Por Julio Godoy
IPS
La severa sequía en el Cuerno de África, que ha causado la muerte de al menos 30.000 niños y niñas y afecta a un total de 12 millones de personas, sobre todo en Somalia, es directa consecuencia de fenómenos asociados con el cambio climático.
“La presente sequía en el Cuerno de África ha sido provocada por los fenómenos de El Niño y La Niña en el océano Pacífico, que perjudican la normal circulación del agua fría y cálida, y del aire, perturbando las condiciones de humedad en todo el hemisferio sur”, explicó a IPS el científico Friedrich-Wilhelm Gerstengarbe, del Instituto de Potsdam para Investigación del Cambio Climático (PIK, por sus siglas en alemán).
Ambos fenómenos son parte de la oscilación de los patrones climáticos en el sur, que ocurre a lo largo de la zona tropical del Pacífico cada cinco o siete años. Se trata de variaciones en la temperatura de la superficie del este del océano, sea el recalentamiento o el enfriamiento (El Niño y La Niña respectivamente), y el cambio de la presión del aire en el Pacífico occidental.
Ambos fenómenos se producen a la par: la fase de recalentamiento, El Niño, va acompañada de una alta presión en el oeste, mientras que la fase de enfriamiento, La Niña, con una baja presión.
Esas condiciones pueden afectar particularmente a las regiones al norte del Ecuador, como el Cuerno de África.
La sequía está afectando en especial a Djibouti, Sudán, Sudán del Sur y partes de Uganda, además de Somalia. Hasta ahora sólo se ha declarado oficialmente hambruna en este último país, cuyo gobierno carece de elementos básicos para funcionar.
“El Niño y La Niña exacerban las condiciones climáticas a lo largo del hemisferio sur, incrementando la temporada de lluvias en algunas áreas, especialmente en Asia y Australia, y la sequía en otras, sobre todo en África”, indicó Gerstengarbe.
El experto señaló que el cambio climático y las crecientes temperaturas globales que trae aparejadas han dado más intensidad tanto a El Niño como a La Niña, derivando en severas inundaciones en Australia y Pakistán, y la sequía en el Cuerno de África.
Ambos fenómenos han provocado en los últimos dos años temporadas de lluvias particularmente secas y temperaturas extremadamente calientes en África oriental.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, La Niña ha causado desde 2008 una fuerte caída en las temperaturas del agua en el océano Pacífico, llevando una “precipitación por debajo del promedio en el Pacífico ecuatorial central”.
Durante los episodios de frío se ven perturbados los patrones de precipitaciones tropicales y de circulación de aire. Las aguas frías en el Pacífico ecuatorial central reducen las precipitaciones entre noviembre y abril, esto es, precisamente la temporada regional de lluvias.
A su vez, el fenómeno eleva las temperaturas en África oriental. Tanto la disminución de las lluvias como las altas temperaturas este año causaron la peor sequía en el Cuerno de África en seis décadas.
“Lamentablemente, debido a la intensificación de La Niña, debemos esperar una mayor desertificación en África y más sequías en la región en torno al Cuerno de África”, añadió Gerstengarbe.
Por su parte, Jean-Cyril Dagorn, a cargo de los programas de ambiente y justicia económica para la rama francesa de la organización humanitaria Oxfam, coincidió en que el recalentamiento planetario estaba exacerbando las condiciones climáticas extremas en África.
“Durante dos años, las precipitaciones han estado por debajo del promedio en África oriental debido a La Niña”, dijo a IPS.
“Pero este año la sequía ha sido extrema, provocando la presente catástrofe humanitaria en Somalia y en otras regiones adyacentes”, añadió.
Dagorn dijo que la próxima temporada de lluvias, prevista a partir de octubre, podría intensificar la crisis. “Lluvias torrenciales sobre tierra extremadamente seca arrasarían los suelos más fértiles, haciendo aun más dramática la crisis de alimentos”, alertó.
El experto señaló que ha habido sequías en el Cuerno de África cada cinco o siete años, pero casi nunca tan extremas.
“Calculamos que, debido al cambio climático y las sequías que causa, la productividad agrícola en la región podría caer más de 20 por ciento en las próximas décadas, especialmente las plantaciones de maíz y frijoles”, dijo.
Además, indicó, los criadores de ganado de la región y los pastores han perdido entre 30 y 60 por ciento de sus animales debido a las condiciones climáticas extremas, agravando la crisis alimentaria.
Dagorn dijo que tanto las políticas agrícolas de los países afectados como la cooperación internacional han fallado para tratar el problema.
La Organización de las Naciones Unidas indicó que 1.600 millones de euros serían necesarios para afrontar la crisis. “Pero Francia, por ejemplo, solo destinó menos de 10 millones de euros”, señaló Dagorn. “Se anunció una urgente reunión de donantes, pero nunca se concretó”.
http://www.cubadebate.cu/especiales/2011/08/27/el-cambio-climatico-esta-detras-del-hambre/
domingo, 28 de agosto de 2011
Vivan los estudiantes chilenos
Los estudiantes chilenos
Marcos Roitman Rosenmann
No se trata de idiotas, terroristas que lanzan coctel molotov o delincuentes que roban a las mujeres, como los calificó el presidente de la Asociación de Bancos de Chile. Ni tampoco criminales, subversivos o traidores a la patria. Son estudiantes. Para darnos cuenta del talante negociador y dialogal del gobierno con su juventud baste rescatar las palabras del senador pinochetista Carlos Larraín, quien se despachó a gusto diciendo que al gobierno "...no le va a doblar la mano una manga de inútiles subversivos". Y si queremos incursionar en la Iglesia católica, el arzobispo de Santiago, monseñor Ezzati, subrayó: " las utopías cuando no tienen racionalidad son solamente utopías". No podía ser de otra forma, la gran beneficiaria de la privatización de la educación en Chile ha sido la Iglesia, que controla más de 20 por ciento de la educación total y representa 70 por ciento del sector privado. Una verdadera bicoca. Sin duda no les apetece hablar de educación pública, gratuita y de calidad. La diatriba de insultos para descalificar las reivindicaciones de los estudiantes no es algo nuevo, pero en esta ocasión ha sobrepasado los límites de lo aceptable. La huelga de hambre, mantenida durante 37 días por seis estudiantes secundarios en la localidad de Buin, se levantó para evitar males mayores y no agregar leña al fuego. Su portavoz hizo gala de sentido común y responsabilidad cuando anunciaba su final. "Con esto demostramos nuestro rechazo al gobierno que ha mantenido una postura de intransigencia e indolencia ante nuestras demandas y con una nula preocupación por la inminente pérdida de vidas humanas." El gobierno lo calificó de fantochada inútil.
La actitud del presidente Piñera y la bancada pinochetista se ha caracterizado por cerrar cualquier canal de entendimiento y tildar a los estudiantes de provocadores y necios. El nombramiento de una comisión parlamentaria sin ninguna capacidad legislativa para cambiar nada, se queda como una artimaña para dilatar y mantener el rumbo, buscando apagar el fuego inmediato y que los alumnos vuelvan a las aulas. Ya lo hicieron en la anterior huelga de los "pingüinos". Pero los estudiantes han sido claros, "es cuestión de decencia, si tenemos que estar un año en huelga lo haremos". Se trata, dice la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, de " concebir la educación como un derecho universal y garantizado por el Estado en un sistema más igualitario, más inclusivo, más diverso y más democrático, y eso es una demanda del pueblo chileno, es una demanda de nuestras familias..."
Iracundos, senadores y diputados han preferido la solución de fuerza. No en vano, en materia represiva, Chile obtiene matrícula de honor. Un sobresaliente cum laude. Sus fuerzas armadas y carabineros se han graduado en la tortura y la violación de los derechos humanos. Buen ejemplo es la lucha "antiterrorista" contra el pueblo mapuche. Han asesinado a un menor de 14 años, Manuel Gutierrez. Pero también, en estos días, llama la atención el uso de perros "policías". Su tarea consiste en perseguir, morder e inmovilizar a la presa, en este caso los estudiantes. Perros de caza adiestrados para la cacería humana. Una vez conseguido el objetivo, esperan la llegada de su amo, quien remata la faena. Es decir, sacar la porra y darle una buena tunda de palos. El ritual es simple, primero costillas, luego los riñones, después las extremidades inferiores y por último las superiores. Sin olvidar, claro está, de incursionar en las partes nobles. Tanto estudiante en la calle no es bueno. Chile pierde imagen y se crea la sensación de caos. Mejor pecar por exceso de celo. Las cifras entre detenidos y heridos superó casi el millar en las dos jornadas de huelga general.
Mientras esto sucede a plena luz del día, una nueva generación de dirigentes estudiantiles hace gala de madurez política. No en vano 80 por ciento de la sociedad chilena les avala y defiende. El fracaso del sistema educacional chileno articulado a la lógica del mercado es palpable. La educación se ha convertido en un negocio, ya no se trata de formar en valores democráticos ni en principios solidarios. Por el contrario, se busca el beneficio y la rentabilidad a costa de perder la honra.
La derecha pinochetista y los partidos de la Concertación han sido cómplices de esta política de rapiña educativa que supone una guerra a la educación con valores éticos. Resulta innoble que los que hasta hace unos años dirigieron el país y dieron por bueno este sistema, ex ministros, diputados y senadores del PPD, el Partido Socialista y la Democracia Cristiana, digan compartir las inquietudes y reivindicaciones de los estudiantes, sumándose al carro en el último minuto. No se puede ser mas hipócrita. Nuevamente Camila Vallejo apostilla. "El pueblo chileno se cansó de eso. Hoy día creemos que es necesario cambiar el sistema político, cambiar el sistema económico para que justamente la redistribución del poder sea más justo, la distribución de la riqueza más justa y que tengamos condiciones dignas para desarrollarnos como seres humanos, y eso hoy en día no está garantizado. Llevamos 30 años con este modelo y ya no da abasto, la gente no lo quiere y quiere hoy día ser parte de la construcción de algo nuevo."
La clase política en Chile está en entredicho y no tiene muchas salidas, salvo incrementar la represión, cuestión que lamentablemente no podemos descartar. Hoy el pueblo chileno y lo mejor de su juventud está en la calle, defendiendo la dignidad y dejando al descubierto uno de los sistemas educativos mas injustos, elitistas y excluyentes. Sin duda, lo que Salvador Allende, en pleno bombardeo de La Moneda, vaticinaba para Chile, se está cumpliendo. Cuando mostraba su fe en Chile y su destino, señalaba a los estudiantes, entre otros, como depositarios de las futuras luchas democráticas. Sus nuevas generaciones han tomado el testigo y cumplen su voluntad, abrir las grandes alamedas por donde pueda pasar el hombre libre. Vivan los estudiantes chilenos.
http://www.jornada.unam.mx/2011/08/28/opinion/022a1mun
Marcos Roitman Rosenmann
No se trata de idiotas, terroristas que lanzan coctel molotov o delincuentes que roban a las mujeres, como los calificó el presidente de la Asociación de Bancos de Chile. Ni tampoco criminales, subversivos o traidores a la patria. Son estudiantes. Para darnos cuenta del talante negociador y dialogal del gobierno con su juventud baste rescatar las palabras del senador pinochetista Carlos Larraín, quien se despachó a gusto diciendo que al gobierno "...no le va a doblar la mano una manga de inútiles subversivos". Y si queremos incursionar en la Iglesia católica, el arzobispo de Santiago, monseñor Ezzati, subrayó: " las utopías cuando no tienen racionalidad son solamente utopías". No podía ser de otra forma, la gran beneficiaria de la privatización de la educación en Chile ha sido la Iglesia, que controla más de 20 por ciento de la educación total y representa 70 por ciento del sector privado. Una verdadera bicoca. Sin duda no les apetece hablar de educación pública, gratuita y de calidad. La diatriba de insultos para descalificar las reivindicaciones de los estudiantes no es algo nuevo, pero en esta ocasión ha sobrepasado los límites de lo aceptable. La huelga de hambre, mantenida durante 37 días por seis estudiantes secundarios en la localidad de Buin, se levantó para evitar males mayores y no agregar leña al fuego. Su portavoz hizo gala de sentido común y responsabilidad cuando anunciaba su final. "Con esto demostramos nuestro rechazo al gobierno que ha mantenido una postura de intransigencia e indolencia ante nuestras demandas y con una nula preocupación por la inminente pérdida de vidas humanas." El gobierno lo calificó de fantochada inútil.
La actitud del presidente Piñera y la bancada pinochetista se ha caracterizado por cerrar cualquier canal de entendimiento y tildar a los estudiantes de provocadores y necios. El nombramiento de una comisión parlamentaria sin ninguna capacidad legislativa para cambiar nada, se queda como una artimaña para dilatar y mantener el rumbo, buscando apagar el fuego inmediato y que los alumnos vuelvan a las aulas. Ya lo hicieron en la anterior huelga de los "pingüinos". Pero los estudiantes han sido claros, "es cuestión de decencia, si tenemos que estar un año en huelga lo haremos". Se trata, dice la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, de " concebir la educación como un derecho universal y garantizado por el Estado en un sistema más igualitario, más inclusivo, más diverso y más democrático, y eso es una demanda del pueblo chileno, es una demanda de nuestras familias..."
Iracundos, senadores y diputados han preferido la solución de fuerza. No en vano, en materia represiva, Chile obtiene matrícula de honor. Un sobresaliente cum laude. Sus fuerzas armadas y carabineros se han graduado en la tortura y la violación de los derechos humanos. Buen ejemplo es la lucha "antiterrorista" contra el pueblo mapuche. Han asesinado a un menor de 14 años, Manuel Gutierrez. Pero también, en estos días, llama la atención el uso de perros "policías". Su tarea consiste en perseguir, morder e inmovilizar a la presa, en este caso los estudiantes. Perros de caza adiestrados para la cacería humana. Una vez conseguido el objetivo, esperan la llegada de su amo, quien remata la faena. Es decir, sacar la porra y darle una buena tunda de palos. El ritual es simple, primero costillas, luego los riñones, después las extremidades inferiores y por último las superiores. Sin olvidar, claro está, de incursionar en las partes nobles. Tanto estudiante en la calle no es bueno. Chile pierde imagen y se crea la sensación de caos. Mejor pecar por exceso de celo. Las cifras entre detenidos y heridos superó casi el millar en las dos jornadas de huelga general.
Mientras esto sucede a plena luz del día, una nueva generación de dirigentes estudiantiles hace gala de madurez política. No en vano 80 por ciento de la sociedad chilena les avala y defiende. El fracaso del sistema educacional chileno articulado a la lógica del mercado es palpable. La educación se ha convertido en un negocio, ya no se trata de formar en valores democráticos ni en principios solidarios. Por el contrario, se busca el beneficio y la rentabilidad a costa de perder la honra.
La derecha pinochetista y los partidos de la Concertación han sido cómplices de esta política de rapiña educativa que supone una guerra a la educación con valores éticos. Resulta innoble que los que hasta hace unos años dirigieron el país y dieron por bueno este sistema, ex ministros, diputados y senadores del PPD, el Partido Socialista y la Democracia Cristiana, digan compartir las inquietudes y reivindicaciones de los estudiantes, sumándose al carro en el último minuto. No se puede ser mas hipócrita. Nuevamente Camila Vallejo apostilla. "El pueblo chileno se cansó de eso. Hoy día creemos que es necesario cambiar el sistema político, cambiar el sistema económico para que justamente la redistribución del poder sea más justo, la distribución de la riqueza más justa y que tengamos condiciones dignas para desarrollarnos como seres humanos, y eso hoy en día no está garantizado. Llevamos 30 años con este modelo y ya no da abasto, la gente no lo quiere y quiere hoy día ser parte de la construcción de algo nuevo."
La clase política en Chile está en entredicho y no tiene muchas salidas, salvo incrementar la represión, cuestión que lamentablemente no podemos descartar. Hoy el pueblo chileno y lo mejor de su juventud está en la calle, defendiendo la dignidad y dejando al descubierto uno de los sistemas educativos mas injustos, elitistas y excluyentes. Sin duda, lo que Salvador Allende, en pleno bombardeo de La Moneda, vaticinaba para Chile, se está cumpliendo. Cuando mostraba su fe en Chile y su destino, señalaba a los estudiantes, entre otros, como depositarios de las futuras luchas democráticas. Sus nuevas generaciones han tomado el testigo y cumplen su voluntad, abrir las grandes alamedas por donde pueda pasar el hombre libre. Vivan los estudiantes chilenos.
http://www.jornada.unam.mx/2011/08/28/opinion/022a1mun
jueves, 25 de agosto de 2011
Ronald Reagan les llamaba entonces “los combatientes de la libertad”.
Guerra colonial contra Libia
libia-saqueo-palacio-gadafiLa perversión de agencias estadounidenses y europeas y sus subordinados en el mundo al llamar “guerra civil” a lo que está sucediendo en Libia, demuestra cómo se convirtió una intervención colonial contra un país, del que Estados Unidos y sus socios quieren apoderarse por diversas razones de intereses, en una “rebelión” interna que “humanitariamente” debía ser ayudada.
La realidad es que el pueblo libio soporta desde mediados de marzo los bombardeos salvajes de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), contra un país de casi seis millones de habitantes, considerando que una buena parte de ese territorio es desierto.
Muerte y destrucción han producido los bombardeos en todo el país, para abrir camino a los mercenarios que fueron desde el principio el motor de la supuesta “rebelión” del pueblo contra Muamar Gadafi.
No existe ninguna imagen de aquella rebelión “popular”, ni de la “excusa” -los supuestos “bombardeos de Gadafi contra la población civil”- con que ampararon una intervención brutal en pleno siglo XXI.
Entretanto, esa población civil está siendo masacrada por sus “protectores” de la OTAN y sus hogares, escuelas, centros de alimentación, laboratorios medicinales, universidades, hospitales, todo destruido.
Nadie puede desconocer los avances producidos en Libia después que Gadafi encabezara la rebelión que terminó con una monarquía colonial y con el status de colonia que tenía ese país en 1969.
Todo ese esfuerzo está siendo demolido, mientras siembran ese territorio con uranio empobrecido, lo que significa un desastre humano y ecológico para el futuro.
La resolución 1973 adoptada por Naciones Unidas el 17 de marzo de este año para establecer un supuesto bloqueo aéreo en Libia, tenía como única finalidad impedir al gobierno de ese país soberano defenderse. Esa resolución se tomó sin escuchar lo que los observadores directos tenían que decir.
Se aseguraban así de que Libia no tuviera defensa aérea. Y se puede anotar como una derrota moral que ese país haya resistido durante casi seis meses los bombardeos, dejando en evidencia que los tales “rebeldes” sin la OTAN no existen.
Basta ver una fotografía que circuló en las últimas horas y publicaron algunos medios, mostrando supuestos “opositores libios” cuyo físico, vestimenta y armamento los asimila a los típicos mercenarios que las potencias llevaron a esa región, para tener una dimensión de la verdad que ocultan los medios.
Para poder comenzar y sostener la intervención, Estados Unidos y sus asociados utilizaron los medios masivos de comunicación en el mundo, que en realidad están bajo su control militar y de seguridad.
En este caso contaron también con la colaboración interesada o desinteresada, pero cumpliendo el mismo objetivo, de algunos periodistas e intelectuales considerados “progresistas”, que fueron cómplices de esta intervención y de la red de mentiras que se utilizó para justificarla.
Ahora éstos esperan para justificarse ellos mismos, que gane la OTAN y cuente la historia de los vencedores sobre “las horribles violaciones de los derechos humanos cometidas” por el gobierno libio para encubrir lo que hacen los mercenarios y las tropas invasoras. Como lo hicieron en Afganistán, Irak o mucho antes.
¿Olvidaron tan prontamente a los “contra” nicaragüenses cuando atacaban desde las bases de Estados Unidos en Honduras a la Nicaragua sandinista, destruyendo aldeas, matando, torturando, violando a mujeres y niñas? Ronald Reagan les llamaba entonces “los combatientes de la libertad”.
Llamar “rebeldes” a grupos de mercenarios manejados por la CIA y sus asociados, es faltar el respeto a los rebeldes reales que luchan en el mundo por su liberación.
El pueblo y el gobierno libio no sólo tenían el derecho, sino la obligación de defenderse. Cualquier país del mundo bajo ataque extranjero tiene el deber de hacerlo.
Si logran quedarse con Libia para transformar el país en “una nueva Somalia” como denunció el pasado 19 de agosto el portavoz del Gobierno libio, Mussa Ibrahim, ante el incremento de los bombardeos de la OTAN, todos los países del mundo quedan en la desprotección total.
Con el añadido de que un fiscal argentino de la Corte Penal Internacional (CPI) quiere condenar a Kaddafi, mientras ampara las criminales intervenciones y el genocidio de Afganistán e Iraq.
Somalía es un país sin gobierno, con una crisis alimentaria, y es lo que pretenden hacer de Libia las potencias occidentales al continuar los ataques “mientras nosotros trabajamos planes de paz” recordó también el vocero libio. (Telesur 19-8-11).
