempleado pueda deslocalizarse y considerar el cabildeo ante el emir de Catar para que lo inviten al casting.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com
(Copyright 2012 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/NI20Dj01.html
Asia Times Online
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Willard "Mitt" Romney se ve cómodamente instalado como director ejecutivo de una empresa de 1.000 millones de dólares, la campaña electoral del Partido Republicano que debería llevarlo a ser el próximo Presidente de EE.UU. (POTUS, por su acrónimo en inglés). Mientras tanto, el actual POTUS, Barack Obama, está cada vez más convencido de que necesita emplear un arma secreta para asegurar su reelección.
El arma es Mitt Romney.
USS Romney es como uno de esos portaaviones de última tecnología anclados en algún sitio entre el Golfo Pérsico y el Océano Índico. El problema es que, a medida que el invierno y la elección presidencial de noviembre se acercan a Washington, no solo ha chocado contra un iceberg, sino que además se enfrenta a un clima cambiante de icebergs. Y esto, mientras la orquesta a bordo toca alegremente Baby, It's Cold Outside para los plutócratas a 50.000 dólares por plato que todavía no han abandonado el barco que se hunde.
Y pensar que la última inflación de icebergs se desarrolló solo durante dos ciclos noticiosos; habrá muchos más antes de que la semana –para no hablar del mes– se acabe. Y sucederá incluso antes del primer debate presidencial de principios de octubre.
Que coman hamburguesas
Todo comenzó con un detallado mosaico bosquejado por Politico sobre cómo USS Romney comenzó a zozobrar. Episodios notorios de la telenovela incluyen el fiasco olímpico de Mitt en Londres; su consagración en Tampa, Florida, oscurecida por la silla vacía de Clint Eastwood, y su cínica apropiación del asesinato en Bengasi del embajador de EE.UU. en Libia. Los “asistentes, consejeros y amigos” de Mitt atribuyen ampliamente la culpa al un chivo expiatorio subordinado, el máximo estratega/gerente/director de publicidad de Mitt, Stuart Stevens.
Esto proviene de un autoproclamado exitoso director ejecutivo que en su discurso de campaña insiste en que todo lo que EE.UU. necesita es un director ejecutivo. Si el liderazgo del multimillonario USS Romney ha de servir de indicio, más vale que la gente comience a disputarse ahora las lanchas salvavidas restantes.
Luego vino el “incidente del 47%”, al centro del video de la recolección de fondos, publicado por Mother Jones, detallando lo que Mitt realmente piensa de los votantes de Obama, según lo que dijo ante una sala repleta de plutócratas donantes.
Una vez más la cita de oro:
“Hay en todo caso un 47% de la gente que votará por el presidente. Bueno, es el 47% que lo apoya, los que dependen del gobierno, los que creen que son víctimas, los que creen que el gobierno tiene la responsabilidad de atenderlos, los que creen que tienen derecho a atención sanitaria, alimentos, vivienda, lo que queráis. Eso es un privilegio. Y el gobierno debe otorgárselo. Y votarán por este presidente en todo caso… Es gente que no paga impuestos a la renta”.
Nunca tendrá las agallas para decirlo a la hora punta en la televisión, pero para Mitt casi la mitad de EE.UU. es una nación de pordioseros irremediables, inmorales (es lo que los demás plutócratas a 50.000 dólares por plato querían oír en todo caso). Hasta The New York Times tuvo que admitir que incluso con su forma de utilizar la guerra de clases, Mitt puede ser una fuerza con la que se debe contar.
Predeciblemente, el momento no “elegante” de Mitt –su propia palabra– ante la cámara provocó un diluvio de comprobación de hechos terriblemente detallados, como se ve en esta muestra.
Pero nadie señaló que no importa si el 47% de Mitt supera la prueba de la realidad, por lo menos un 46% de los votantes de EE.UU. votará por los republicanos en todo caso. Podrá ser “Dubya” Bush o el multimillonario evasor de impuestos USS Romney; no importa. Basta con preguntar a Karl Rove. O leer el recientemente publicado Boss Rove (Scribner) de Craig Unger.