La capital de ese país está sufriendo en los últimos días una nueva oleada de ataques de la alianza imperial que causaron docenas de muertos y heridos.
Las autoridades advirtieron el 19 de agosto pasado que los bombardeos se incrementarían en días previos al aniversario 42 de la llamada Revolución Verde, que encabezó Gadafi el 1 de septiembre de 1969.
A esta altura de los acontecimientos, cuando las potencias se han apropiado de los dineros del Estado libio, incluso han instalado en Washington una embajada del llamado Consejo de Transición, lo que nunca antes había sucedido, nadie puede dudar de que estos “rebeldes” jamás representaron al pueblo libio. De hecho antes de controlar territorio alguno, los “rebeldes” crearon el Banco Central de Benghazi.
¿Existe algo similar en la historia?
http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/08/25/guerra-colonial-contra-libia/
libia-saqueo-palacio-gadafiLa perversión de agencias estadounidenses y europeas y sus subordinados en el mundo al llamar “guerra civil” a lo que está sucediendo en Libia, demuestra cómo se convirtió una intervención colonial contra un país, del que Estados Unidos y sus socios quieren apoderarse por diversas razones de intereses, en una “rebelión” interna que “humanitariamente” debía ser ayudada.
La realidad es que el pueblo libio soporta desde mediados de marzo los bombardeos salvajes de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), contra un país de casi seis millones de habitantes, considerando que una buena parte de ese territorio es desierto.
Muerte y destrucción han producido los bombardeos en todo el país, para abrir camino a los mercenarios que fueron desde el principio el motor de la supuesta “rebelión” del pueblo contra Muamar Gadafi.
No existe ninguna imagen de aquella rebelión “popular”, ni de la “excusa” -los supuestos “bombardeos de Gadafi contra la población civil”- con que ampararon una intervención brutal en pleno siglo XXI.
Entretanto, esa población civil está siendo masacrada por sus “protectores” de la OTAN y sus hogares, escuelas, centros de alimentación, laboratorios medicinales, universidades, hospitales, todo destruido.
Nadie puede desconocer los avances producidos en Libia después que Gadafi encabezara la rebelión que terminó con una monarquía colonial y con el status de colonia que tenía ese país en 1969.
Todo ese esfuerzo está siendo demolido, mientras siembran ese territorio con uranio empobrecido, lo que significa un desastre humano y ecológico para el futuro.
La resolución 1973 adoptada por Naciones Unidas el 17 de marzo de este año para establecer un supuesto bloqueo aéreo en Libia, tenía como única finalidad impedir al gobierno de ese país soberano defenderse. Esa resolución se tomó sin escuchar lo que los observadores directos tenían que decir.
Se aseguraban así de que Libia no tuviera defensa aérea. Y se puede anotar como una derrota moral que ese país haya resistido durante casi seis meses los bombardeos, dejando en evidencia que los tales “rebeldes” sin la OTAN no existen.
Basta ver una fotografía que circuló en las últimas horas y publicaron algunos medios, mostrando supuestos “opositores libios” cuyo físico, vestimenta y armamento los asimila a los típicos mercenarios que las potencias llevaron a esa región, para tener una dimensión de la verdad que ocultan los medios.
Para poder comenzar y sostener la intervención, Estados Unidos y sus asociados utilizaron los medios masivos de comunicación en el mundo, que en realidad están bajo su control militar y de seguridad.
En este caso contaron también con la colaboración interesada o desinteresada, pero cumpliendo el mismo objetivo, de algunos periodistas e intelectuales considerados “progresistas”, que fueron cómplices de esta intervención y de la red de mentiras que se utilizó para justificarla.
Ahora éstos esperan para justificarse ellos mismos, que gane la OTAN y cuente la historia de los vencedores sobre “las horribles violaciones de los derechos humanos cometidas” por el gobierno libio para encubrir lo que hacen los mercenarios y las tropas invasoras. Como lo hicieron en Afganistán, Irak o mucho antes.
¿Olvidaron tan prontamente a los “contra” nicaragüenses cuando atacaban desde las bases de Estados Unidos en Honduras a la Nicaragua sandinista, destruyendo aldeas, matando, torturando, violando a mujeres y niñas? Ronald Reagan les llamaba entonces “los combatientes de la libertad”.
Llamar “rebeldes” a grupos de mercenarios manejados por la CIA y sus asociados, es faltar el respeto a los rebeldes reales que luchan en el mundo por su liberación.
El pueblo y el gobierno libio no sólo tenían el derecho, sino la obligación de defenderse. Cualquier país del mundo bajo ataque extranjero tiene el deber de hacerlo.
Si logran quedarse con Libia para transformar el país en “una nueva Somalia” como denunció el pasado 19 de agosto el portavoz del Gobierno libio, Mussa Ibrahim, ante el incremento de los bombardeos de la OTAN, todos los países del mundo quedan en la desprotección total.
Con el añadido de que un fiscal argentino de la Corte Penal Internacional (CPI) quiere condenar a Kaddafi, mientras ampara las criminales intervenciones y el genocidio de Afganistán e Iraq.
Somalía es un país sin gobierno, con una crisis alimentaria, y es lo que pretenden hacer de Libia las potencias occidentales al continuar los ataques “mientras nosotros trabajamos planes de paz” recordó también el vocero libio. (Telesur 19-8-11).
La capital de ese país está sufriendo en los últimos días una nueva oleada de ataques de la alianza imperial que causaron docenas de muertos y heridos.
Las autoridades advirtieron el 19 de agosto pasado que los bombardeos se incrementarían en días previos al aniversario 42 de la llamada Revolución Verde, que encabezó Gadafi el 1 de septiembre de 1969.
A esta altura de los acontecimientos, cuando las potencias se han apropiado de los dineros del Estado libio, incluso han instalado en Washington una embajada del llamado Consejo de Transición, lo que nunca antes había sucedido, nadie puede dudar de que estos “rebeldes” jamás representaron al pueblo libio. De hecho antes de controlar territorio alguno, los “rebeldes” crearon el Banco Central de Benghazi.
¿Existe algo similar en la historia?
http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/08/25/guerra-colonial-contra-libia/
sábado, 20 de agosto de 2011
Un grito mudo
Una foto del periódico me horrorizó: un niño somalí que parecía un extraterrestre desnutrido. El cuerpo, con sus huesitos remarcados bajo la piel. La cabeza, enorme, desproporcionada con el tronco reducido, se asemejaba al globo terráqueo. La boca -¡ay la boca!-, abierta por el hambre, emitía un grito mudo, la amargura de quien no tuvo la vida como un don, sino como dolor.
Al lado de esta foto iban titulares acerca de la crisis financiera del casino global. En diez días las bolsas de valores perdieron US$ 400 mil millones. ¡Estremecedor! ¿Y ni un centavo para aplacar el hambre del niño somalí? ¿Ni una mísera gota de alivio para tamaño sufrimiento?
Me dio vergüenza. Vergüenza de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice que todos nacemos iguales, sin proponer que vivamos con menos desigualdades. Vergüenza de que no haya una Declaración Universal de los Deberes Humanos. Vergüenza de las afirmaciones solemnes de nuestras Constituciones y discursos políticos y humanitarios. Vergüenza de tantas mentiras que saturan nuestras democracias gobernadas por la dictadura del dinero.
¡US$ 400 mil millones esfumados en la ruleta de la especulación! El PIB actual del Brasil sobrepasa los US$ 210 mil millones. Dos Brasiles derrochados por los desaciertos de los devotos del lucro e indiferentes al niño somalí.
En este mundo injusto una élite privilegiada dispone de tanto dinero que se da el lujo de invertir lo superfluo en el vaivén financiero en espera de que el movimiento sea siempre ascendente. Sueña con ver su fortuna multiplicada en una proporción que ni Jesús fue capaz de hacerlo con los panes y los peces. Basta con decir que el PIB mundial es hoy de US$ 62 mil billones. Y en el casino global se negocian papeles que suman ¡US$ 600 mil billones!
Ahora bien, la realidad habla más alto que los sueños y la necesidad más que lo superfluo. Toda la fortuna invertida en la especulación explica el dolor del niño somalí. Le quitaron el pan de la boca con la esperanza de que la alquimia del baile financiero lo transformara en oro.
Al niño le faltó el más básico de todos los derechos: el pan nuestro de cada día. A los dueños del dinero, que vieron sus acciones hundirse estrepitosamente en la bolsa, ninguna pérdida. Apenas una cierta desilusión. Ninguno de ellos se ha visto obligado a privarse de sus lujos.
Todos sabemos que la cuenta de la recesión de nuevo va a ser pagada por los pobres. Son ellos los condenados a sufrir por la falta de puestos de trabajo, de préstamos, de servicios públicos de calidad. Ellos padecerán el desempleo, los cortes en las inversiones del gobierno, las medidas quirúrgicas propuestas por el FMI, el bajón de las ayudas humanitarias.
La miseria nutre la inercia de los miserables. Sin embargo preveo el inconformismo de la clase media que, en los EE.UU. y en la Unión Europea, acariciaba el sueño de enriquecerse. La periferia de Londres entra en ebullición, las plazas de España y de Italia son ocupadas por gente protestando. ¡Tantos ahorros se volatilizaron como humo en las chimeneas del casino global!
Temo que la ola de protestas dé luz verde al neofascismo. En nombre de la recuperación del sistema financiero (dirán: “volver al crecimiento”), nuestras democracias apelarán a las fuerzas políticas que prometen más oro a los ricos y sueños, meros sueños, a los pobres.
En los EE.UU. la derrota de Obama en las elecciones del 2012 reavivará el prejuicio contra los negros, y el fundamentalismo del ‘tea party’ incrementará el belicismo, la guerra como factor de recuperación económica. La derecha racista y xenófoba tomará los gobiernos de la Unión Europea, dispuesta a contener la insatisfacción y las protestas.
Debido a todo ello, el niño somalí verá sanado su dolor por la muerte precoz. Y Somalia se multiplicará en las periferias de las grandes metrópolis y de los países periféricos afectados en sus frágiles economías.
Pero bueno, dejemos el pesimismo para días mejores. Es hora de reencender y organizar la esperanza, de construir otros mundos posibles, de sustituir la globocolonización por la globalización de la solidaridad. Sobre todo de transformar la indignación en acción efectiva por un mundo ecológicamente sustentable, políticamente democrático y económicamente justo.
http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/08/19/un-grito-mudo/
La Universidad Campesina
Una hazaña que comienza
Plutarco Emilio García Jiménez
En México, como en todos los países capitalistas, la educación tiende a ser una mercancía que se ofrece a quienes la pueden pagar. El Estado mexicano nunca se ha propuesto impartir educación para todos, ni se ha planteado cumplir cabalmente con el mandato constitucional de una educación básica obligatoria, laica y gratuita. El sistema educativo ha estado fundamentalmente al servicio de quienes detentan el poder económico, y se ha adecuado a las necesidades del desarrollo del capital privado nacional y trasnacional.
En la década reciente nuestro país ha retrocedido en cuanto a la oferta y calidad educativa. Ocupamos el último lugar entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El rezago educativo alcanza a la tercera parte de los mexicanos mayores de 15 años, de los cuales seis millones no saben leer ni escribir.
Según datos oficiales, la cobertura en educación primaria alcanza poco más del 90 ciento, pero en el nivel de preescolar sólo cubre 67 por ciento; en secundaria, 87; en educación media superior, 58.6, y en educación superior, 25 por ciento (en Estados Unidos, 82 por ciento, Italia 63 y Japón 54 por ciento).
La oferta de las instituciones públicas de educación media y superior oscila entre 15 y 25 por ciento. De los jóvenes que logran ingresar, desertan más del 40 por ciento de la secundaria, y en el nivel de educación superior, más del 60 por ciento. El 64.6 por ciento de los jóvenes de 18 años de edad ya no asiste a la escuela por su condición de pobreza. Cerca de 150 mil de esos jóvenes emigran cada año hacia Estados Unidos.
En la medida en que el Estado mexicano se desentiende de la tarea educativa, las instituciones privadas de todos los niveles multiplican sus planteles y su matrícula; en el nivel superior ya cuentan con 62.3 por ciento del total de instituciones y atienden a la tercera parte de la matrícula nacional.
Frente a la situación descrita, muchos luchadores sociales y académicos progresistas han diseñado e implementado propuestas alternativas no formales para los diferentes niveles de educación; han puesto en práctica experiencias, enfoques y conceptos nuevos que ya constituyen las primeras piedras de los cimientos de la Educación Rural Alternativa, basada en la autonomía, la equidad de género y la democracia.
Ante una educación pública y privada excluyente, discriminatoria y racista, que fomenta el individualismo, el consumismo y la privatización, es necesario construir un modelo educativo incluyente que fortalezca nuestros valores y nuestra identidad cultural, es decir, nuestra historia, nuestras tradiciones, nuestros cultivos, nuestras formas de producción, nuestra alimentación y nuestras artes;.es necesario fortalecer la reflexión y el pensamiento crítico, el espíritu de cooperación y la solidaridad humana.
En los años recientes, diversos actores de la sociedad civil, provenientes de los movimientos sociales, de instituciones de educación superior y de organizaciones no gubernamentales (ONGs), han persistido en la ardua tarea de contribuir autogestionariamente a resolver necesidades educativas que enfrenta la población rural. Se han impulsado propuestas alternativas y metodologías de aprendizaje por organizaciones de mujeres rurales y grupos indígenas, que han desarrollado experiencias educativas en el campo, dirigidas principalmente a prácticas agrícolas amigables con la naturaleza y con un manejo adecuado de los recursos naturales.
Parte de estos esfuerzos lo representa el proyecto de la Universidad Campesina, que desde 2003 se ha venido impulsando en organizaciones regionales de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA). El diagnóstico de necesidades y capacidades educativas que se aplicó para diseñar y poner en marcha dicho proyecto fue una aportación de la Universidad Campesina e Indígena (UCI-red) y del Instituto Maya. El diseño de sus ejes temáticos, enfoque pedagógico y la metodología participativa fueron retomados de la “metodología dialéctica de la Educación Popular” del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec); del “sistema modular” implementado por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco; la perspectiva de género promovida por la Red de Asesoras y Promotoras Rurales, y del enfoque formativo bajo el ala del sombrero propuesto por Promotores de la Autogestión para el Desarrollo Social (PADS-Guerrero).
Las experiencias anteriores contribuyeron al avance de la propuesta de Universidad Campesina, misma que, al no concretarse como proyecto nacional, se ha venido desarrollando en regionales. Una de esas expresiones es la Universidad Campesina del Sur (Unicam-Sur) con influencia en Guerrero y Morelos; otras universidades campesinas que han iniciado actividades son las de Michoacán y Zacatecas.
La Universidad Campesina reivindica el conocimiento tradicional y empírico; rescata la sabiduría popular y el autodidactismo, así como los sistemas educativos familiares y comunitarios indígenas que han sido vitales en la reproducción económica, social y cultural de los pueblos. Las temáticas deberán ser propuestas por los educandos, la relación facilitador-educando es horizontal y basada en el diálogo. Se trata de crear comunidades de aprendizaje donde todos aprendamos de todos. Las modalidades de la acción educativa son diversas (cursos, talleres, foros, conferencias, demostraciones, giras de intercambio, fiestas, diplomados, licenciaturas, etcétera); son itinerantes, buscando producir, compartir y difundir conocimientos en las comunidades, con las y los campesinos.
Ante la crisis múltiple que enfrentamos: la ausencia de futuro para millones de jóvenes, la inseguridad y la violencia, el deterioro ambiental, la falta de respeto a los derechos humanos, la pérdida de identidad social y cultural, es necesario construir alternativas de vida y de trabajo de manera autónoma; alternativas autogestionarias, basadas en una planeación participativa, que se encaminen a resolver problemas concretos de las comunidades, en el marco de un desarrollo sustentable y equitativo .
Director de la Universidad Campesina del Sur (Unicam-Sur)
http://www.jornada.unam.mx/2011/08/20/hazana.html
Plutarco Emilio García Jiménez
En México, como en todos los países capitalistas, la educación tiende a ser una mercancía que se ofrece a quienes la pueden pagar. El Estado mexicano nunca se ha propuesto impartir educación para todos, ni se ha planteado cumplir cabalmente con el mandato constitucional de una educación básica obligatoria, laica y gratuita. El sistema educativo ha estado fundamentalmente al servicio de quienes detentan el poder económico, y se ha adecuado a las necesidades del desarrollo del capital privado nacional y trasnacional.
En la década reciente nuestro país ha retrocedido en cuanto a la oferta y calidad educativa. Ocupamos el último lugar entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El rezago educativo alcanza a la tercera parte de los mexicanos mayores de 15 años, de los cuales seis millones no saben leer ni escribir.
Según datos oficiales, la cobertura en educación primaria alcanza poco más del 90 ciento, pero en el nivel de preescolar sólo cubre 67 por ciento; en secundaria, 87; en educación media superior, 58.6, y en educación superior, 25 por ciento (en Estados Unidos, 82 por ciento, Italia 63 y Japón 54 por ciento).
La oferta de las instituciones públicas de educación media y superior oscila entre 15 y 25 por ciento. De los jóvenes que logran ingresar, desertan más del 40 por ciento de la secundaria, y en el nivel de educación superior, más del 60 por ciento. El 64.6 por ciento de los jóvenes de 18 años de edad ya no asiste a la escuela por su condición de pobreza. Cerca de 150 mil de esos jóvenes emigran cada año hacia Estados Unidos.
En la medida en que el Estado mexicano se desentiende de la tarea educativa, las instituciones privadas de todos los niveles multiplican sus planteles y su matrícula; en el nivel superior ya cuentan con 62.3 por ciento del total de instituciones y atienden a la tercera parte de la matrícula nacional.
Frente a la situación descrita, muchos luchadores sociales y académicos progresistas han diseñado e implementado propuestas alternativas no formales para los diferentes niveles de educación; han puesto en práctica experiencias, enfoques y conceptos nuevos que ya constituyen las primeras piedras de los cimientos de la Educación Rural Alternativa, basada en la autonomía, la equidad de género y la democracia.
Ante una educación pública y privada excluyente, discriminatoria y racista, que fomenta el individualismo, el consumismo y la privatización, es necesario construir un modelo educativo incluyente que fortalezca nuestros valores y nuestra identidad cultural, es decir, nuestra historia, nuestras tradiciones, nuestros cultivos, nuestras formas de producción, nuestra alimentación y nuestras artes;.es necesario fortalecer la reflexión y el pensamiento crítico, el espíritu de cooperación y la solidaridad humana.
En los años recientes, diversos actores de la sociedad civil, provenientes de los movimientos sociales, de instituciones de educación superior y de organizaciones no gubernamentales (ONGs), han persistido en la ardua tarea de contribuir autogestionariamente a resolver necesidades educativas que enfrenta la población rural. Se han impulsado propuestas alternativas y metodologías de aprendizaje por organizaciones de mujeres rurales y grupos indígenas, que han desarrollado experiencias educativas en el campo, dirigidas principalmente a prácticas agrícolas amigables con la naturaleza y con un manejo adecuado de los recursos naturales.
Parte de estos esfuerzos lo representa el proyecto de la Universidad Campesina, que desde 2003 se ha venido impulsando en organizaciones regionales de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA). El diagnóstico de necesidades y capacidades educativas que se aplicó para diseñar y poner en marcha dicho proyecto fue una aportación de la Universidad Campesina e Indígena (UCI-red) y del Instituto Maya. El diseño de sus ejes temáticos, enfoque pedagógico y la metodología participativa fueron retomados de la “metodología dialéctica de la Educación Popular” del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec); del “sistema modular” implementado por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco; la perspectiva de género promovida por la Red de Asesoras y Promotoras Rurales, y del enfoque formativo bajo el ala del sombrero propuesto por Promotores de la Autogestión para el Desarrollo Social (PADS-Guerrero).
Las experiencias anteriores contribuyeron al avance de la propuesta de Universidad Campesina, misma que, al no concretarse como proyecto nacional, se ha venido desarrollando en regionales. Una de esas expresiones es la Universidad Campesina del Sur (Unicam-Sur) con influencia en Guerrero y Morelos; otras universidades campesinas que han iniciado actividades son las de Michoacán y Zacatecas.
La Universidad Campesina reivindica el conocimiento tradicional y empírico; rescata la sabiduría popular y el autodidactismo, así como los sistemas educativos familiares y comunitarios indígenas que han sido vitales en la reproducción económica, social y cultural de los pueblos. Las temáticas deberán ser propuestas por los educandos, la relación facilitador-educando es horizontal y basada en el diálogo. Se trata de crear comunidades de aprendizaje donde todos aprendamos de todos. Las modalidades de la acción educativa son diversas (cursos, talleres, foros, conferencias, demostraciones, giras de intercambio, fiestas, diplomados, licenciaturas, etcétera); son itinerantes, buscando producir, compartir y difundir conocimientos en las comunidades, con las y los campesinos.
Ante la crisis múltiple que enfrentamos: la ausencia de futuro para millones de jóvenes, la inseguridad y la violencia, el deterioro ambiental, la falta de respeto a los derechos humanos, la pérdida de identidad social y cultural, es necesario construir alternativas de vida y de trabajo de manera autónoma; alternativas autogestionarias, basadas en una planeación participativa, que se encaminen a resolver problemas concretos de las comunidades, en el marco de un desarrollo sustentable y equitativo .
Director de la Universidad Campesina del Sur (Unicam-Sur)
http://www.jornada.unam.mx/2011/08/20/hazana.html
Los porqués del hambre
Esther Vivas
La crisis de alimentos en África y la hambruna en Somalia en particular son resultado de una globalización al servicio de intereses privados. Comida hay, así que el problema no es de producción, sino de acceso
Vivimos en un mundo de abundancia. Hoy se produce comida para 12.000 millones de personas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuando en el planeta habitan 7.000. Comida, hay. Entonces, ¿por qué una de cada siete personas en el mundo pasa hambre?
La emergencia alimentaria que afecta a más de 10 millones de personas en el Cuerno de África ha vuelto a poner de actualidad la fatalidad de una catástrofe que no tiene nada de natural. Sequías, inundaciones, conflictos bélicos... contribuyen a agudizar una situación de extrema vulnerabilidad alimentaria, pero no son los únicos factores que la explican.
La situación de hambruna en el Cuerno de África no es novedad. Somalia vive una situación de inseguridad alimentaria desde hace 20 años. Y, periódicamente, los medios de comunicación remueven nuestros confortables sofás y nos recuerdan el impacto dramático del hambre en el mundo. En 1984, casi un millón de personas muertas en Etiopía; en 1992, 300.000 somalíes fallecieron a causa del hambre; en 2005, casi cinco millones de personas al borde de la muerte en Malaui, por solo citar algunos casos.
El hambre no es una fatalidad inevitable que afecta a determinados países. Las causas del hambre son políticas. ¿Quiénes controlan los recursos naturales (tierra, agua, semillas) que permiten la producción de comida? ¿A quiénes benefician las políticas agrícolas y alimentarias? Hoy, los alimentos se han convertido en una mercancía y su función principal, alimentarnos, ha quedado en un segundo plano.
Se señala a la sequía, con la consiguiente pérdida de cosechas y ganado, como uno de los principales desencadenantes de la hambruna en el Cuerno de África, pero ¿cómo se explica que países como Estados Unidos o Australia, que sufren periódicamente sequías severas, no padezcan hambrunas extremas? Evidentemente, los fenómenos meteorológicos pueden agravar los problemas alimentarios, pero no bastan para explicar las causas del hambre. En lo que respecta a la producción de alimentos, el control de los recursos naturales es clave para entender quién y para qué se produce.
En muchos países del Cuerno de África, el acceso a la tierra es un bien escaso. La compra masiva de suelo fértil por parte de inversores extranjeros (agroindustria, Gobiernos, fondos especulativos...) ha provocado la expulsión de miles de campesinos de sus tierras, disminuyendo la capacidad de estos países para autoabastecerse. Así, mientras el Programa Mundial de Alimentos intenta dar de comer a millones de refugiados en Sudán, se da la paradoja de que Gobiernos extranjeros (Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Corea...) les compran tierras para producir y exportar alimentos para sus poblaciones.
Asimismo, hay que recordar que Somalia, a pesar de las sequías recurrentes, fue un país autosuficiente en la producción de alimentos hasta finales de los años setenta. Su soberanía alimentaria fue arrebatada en décadas posteriores. A partir de los años ochenta, las políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para que el país pagara su deuda con el Club de París, forzaron la aplicación de un conjunto de medidas de ajuste. En lo que se refiere a la agricultura, estas implicaron una política de liberalización comercial y apertura de sus mercados, permitiendo la entrada masiva de productos subvencionados, como el arroz y el trigo, de multinacionales agroindustriales norteamericanas y europeas, quienes empezaron a vender sus productos por debajo de su precio de coste y haciendo la competencia desleal a los productores autóctonos. Las devaluaciones periódicas de la moneda somalí generaron también el alza del precio de los insumos y el fomento de una política de monocultivos para la exportación forzó, paulatinamente, al abandono del campo. Historias parecidas se dieron no solo en países de África, sino también en América Latina y Asia.
La subida del precio de cereales básicos es otro de los elementos señalados como detonante de las hambrunas en el Cuerno de África. En Somalia, el precio del maíz y el sorgo rojo aumentó un 106% y un 180% respectivamente en tan solo un año. En Etiopía, el coste del trigo subió un 85% con relación al año anterior. Y en Kenia, el maíz alcanzó un valor 55% superior al de 2010. Un alza que ha convertido a estos alimentos en inaccesibles. Pero, ¿cuáles son las razones de la escalada de los precios? Varios indicios apuntan a la especulación financiera con las materias primas alimentarias como una de las causas principales.
El precio de los alimentos se determina en las Bolsas de valores, la más importante de las cuales, a nivel mundial, es la de Chicago, mientras que en Europa los alimentos se comercializan en las Bolsas de futuros de Londres, París, Ámsterdam y Fráncfort. Pero, hoy día, la mayor parte de la compra y venta de estas mercancías no corresponde a intercambios comerciales reales. Se calcula que, en palabras de Mike Masters, del hedge fund Masters Capital Management, un 75% de la inversión financiera en el sector agrícola es de carácter especulativo. Se compran y venden materias primas con el objetivo de especular y hacer negocio, repercutiendo finalmente en un aumento del precio de la comida en el consumidor final. Los mismos bancos, fondos de alto riesgo, compañías de seguros, que causaron la crisis de las hipotecas subprime, son quienes hoy especulan con la comida, aprovechándose de unos mercados globales profundamente desregularizados y altamente rentables.
La crisis alimentaria a escala global y la hambruna en el Cuerno de África en particular son resultado de la globalización alimentaria al servicio de los intereses privados. La cadena de producción, distribución y consumo de alimentos está en manos de unas pocas multinacionales que anteponen sus intereses particulares a las necesidades colectivas y que a lo largo de las últimas décadas han erosionado, con el apoyo de las instituciones financieras internacionales, la capacidad de los Estados del sur para decidir sobre sus políticas agrícolas y alimentarias.
Volviendo al principio, ¿por qué hay hambre en un mundo de abundancia? La producción de alimentos se ha multiplicado por tres desde los años sesenta, mientras que la población mundial tan solo se ha duplicado desde entonces. No nos enfrentamos a un problema de producción de comida, sino a un problema de acceso. Como señalaba el relator de la ONU para el derecho a la alimentación, Olivier de Schutter, en una entrevista a EL PAÍS: "El hambre es un problema político. Es una cuestión de justicia social y políticas de redistribución".
Si queremos acabar con el hambre en el mundo es urgente apostar por otras políticas agrícolas y alimentarias que coloquen en su centro a las personas, a sus necesidades, a aquellos que trabajan la tierra y al ecosistema. Apostar por lo que el movimiento internacional de La Vía Campesina llama la "soberanía alimentaria", y recuperar la capacidad de decidir sobre aquello que comemos. Tomando prestado uno de los lemas más conocidos del Movimiento 15-M, es necesaria una "democracia real, ya" en la agricultura y la alimentación.
*Esther Vivas, del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad Pompeu Fabra, es autora de Del campo al plato. Los circuitos de producción y distribución de alimentos.
Fuente: El País
http://www.elpais.com/articulo/opinion/porques/hambre/elpepuopi/20110730elpepiopi_10/Tes
La crisis de alimentos en África y la hambruna en Somalia en particular son resultado de una globalización al servicio de intereses privados. Comida hay, así que el problema no es de producción, sino de acceso
Vivimos en un mundo de abundancia. Hoy se produce comida para 12.000 millones de personas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuando en el planeta habitan 7.000. Comida, hay. Entonces, ¿por qué una de cada siete personas en el mundo pasa hambre?
La emergencia alimentaria que afecta a más de 10 millones de personas en el Cuerno de África ha vuelto a poner de actualidad la fatalidad de una catástrofe que no tiene nada de natural. Sequías, inundaciones, conflictos bélicos... contribuyen a agudizar una situación de extrema vulnerabilidad alimentaria, pero no son los únicos factores que la explican.
La situación de hambruna en el Cuerno de África no es novedad. Somalia vive una situación de inseguridad alimentaria desde hace 20 años. Y, periódicamente, los medios de comunicación remueven nuestros confortables sofás y nos recuerdan el impacto dramático del hambre en el mundo. En 1984, casi un millón de personas muertas en Etiopía; en 1992, 300.000 somalíes fallecieron a causa del hambre; en 2005, casi cinco millones de personas al borde de la muerte en Malaui, por solo citar algunos casos.
El hambre no es una fatalidad inevitable que afecta a determinados países. Las causas del hambre son políticas. ¿Quiénes controlan los recursos naturales (tierra, agua, semillas) que permiten la producción de comida? ¿A quiénes benefician las políticas agrícolas y alimentarias? Hoy, los alimentos se han convertido en una mercancía y su función principal, alimentarnos, ha quedado en un segundo plano.
Se señala a la sequía, con la consiguiente pérdida de cosechas y ganado, como uno de los principales desencadenantes de la hambruna en el Cuerno de África, pero ¿cómo se explica que países como Estados Unidos o Australia, que sufren periódicamente sequías severas, no padezcan hambrunas extremas? Evidentemente, los fenómenos meteorológicos pueden agravar los problemas alimentarios, pero no bastan para explicar las causas del hambre. En lo que respecta a la producción de alimentos, el control de los recursos naturales es clave para entender quién y para qué se produce.
En muchos países del Cuerno de África, el acceso a la tierra es un bien escaso. La compra masiva de suelo fértil por parte de inversores extranjeros (agroindustria, Gobiernos, fondos especulativos...) ha provocado la expulsión de miles de campesinos de sus tierras, disminuyendo la capacidad de estos países para autoabastecerse. Así, mientras el Programa Mundial de Alimentos intenta dar de comer a millones de refugiados en Sudán, se da la paradoja de que Gobiernos extranjeros (Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Corea...) les compran tierras para producir y exportar alimentos para sus poblaciones.
Asimismo, hay que recordar que Somalia, a pesar de las sequías recurrentes, fue un país autosuficiente en la producción de alimentos hasta finales de los años setenta. Su soberanía alimentaria fue arrebatada en décadas posteriores. A partir de los años ochenta, las políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para que el país pagara su deuda con el Club de París, forzaron la aplicación de un conjunto de medidas de ajuste. En lo que se refiere a la agricultura, estas implicaron una política de liberalización comercial y apertura de sus mercados, permitiendo la entrada masiva de productos subvencionados, como el arroz y el trigo, de multinacionales agroindustriales norteamericanas y europeas, quienes empezaron a vender sus productos por debajo de su precio de coste y haciendo la competencia desleal a los productores autóctonos. Las devaluaciones periódicas de la moneda somalí generaron también el alza del precio de los insumos y el fomento de una política de monocultivos para la exportación forzó, paulatinamente, al abandono del campo. Historias parecidas se dieron no solo en países de África, sino también en América Latina y Asia.
La subida del precio de cereales básicos es otro de los elementos señalados como detonante de las hambrunas en el Cuerno de África. En Somalia, el precio del maíz y el sorgo rojo aumentó un 106% y un 180% respectivamente en tan solo un año. En Etiopía, el coste del trigo subió un 85% con relación al año anterior. Y en Kenia, el maíz alcanzó un valor 55% superior al de 2010. Un alza que ha convertido a estos alimentos en inaccesibles. Pero, ¿cuáles son las razones de la escalada de los precios? Varios indicios apuntan a la especulación financiera con las materias primas alimentarias como una de las causas principales.
El precio de los alimentos se determina en las Bolsas de valores, la más importante de las cuales, a nivel mundial, es la de Chicago, mientras que en Europa los alimentos se comercializan en las Bolsas de futuros de Londres, París, Ámsterdam y Fráncfort. Pero, hoy día, la mayor parte de la compra y venta de estas mercancías no corresponde a intercambios comerciales reales. Se calcula que, en palabras de Mike Masters, del hedge fund Masters Capital Management, un 75% de la inversión financiera en el sector agrícola es de carácter especulativo. Se compran y venden materias primas con el objetivo de especular y hacer negocio, repercutiendo finalmente en un aumento del precio de la comida en el consumidor final. Los mismos bancos, fondos de alto riesgo, compañías de seguros, que causaron la crisis de las hipotecas subprime, son quienes hoy especulan con la comida, aprovechándose de unos mercados globales profundamente desregularizados y altamente rentables.
La crisis alimentaria a escala global y la hambruna en el Cuerno de África en particular son resultado de la globalización alimentaria al servicio de los intereses privados. La cadena de producción, distribución y consumo de alimentos está en manos de unas pocas multinacionales que anteponen sus intereses particulares a las necesidades colectivas y que a lo largo de las últimas décadas han erosionado, con el apoyo de las instituciones financieras internacionales, la capacidad de los Estados del sur para decidir sobre sus políticas agrícolas y alimentarias.
Volviendo al principio, ¿por qué hay hambre en un mundo de abundancia? La producción de alimentos se ha multiplicado por tres desde los años sesenta, mientras que la población mundial tan solo se ha duplicado desde entonces. No nos enfrentamos a un problema de producción de comida, sino a un problema de acceso. Como señalaba el relator de la ONU para el derecho a la alimentación, Olivier de Schutter, en una entrevista a EL PAÍS: "El hambre es un problema político. Es una cuestión de justicia social y políticas de redistribución".
Si queremos acabar con el hambre en el mundo es urgente apostar por otras políticas agrícolas y alimentarias que coloquen en su centro a las personas, a sus necesidades, a aquellos que trabajan la tierra y al ecosistema. Apostar por lo que el movimiento internacional de La Vía Campesina llama la "soberanía alimentaria", y recuperar la capacidad de decidir sobre aquello que comemos. Tomando prestado uno de los lemas más conocidos del Movimiento 15-M, es necesaria una "democracia real, ya" en la agricultura y la alimentación.
*Esther Vivas, del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad Pompeu Fabra, es autora de Del campo al plato. Los circuitos de producción y distribución de alimentos.
Fuente: El País
http://www.elpais.com/articulo/opinion/porques/hambre/elpepuopi/20110730elpepiopi_10/Tes
Estudiantes de Izquierda, piden mejor educación
Discurso de asunción a la Presidencia Federación de Estudiantes de Chile
Camila Vallejo Dowling
15-07-2011
Mi nombre es Camila Antonia Amaranta Vallejo Dowling y quisiera, antes que todo, poder expresarle a los presentes el orgullo y el desafío que significa para mí encabezar la Federación de Estudiantes más importante de Chile, es una gran responsabilidad que significa hacerse cargo de 104 años de historia, 104 años de aventuras y desventuras, 104 años de lucha en el seno del movimiento estudiantil.
Y es un orgullo y un gran desafío porque vengo de aquellos lugares que no reciben condecoraciones, de los cuales poco y nada se dice, porque poco y nada se sabe, lugares que a veces incluso se les llega a olvidar.
Mis estudios secundarios los cursé en un pequeño colegio cuyo nombre significa tierra florida; extraña paradoja, ya que en sus patios se respiraba más tierra que flores y en sus salas de madera se acumula el polvo de generaciones de alumnos no emblemáticos, que nunca llegaran a ocupar los puestos de poder más importantes de nuestro país.
Mi carrera, una de las más pequeñas de esta Universidad, casi no se encuentra en el consciente colectivo, se pierde entre los pasillos de la FAU y se confunde con otras disciplinas. La Geografía en esta Universidad casi no tiene tiempo ni espacio, otra paradoja.
Sin embargo, lo más terrible es darse cuenta que de pronto esto no pasa solo en Geografía, sino que también en Administración Pública, que es carrera de ocho a seis, porque después de las seis de la tarde no hay Universidad para ellos, una carrera que debiese ser fundamental para fortalecer el sistema público. Y también ocurre en Educación y de pronto, nos damos cuenta que no son solo unas pocas carreras, sino que es toda una rama del saber, es toda un área del conocimiento la que ha caído en la pobreza universitaria como consecuencia de las lógicas del mercado implementadas ya a lo largo de estos últimos treinta años.
Y de lo pequeño y olvidado de mi lugar de origen, se suma además, mi corto tiempo de vida, con 22 años, vengo a ser la segunda mujer presidenta de la FECH en más de cien años de historia. Y usted rector tendrá el privilegio de ser el segundo en la historia de la Universidad que es acompañado por una mujer en la presidencia de nuestra federación de estudiantes.
Ahora bien, puede que en este momento me toque a mí ejercer el cargo de Presidenta, sin embargo, debo decir que yo sola jamás habría logrado todo esto y que mis manos son tan solo un par más dentro de tantas otras, y en donde todas juntas son las que levantan este proyecto colectivo que se llama Estudiantes de Izquierda, el cual ya se encamina a su tercer período consecutivo al mando de nuestra Federación.
Si me permiten contarles un poco acerca de Estudiantes de Izquierda, debo decirles que como colectivo político estamos presentes en amplios espacios de nuestra Universidad, que en nuestro interior se expresa la máxima diversidad estudiantil, que entendemos que la izquierda debe construirse con participación y democracia y que esta elección en donde hemos aumentado en casi 400 votos respecto de la elección anterior, nos demuestra que como movimiento estamos vinculados orgánicamente con las bases estudiantiles de nuestra Universidad.
Como Estudiantes de Izquierda sentimos la responsabilidad ética de hacer política, porque la administración del poder por los poderosos de siempre nos obliga a entrometernos en sus asuntos, porque estos asuntos son también nuestros asuntos y porque no podemos dejar que unos pocos privilegiados sean quienes eternamente definan las medidas y contornos que debe tener nuestra patria, ajustándola siempre a sus pequeños intereses.
Creemos que la clave del éxito para el movimiento estudiantil está en volver a situar a la Federación en una posición de vanguardia a nivel nacional, en volver a entretejer redes sociales con los pobladores, los trabajadores, las organizaciones sociales y gremiales, los jóvenes que se quedaron fuera de la Universidad pateando piedras, en otras palabras, hablamos de volver nuestra mirada al conjunto de los problemas sociales que hoy rodean a la Universidad y con los cuales estamos íntimamente vinculados y comprometidos.
Debemos romper con aquella burbuja universitaria que instala el individualismo, la competencia y el exitismo personal como patrón de conducta para los estudiantes por sobre ideas y conceptos fundamentales como lo son la solidaridad, la comunidad y la colaboración entre nosotros.
Somos contrarios a la visión de que la Universidad es solo venir, sacarse buenas notas, y abandonar cuanto antes sus aulas para salir pronto a ganar dinero en el mercado laboral, tenemos los ojos lo suficientemente abiertos como para darnos cuenta que afuera hay un mundo entero por conquistar, que este mundo requiere de nuestra entrega, de nuestro esfuerzo y de nuestro sacrificio y que para quienes ya hemos abierto los ojos a las inequidades sociales que asoman por todos los rincones de nuestra ciudad, se nos vuelve imposible volver a cerrar la puerta y hacer como que nada hemos visto o como que nada ha pasado. Nuestro compromiso por la transformación social es irrenunciable.
Porque necesitamos hoy, más que nunca, una profunda discusión respecto del país que queremos construir y a partir de aquello cuál es el tipo de Universidad que se pondrá al centro de dicha construcción.
Porque no creemos en la Universidad como un espacio neutro dentro de la sociedad, la universidad es un agente vivo en su construcción y en el desarrollo del proyecto país que como ciudadanos levantamos día a día. Nuestra responsabilidad está en generar organización al interior de aquella, lo cual nos permita transformar la universidad, para así poder transformar la sociedad.
Nuestro concepto de Universidad nos habla de un espacio abierto, participativo y democrático, con una comunidad universitaria activa, dialogante, una comunidad que se involucra en el diseño y conducción de su casa de estudios.
Nuestra visión es la de una Universidad que se ubique ya no en los primeros rankings de la competencia o el marketing universitario, de los cuales hoy en día mucho se habla, sino que se ubique en el primer lugar de aporte al desarrollo social del país, el primer lugar en el fomento de la equidad en cuanto a la composición social de sus estudiantes, que ocupe el primer lugar en el desarrollo de la ciencia y tecnología al servicio de los intereses de Chile y su pueblo.
Creemos en una Universidad permanentemente vinculada con los problemas que nuestro pueblo le presenta, activa en la búsqueda de soluciones y en la entrega de aportes por medio del conocimiento.
Sin embargo, nuestra realidad actual dista mucho de estos conceptos brevemente aquí esbozados, hoy la Universidad es cada vez más un proyecto sin otro norte que no sea el que le señala el mercado, a la educación superior se le ha puesto precio y nuestras Universidades son medidas por criterios industriales de producción como si fueran una empresa más dentro del esquema productivo de la nación, una empresa especial con muchas comodidades en su proceso productivo, pero empresa al fin y al cabo.