EE.UU. está terriblemente polarizado, irreparablemente. Eso deja aproximadamente un 7% de independientes, indecisos o votantes cambiante por los que disputarán los dos partidos. Creer que USS Romney haya logrado seducir a esa gente después de sus últimas elucubraciones y la aparición del revelador vídeo de los donantes es creer en las armas de destrucción masiva de Irak (perdón; mejor dicho las armas de destrucción masiva de Irán).
En cuanto a POTUS, mantuvo la cabeza fría. Solo necesitó una visita a David Letterman para demoler a USS Romney con unos pocos Hellfire retóricos estratégicamente colocados.
¿Hay vida en Marte?
La operación de 1.000 millones de dólares de USS Romney se basa en un conjunto de premisas infestado de cráteres marcianos amplificadas del ciberespacio al espacio exterior por cámaras de resonancia derechistas. Se resume en que Obama no puede ganar porque es demasiado negro, demasiado “liberal”, demasiado “socialista”, demasiado distante, demasiado intelectual y demasiado impopular. La gente no quiere su “socialismo”. Será derrotado por la economía. Y además su política exterior es débil.
Imaginad a USS Romney decidiendo la política exterior de EE.UU. La receta de los consejeros neoconservadores de Mitt es hacer pasar las de Caín a Rusia y China, bombardear Irán; eso restaurará el estatus de superpotencia de EE.UU.
Es posible que unos pocos plutócratas y una parte significativa del complejo industrial-militar-de seguridad-mediático quieran la guerra con Irán; el entusiasta de USS Romney, Bibi Netanyahu, primer ministro de Israel, lo sabe mejor que la mayoría. Y, en realidad, por eso Bibi está más interesado en causar un cambio de régimen en Washington que en Teherán.
En el caso de un Obama 2.0, sin embargo, la guerra podría terminar desapareciendo de la mesa. Existe siempre la posibilidad de un “momento Nixon” de Obama, un viaje trascendental, un acuerdo general con Teherán. Lo que no cambiará es que Bagdad seguirá consolidando sus vínculos con Teherán. En Egipto, la Hermandad Musulmana (HM) seguirá balanceando expertamente a EE.UU., Arabia Saudí y Catar para extraer beneficios y poder por lo menos alimentar a su pueblo. La HM incluso podría hacerse cargo de Jordania.
Habiendo aprendido la lección de asociarse con salafistas-yihadistas en Libia, Obama 2.0 podría tener que encontrar un modus vivendi con un régimen superviviente de Bashar al-Asad. Siria no será balcanizada. Turquía no invadirá. Ankara tendrá que ser más inclusiva frente a sus propios kurdos; habrá sido alarmada por la reciente autonomía de los kurdos sirios. Mientras tanto, en Libia, los grandes de la energía occidentales consolidarán su saqueo del petróleo y del gas, mientras el infierno de las milicias no interfiera.
Obama 2.0 hará todo lo que pueda para evitar un momento Saigón en Afganistán. Pero eso podría ser inevitable, y más temprano que tarde ante de finales de 2014. Los talibanes volverán de alguna manera al poder, directa o indirectamente. El Ductistán nunca verá la luz de TAPI (el gasoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India), pero verá el IP (el gasoducto Irán-Pakistán), y tal vez incluso un IPC (una extensión a China Occidental).
China aumentará sus compras de petróleo y gas en yuanes, y no en petrodólares. Rusia bajo Putin 2.0 aumentará su influencia no solo en Asia Central, sino también en Europa. Ninguna intimidación o bombardeos de USS Romney podrían alterar ese desarrollo probable de la historia. Se quedará –junto a las ensordecedoras cámaras de eco derechistas– regocijándose en su islamofobia y culpando de todo a los “soviéticos” y a la “China comunista”.
Es Karl Rove o nada
De vuelta al 47%: la base plutocrática de USS Romney creerá obstinadamente que siempre está “en línea”, no importa lo que suceda; en todo caso desprecia a la mayoría de los estadounidenses. Pero cuando uno examina unos cuantos sondeos en EE.UU., la inevitable conclusión es que solo alrededor del 30% de los votantes cree en los mitos entrelazados de la derecha respecto a la inelegibilidad de Obama.