En este esquema, un rol fundamental lo jugó el desfinanciamiento sistemático que vivió la Universidad Pública al momento de implementarse las políticas neoliberales. El autofinanciamiento, establecido como doctrina, fue un golpe seco que dio en la esencia misma de lo que constituía el quehacer universitario hasta ese momento, condicionando y sometiendo a la Universidad a lógicas y esquemas mercantiles que le eran desconocidos. La Universidad Pública tuvo que verse obligada a competir en situaciones desfavorables en lo que se llamó “el nuevo mercado de la educación superior”, se le puso precio, tuvo que venderse a sí misma para poder captar mayores recursos y continuar así con su proyecto educativo, perdió su brillo y su color, perdió su esencia transformadora y quedó botada en un rincón, ya incapaz de reconocerse a sí misma.
Estamos hablando que se operó un cambio estratégico en el desarrollo de la Universidad, el cual ha sido irremontable hasta este momento. Con ello hubo sectores importantes del quehacer universitario que producto de su no rentabilidad económica fueron cayendo rápidamente en la desgracia y el abandono, las Universidades Públicas se volcaron a sí mismas, viviendo casi un chauvinismo institucional, donde cada una se preocupaba de su propia sobrevivencia, perdiéndose la visión de conjunto que poseía nuestro antiguo sistema de educación superior pública.
Este procedimiento operado en plena dictadura, siguió su curso con los gobiernos de la Concertación, la cual no operó mayores cambios, más bien, se dedicó a administrar con comodidad el modelo heredado y en algunas líneas, incluso, lo profundizó. No obstante lo anterior, pasaron los años y el control del gobierno volvió a las manos de quienes tiempo atrás habían gobernado con trajes de civiles detrás de los uniformes de soldado.
Según nuestra mirada, esto representa un peligro fatal para la Universidad Pública hoy día, creemos que el gobierno de los empresarios busca poner el broche de oro a la privatización total de la educación superior, sellando definitivamente la obra que iniciaron desde las sombras en los años ochenta. La designación de Harald Beyer y Álvaro Saieh en nuestro Consejo Universitario, dos grandes defensores del modelo de mercado y el actual presupuesto nacional en el área de la educación superior son dos grandes indicativos de aquello. Son medidas que nos muestran nítidamente que el gobierno se apresta a poner en marcha una agenda privatizadora a gran escala y que, por lo tanto, el año 2011 será estratégico en su implementación.
Esta será una batalla importante que enfrentará nuestro sector el próximo año, para dar respuesta a este desafío debemos desplegar un movimiento que escape a tan solo los estudiantes, necesitaremos de los académicos, los trabajadores, las autoridades universitarias, todos juntos en las calles exigiendo que el Estado cumpla con sus Universidades, que el Estado cumpla con la educación superior pública de nuestro país.
Pero el problema no pasa tan solo por exigirle al Estado lo que a nuestras Universidades le debe, sino que también debemos mirarnos con visión autocritica y preguntarnos qué es lo que como Universidad le estamos entregando a nuestro pueblo. Necesitamos un nuevo trato del Estado para con la educación superior pública de nuestro país y, a la vez, necesitamos un nuevo compromiso de las Universidades Públicas para con el pueblo de Chile y sus intereses, esta Universidad tiene que ser la Universidad de todos los chilenos y no solo la de unos pocos.
A nadie le es indiferente que en nuestra casa de estudios se perpetúen desigualdades fundamentales que determinan, por ejemplo, que el 20% más rico de la población tenga más del 50% de las matrículas, en cualquier sociedad que se precie de ser justa y democrática esta desigualdad fundamental es inaceptable.
¿Seguiremos educando solo a las élites socioeconómicas?, o, ¿nos aseguraremos de implementar un sistema de acceso que permita que todos los jóvenes con talentos y habilidades, independiente de su origen y capacidad de pago, puedan permanecer en la Universidad?
¿Seguiremos dejando que solo aquellas disciplinas que son rentables en el mercado alcancen niveles de desarrollo armónicos y de excelencia?, o, ¿aseguraremos de manera efectiva que todas las áreas del conocimiento tengan un trato justo y así puedan contribuir a consolidar la sociedad que anhelamos, ya no solo en términos económicos, sino que en términos culturales, intelectuales, cívicos, valóricos, es decir, con seres humanos íntegros?
Por más que quieran hacernos creer lo contrario, para nosotros la Universidad no puede ser un negocio ni mucho menos la educación puede ser una mercancía.
La pelea será dura, pero está el futuro de la Universidad en juego y en esta batalla nosotros no bajaremos los brazos.
No quiero terminar mis palabras sin antes aludir a un hecho que para mí reviste gran notoriedad, algo señalaba más arriba pero quisiera ahora poder extenderme un poco más en aquello, me refiero a mi condición de mujer.
Como mujer puedo ver y vivenciar en carne propia las actuales formas de opresión de la que somos víctimas en la actual configuración machista de la sociedad. En Chile nos decimos un país desarrollado y nos llenamos de orgullo por nuestro reciente ingreso a la OCDE, no obstante, detrás de la cortina del progreso económico y del optimismo del jaguar latinoamericano se esconde una historia de opresión y sexismo que aún perdura hasta nuestros días. Las mujeres seguimos sufriendo hoy día todo tipo de discriminaciones, a la hora de buscar trabajo, en los planes de cobertura para nuestra salud, en la escala de sueldos, incluso a la hora de participar en política.
Tan solo ayer leía unas ideas que quisiera poder trasladarles en este momento ya que me parecen esclarecedoras respecto de lo que les quiero decir, abro comillas “respecto de las mujeres, cuando buscan trabajo, además de calificación se le pide presencia y no basta con que sean amables y generosas, sino que deben además ser graciosas, simpáticas y coquetas, pero no mucho. Se les exige estar presentables y cuando juzgan que se ha pasado un milímetro, se les critica por presuntuosas. Se les elogia por ser madres y se les excluye por tener hijos.
De la mujer se sospecha cuando es joven porque desestabiliza a la manada y se le rechaza cuando los años pasan porque ha perdido competitividad. Es excomulgada por fea y también cuando es bella. En el primer caso se dice que es repulsiva, en el segundo provocadora. Cuando no es lo uno ni lo otro la tildan de mediocre”, cierre de comillas.
Estas son las condiciones en las cuales las mujeres nos desarrollamos actualmente, estas son las condiciones que desde mi Presidencia también buscaré transformar.
Muchas gracias.
Camila Vallejo Dowling
15-07-2011
Mi nombre es Camila Antonia Amaranta Vallejo Dowling y quisiera, antes que todo, poder expresarle a los presentes el orgullo y el desafío que significa para mí encabezar la Federación de Estudiantes más importante de Chile, es una gran responsabilidad que significa hacerse cargo de 104 años de historia, 104 años de aventuras y desventuras, 104 años de lucha en el seno del movimiento estudiantil.
Y es un orgullo y un gran desafío porque vengo de aquellos lugares que no reciben condecoraciones, de los cuales poco y nada se dice, porque poco y nada se sabe, lugares que a veces incluso se les llega a olvidar.
Mis estudios secundarios los cursé en un pequeño colegio cuyo nombre significa tierra florida; extraña paradoja, ya que en sus patios se respiraba más tierra que flores y en sus salas de madera se acumula el polvo de generaciones de alumnos no emblemáticos, que nunca llegaran a ocupar los puestos de poder más importantes de nuestro país.
Mi carrera, una de las más pequeñas de esta Universidad, casi no se encuentra en el consciente colectivo, se pierde entre los pasillos de la FAU y se confunde con otras disciplinas. La Geografía en esta Universidad casi no tiene tiempo ni espacio, otra paradoja.
Sin embargo, lo más terrible es darse cuenta que de pronto esto no pasa solo en Geografía, sino que también en Administración Pública, que es carrera de ocho a seis, porque después de las seis de la tarde no hay Universidad para ellos, una carrera que debiese ser fundamental para fortalecer el sistema público. Y también ocurre en Educación y de pronto, nos damos cuenta que no son solo unas pocas carreras, sino que es toda una rama del saber, es toda un área del conocimiento la que ha caído en la pobreza universitaria como consecuencia de las lógicas del mercado implementadas ya a lo largo de estos últimos treinta años.
Y de lo pequeño y olvidado de mi lugar de origen, se suma además, mi corto tiempo de vida, con 22 años, vengo a ser la segunda mujer presidenta de la FECH en más de cien años de historia. Y usted rector tendrá el privilegio de ser el segundo en la historia de la Universidad que es acompañado por una mujer en la presidencia de nuestra federación de estudiantes.
Ahora bien, puede que en este momento me toque a mí ejercer el cargo de Presidenta, sin embargo, debo decir que yo sola jamás habría logrado todo esto y que mis manos son tan solo un par más dentro de tantas otras, y en donde todas juntas son las que levantan este proyecto colectivo que se llama Estudiantes de Izquierda, el cual ya se encamina a su tercer período consecutivo al mando de nuestra Federación.
Si me permiten contarles un poco acerca de Estudiantes de Izquierda, debo decirles que como colectivo político estamos presentes en amplios espacios de nuestra Universidad, que en nuestro interior se expresa la máxima diversidad estudiantil, que entendemos que la izquierda debe construirse con participación y democracia y que esta elección en donde hemos aumentado en casi 400 votos respecto de la elección anterior, nos demuestra que como movimiento estamos vinculados orgánicamente con las bases estudiantiles de nuestra Universidad.
Como Estudiantes de Izquierda sentimos la responsabilidad ética de hacer política, porque la administración del poder por los poderosos de siempre nos obliga a entrometernos en sus asuntos, porque estos asuntos son también nuestros asuntos y porque no podemos dejar que unos pocos privilegiados sean quienes eternamente definan las medidas y contornos que debe tener nuestra patria, ajustándola siempre a sus pequeños intereses.
Creemos que la clave del éxito para el movimiento estudiantil está en volver a situar a la Federación en una posición de vanguardia a nivel nacional, en volver a entretejer redes sociales con los pobladores, los trabajadores, las organizaciones sociales y gremiales, los jóvenes que se quedaron fuera de la Universidad pateando piedras, en otras palabras, hablamos de volver nuestra mirada al conjunto de los problemas sociales que hoy rodean a la Universidad y con los cuales estamos íntimamente vinculados y comprometidos.
Debemos romper con aquella burbuja universitaria que instala el individualismo, la competencia y el exitismo personal como patrón de conducta para los estudiantes por sobre ideas y conceptos fundamentales como lo son la solidaridad, la comunidad y la colaboración entre nosotros.
Somos contrarios a la visión de que la Universidad es solo venir, sacarse buenas notas, y abandonar cuanto antes sus aulas para salir pronto a ganar dinero en el mercado laboral, tenemos los ojos lo suficientemente abiertos como para darnos cuenta que afuera hay un mundo entero por conquistar, que este mundo requiere de nuestra entrega, de nuestro esfuerzo y de nuestro sacrificio y que para quienes ya hemos abierto los ojos a las inequidades sociales que asoman por todos los rincones de nuestra ciudad, se nos vuelve imposible volver a cerrar la puerta y hacer como que nada hemos visto o como que nada ha pasado. Nuestro compromiso por la transformación social es irrenunciable.
Porque necesitamos hoy, más que nunca, una profunda discusión respecto del país que queremos construir y a partir de aquello cuál es el tipo de Universidad que se pondrá al centro de dicha construcción.
Porque no creemos en la Universidad como un espacio neutro dentro de la sociedad, la universidad es un agente vivo en su construcción y en el desarrollo del proyecto país que como ciudadanos levantamos día a día. Nuestra responsabilidad está en generar organización al interior de aquella, lo cual nos permita transformar la universidad, para así poder transformar la sociedad.
Nuestro concepto de Universidad nos habla de un espacio abierto, participativo y democrático, con una comunidad universitaria activa, dialogante, una comunidad que se involucra en el diseño y conducción de su casa de estudios.
Nuestra visión es la de una Universidad que se ubique ya no en los primeros rankings de la competencia o el marketing universitario, de los cuales hoy en día mucho se habla, sino que se ubique en el primer lugar de aporte al desarrollo social del país, el primer lugar en el fomento de la equidad en cuanto a la composición social de sus estudiantes, que ocupe el primer lugar en el desarrollo de la ciencia y tecnología al servicio de los intereses de Chile y su pueblo.
Creemos en una Universidad permanentemente vinculada con los problemas que nuestro pueblo le presenta, activa en la búsqueda de soluciones y en la entrega de aportes por medio del conocimiento.
Sin embargo, nuestra realidad actual dista mucho de estos conceptos brevemente aquí esbozados, hoy la Universidad es cada vez más un proyecto sin otro norte que no sea el que le señala el mercado, a la educación superior se le ha puesto precio y nuestras Universidades son medidas por criterios industriales de producción como si fueran una empresa más dentro del esquema productivo de la nación, una empresa especial con muchas comodidades en su proceso productivo, pero empresa al fin y al cabo.
En este esquema, un rol fundamental lo jugó el desfinanciamiento sistemático que vivió la Universidad Pública al momento de implementarse las políticas neoliberales. El autofinanciamiento, establecido como doctrina, fue un golpe seco que dio en la esencia misma de lo que constituía el quehacer universitario hasta ese momento, condicionando y sometiendo a la Universidad a lógicas y esquemas mercantiles que le eran desconocidos. La Universidad Pública tuvo que verse obligada a competir en situaciones desfavorables en lo que se llamó “el nuevo mercado de la educación superior”, se le puso precio, tuvo que venderse a sí misma para poder captar mayores recursos y continuar así con su proyecto educativo, perdió su brillo y su color, perdió su esencia transformadora y quedó botada en un rincón, ya incapaz de reconocerse a sí misma.
Estamos hablando que se operó un cambio estratégico en el desarrollo de la Universidad, el cual ha sido irremontable hasta este momento. Con ello hubo sectores importantes del quehacer universitario que producto de su no rentabilidad económica fueron cayendo rápidamente en la desgracia y el abandono, las Universidades Públicas se volcaron a sí mismas, viviendo casi un chauvinismo institucional, donde cada una se preocupaba de su propia sobrevivencia, perdiéndose la visión de conjunto que poseía nuestro antiguo sistema de educación superior pública.
Este procedimiento operado en plena dictadura, siguió su curso con los gobiernos de la Concertación, la cual no operó mayores cambios, más bien, se dedicó a administrar con comodidad el modelo heredado y en algunas líneas, incluso, lo profundizó. No obstante lo anterior, pasaron los años y el control del gobierno volvió a las manos de quienes tiempo atrás habían gobernado con trajes de civiles detrás de los uniformes de soldado.
Según nuestra mirada, esto representa un peligro fatal para la Universidad Pública hoy día, creemos que el gobierno de los empresarios busca poner el broche de oro a la privatización total de la educación superior, sellando definitivamente la obra que iniciaron desde las sombras en los años ochenta. La designación de Harald Beyer y Álvaro Saieh en nuestro Consejo Universitario, dos grandes defensores del modelo de mercado y el actual presupuesto nacional en el área de la educación superior son dos grandes indicativos de aquello. Son medidas que nos muestran nítidamente que el gobierno se apresta a poner en marcha una agenda privatizadora a gran escala y que, por lo tanto, el año 2011 será estratégico en su implementación.
Esta será una batalla importante que enfrentará nuestro sector el próximo año, para dar respuesta a este desafío debemos desplegar un movimiento que escape a tan solo los estudiantes, necesitaremos de los académicos, los trabajadores, las autoridades universitarias, todos juntos en las calles exigiendo que el Estado cumpla con sus Universidades, que el Estado cumpla con la educación superior pública de nuestro país.
Pero el problema no pasa tan solo por exigirle al Estado lo que a nuestras Universidades le debe, sino que también debemos mirarnos con visión autocritica y preguntarnos qué es lo que como Universidad le estamos entregando a nuestro pueblo. Necesitamos un nuevo trato del Estado para con la educación superior pública de nuestro país y, a la vez, necesitamos un nuevo compromiso de las Universidades Públicas para con el pueblo de Chile y sus intereses, esta Universidad tiene que ser la Universidad de todos los chilenos y no solo la de unos pocos.
A nadie le es indiferente que en nuestra casa de estudios se perpetúen desigualdades fundamentales que determinan, por ejemplo, que el 20% más rico de la población tenga más del 50% de las matrículas, en cualquier sociedad que se precie de ser justa y democrática esta desigualdad fundamental es inaceptable.
¿Seguiremos educando solo a las élites socioeconómicas?, o, ¿nos aseguraremos de implementar un sistema de acceso que permita que todos los jóvenes con talentos y habilidades, independiente de su origen y capacidad de pago, puedan permanecer en la Universidad?
¿Seguiremos dejando que solo aquellas disciplinas que son rentables en el mercado alcancen niveles de desarrollo armónicos y de excelencia?, o, ¿aseguraremos de manera efectiva que todas las áreas del conocimiento tengan un trato justo y así puedan contribuir a consolidar la sociedad que anhelamos, ya no solo en términos económicos, sino que en términos culturales, intelectuales, cívicos, valóricos, es decir, con seres humanos íntegros?
Por más que quieran hacernos creer lo contrario, para nosotros la Universidad no puede ser un negocio ni mucho menos la educación puede ser una mercancía.
La pelea será dura, pero está el futuro de la Universidad en juego y en esta batalla nosotros no bajaremos los brazos.
No quiero terminar mis palabras sin antes aludir a un hecho que para mí reviste gran notoriedad, algo señalaba más arriba pero quisiera ahora poder extenderme un poco más en aquello, me refiero a mi condición de mujer.
Como mujer puedo ver y vivenciar en carne propia las actuales formas de opresión de la que somos víctimas en la actual configuración machista de la sociedad. En Chile nos decimos un país desarrollado y nos llenamos de orgullo por nuestro reciente ingreso a la OCDE, no obstante, detrás de la cortina del progreso económico y del optimismo del jaguar latinoamericano se esconde una historia de opresión y sexismo que aún perdura hasta nuestros días. Las mujeres seguimos sufriendo hoy día todo tipo de discriminaciones, a la hora de buscar trabajo, en los planes de cobertura para nuestra salud, en la escala de sueldos, incluso a la hora de participar en política.
Tan solo ayer leía unas ideas que quisiera poder trasladarles en este momento ya que me parecen esclarecedoras respecto de lo que les quiero decir, abro comillas “respecto de las mujeres, cuando buscan trabajo, además de calificación se le pide presencia y no basta con que sean amables y generosas, sino que deben además ser graciosas, simpáticas y coquetas, pero no mucho. Se les exige estar presentables y cuando juzgan que se ha pasado un milímetro, se les critica por presuntuosas. Se les elogia por ser madres y se les excluye por tener hijos.
De la mujer se sospecha cuando es joven porque desestabiliza a la manada y se le rechaza cuando los años pasan porque ha perdido competitividad. Es excomulgada por fea y también cuando es bella. En el primer caso se dice que es repulsiva, en el segundo provocadora. Cuando no es lo uno ni lo otro la tildan de mediocre”, cierre de comillas.
Estas son las condiciones en las cuales las mujeres nos desarrollamos actualmente, estas son las condiciones que desde mi Presidencia también buscaré transformar.
Muchas gracias.
EL PORTAAVIONES CHINO
Jorge Luis Ubertalli
Tremenda alharaca hicieron los norteamericanos cuando se enteraron de que China habìa botado su primer portaaviones, un antiguo navìo soviètico bautizado como “Vayag”, construido en 1985 y hoy remodelado, que servirà, según voceros del Ejèrcito Popular de Liberaciòn (EPL) de China para entrenamiento e investigación. “Preocupaciones” por la botadura del portaviones, que luego de cinco dìas de maniobras entre las que se incluyen, según el diario “Global times”, aterrizaje de aviones de combate sobre la cubierta, y denuncias sobre la no “transparencia” de China, contrastando con la “transparencia de EE.UU y otros paìses” al respecto fueron vertidas en una Conferencia de Prensa por la flamante portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Victoria Nudland.
¿Para qué China necesita un elemento naval de ese tipo? inquieren los norteamericanos, quienes además de contar con varios portaviones movibles que deambulan por el mundo poseen portaaviones “fijos” como Taiwán, la Isla Ascensión , Haití, Israel y otros, compartidos con los británicos, como las Islas Malvinas. ¿Que mueve a los chinos a botar su primer portaviones, en el marco de los 21 con los que cuentan EE.UU., Gran Bretaña, Francia, España, Italia, la India, Brasil, Tailandia y otros Estados? ¿Constituye su botadura, como lo quieren hacer aparecer los yanquis, una recreación rearmamentística del coloso del Lejano Oriente?
Veamos…
China es uno de los paìses del mundo que más exporta mercancías con valor agregado e importa materias primas a fin de elaborarlos. Su desbalance comercial favorable con los EE.UU. se debe, según reporta China, a que exporta hacia allí más de lo que importa. ¿Y porqué? Porque los EE.UU. han prohibido la venta a China de productos de alta tecnologìa como aviones y sus motores, sistemas de navegación, rayos làser, fibras òpticas, uranio y software.
Tambièn EE.UU. aplica, siempre según informaciones del país del lejano oriente, controles estrictos para la exportación hacia China de elementos de biotecnologìa, tecnologìa fotoelèctrica, materiales avanzados, armas y tecnologìa nuclear por “cuestiones de seguridad”, lo que hace que los chinos reduzcan importaciones desde EE.UU. y deban abastecerse de estos materiales en Europa y Japòn. A esta situación anòmala de intercambios comerciales, se suma el bloqueo por parte de EEUU a China en cuanto a inversiones en empresas de alta tecnologìa y emprendimientos mineros. China, ademàs, importa de Amèrica Latina pacífica y atlántica, materias primas, incluida energìa, para acelerar su motor econòmico. Y lo hace por via marìtima.
Los canales interoceánicos
A la erecciòn de una tercera exclusa en el Canal de Panamà, que permitirà en pocos años a superpetroleros y portaviones unir ambos ocèanos sin necesidad de recurrir al Estrecho de Magallanes ubicado en la lejana Patagonia, se le suman en perspectiva la construcciòn de otros dos canales interoceànicos: uno en Colombia, de estructura ferroviaria, que serìa financiado por el Banco de Desarrollo de China a un costo de u$s 7.600 millones, y que serìa operado por el Grupo Ferroviario de China en una extensión de 220 kilòmetros con una capacidad de transporte de hasta 40 millones de toneladas de carga al año. Y otro en Nicaragua, que según algunas fuentes serìa financiado por Rusia y según otras, tal como plantea el presidente Daniel Ortega, por paìses latinoamericanos, tal cual como lo concibiera Augusto Calderòn Sandino en su Proyecto Boliviariano de 1929 para las 21 Repùblicas de Amèrica latina hecho público en plena guerra antiimperialista. Se habla además de un emprendimiento interoceànico en Mèxico, y en Venezuela, tambièn con asitencia china, que permitirà unificar criterios con Colombia en cuanto a una más fluida integración econòmica y comercial. En los años subsiguientes, entonces, se espera un mayor flujo mercantil marìtimo entre el Pacìfico y el Atlàntico y, fundamentalmente, de China, que recurre y recurrirà a paìses atlànticos para importar productos primarios y exportar secundarios en el marco de su mayor presencia mundial ante la crisis mundial capitalista, que se expresa en EE.UU. y Europa, bastiones emblemáticos de occidente.
Nicaragua, una muestra de lo que vendrà
Cuando el gobierno del presidente Daniel Ortega concibió en el 2008 la construcciòn de un canal interoceànico que cruzara por el Lago de Nicaragua y recabò la asistencia particular de Rusia para su erecciòn, comenzaron roces con Costa Rica que culminaron dos años más tarde con la llegada a ese paìs de 7000 marines y barcos de guerra para “combatir el narcotràfico”. En consonancia, Costa Rica se opuso en octubre del 2010 al dragado del rio San Juan, por donde pasarìa el canal, argumentando una invasión militar nicaragüense a su territorio, que fuera denunciada por narcotraficantes huidos hacia ese país, además de la provocación de daños ecològicos. Sin embargo, la “Suiza centroamericana” ha dragado el rio Colorado, llevando hacia èl aguas del rio San Juan, además de contaminarlo con cianuro y desechos vertidos por la minera a cielo abierto del Proyecto Crucitas, emprendido por la compañía minera Placer Dome en Costa Rica, que tambièn y a travès de la Infinito Gold Co. explota cientos de hectáreas de bosques que alteran el ecosistema. El conflicto entre Costa Rica, cuyos gastos militares superan 5 veces a los de Nicaragua, y este ùltimo paìs, ha sido saldado hasta ahora por el Tribunal de La Haya, que conminò a ambos paìses a no enviar fuerzas militares a la zona de conflicto y permitiò a Nicaragua seguir dragando el rio San Juan, considerando que no estaba probado que la actividad provocara daños ambientales a sus vecinos ticos. Aunque los fallos del Tribunal de La Haya son inapelables y vinculantes, son pasibles de ser obviados por el derecho a veto de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. De esta forma los considerados amos del mundo pasan por sobre ellos cuando les place. En 1986, el citado Tribunal conminó a EE.UU. a abonar a Nicaragua la suma de 17 mil millones de dòlares por las pèrdidas en vidas y bienes que las actividades paramilitares y militares del paìs del Norte habìan provocado en la guerra desatada contra la Revoluciòn Popular Sandinista.
Nicaragua hasta hoy reclama el pago, que EE.UU. rehusò considerar.
Conociendo el paño con que lidia, China ha decidido botar su primer portaaviones, a fin de proteger a los buques que surquen las aguas de los mares en un futuro no muy lejano y en reproducción ampliada con respecto al hoy.
Es la lògica de los tiempos.
http://www.redaccionpopular.com/articulo/el-portaaviones-chino
Tremenda alharaca hicieron los norteamericanos cuando se enteraron de que China habìa botado su primer portaaviones, un antiguo navìo soviètico bautizado como “Vayag”, construido en 1985 y hoy remodelado, que servirà, según voceros del Ejèrcito Popular de Liberaciòn (EPL) de China para entrenamiento e investigación. “Preocupaciones” por la botadura del portaviones, que luego de cinco dìas de maniobras entre las que se incluyen, según el diario “Global times”, aterrizaje de aviones de combate sobre la cubierta, y denuncias sobre la no “transparencia” de China, contrastando con la “transparencia de EE.UU y otros paìses” al respecto fueron vertidas en una Conferencia de Prensa por la flamante portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Victoria Nudland.
¿Para qué China necesita un elemento naval de ese tipo? inquieren los norteamericanos, quienes además de contar con varios portaviones movibles que deambulan por el mundo poseen portaaviones “fijos” como Taiwán, la Isla Ascensión , Haití, Israel y otros, compartidos con los británicos, como las Islas Malvinas. ¿Que mueve a los chinos a botar su primer portaviones, en el marco de los 21 con los que cuentan EE.UU., Gran Bretaña, Francia, España, Italia, la India, Brasil, Tailandia y otros Estados? ¿Constituye su botadura, como lo quieren hacer aparecer los yanquis, una recreación rearmamentística del coloso del Lejano Oriente?
Veamos…
China es uno de los paìses del mundo que más exporta mercancías con valor agregado e importa materias primas a fin de elaborarlos. Su desbalance comercial favorable con los EE.UU. se debe, según reporta China, a que exporta hacia allí más de lo que importa. ¿Y porqué? Porque los EE.UU. han prohibido la venta a China de productos de alta tecnologìa como aviones y sus motores, sistemas de navegación, rayos làser, fibras òpticas, uranio y software.
Tambièn EE.UU. aplica, siempre según informaciones del país del lejano oriente, controles estrictos para la exportación hacia China de elementos de biotecnologìa, tecnologìa fotoelèctrica, materiales avanzados, armas y tecnologìa nuclear por “cuestiones de seguridad”, lo que hace que los chinos reduzcan importaciones desde EE.UU. y deban abastecerse de estos materiales en Europa y Japòn. A esta situación anòmala de intercambios comerciales, se suma el bloqueo por parte de EEUU a China en cuanto a inversiones en empresas de alta tecnologìa y emprendimientos mineros. China, ademàs, importa de Amèrica Latina pacífica y atlántica, materias primas, incluida energìa, para acelerar su motor econòmico. Y lo hace por via marìtima.
Los canales interoceánicos
A la erecciòn de una tercera exclusa en el Canal de Panamà, que permitirà en pocos años a superpetroleros y portaviones unir ambos ocèanos sin necesidad de recurrir al Estrecho de Magallanes ubicado en la lejana Patagonia, se le suman en perspectiva la construcciòn de otros dos canales interoceànicos: uno en Colombia, de estructura ferroviaria, que serìa financiado por el Banco de Desarrollo de China a un costo de u$s 7.600 millones, y que serìa operado por el Grupo Ferroviario de China en una extensión de 220 kilòmetros con una capacidad de transporte de hasta 40 millones de toneladas de carga al año. Y otro en Nicaragua, que según algunas fuentes serìa financiado por Rusia y según otras, tal como plantea el presidente Daniel Ortega, por paìses latinoamericanos, tal cual como lo concibiera Augusto Calderòn Sandino en su Proyecto Boliviariano de 1929 para las 21 Repùblicas de Amèrica latina hecho público en plena guerra antiimperialista. Se habla además de un emprendimiento interoceànico en Mèxico, y en Venezuela, tambièn con asitencia china, que permitirà unificar criterios con Colombia en cuanto a una más fluida integración econòmica y comercial. En los años subsiguientes, entonces, se espera un mayor flujo mercantil marìtimo entre el Pacìfico y el Atlàntico y, fundamentalmente, de China, que recurre y recurrirà a paìses atlànticos para importar productos primarios y exportar secundarios en el marco de su mayor presencia mundial ante la crisis mundial capitalista, que se expresa en EE.UU. y Europa, bastiones emblemáticos de occidente.
Nicaragua, una muestra de lo que vendrà
Cuando el gobierno del presidente Daniel Ortega concibió en el 2008 la construcciòn de un canal interoceànico que cruzara por el Lago de Nicaragua y recabò la asistencia particular de Rusia para su erecciòn, comenzaron roces con Costa Rica que culminaron dos años más tarde con la llegada a ese paìs de 7000 marines y barcos de guerra para “combatir el narcotràfico”. En consonancia, Costa Rica se opuso en octubre del 2010 al dragado del rio San Juan, por donde pasarìa el canal, argumentando una invasión militar nicaragüense a su territorio, que fuera denunciada por narcotraficantes huidos hacia ese país, además de la provocación de daños ecològicos. Sin embargo, la “Suiza centroamericana” ha dragado el rio Colorado, llevando hacia èl aguas del rio San Juan, además de contaminarlo con cianuro y desechos vertidos por la minera a cielo abierto del Proyecto Crucitas, emprendido por la compañía minera Placer Dome en Costa Rica, que tambièn y a travès de la Infinito Gold Co. explota cientos de hectáreas de bosques que alteran el ecosistema. El conflicto entre Costa Rica, cuyos gastos militares superan 5 veces a los de Nicaragua, y este ùltimo paìs, ha sido saldado hasta ahora por el Tribunal de La Haya, que conminò a ambos paìses a no enviar fuerzas militares a la zona de conflicto y permitiò a Nicaragua seguir dragando el rio San Juan, considerando que no estaba probado que la actividad provocara daños ambientales a sus vecinos ticos. Aunque los fallos del Tribunal de La Haya son inapelables y vinculantes, son pasibles de ser obviados por el derecho a veto de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. De esta forma los considerados amos del mundo pasan por sobre ellos cuando les place. En 1986, el citado Tribunal conminó a EE.UU. a abonar a Nicaragua la suma de 17 mil millones de dòlares por las pèrdidas en vidas y bienes que las actividades paramilitares y militares del paìs del Norte habìan provocado en la guerra desatada contra la Revoluciòn Popular Sandinista.
Nicaragua hasta hoy reclama el pago, que EE.UU. rehusò considerar.
Conociendo el paño con que lidia, China ha decidido botar su primer portaaviones, a fin de proteger a los buques que surquen las aguas de los mares en un futuro no muy lejano y en reproducción ampliada con respecto al hoy.
Es la lògica de los tiempos.
http://www.redaccionpopular.com/articulo/el-portaaviones-chino
Matar de hambre a Somalia
Las “otras guerras” de EEUU matan a más gente que las de Afganistán, Pakistán e Irak
Glen Ford
BlackAgendaReport
Traducido para Rebelión por Mariola y Jesús María García Pedrajas
Muere más gente debido a los ataques militares y económicos de EEUU en lugares como Somalia y Congo que en las guerras más conocidas del imperio estadounidense. Estas “otras guerras” acaban con “cientos de miles –millones– de vidas, y han dado lugar, o han contribuido, a las dos peores crisis humanitarias de África durante los últimos cuatro años.” El anuncio del presidente Obama de donar 105 millones de dólares a Somalia es sólo una cínica distracción del hecho de que EEUU usa los alimentos como un arma de guerra.
“Las agencias internacionales de ayuda temen las represalias de los estadounidenses si distribuyen comida en el territorio controlado por Shabab”.
El 20 de Agosto, la Coalición por la Justicia Social, la Paz y las Reparaciones Black is Back, ha convocado a un Día Internacional de Acción contra las “otras guerras”. La primera pregunta de la gente es: ¿a qué te refieres con “otras guerras”? Cualquier explicación debe incluir la guerra de EEUU contra Somalia, como parte de un proyecto estadounidense para militarizar y dominar el Cuerno de África.
Se trata de una guerra no declarada, como todas las “otras guerras” de EEUU –aquellas que el movimiento antiguerra de EEUU, dominado por los blancos de la vieja guardia, no siente que tengan la categoría suficiente para incluirlas en su lista de guerras-. Sin embargo, estas guerras acaban con cientos de miles –millones– de vidas, y han dado lugar, o han contribuido, a las dos peores crisis humanitarias en África durante los últimos cuatro años. EEUU ha robado no solo las vidas del pueblo de Somalia, sino también su soberanía sobre su tierra natal. Si eso no es una guerra, entonces la palabra misma carece de significado.
Somalia tuvo algo parecido a la paz, y un gobierno para proteger la paz, por un muy breve periodo de tiempo antes de que EEUU instigara y armara una invasión etíope del país, a finales de 2006. Aplastaron y dispersaron el gobierno islamista –llamado los Tribunales Islámicos– cuya rama más joven, Shabab, organizó entonces una resistencia de guerrillas. Casi de manera inmediata, el país se vio sumergido en lo que las Naciones Unidas llamaron “la peor crisis humanitaria de África.” Los estadounidenses usaron soldados extranjeros de Uganda y Burundi, sus Estados clientes en África, para apuntalar un lamentable y fraudulento mini-Estado en la capital, Mogadisicio. Incapaz de controlar las zonas rurales, e incluso la mayor parte de la capital, EEUU hizo entonces extremadamente difícil para los proveedores de ayuda alimentaria extranjera que llegaran a la gente en las zonas controladas por Shabab. Esto preparó el escenario para la siguiente gran crisis humanitaria, cuando la peor sequía de los últimos sesenta años golpeó a la mayor parte del Cuerno de África, amenazando la vida de decenas de millones de personas en Somalia, Kenia, Etiopía y Yibuti. Pero los somalíes eran los más expuestos, porque las agencias internacionales de ayuda temían las represalias de los estadounidenses si distribuían comida en el territorio controlado por Shabab.
“Los 105 millones de dólares de Obama son menos de la mitad de la asistencia que EEUU envío en 2008.”
Ahora el presidente Obama ha anunciado, a bombo y platillo, que EEUU enviará 105 millones de dólares para alimentar a los somalíes, dondequiera que estén pasando hambre. Pero muchas agencias de ayuda no se creen que EEUU vaya en serio cuando dice que va a dejar de usar los alimentos como un arma de guerra, y son reticentes a retomar la distribución de alimentos. Y los 105 millones de dólares de Obama son menos de la mitad de la asistencia que EEUU envío en 2008, después de la primera crisis humanitaria de fabricación estadounidense. De este modo, decenas de millones de personas continuarán muriendo de hambre, y por los ataques de los drones y las Fuerzas Especiales de EEUU, en su guerra contra Shabab.
Seis millones de personas han muerto en Congo, debido a las guerras de los agentes de EEUU. La soberanía y la dignidad de Haití fueron usurpadas por la fuerza de las armas de EEUU. Colombia ocupa el primer lugar del ranking en número de personas desplazadas –la mayoría de ellas indígenas y afrocolombianas– como resultado de la colonización del país por EEUU. Las “otras guerras” de EEUU son, de hecho, más destructivas para la vida humana que los conflictos reconocidos de Afganistán, Pakistán e Irak. Ya que Obama declara que no está en guerra con Libia, tal vez también se la podría calificar como una de las “otras guerras.”
El Día de Acción de la Coalición Black is Back del 20 de agosto se celebrará en ciudades de todo EEUU y en el extranjero. En Nueva York tendrá lugar una jornada educativa en la iglesia de Santa María, en Harlem. Infórmate y toma conciencia de las muchas y simultáneas guerras de EEUU contra la humanidad: las “otras guerras.”
Fuente: http://www.blackagendareport.com/content/starving-somalia-us-%E2%80%9Cother-wars%E2%80%9D-kill-more-afghanistan-pakistan-and-iraq
rCR
Tomado de: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=134155
Glen Ford
BlackAgendaReport
Traducido para Rebelión por Mariola y Jesús María García Pedrajas
Muere más gente debido a los ataques militares y económicos de EEUU en lugares como Somalia y Congo que en las guerras más conocidas del imperio estadounidense. Estas “otras guerras” acaban con “cientos de miles –millones– de vidas, y han dado lugar, o han contribuido, a las dos peores crisis humanitarias de África durante los últimos cuatro años.” El anuncio del presidente Obama de donar 105 millones de dólares a Somalia es sólo una cínica distracción del hecho de que EEUU usa los alimentos como un arma de guerra.
“Las agencias internacionales de ayuda temen las represalias de los estadounidenses si distribuyen comida en el territorio controlado por Shabab”.
El 20 de Agosto, la Coalición por la Justicia Social, la Paz y las Reparaciones Black is Back, ha convocado a un Día Internacional de Acción contra las “otras guerras”. La primera pregunta de la gente es: ¿a qué te refieres con “otras guerras”? Cualquier explicación debe incluir la guerra de EEUU contra Somalia, como parte de un proyecto estadounidense para militarizar y dominar el Cuerno de África.
Se trata de una guerra no declarada, como todas las “otras guerras” de EEUU –aquellas que el movimiento antiguerra de EEUU, dominado por los blancos de la vieja guardia, no siente que tengan la categoría suficiente para incluirlas en su lista de guerras-. Sin embargo, estas guerras acaban con cientos de miles –millones– de vidas, y han dado lugar, o han contribuido, a las dos peores crisis humanitarias en África durante los últimos cuatro años. EEUU ha robado no solo las vidas del pueblo de Somalia, sino también su soberanía sobre su tierra natal. Si eso no es una guerra, entonces la palabra misma carece de significado.
Somalia tuvo algo parecido a la paz, y un gobierno para proteger la paz, por un muy breve periodo de tiempo antes de que EEUU instigara y armara una invasión etíope del país, a finales de 2006. Aplastaron y dispersaron el gobierno islamista –llamado los Tribunales Islámicos– cuya rama más joven, Shabab, organizó entonces una resistencia de guerrillas. Casi de manera inmediata, el país se vio sumergido en lo que las Naciones Unidas llamaron “la peor crisis humanitaria de África.” Los estadounidenses usaron soldados extranjeros de Uganda y Burundi, sus Estados clientes en África, para apuntalar un lamentable y fraudulento mini-Estado en la capital, Mogadisicio. Incapaz de controlar las zonas rurales, e incluso la mayor parte de la capital, EEUU hizo entonces extremadamente difícil para los proveedores de ayuda alimentaria extranjera que llegaran a la gente en las zonas controladas por Shabab. Esto preparó el escenario para la siguiente gran crisis humanitaria, cuando la peor sequía de los últimos sesenta años golpeó a la mayor parte del Cuerno de África, amenazando la vida de decenas de millones de personas en Somalia, Kenia, Etiopía y Yibuti. Pero los somalíes eran los más expuestos, porque las agencias internacionales de ayuda temían las represalias de los estadounidenses si distribuían comida en el territorio controlado por Shabab.
“Los 105 millones de dólares de Obama son menos de la mitad de la asistencia que EEUU envío en 2008.”
Ahora el presidente Obama ha anunciado, a bombo y platillo, que EEUU enviará 105 millones de dólares para alimentar a los somalíes, dondequiera que estén pasando hambre. Pero muchas agencias de ayuda no se creen que EEUU vaya en serio cuando dice que va a dejar de usar los alimentos como un arma de guerra, y son reticentes a retomar la distribución de alimentos. Y los 105 millones de dólares de Obama son menos de la mitad de la asistencia que EEUU envío en 2008, después de la primera crisis humanitaria de fabricación estadounidense. De este modo, decenas de millones de personas continuarán muriendo de hambre, y por los ataques de los drones y las Fuerzas Especiales de EEUU, en su guerra contra Shabab.
Seis millones de personas han muerto en Congo, debido a las guerras de los agentes de EEUU. La soberanía y la dignidad de Haití fueron usurpadas por la fuerza de las armas de EEUU. Colombia ocupa el primer lugar del ranking en número de personas desplazadas –la mayoría de ellas indígenas y afrocolombianas– como resultado de la colonización del país por EEUU. Las “otras guerras” de EEUU son, de hecho, más destructivas para la vida humana que los conflictos reconocidos de Afganistán, Pakistán e Irak. Ya que Obama declara que no está en guerra con Libia, tal vez también se la podría calificar como una de las “otras guerras.”
El Día de Acción de la Coalición Black is Back del 20 de agosto se celebrará en ciudades de todo EEUU y en el extranjero. En Nueva York tendrá lugar una jornada educativa en la iglesia de Santa María, en Harlem. Infórmate y toma conciencia de las muchas y simultáneas guerras de EEUU contra la humanidad: las “otras guerras.”