Por lo tanto depende de la “aritmética”, como el Todopoderoso Bubba (el ex presidente Bill Clinton) indeleblemente presionó en su apoteosis en Charlotte. La probabilidad porcentual de una victoria de Obama en noviembre según Intrade es ahora de 67,9% y aumenta. Nate Silver, posiblemente el encuestador más creíble de EE.UU., apunta actualmente al 74,8%.
El balance final es que USS Romney es un Titanic posmoderno. A menos que Karl Rove pueda presentar una sorpresa definitiva en octubre. Por lo tanto más vale que el director ejecutivo Mitt comience a buscar oportunidades de carrera alternativas.
Al Noor Holdings de Catar financiará una trilogía cinematográfica sobre el Profeta Muhammad para borrar la memoria del video en You Tube contra el que se ha protestado hasta la muerte. En lugar de un sospechoso copto egipcio y exdirector de películas porno, el productor será Barry Osborne, famoso por Matrix. Y el principal consultor ideológico será la estrella de al Jazeera, Jeque Yusuf al-Qaradawi, líder ideológico de la HM, quien garantizará pleno respeto a la Sharía, lo que incluye la no representación del Profeta.
Tal vez Mitt desempleado pueda deslocalizarse y considerar el cabildeo ante el emir de Catar para que lo inviten al casting.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com
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Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/NI20Dj01.html
Bloqueado "You Tube" en Arabia Saudita por órdenes del rey Abdullah
La Agencia Estatal de noticias de Arabia Saudita, informó que el rey Abdullah ha ordenado el bloqueo de todos los sitios web con acceso a la película anti-islam que ha provocado protestas en todo el mundo musulmán.
Un reportero de AP en Arabia Saudita informó que el sitio de videos YouTube estaba inaccesible hoy martes en la noche.
La medida fue tomada luego de que la Agencia de Prensa Saudita informara que el reino envió una solicitud a Google Inc., propietaria de YouTube, solicitándole vetar todos los enlaces que contienen el video, que se produjo en los Estados Unidos y que ridiculiza al profeta Mahoma.
Google no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios.
Google ha bloqueado el acceso al video en Libia y Egipto, luego de desatarse las protesta y en Indonesia y la India, porque dice que el video viola las leyes de esos países.
La medida no ha generado reacciones en la Casa Blanca, a pesar de que el gobierno estadounidense frecuentemente critica y resalta "con preocupación" supuestas violaciones a la libertad de expresión en países que no son sus aliados.
Las constantes violaciones de Derechos Humanos y derechos civiles en Arabia Saudita, son continuamente ignoradas o minimizadas por medios de comunicación transnacionales estadounidenses y por el régimen de Washington, en virtud de la estrecha colaboración entre ambos países en materia económica y militar y el constante flujo de petróleo del reino árabe hacia sus aliados norteamericanos.
Fuente: http://www.aporrea.org/internacionales/n214433.html
Un reportero de AP en Arabia Saudita informó que el sitio de videos YouTube estaba inaccesible hoy martes en la noche.
La medida fue tomada luego de que la Agencia de Prensa Saudita informara que el reino envió una solicitud a Google Inc., propietaria de YouTube, solicitándole vetar todos los enlaces que contienen el video, que se produjo en los Estados Unidos y que ridiculiza al profeta Mahoma.
Google no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios.
Google ha bloqueado el acceso al video en Libia y Egipto, luego de desatarse las protesta y en Indonesia y la India, porque dice que el video viola las leyes de esos países.
La medida no ha generado reacciones en la Casa Blanca, a pesar de que el gobierno estadounidense frecuentemente critica y resalta "con preocupación" supuestas violaciones a la libertad de expresión en países que no son sus aliados.
Las constantes violaciones de Derechos Humanos y derechos civiles en Arabia Saudita, son continuamente ignoradas o minimizadas por medios de comunicación transnacionales estadounidenses y por el régimen de Washington, en virtud de la estrecha colaboración entre ambos países en materia económica y militar y el constante flujo de petróleo del reino árabe hacia sus aliados norteamericanos.
Fuente: http://www.aporrea.org/internacionales/n214433.html
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