Fuente: http://www.blackagendareport.com/content/starving-somalia-us-%E2%80%9Cother-wars%E2%80%9D-kill-more-afghanistan-pakistan-and-iraq
rCR
Tomado de: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=134155
domingo, 14 de agosto de 2011
cómo hacer política los revolucionarios.
Fidel puso al marxismo en español
(Síntesis de las ideas expresadas en la Mesa Redonda de Telesur: “Vida y luchas de Fidel Castro” trasmitida el jueves 11 de agosto)
El aporte mayor de Fidel a América Latina es la Revolución cubana, un complejo de hechos, ideas, experiencias prácticas, demostraciones, y el ejemplo.
La Revolución cubana planteó y resolvió cuestiones fundamentales: las relaciones entre la liberación nacional y las luchas por la justicia social y de clases, y las resolvió forjando un socialismo latinoamericano.
Fidel fue el maestro de un arte muy difícil: cómo hacer política los revolucionarios. El concepto de pueblo le permitió convocar a los humildes a la actuación revolucionaria y darle una verdadera solución socialista a la comprensión del sistema de dominación. Encontró y puso en práctica la estrategia acertada para la lucha revolucionaria: las armas, las masas, la conquista del poder. Con la Revolución cubana y con sus ideas, Fidel puso al fin al ideal comunista europeo en un terreno real en América Latina, y puso al marxismo en español.
Fidel es ante todo, y en grados siempre extraordinarios, un político revolucionario, el líder y un educador popular.
El momento histórico de América Latina a mediados del siglo XX podía resolverse a favor de cualquiera de los contendientes y de las soluciones posibles, como sucede siempre. Fidel vino con su revolución, sus ideas y su ejemplo, y eso permitió iniciar una nueva época histórica en el continente.
En la Cuba de 1959 fue que comenzaron los famosos años 60. Las consignas y las ideas simplificadas nunca son desdeñables. Por ejemplo, la expresión “Primer territorio libre de América” estaba más cargada de sentido y era mucho más prometedora que la montaña de palabras que se había levantado acerca de de los cambios sociales.
Al plantear cómo resolver los problemas fundamentales del presente, Fidel abrió la puerta para que se elaboraran los proyectos de liberación total en América Latina, es decir, la puerta del futuro. Y puso a la orden del día la recuperación del verdadero pasado. Bolívar, Artigas, Martí, Sandino, Guiteras, los grandes nombres del largo camino, fueron recuperados, y junto con ellos entraron en la historia y en los proyectos la gente de abajo -los líderes y los luchadores de miles de motines, alzamientos, resistencias y martirios sucedidos durante los siglos de la historia colonial y neocolonial del capitalismo en América Latina.
http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/08/13/fidel-puso-al-marxismo-en-espanol/
(Síntesis de las ideas expresadas en la Mesa Redonda de Telesur: “Vida y luchas de Fidel Castro” trasmitida el jueves 11 de agosto)
El aporte mayor de Fidel a América Latina es la Revolución cubana, un complejo de hechos, ideas, experiencias prácticas, demostraciones, y el ejemplo.
La Revolución cubana planteó y resolvió cuestiones fundamentales: las relaciones entre la liberación nacional y las luchas por la justicia social y de clases, y las resolvió forjando un socialismo latinoamericano.
Fidel fue el maestro de un arte muy difícil: cómo hacer política los revolucionarios. El concepto de pueblo le permitió convocar a los humildes a la actuación revolucionaria y darle una verdadera solución socialista a la comprensión del sistema de dominación. Encontró y puso en práctica la estrategia acertada para la lucha revolucionaria: las armas, las masas, la conquista del poder. Con la Revolución cubana y con sus ideas, Fidel puso al fin al ideal comunista europeo en un terreno real en América Latina, y puso al marxismo en español.
Fidel es ante todo, y en grados siempre extraordinarios, un político revolucionario, el líder y un educador popular.
El momento histórico de América Latina a mediados del siglo XX podía resolverse a favor de cualquiera de los contendientes y de las soluciones posibles, como sucede siempre. Fidel vino con su revolución, sus ideas y su ejemplo, y eso permitió iniciar una nueva época histórica en el continente.
En la Cuba de 1959 fue que comenzaron los famosos años 60. Las consignas y las ideas simplificadas nunca son desdeñables. Por ejemplo, la expresión “Primer territorio libre de América” estaba más cargada de sentido y era mucho más prometedora que la montaña de palabras que se había levantado acerca de de los cambios sociales.
Al plantear cómo resolver los problemas fundamentales del presente, Fidel abrió la puerta para que se elaboraran los proyectos de liberación total en América Latina, es decir, la puerta del futuro. Y puso a la orden del día la recuperación del verdadero pasado. Bolívar, Artigas, Martí, Sandino, Guiteras, los grandes nombres del largo camino, fueron recuperados, y junto con ellos entraron en la historia y en los proyectos la gente de abajo -los líderes y los luchadores de miles de motines, alzamientos, resistencias y martirios sucedidos durante los siglos de la historia colonial y neocolonial del capitalismo en América Latina.
http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/08/13/fidel-puso-al-marxismo-en-espanol/
“el Comandante”
Fidel en sus 85
Fidel, lúcido como siempre y más sabio que nunca. El paso de los años acompañado por una notable capacidad para reflexionar sobre las vicisitudes de su vida y el mundo lo han enriquecido extraordinariamente. Su mirada, que siempre tuvo el privilegio de internarse en el horizonte histórico-universal se ha tornado más aguda: Fidel ve donde los demás no ven, y lo que ve son las esencias y no las apariencias. Tiene razón García Márquez cuando dijo de él que es “incapaz de concebir cualquier idea que no sea descomunal.”
Retirado de todos sus cargos al frente de la revolución cubana sigue siendo, sin la menor duda, “el Comandante”. No sólo del glorioso “Movimiento 26 de Julio” o de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas sino de un ejército mundial de mujeres y hombres que luchan por su vida, por su dignidad, y por la supervivencia del género humano, hoy amenazada por un arsenal nuclear de incalculables proporciones una pequeñísima parte del cual sobraría para arrasar con toda forma de vida en el planeta Tierra. Sobrevivencia también comprometida por la furia predatoria de un sistema, el capitalista, que todo lo que toca convierte en mercancía, en un simple objeto cuya excluyente finalidad es producir un lucro.
A favor de esa visión de águila, que en su momento Lenin reconociera en Rosa Luxemburgo, pudo denunciar, casi en soledad, la crisis ecológica que hoy nos abruma así como los peligros de la demencial carrera armamentística desencadenada por el imperialismo norteamericano.
Algunos seguramente recordarán su intervención en la Primera Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, en 1992, cuando el Comandante alertó sobre el riesgo ecológico en que ya se hallaba el planeta. Mientras el presidente norteamericano George Bush se negaba a firmar los protocolos de Río, Fidel denunciaba que ”Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre.”
Y proseguía su análisis diciendo que el desenfrenado consumismo y el irracional derroche que propicia la economía capitalista son los responsables fundamentales de esta situación: “Con sólo el 20 por ciento de la población mundial … (los capitalismos metropolitanos) consumen las dos terceras partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer.
Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aun a costa de la Naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy, por un orden económico mundial injusto.” Por supuesto, sus palabras fueron desoídas por la casi totalidad de los jefes de estado allí convocados -¿quién recuerda ahora sus nombres?- que siguieron bailando desaprensivamente en la cubierta del Titanic.
Sabio como pocos, Fidel se preguntaba, en ese mismo discurso: “Cuando las supuestas amenazas del Comunismo han desaparecido y no quedan ya pretextos para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del Planeta?” Va de suyo que conocía perfectamente bien la respuesta, tal como la expusiera en miles de ocasiones: el impedimento radica en la esencia misma del capitalismo como sistema, y en el imperialismo como su forma actual.
Lúcido y valeroso combatiente de este flagelo, en la práctica pero también en el plano de las ideas, Fidel ha denunciado sus horrores ya desde antes del asalto al Moncada y su extraordinario alegato en defensa propia. Testigo y la vez excepcional protagonista de la lenta pero inexorable decadencia del imperialismo norteamericano, sus iniciativas prácticas así como sus didácticas reflexiones ofrecen a los pueblos un riquísimo arsenal de ideas e informaciones, recogidas con la minuciosidad propia de un Darwin, sabedor de que para cambiar la compleja realidad de nuestro tiempo de nada valen esquemas preconcebidos o rotundas simplificaciones.
Retirado de sus cargos oficiales, el infatigable soldado continúa luchando sin cuartel en la crucial “batalla de ideas”, un frente que, lamentablemente, la izquierda descuidó durante mucho tiempo pero que ahora cuenta con numerosos combatientes. Y desde allí ilumina el esperanzado camino que conduce hacia la emancipación humana y social. Como dice la canción popular mexicana, Fidel, “feliz en tu día, y que vivas muchos más.”
http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/08/13/fidel-en-sus-85/
Fidel, lúcido como siempre y más sabio que nunca. El paso de los años acompañado por una notable capacidad para reflexionar sobre las vicisitudes de su vida y el mundo lo han enriquecido extraordinariamente. Su mirada, que siempre tuvo el privilegio de internarse en el horizonte histórico-universal se ha tornado más aguda: Fidel ve donde los demás no ven, y lo que ve son las esencias y no las apariencias. Tiene razón García Márquez cuando dijo de él que es “incapaz de concebir cualquier idea que no sea descomunal.”
Retirado de todos sus cargos al frente de la revolución cubana sigue siendo, sin la menor duda, “el Comandante”. No sólo del glorioso “Movimiento 26 de Julio” o de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas sino de un ejército mundial de mujeres y hombres que luchan por su vida, por su dignidad, y por la supervivencia del género humano, hoy amenazada por un arsenal nuclear de incalculables proporciones una pequeñísima parte del cual sobraría para arrasar con toda forma de vida en el planeta Tierra. Sobrevivencia también comprometida por la furia predatoria de un sistema, el capitalista, que todo lo que toca convierte en mercancía, en un simple objeto cuya excluyente finalidad es producir un lucro.
A favor de esa visión de águila, que en su momento Lenin reconociera en Rosa Luxemburgo, pudo denunciar, casi en soledad, la crisis ecológica que hoy nos abruma así como los peligros de la demencial carrera armamentística desencadenada por el imperialismo norteamericano.
Algunos seguramente recordarán su intervención en la Primera Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, en 1992, cuando el Comandante alertó sobre el riesgo ecológico en que ya se hallaba el planeta. Mientras el presidente norteamericano George Bush se negaba a firmar los protocolos de Río, Fidel denunciaba que ”Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre.”
Y proseguía su análisis diciendo que el desenfrenado consumismo y el irracional derroche que propicia la economía capitalista son los responsables fundamentales de esta situación: “Con sólo el 20 por ciento de la población mundial … (los capitalismos metropolitanos) consumen las dos terceras partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer.
Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aun a costa de la Naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy, por un orden económico mundial injusto.” Por supuesto, sus palabras fueron desoídas por la casi totalidad de los jefes de estado allí convocados -¿quién recuerda ahora sus nombres?- que siguieron bailando desaprensivamente en la cubierta del Titanic.
Sabio como pocos, Fidel se preguntaba, en ese mismo discurso: “Cuando las supuestas amenazas del Comunismo han desaparecido y no quedan ya pretextos para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del Planeta?” Va de suyo que conocía perfectamente bien la respuesta, tal como la expusiera en miles de ocasiones: el impedimento radica en la esencia misma del capitalismo como sistema, y en el imperialismo como su forma actual.
Lúcido y valeroso combatiente de este flagelo, en la práctica pero también en el plano de las ideas, Fidel ha denunciado sus horrores ya desde antes del asalto al Moncada y su extraordinario alegato en defensa propia. Testigo y la vez excepcional protagonista de la lenta pero inexorable decadencia del imperialismo norteamericano, sus iniciativas prácticas así como sus didácticas reflexiones ofrecen a los pueblos un riquísimo arsenal de ideas e informaciones, recogidas con la minuciosidad propia de un Darwin, sabedor de que para cambiar la compleja realidad de nuestro tiempo de nada valen esquemas preconcebidos o rotundas simplificaciones.
Retirado de sus cargos oficiales, el infatigable soldado continúa luchando sin cuartel en la crucial “batalla de ideas”, un frente que, lamentablemente, la izquierda descuidó durante mucho tiempo pero que ahora cuenta con numerosos combatientes. Y desde allí ilumina el esperanzado camino que conduce hacia la emancipación humana y social. Como dice la canción popular mexicana, Fidel, “feliz en tu día, y que vivas muchos más.”
http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/08/13/fidel-en-sus-85/
movilización a nivel global para el 15 de octubre.
La revolución de los indignados
El 24 de julio miles personas volvieron a llenar con su indignación las calles de Madrid. Recibían a las siete comitivas regionales de “indignados que, después de un mes caminando por senderos y carreteras, deteniéndose en cada pueblo a hacer asambleas con sus vecinos, llegaron desde sus respectivos rincones del país. A su paso se han sorprendido de la indignación que recorre la piel de toro, pues la mayoría de los españoles los apoya. Según un sondeo de finales de junio, el ochenta por ciento de la población cree que sus protestas están justificadas. Así, pues, la llamada “revolución de los indignados” sigue viva y con cuerda para rato.
Pero, ¿quiénes son los indignados, de dónde surgen y por qué ahora? Lo repasamos en este suplemento con el poeta Luís García Montero, que estuvo en las plazas de Madrid y Granada, y con el periodista catalán David Fernández, desde Barcelona. Pero hay que aclarar que no responden a ninguna organización en concreto, rehúyen de los partidos, los sindicatos, cualquier sigla. Son miles de jóvenes, y no tan jóvenes, hartos de la corrupción, la poca transparencia gubernamental y la ausencia de una democracia participativa que no sólo no los reconoce ni los representa, sino que privilegia los intereses financieros al bienestar de la gente y reduce sus derechos sociales. “Hemos sido hijos de la comodidad, pero no seremos padres del conformismo”, rezaba una pancarta en la Plaza del Sol de Madrid. Y es que el movimiento lo componen mayoritariamente jóvenes de entre diecinueve y treinta años, esa generación que creció en el Estado del bienestar, que vivió con un buen poder adquisitivo, que acudió masivamente a la universidad, y que cuando salió la atrapó la crisis económica y se dio de bruces con la realidad: sin trabajo, sin casa y sin futuro. Pese a ser la generación mejor educada de la historia de España, un cuarenta por ciento de ellos está desempleado. Y además ven que la Europa de la que les dijeron que eran parte, obligó al gobierno a implementar en mayo de 2010 los mayores ajustes presupuestarios de las últimas décadas, que golpearon directamente las conquistas sociales ganadas por sus padres. Así, pues, el caldo de cultivo de la indignación se venía arrastrando. Sólo faltaba la mecha que lo hiciese hervir. Y esa mecha se prendió a una semana de las elecciones autonómicas. El domingo 15 de mayo, una plataforma poco conocida, llamada Democracia Real Ya, convocó a una manifestación bajo ese lema en cincuenta y seis ciudades del país. Sorpresivamente decenas de miles de españoles salieron a las calles. Pero sorprendería más lo que vino después. Cuarenta manifestantes decidieron quedarse a pasar la noche en Plaza del Sol en Madrid, en señal de protesta por los dieciocho compañeros detenidos por la policía ese día. No avistaban qué conseguirían con eso, pero subieron la convocatoria a las redes sociales. El lunes, unas mil personas participaron en la asamblea; trescientas se quedaron a dormir. En la madrugada, la policía los desalojó, pero en la asamblea de la tarde fueron 10 mil y volvieron a instalar el campamento. Y así fueron creciendo hasta reunirse 28 mil ese mismo viernes. Y la llama ya se había desparramado por toda la península. Barcelona, Valencia, Sevilla, Palma, Zaragoza... así hasta consolidarse 706 acampadas en las plazas de toda España. Y cada una de ellas dio una lección de civismo y dignidad. Se organizaron en comisiones para cocinar, limpiar, atender las guarderías que establecieron para los padres con niños, las bibliotecas, los centros de medios, los huertos urbanos que cultivaron sobre el asfalto... y en asambleas para repensar, proponer y discutir qué cambio querían y cómo se puede lograr. Durante cuatro semanas, 24 horas al día, ejercieron su derecho a reunión en las plazas, se reapropiaron del espacio público y llevaron a cabo un modelo de gestión colectiva ejemplar. Sólo en la Asamblea de Sol se crearon veinticinco comisiones, diez grupos de trabajo y cuarenta y un subgrupos de trabajo que realizaron 12 mil 500 propuestas. Su indignación dio voz a una ciudadanía que asistía inerme a la crisis política y económica, pero sobre todo dinamizaron la esperanza. Bajaron la política a las calles, llevaron el concepto de democracia a la praxis. Sembraron la semilla del cambio en la sociedad, que han visto cómo el mapa de lo posible se amplía. Y ese mapa ahora se extendió a los pueblos, a los barrios, donde los indignados hacen asambleas con sus vecinos desde que el 12 de junio decidieron levantar los campamentos. Han hecho grupos de solidaridad con los trabajadores en las fábricas y con aquellos que van a ser desahuciados por no poder pagar la hipoteca de su casa. De hecho, ya han evitado el desalojo de más de cincuenta familias.
Les han llovido críticas y represión policial, pero su influencia ya permeó en las instituciones. A partir de septiembre el Parlamento hará público el patrimonio y los ingresos de diputados y senadores. El Consejo de Ministros ha limitado el dinero que las entidades financieras pueden reclamar a los hipotecados morosos y el propio candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba –que contenderá el próximo marzo por la presidencia– ha incluido algunas de sus propuestas en su programa electoral, como una reforma electoral más equitativa y una tasa a los bancos para que destinen parte de sus beneficios a la creación de empleos.
Son sólo pequeños avances, porque el neoliberalismo sigue poniéndoles la soga al cuello. Este 24 de julio, como ya hicieron el 19 de junio, los indignados volvieron a protestar contra el Pacto del Euro, un plan de la Unión Europea para que las economías más débiles sigan restringiendo el gasto público e impongan más flexibilidad laboral en detrimento de los trabajadores. Y en el mismo sentido presiona el FMI, pero los indignados españoles no se achicopalan. Ahora, junto a los portugueses, franceses, belgas, ingleses y griegos, han convocado a una movilización a nivel global para el 15 de octubre. Aunque el sistema apriete, la esperanza aún late en las plazas de media Europa.
http://www.jornada.unam.mx/2011/08/14/sem-majo.html
El 24 de julio miles personas volvieron a llenar con su indignación las calles de Madrid. Recibían a las siete comitivas regionales de “indignados que, después de un mes caminando por senderos y carreteras, deteniéndose en cada pueblo a hacer asambleas con sus vecinos, llegaron desde sus respectivos rincones del país. A su paso se han sorprendido de la indignación que recorre la piel de toro, pues la mayoría de los españoles los apoya. Según un sondeo de finales de junio, el ochenta por ciento de la población cree que sus protestas están justificadas. Así, pues, la llamada “revolución de los indignados” sigue viva y con cuerda para rato.
Pero, ¿quiénes son los indignados, de dónde surgen y por qué ahora? Lo repasamos en este suplemento con el poeta Luís García Montero, que estuvo en las plazas de Madrid y Granada, y con el periodista catalán David Fernández, desde Barcelona. Pero hay que aclarar que no responden a ninguna organización en concreto, rehúyen de los partidos, los sindicatos, cualquier sigla. Son miles de jóvenes, y no tan jóvenes, hartos de la corrupción, la poca transparencia gubernamental y la ausencia de una democracia participativa que no sólo no los reconoce ni los representa, sino que privilegia los intereses financieros al bienestar de la gente y reduce sus derechos sociales. “Hemos sido hijos de la comodidad, pero no seremos padres del conformismo”, rezaba una pancarta en la Plaza del Sol de Madrid. Y es que el movimiento lo componen mayoritariamente jóvenes de entre diecinueve y treinta años, esa generación que creció en el Estado del bienestar, que vivió con un buen poder adquisitivo, que acudió masivamente a la universidad, y que cuando salió la atrapó la crisis económica y se dio de bruces con la realidad: sin trabajo, sin casa y sin futuro. Pese a ser la generación mejor educada de la historia de España, un cuarenta por ciento de ellos está desempleado. Y además ven que la Europa de la que les dijeron que eran parte, obligó al gobierno a implementar en mayo de 2010 los mayores ajustes presupuestarios de las últimas décadas, que golpearon directamente las conquistas sociales ganadas por sus padres. Así, pues, el caldo de cultivo de la indignación se venía arrastrando. Sólo faltaba la mecha que lo hiciese hervir. Y esa mecha se prendió a una semana de las elecciones autonómicas. El domingo 15 de mayo, una plataforma poco conocida, llamada Democracia Real Ya, convocó a una manifestación bajo ese lema en cincuenta y seis ciudades del país. Sorpresivamente decenas de miles de españoles salieron a las calles. Pero sorprendería más lo que vino después. Cuarenta manifestantes decidieron quedarse a pasar la noche en Plaza del Sol en Madrid, en señal de protesta por los dieciocho compañeros detenidos por la policía ese día. No avistaban qué conseguirían con eso, pero subieron la convocatoria a las redes sociales. El lunes, unas mil personas participaron en la asamblea; trescientas se quedaron a dormir. En la madrugada, la policía los desalojó, pero en la asamblea de la tarde fueron 10 mil y volvieron a instalar el campamento. Y así fueron creciendo hasta reunirse 28 mil ese mismo viernes. Y la llama ya se había desparramado por toda la península. Barcelona, Valencia, Sevilla, Palma, Zaragoza... así hasta consolidarse 706 acampadas en las plazas de toda España. Y cada una de ellas dio una lección de civismo y dignidad. Se organizaron en comisiones para cocinar, limpiar, atender las guarderías que establecieron para los padres con niños, las bibliotecas, los centros de medios, los huertos urbanos que cultivaron sobre el asfalto... y en asambleas para repensar, proponer y discutir qué cambio querían y cómo se puede lograr. Durante cuatro semanas, 24 horas al día, ejercieron su derecho a reunión en las plazas, se reapropiaron del espacio público y llevaron a cabo un modelo de gestión colectiva ejemplar. Sólo en la Asamblea de Sol se crearon veinticinco comisiones, diez grupos de trabajo y cuarenta y un subgrupos de trabajo que realizaron 12 mil 500 propuestas. Su indignación dio voz a una ciudadanía que asistía inerme a la crisis política y económica, pero sobre todo dinamizaron la esperanza. Bajaron la política a las calles, llevaron el concepto de democracia a la praxis. Sembraron la semilla del cambio en la sociedad, que han visto cómo el mapa de lo posible se amplía. Y ese mapa ahora se extendió a los pueblos, a los barrios, donde los indignados hacen asambleas con sus vecinos desde que el 12 de junio decidieron levantar los campamentos. Han hecho grupos de solidaridad con los trabajadores en las fábricas y con aquellos que van a ser desahuciados por no poder pagar la hipoteca de su casa. De hecho, ya han evitado el desalojo de más de cincuenta familias.
Les han llovido críticas y represión policial, pero su influencia ya permeó en las instituciones. A partir de septiembre el Parlamento hará público el patrimonio y los ingresos de diputados y senadores. El Consejo de Ministros ha limitado el dinero que las entidades financieras pueden reclamar a los hipotecados morosos y el propio candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba –que contenderá el próximo marzo por la presidencia– ha incluido algunas de sus propuestas en su programa electoral, como una reforma electoral más equitativa y una tasa a los bancos para que destinen parte de sus beneficios a la creación de empleos.
Son sólo pequeños avances, porque el neoliberalismo sigue poniéndoles la soga al cuello. Este 24 de julio, como ya hicieron el 19 de junio, los indignados volvieron a protestar contra el Pacto del Euro, un plan de la Unión Europea para que las economías más débiles sigan restringiendo el gasto público e impongan más flexibilidad laboral en detrimento de los trabajadores. Y en el mismo sentido presiona el FMI, pero los indignados españoles no se achicopalan. Ahora, junto a los portugueses, franceses, belgas, ingleses y griegos, han convocado a una movilización a nivel global para el 15 de octubre. Aunque el sistema apriete, la esperanza aún late en las plazas de media Europa.
http://www.jornada.unam.mx/2011/08/14/sem-majo.html
Puerto Rico, autonomía universitaria y dominación colonial
Un país con forma de isla, es un país con forma de cárcel
Luis Rafael Sánchez
Desde abril de 2010 ocurrió en Puerto Rico una serie de movilizaciones universitarias que, dada la solidaridad social que concitó, fue un pequeño –68 francés. Todo para oponerse a las medidas –económicas– ordenadas por Washington al gobernador anexionista local Luis Fortuño, en contra de la Universidad de Puerto Rico (UPR), la más grande del Caribe. Para no quedar mal, el gobernador aplicó el lenguaje que conoce: el policíaco. Pero con tan mala fortuna que ante una protesta que empezó a asemejarse a la de los –indignados– de España, no quedó al gobernador y sus empleados de la rectoría más que sentarse a negociar con los muchachos, ya que el movimiento cimbró las delicadas estructuras en que se asienta, tanto la seudoautonomía universitaria, como la arcaica dominación colonial en ese país.
Se produjo en versión caribeña una lucha por la educación universitaria, casi tan importante como la que en 1918 protagonizaron los estudiantes argentinos en Córdoba, a decir en estas páginas del excelente periodista Ángel Guerra.
Texto sobre el contexto
Si usted quiere conocer una nación que haya sido invadida, sometida a bombardeo, crimen político selectivo y colectivo; que haya obligado al sesenta y cinco por ciento de su población a irse del país, otorgando al resto una –ciudadanía– de segunda que no le permite votar, pero sí enrolarse en el ejército; que se le hayan expropiado sus tierras y despedazado su tejido social, desempleado a su población sumiéndola en la pobreza, intentado eliminar su cultura y su idioma, imponiendo las del dominador, así como su sistema económico y sus valores, costumbres y música, entonces no debe ir a buscar a esa nación a Gaza, el “gueto” de Israel contra los palestinos, sino a unos cuantos kilómetros de México: se trata de Puerto Rico, que en nombre de un supuesto “destino manifiesto”, fue invadido por Estados Unidos hace 113 años, el 25 de julio de 1898.
Es esta la “tierra del edén” que cantaba Rafael Hernández, el Jibarito. Obviamente él pensaba en sus playas y mares hermosos, en el calor que atonta y emborracha suavemente como su ron; en sus verdes montañas besadas por las nubes, en sus ríos y sus bosques; en su café, su azúcar y sus gentes nobles; en sus hermosas mulatas de anchas caderas… Pero esta “perla de los mares” está asentada sobre un volcán social que, recurrentemente, explota: esto es lo que pasó en el último año en ese país, en que todas las estructuras políticas y sociales fueron cuestionadas por los estudiantes y gran parte de la población, embonando con la lucha que libran contra la dominación colonial, como sucedió hace apenas ocho años, cuando la marina estadunidense fue expulsada de la isla de Vieques, que pertenece a Puerto Rico.
Tal es el peso de la lucha y el miedo de Washington, que fue necesaria la visita express, el 14 de junio, del presidente Barak Obama, para dar un espaldarazo político al virrey Luis Fortuño y formular enésimas promesas de autonomía para los boricuas. Pero para “matar dos pájaros de un tiro”, la visita del jefe de la Casa Blanca también buscaba fondos para su reelección, y enviar un mensaje de acercamiento a la comunidad boricua en Estados Unidos, aunque los habitantes de la isla no tienen derecho a votar en las elecciones federales de ese país. Pero Obama sí regresó a Washington con las alforjas llenas de dólares, a cambio sólo dejó promesas vacías a los boricuas.
Volviendo al gobernador Fortuño, cabeza del Partido (dizque) Nuevo Progresista (PNP), debe mencionarse que por primera vez vio frenada su imposición de medidas ultra liberales, que en el último año expulsaron a más de 30 mil empleados públicos, amenazando dicho funcionario que tales medidas debían aplicarse a la universidad, pues lo “costoso de su presupuesto”, convierte en un “privilegio” estudiar en ella.
“Perdone los inconvenientes,
estamos creando una Universidad Pública”
Sin estos antecedentes es imposible entender la trascendencia de la victoria de los estudiantes. Pero esto inició en abril de 2010, cuando se lanzaron a la huelga en respuesta al intento de la administración universitaria por eliminar las exenciones de matrícula a los estudiantes talentosos en las áreas artísticas, deportivas y académicas. Dichas medidas no prosperaron ante la oposición de la comunidad que, para variar, debió sufrir fuerte represión policíaca.
Luego, en diciembre del mismo año, el gobernador y las autoridades universitarias (de trece síndicos que la componen, diez son designados por el alto funcionario), intentaron imponer una “cuota” de 800 dólares por encima del costo de matrícula. El presidente de la UPR, Ramón de la Torre, anunció también un “recorte” de 100 millones de dólares al presupuesto de 2011, la eliminación de las exenciones en el pago de matrícula y un aumento de ésta.
Desde la huelga de abril los estudiantes acordaron con las autoridades que no se harían “recortes” ni exenciones y que responderían si eso se violaba, por lo que, sintiéndose traicionados, pasaron a los hechos y se apoderaron de las instalaciones, encerrándose en ellas. Se inició así uno de los movimientos políticos más valientes de los últimos años, ya que las autoridades nunca imaginaron esa respuesta. Tomado por sorpresa el gobernador, ordenó a la policía cercar las instalaciones, cortar luz y agua e impedir el ingreso de alimentos y medicinas. El barrio estudiantil de Río Piedras en San Juan se convirtió en una zona sitiada.
Entonces los universitarios procedieron a implantar la autogestión en sus escuelas, ajena al individualismo y el consumismo, empezando los mismos a sembrar sus propias hortalizas, sin fertilizantes ni pesticidas, demostrando que se puede buscar la soberanía en un país que importa el noventa por ciento de sus alimentos (México dixit). Y organizaron, pese a las dificultades de comunicación, turnos de cocina, limpieza y reciclaje, con un sistema de distribución cooperativo y ecológico en bicicletas. Asimismo, fundaron “Radio Huelga”, teniendo un impacto político y educativo en la Isla que los cooptados medios de “comunicación” boricua apenas pudieron desacreditar.
Así, este sistema empezó a ser un “escaparate democrático” tal, que la solidaridad popular que concitó obligó a la policía a retirarse de los centros de estudio y, algo más, que un juez digno prohibiera a la policía evitar pasar provisiones y medicinas a los estudiantes: el éxito de la huelga empezaba a vislumbrarse, no faltando locutores histéricos tipo Televisa que comparaban el desafío estudiantil con ¡la Comuna de París! Imagínense. Pero uno sí puede imaginarse lo que estos eventos provocaban en una población previamente diezmada y exasperada por la crisis económica, el desempleo de dieciséis por ciento (en Estados Unidos es del nueve por ciento) y los recortes a los gastos sociales. Y encima, que sus hijos fueran hostilizados por la policía y los medios.
“Perdone los inconvenientes, estamos construyendo una Universidad pública”, escribieron los descontentos en grandes pancartas frente a la universidad, centrando el fondo del problema ante los intentos de las autoridades para quebrarla y justificar su privatización.
El asunto tomó tal sesgo para el gobierno que su “política económica” quedaba cuestionada al percibir la población que la línea contra la UPR era la que se aplicaba contra el país. Y tratándose de un “protectorado”, se sabe que existía una directiva de la calificadora de universidades de Estados Unidos que urgía a reducirles la contribución. Esto hizo recordar que en 1903 el Comisionado de “Instrucción”, el estadunidenese Samuel Lindsay, dispuso que todas las asignaturas en escuelas públicas debían ser enseñadas en inglés. El español pasaba a la categoría de “idioma extranjero”. Los maestros, sin lideresas “charras”, fueron los primeros en oponerse a esta barbarie.
La revuelta empezó a eslabonarse con la lucha estructural de los puertorriqueños contra la dominación, pues la mayoría de las asociaciones de profesores se sumaron a la huelga, así como setenta y dos sindicatos y asociaciones nacionales e internacionales, incluidas algunas de Estados Unidos. Llegó un momento en que se cumplió un paro nacional, respetado por muchos sectores: ahora el fantasma de Grecia empezaba a rondar en Puerto Rico, más cuando la solidaridad con la UPR empezó a ser conocida en Europa, Latinoamérica y México, donde hubo protestas de apoyo.
Semejante situación no se había vivido desde que la rebeldía popular expulsó de Vieques a la Marina en 2003. Pero Washington ya no podía realizar una matanza similar a la de 1950 en Jayuya, cuando bombardeó y asesinó a decenas de independentistas. Primero porque Puerto Rico ya está ocupado. Segundo porque se supone que la isla es un Estado “Libre Asociado”, ficción jurídica con que los estadunidenses engañaron al mundo el 25 de julio de1952.
Por todas estas razones, el gobernador recibió una orden: dar marcha atrás a sus medidas económicas y administrativas y, ante su falta de capacidad política y negociadora, ceder la razón a quienes, por tenerla, le habían ganado la partida. Actuar en contrario era un camino que Barack Obama no estaba en capacidad de andar. Fue así como en junio de este año cesó la parte huelguística del movimiento pero, tratándose de un proceso, el mismo no ha concluido, pues los estudiantes aún deben consolidar sus victorias y sumar otras, enfrentando la represión que aún ejercen los aparatos gubernamental y administrativo de la UPR contra ellos. Desde luego, el presidente de la universidad debió renunciar, siguiéndolo el jefe de la policía, aunque no los cínicos síndicos ni el “gobernador” Fortuño.
La huelga universitaria que se inició por razones económicas escaló hasta ser una reafirmación de la autonomía, la autogestión y la educación. También contra la privatización, la política neoliberal y, “de paso”, la sujeción del país. Ahora estas victorias se verán reforzadas por la combatividad de sus estudiantes y la sociedad civil, frenando al gobernador y sus burócratas de la UPR. La propia posibilidad de una reelección para el republicano Fortuño está cuestionada, no obstante que, transitoriamente, Obama lo respaldara por razones electorales.
Al sumarse a la huelga quienes luchan por la independencia, Washington deberá meditar que la única solución es devolverles lo que les robó: su independencia. El plebiscito que Obama anunció en su visita –habiendo ya sólo 3.7 millones de boricuas en la isla, y 4. 5 en Estados Unidos–, busca que se pronuncien por la “estadidad”, es decir, la anexión a Estados Unidos, pero mediante un proceso viciado y con todo el peso de los aparatos de dominación ideológica, política y financiera jugando por esta “opción”, sin dejar que los boricuas decidan libremente.
Al conectarse con el movimiento social mundial, los puertorriqueños cuestionan el decrépito colonialismo estadunidense, que receta fórmulas de ajuste presupuestal que no se aplica a sí mismo: ahí está su gigantesca deuda externa generada por los republicanos y que amenaza la estabilidad mundial.
Puerto Rico necesita la solidaridad internacional para acceder a la independencia, porque ha defendido su nacionalidad, su idioma, su literatura y sus valores y, en general su cultura, pretendidamente “borrados” por sus dominadores. La violación de los derechos humanos y el genocidio contra una nación latinoamericana no es un asunto “interno” de Estados Unidos.
Finalmente, puede observarse cómo la lucha de la UPR tiene continuidad con la que libran en estos momentos los estudiantes chilenos contra la privatización de los gerentes de Sebastián Piñera. Es la reversión del proceso neoliberal inaugurado por el corrupto Pinochet que se suma a la lucha de los latinoamericanos.
http://www.jornada.unam.mx/2011/08/14/sem-hector.html
Luis Rafael Sánchez
Desde abril de 2010 ocurrió en Puerto Rico una serie de movilizaciones universitarias que, dada la solidaridad social que concitó, fue un pequeño –68 francés. Todo para oponerse a las medidas –económicas– ordenadas por Washington al gobernador anexionista local Luis Fortuño, en contra de la Universidad de Puerto Rico (UPR), la más grande del Caribe. Para no quedar mal, el gobernador aplicó el lenguaje que conoce: el policíaco. Pero con tan mala fortuna que ante una protesta que empezó a asemejarse a la de los –indignados– de España, no quedó al gobernador y sus empleados de la rectoría más que sentarse a negociar con los muchachos, ya que el movimiento cimbró las delicadas estructuras en que se asienta, tanto la seudoautonomía universitaria, como la arcaica dominación colonial en ese país.
Se produjo en versión caribeña una lucha por la educación universitaria, casi tan importante como la que en 1918 protagonizaron los estudiantes argentinos en Córdoba, a decir en estas páginas del excelente periodista Ángel Guerra.
Texto sobre el contexto
Si usted quiere conocer una nación que haya sido invadida, sometida a bombardeo, crimen político selectivo y colectivo; que haya obligado al sesenta y cinco por ciento de su población a irse del país, otorgando al resto una –ciudadanía– de segunda que no le permite votar, pero sí enrolarse en el ejército; que se le hayan expropiado sus tierras y despedazado su tejido social, desempleado a su población sumiéndola en la pobreza, intentado eliminar su cultura y su idioma, imponiendo las del dominador, así como su sistema económico y sus valores, costumbres y música, entonces no debe ir a buscar a esa nación a Gaza, el “gueto” de Israel contra los palestinos, sino a unos cuantos kilómetros de México: se trata de Puerto Rico, que en nombre de un supuesto “destino manifiesto”, fue invadido por Estados Unidos hace 113 años, el 25 de julio de 1898.
Es esta la “tierra del edén” que cantaba Rafael Hernández, el Jibarito. Obviamente él pensaba en sus playas y mares hermosos, en el calor que atonta y emborracha suavemente como su ron; en sus verdes montañas besadas por las nubes, en sus ríos y sus bosques; en su café, su azúcar y sus gentes nobles; en sus hermosas mulatas de anchas caderas… Pero esta “perla de los mares” está asentada sobre un volcán social que, recurrentemente, explota: esto es lo que pasó en el último año en ese país, en que todas las estructuras políticas y sociales fueron cuestionadas por los estudiantes y gran parte de la población, embonando con la lucha que libran contra la dominación colonial, como sucedió hace apenas ocho años, cuando la marina estadunidense fue expulsada de la isla de Vieques, que pertenece a Puerto Rico.
Tal es el peso de la lucha y el miedo de Washington, que fue necesaria la visita express, el 14 de junio, del presidente Barak Obama, para dar un espaldarazo político al virrey Luis Fortuño y formular enésimas promesas de autonomía para los boricuas. Pero para “matar dos pájaros de un tiro”, la visita del jefe de la Casa Blanca también buscaba fondos para su reelección, y enviar un mensaje de acercamiento a la comunidad boricua en Estados Unidos, aunque los habitantes de la isla no tienen derecho a votar en las elecciones federales de ese país. Pero Obama sí regresó a Washington con las alforjas llenas de dólares, a cambio sólo dejó promesas vacías a los boricuas.
Volviendo al gobernador Fortuño, cabeza del Partido (dizque) Nuevo Progresista (PNP), debe mencionarse que por primera vez vio frenada su imposición de medidas ultra liberales, que en el último año expulsaron a más de 30 mil empleados públicos, amenazando dicho funcionario que tales medidas debían aplicarse a la universidad, pues lo “costoso de su presupuesto”, convierte en un “privilegio” estudiar en ella.
“Perdone los inconvenientes,
estamos creando una Universidad Pública”
Sin estos antecedentes es imposible entender la trascendencia de la victoria de los estudiantes. Pero esto inició en abril de 2010, cuando se lanzaron a la huelga en respuesta al intento de la administración universitaria por eliminar las exenciones de matrícula a los estudiantes talentosos en las áreas artísticas, deportivas y académicas. Dichas medidas no prosperaron ante la oposición de la comunidad que, para variar, debió sufrir fuerte represión policíaca.
Luego, en diciembre del mismo año, el gobernador y las autoridades universitarias (de trece síndicos que la componen, diez son designados por el alto funcionario), intentaron imponer una “cuota” de 800 dólares por encima del costo de matrícula. El presidente de la UPR, Ramón de la Torre, anunció también un “recorte” de 100 millones de dólares al presupuesto de 2011, la eliminación de las exenciones en el pago de matrícula y un aumento de ésta.
Desde la huelga de abril los estudiantes acordaron con las autoridades que no se harían “recortes” ni exenciones y que responderían si eso se violaba, por lo que, sintiéndose traicionados, pasaron a los hechos y se apoderaron de las instalaciones, encerrándose en ellas. Se inició así uno de los movimientos políticos más valientes de los últimos años, ya que las autoridades nunca imaginaron esa respuesta. Tomado por sorpresa el gobernador, ordenó a la policía cercar las instalaciones, cortar luz y agua e impedir el ingreso de alimentos y medicinas. El barrio estudiantil de Río Piedras en San Juan se convirtió en una zona sitiada.
Entonces los universitarios procedieron a implantar la autogestión en sus escuelas, ajena al individualismo y el consumismo, empezando los mismos a sembrar sus propias hortalizas, sin fertilizantes ni pesticidas, demostrando que se puede buscar la soberanía en un país que importa el noventa por ciento de sus alimentos (México dixit). Y organizaron, pese a las dificultades de comunicación, turnos de cocina, limpieza y reciclaje, con un sistema de distribución cooperativo y ecológico en bicicletas. Asimismo, fundaron “Radio Huelga”, teniendo un impacto político y educativo en la Isla que los cooptados medios de “comunicación” boricua apenas pudieron desacreditar.
Así, este sistema empezó a ser un “escaparate democrático” tal, que la solidaridad popular que concitó obligó a la policía a retirarse de los centros de estudio y, algo más, que un juez digno prohibiera a la policía evitar pasar provisiones y medicinas a los estudiantes: el éxito de la huelga empezaba a vislumbrarse, no faltando locutores histéricos tipo Televisa que comparaban el desafío estudiantil con ¡la Comuna de París! Imagínense. Pero uno sí puede imaginarse lo que estos eventos provocaban en una población previamente diezmada y exasperada por la crisis económica, el desempleo de dieciséis por ciento (en Estados Unidos es del nueve por ciento) y los recortes a los gastos sociales. Y encima, que sus hijos fueran hostilizados por la policía y los medios.
“Perdone los inconvenientes, estamos construyendo una Universidad pública”, escribieron los descontentos en grandes pancartas frente a la universidad, centrando el fondo del problema ante los intentos de las autoridades para quebrarla y justificar su privatización.
El asunto tomó tal sesgo para el gobierno que su “política económica” quedaba cuestionada al percibir la población que la línea contra la UPR era la que se aplicaba contra el país. Y tratándose de un “protectorado”, se sabe que existía una directiva de la calificadora de universidades de Estados Unidos que urgía a reducirles la contribución. Esto hizo recordar que en 1903 el Comisionado de “Instrucción”, el estadunidenese Samuel Lindsay, dispuso que todas las asignaturas en escuelas públicas debían ser enseñadas en inglés. El español pasaba a la categoría de “idioma extranjero”. Los maestros, sin lideresas “charras”, fueron los primeros en oponerse a esta barbarie.
La revuelta empezó a eslabonarse con la lucha estructural de los puertorriqueños contra la dominación, pues la mayoría de las asociaciones de profesores se sumaron a la huelga, así como setenta y dos sindicatos y asociaciones nacionales e internacionales, incluidas algunas de Estados Unidos. Llegó un momento en que se cumplió un paro nacional, respetado por muchos sectores: ahora el fantasma de Grecia empezaba a rondar en Puerto Rico, más cuando la solidaridad con la UPR empezó a ser conocida en Europa, Latinoamérica y México, donde hubo protestas de apoyo.
Semejante situación no se había vivido desde que la rebeldía popular expulsó de Vieques a la Marina en 2003. Pero Washington ya no podía realizar una matanza similar a la de 1950 en Jayuya, cuando bombardeó y asesinó a decenas de independentistas. Primero porque Puerto Rico ya está ocupado. Segundo porque se supone que la isla es un Estado “Libre Asociado”, ficción jurídica con que los estadunidenses engañaron al mundo el 25 de julio de1952.
Por todas estas razones, el gobernador recibió una orden: dar marcha atrás a sus medidas económicas y administrativas y, ante su falta de capacidad política y negociadora, ceder la razón a quienes, por tenerla, le habían ganado la partida. Actuar en contrario era un camino que Barack Obama no estaba en capacidad de andar. Fue así como en junio de este año cesó la parte huelguística del movimiento pero, tratándose de un proceso, el mismo no ha concluido, pues los estudiantes aún deben consolidar sus victorias y sumar otras, enfrentando la represión que aún ejercen los aparatos gubernamental y administrativo de la UPR contra ellos. Desde luego, el presidente de la universidad debió renunciar, siguiéndolo el jefe de la policía, aunque no los cínicos síndicos ni el “gobernador” Fortuño.
La huelga universitaria que se inició por razones económicas escaló hasta ser una reafirmación de la autonomía, la autogestión y la educación. También contra la privatización, la política neoliberal y, “de paso”, la sujeción del país. Ahora estas victorias se verán reforzadas por la combatividad de sus estudiantes y la sociedad civil, frenando al gobernador y sus burócratas de la UPR. La propia posibilidad de una reelección para el republicano Fortuño está cuestionada, no obstante que, transitoriamente, Obama lo respaldara por razones electorales.
Al sumarse a la huelga quienes luchan por la independencia, Washington deberá meditar que la única solución es devolverles lo que les robó: su independencia. El plebiscito que Obama anunció en su visita –habiendo ya sólo 3.7 millones de boricuas en la isla, y 4. 5 en Estados Unidos–, busca que se pronuncien por la “estadidad”, es decir, la anexión a Estados Unidos, pero mediante un proceso viciado y con todo el peso de los aparatos de dominación ideológica, política y financiera jugando por esta “opción”, sin dejar que los boricuas decidan libremente.
Al conectarse con el movimiento social mundial, los puertorriqueños cuestionan el decrépito colonialismo estadunidense, que receta fórmulas de ajuste presupuestal que no se aplica a sí mismo: ahí está su gigantesca deuda externa generada por los republicanos y que amenaza la estabilidad mundial.
Puerto Rico necesita la solidaridad internacional para acceder a la independencia, porque ha defendido su nacionalidad, su idioma, su literatura y sus valores y, en general su cultura, pretendidamente “borrados” por sus dominadores. La violación de los derechos humanos y el genocidio contra una nación latinoamericana no es un asunto “interno” de Estados Unidos.
Finalmente, puede observarse cómo la lucha de la UPR tiene continuidad con la que libran en estos momentos los estudiantes chilenos contra la privatización de los gerentes de Sebastián Piñera. Es la reversión del proceso neoliberal inaugurado por el corrupto Pinochet que se suma a la lucha de los latinoamericanos.
http://www.jornada.unam.mx/2011/08/14/sem-hector.html
sábado, 6 de agosto de 2011
se trata de la irracionalidad del sistema
Llegar a ser humanos
ninos-pobres-africa1Agosto, verano. Bien temprano. La naturaleza sonríe. Nos invita a un romanticismo goethiano y a la paz eterna de Kant. Recojo el diario. Título: “La miseria de los niños”. “En Somalia mueren trece niños de hambre por día, por cada diez mil habitantes. Doce millones de africanos no tienen qué comer”. Siguen otros títulos: “En Siria otros cien muertos en la represión”. “Japón: Fukushima, cada vez más peligro nuclear.” “Hambre en Estados Unidos.” “Italia y España ante más desocupación”. “Bestial represión contra los estudiantes en Chile.” “En la Argentina continúa la represión contra pueblos originarios, el caso Ledesma.”
Cierro el diario. No me decido si quiero leer una poesía de Goethe o abro un libro de Kant. No. Me meto en el mundo. Leo a Marcia Pally, la docente en ciencias culturales de la Universidad de Nueva York. Describe, en un escrito titulado “Hurto famélico en Manhattan”, cómo la gente sin trabajo, en Estados Unidos, va a los parques estatales a buscar alimentos. Escribe: “No son gente sin techo. No, son de clase media: Y no revuelven la basura, sino que se llevan hojas, plantas y frutas de los árboles de los parques para la cena. Gente vecina al Parque Kissena, de Queens, informó que ha desaparecido un árbol entero de cerezas y se llevaron los peces y las tortugas de las fuentes. La búsqueda de alimentos ha alcanzado mientras tanto niveles increíbles. El gobierno podría acabar con los sueldos extra que se paga a la policía y repartir ese dinero entre la gente. Mejor se los mete presos y por lo menos comen la comida de la prisión”. Ironías plenas de rabia en el país que tiene tropas en todo el mundo y que es el máximo exportador de armas, el 34,6 por ciento de todas esas exportaciones provienen de Estados Unidos, cuyas empresas ganan miles de millones de dólares en un país que ahora se descubre que no puede ni alimentar a todos sus habitantes. No, ni siquiera en una novela podría ser creíble esto. Pero es la realidad. Claro, los economistas del sistema le quitan importancia señalando con voz grave: “No, se trata sólo de una crisis”. Y la pregunta es: ¿Cómo no es posible prevenir las crisis en el país más rico del mundo? No, la verdadera respuesta es: se trata de la irracionalidad del sistema.
Lo vemos en la Italia de Berlusconi. Este político, que ante la oposición dijo: “¿Crisis? No, ¿de qué crisis me hablan?”. La misma derecha italiana, su aliada, acaba de sentenciar a Berlusconi diciendo que “él mismo provocó su suicidio político”. Berlusconi, aquel de que “el capitalismo lo soluciona todo por sí mismo”. Los diarios del sistema lo califican hoy de “desconcertado en la crisis”. Un lunfardiano argentino lo hubiera bautizado tal vez mejor: “Chanta ante la realidad”.
Sí, porque la realidad está dada en el consumo irracional y en la explotación de las fuerzas del trabajo. Harald Welzer, director del Center for Interdisciplinary Memory Research en Essen, ha escrito un texto sabio sobre derechos humanos.
Comienza con una cita. La declaración general sobre Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948. Repetimos, 1948. Recorrámosla una vez más en toda su sabiduría: “Cada uno de los seres humanos tiene derecho a un nivel de vida que le asegure a él y su familia salud y bie-nestar, inclusive alimentos, vestuario, vivienda, atención médica y servicios sociales, así como el derecho a seguridad en el caso de falta de trabajo, enfermedad, invalidez o viudez”. En contraposición a eso, Welzer muestra la realidad: “Una séptima parte de la humanidad está desnutrida, dos mil millones de personas no tienen atención médica alguna, mil millones no tienen acceso a agua limpia, 200 millones de niños son soldados, o están prostituidos, o son trabajadores nómadas o trabajan 18 horas por día tejiendo alfombras. Enfrente, las estadísticas dicen que 1200 personas poseen más del 3 por ciento de la fortuna privada mundial, mientras que la mitad de la humanidad apenas cuenta con el dos por ciento de esos bie-nes”. Todo esto en un mundo sin soluciones: con poblaciones hambrientas, niños que mueren por falta de comida, un planeta infectado por el mal uso de las materias de la naturaleza, con cada vez más autos de lujo y menos trabajo. La cantidad de ropa nueva comprada en el mundo occidental se ha duplicado en la última década, para no hablar de los aparatos técnicos de consumo, y en Europa y en Estados Unidos el 40 por ciento de la comida sobrante es tirada a la basura. Además, el armamentismo crece. Basta un ejemplo: en los Emiratos Arabes Unidos se está formando un ejército mercenario que está costando 500 millones de dólares. Lo organiza una empresa norteamericana. Los soldados contratados provienen en su mayoría de Alemania y Colombia, con muy buenos sueldos. Los oficiales provienen de Estados Unidos, Francia, Sudáfrica y Alemania. Para los Emiratos el principal enemigo es Irán. Todo esto a pocos kilómetros de Somalia, donde mueren niños de hambre.
Planeta Tierra, año 2011. Hay algo muy urgente que solucionar ya mismo. Los niños que mueren de hambre en Africa. Hay que hacer un llamado a la moralidad universal. Los países que explotaron como esclavos durante siglos al pueblo africano deben sentirse hoy con el deber de terminar con el hambre allí. Las iglesias cristianas todas, que callaron cuando se realizó el tráfico de esclavos, deben poner toda su organización en llevar alimentos a esos pueblos. Ni hablar de todos los países que tuvieron a la esclavitud durante siglos como algo normal. No repitamos lo que ahora aparece en televisión cuando llega a Somalia un avión con alimentos para tres mil personas como algo digno de hacer conocer. No, debe ser una cadena aérea que asegure la alimentación básica y con expertos que promuevan proyectos de producción de alimentos para el futuro.
¿Y cómo solucionar la crisis mundial? Seamos un poco utopistas. La crisis es demasiado grande, la injusticia reina desde hace siglos. El sistema vota a Berlusconi y a Macri. Pero ganemos distancia y veamos el futuro con fantasía, esa fantasía que nos muestra a todos los seres humanos que es posible un mundo sin hambre, sin guerras, sin fronteras, un mundo que quiere saber por fin lo fundamental: de dónde venimos, qué somos, qué es todo esto, la vida, la naturaleza, los pensamientos, el nacer y el morir. Para llegar a la utopía de la gran solución llamar a congresos mundiales. Como base, Naciones Unidas. Un congreso de filósofos, sociólogos y politólogos que busquen la forma de unir a todos los pueblos en un mundo sin fronteras, sin ejércitos, donde se respeten todos esos derechos proclamados por Naciones Unidas. Una sociedad mundial. Al mismo tiempo, un congreso de todas las religiones junto a científicos representantes de los adelantos de las ciencias, para que lleguen a un acuerdo a fin de seguir adelante y explicar esa duda universal sin contestación alguna: de dónde venimos, qué somos, qué es el universo, y a responsabilizarse de no llevar adelante ninguna agresión religiosa más y terminar leyendas de culto que han agraviado la paz entre los hombres. Encuentros donde tengan valor las palabras amplitud, generosidad, comprensión, grandeza.
Llegar a ser humanos.
http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/08/06/llegar-a-ser-humanos/
ninos-pobres-africa1Agosto, verano. Bien temprano. La naturaleza sonríe. Nos invita a un romanticismo goethiano y a la paz eterna de Kant. Recojo el diario. Título: “La miseria de los niños”. “En Somalia mueren trece niños de hambre por día, por cada diez mil habitantes. Doce millones de africanos no tienen qué comer”. Siguen otros títulos: “En Siria otros cien muertos en la represión”. “Japón: Fukushima, cada vez más peligro nuclear.” “Hambre en Estados Unidos.” “Italia y España ante más desocupación”. “Bestial represión contra los estudiantes en Chile.” “En la Argentina continúa la represión contra pueblos originarios, el caso Ledesma.”
Cierro el diario. No me decido si quiero leer una poesía de Goethe o abro un libro de Kant. No. Me meto en el mundo. Leo a Marcia Pally, la docente en ciencias culturales de la Universidad de Nueva York. Describe, en un escrito titulado “Hurto famélico en Manhattan”, cómo la gente sin trabajo, en Estados Unidos, va a los parques estatales a buscar alimentos. Escribe: “No son gente sin techo. No, son de clase media: Y no revuelven la basura, sino que se llevan hojas, plantas y frutas de los árboles de los parques para la cena. Gente vecina al Parque Kissena, de Queens, informó que ha desaparecido un árbol entero de cerezas y se llevaron los peces y las tortugas de las fuentes. La búsqueda de alimentos ha alcanzado mientras tanto niveles increíbles. El gobierno podría acabar con los sueldos extra que se paga a la policía y repartir ese dinero entre la gente. Mejor se los mete presos y por lo menos comen la comida de la prisión”. Ironías plenas de rabia en el país que tiene tropas en todo el mundo y que es el máximo exportador de armas, el 34,6 por ciento de todas esas exportaciones provienen de Estados Unidos, cuyas empresas ganan miles de millones de dólares en un país que ahora se descubre que no puede ni alimentar a todos sus habitantes. No, ni siquiera en una novela podría ser creíble esto. Pero es la realidad. Claro, los economistas del sistema le quitan importancia señalando con voz grave: “No, se trata sólo de una crisis”. Y la pregunta es: ¿Cómo no es posible prevenir las crisis en el país más rico del mundo? No, la verdadera respuesta es: se trata de la irracionalidad del sistema.
Lo vemos en la Italia de Berlusconi. Este político, que ante la oposición dijo: “¿Crisis? No, ¿de qué crisis me hablan?”. La misma derecha italiana, su aliada, acaba de sentenciar a Berlusconi diciendo que “él mismo provocó su suicidio político”. Berlusconi, aquel de que “el capitalismo lo soluciona todo por sí mismo”. Los diarios del sistema lo califican hoy de “desconcertado en la crisis”. Un lunfardiano argentino lo hubiera bautizado tal vez mejor: “Chanta ante la realidad”.
Sí, porque la realidad está dada en el consumo irracional y en la explotación de las fuerzas del trabajo. Harald Welzer, director del Center for Interdisciplinary Memory Research en Essen, ha escrito un texto sabio sobre derechos humanos.
Comienza con una cita. La declaración general sobre Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948. Repetimos, 1948. Recorrámosla una vez más en toda su sabiduría: “Cada uno de los seres humanos tiene derecho a un nivel de vida que le asegure a él y su familia salud y bie-nestar, inclusive alimentos, vestuario, vivienda, atención médica y servicios sociales, así como el derecho a seguridad en el caso de falta de trabajo, enfermedad, invalidez o viudez”. En contraposición a eso, Welzer muestra la realidad: “Una séptima parte de la humanidad está desnutrida, dos mil millones de personas no tienen atención médica alguna, mil millones no tienen acceso a agua limpia, 200 millones de niños son soldados, o están prostituidos, o son trabajadores nómadas o trabajan 18 horas por día tejiendo alfombras. Enfrente, las estadísticas dicen que 1200 personas poseen más del 3 por ciento de la fortuna privada mundial, mientras que la mitad de la humanidad apenas cuenta con el dos por ciento de esos bie-nes”. Todo esto en un mundo sin soluciones: con poblaciones hambrientas, niños que mueren por falta de comida, un planeta infectado por el mal uso de las materias de la naturaleza, con cada vez más autos de lujo y menos trabajo. La cantidad de ropa nueva comprada en el mundo occidental se ha duplicado en la última década, para no hablar de los aparatos técnicos de consumo, y en Europa y en Estados Unidos el 40 por ciento de la comida sobrante es tirada a la basura. Además, el armamentismo crece. Basta un ejemplo: en los Emiratos Arabes Unidos se está formando un ejército mercenario que está costando 500 millones de dólares. Lo organiza una empresa norteamericana. Los soldados contratados provienen en su mayoría de Alemania y Colombia, con muy buenos sueldos. Los oficiales provienen de Estados Unidos, Francia, Sudáfrica y Alemania. Para los Emiratos el principal enemigo es Irán. Todo esto a pocos kilómetros de Somalia, donde mueren niños de hambre.
Planeta Tierra, año 2011. Hay algo muy urgente que solucionar ya mismo. Los niños que mueren de hambre en Africa. Hay que hacer un llamado a la moralidad universal. Los países que explotaron como esclavos durante siglos al pueblo africano deben sentirse hoy con el deber de terminar con el hambre allí. Las iglesias cristianas todas, que callaron cuando se realizó el tráfico de esclavos, deben poner toda su organización en llevar alimentos a esos pueblos. Ni hablar de todos los países que tuvieron a la esclavitud durante siglos como algo normal. No repitamos lo que ahora aparece en televisión cuando llega a Somalia un avión con alimentos para tres mil personas como algo digno de hacer conocer. No, debe ser una cadena aérea que asegure la alimentación básica y con expertos que promuevan proyectos de producción de alimentos para el futuro.
¿Y cómo solucionar la crisis mundial? Seamos un poco utopistas. La crisis es demasiado grande, la injusticia reina desde hace siglos. El sistema vota a Berlusconi y a Macri. Pero ganemos distancia y veamos el futuro con fantasía, esa fantasía que nos muestra a todos los seres humanos que es posible un mundo sin hambre, sin guerras, sin fronteras, un mundo que quiere saber por fin lo fundamental: de dónde venimos, qué somos, qué es todo esto, la vida, la naturaleza, los pensamientos, el nacer y el morir. Para llegar a la utopía de la gran solución llamar a congresos mundiales. Como base, Naciones Unidas. Un congreso de filósofos, sociólogos y politólogos que busquen la forma de unir a todos los pueblos en un mundo sin fronteras, sin ejércitos, donde se respeten todos esos derechos proclamados por Naciones Unidas. Una sociedad mundial. Al mismo tiempo, un congreso de todas las religiones junto a científicos representantes de los adelantos de las ciencias, para que lleguen a un acuerdo a fin de seguir adelante y explicar esa duda universal sin contestación alguna: de dónde venimos, qué somos, qué es el universo, y a responsabilizarse de no llevar adelante ninguna agresión religiosa más y terminar leyendas de culto que han agraviado la paz entre los hombres. Encuentros donde tengan valor las palabras amplitud, generosidad, comprensión, grandeza.
Llegar a ser humanos.
http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/08/06/llegar-a-ser-humanos/
“La libertad cuesta muy cara y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio”.
La concentración de los medios y la representación de Cuba
En Francia, la gran prensa, sea de derecha o de izquierda, o incluso comunista como es el caso del periódico L’Humanité, es propiedad de los grandes grupos económicos y financieros. Dos multinacionales -los grupos Dassault y Lagardère -cuya principal actividad es la venta internacional de armas y cuyo comercio es la guerra, controlan el mundo de la prensa y de la edición. El grupo Dassault posee más de 70 periódicos y el grupo Largardère, cerca de 50.
¿Por qué el gran capital económico y financiero invierte en el sector de la prensa escrita que es estructuralmente deficitario? Es económicamente absurdo pero ideológicamente primordial. El objetivo de esos inversionistas ya no es generar ganancias, sino reducir el marco convencional del debate permitido, el cual solo acepta los pensamientos convencionales.
Las elites mundiales, gracias al control que ejercen sobre las transnacionales de la información, imponen a la humanidad una visión de la realidad regida por un marco ideológico. Las barreras doctrinales se destinan a descartar todo pensamiento alternativo que pusiera en tela de juicio el orden global actual. Así, el papel de los medios ya no es brindar una información objetiva a los ciudadanos sino defender el orden establecido, mediante la desinformación y la censura.
Tomemos el ejemplo de las sanciones económicas contra Cuba para ilustrar esta realidad:
Como lo subraya el profesor Paul Estrade, la prensa menciona, a veces, la existencia de un “embargo” en sus comentarios sobre las dificultades que sufre el pueblo cubano. Siempre del mismo modo: lo más brevemente posible. No puede negar su existencia, pero, en sus análisis, actúa como si no existiese. Así, no es necesario para ella recordar los orígenes, sus motivaciones cambiantes, su carácter ilegal, sus modalidades perversas, su duración insoportable, sus efectos deplorables.
Desde 1960, EE.UU. impone sanciones económicas unilaterales a Cuba, las cuales afectan todos los sectores de la sociedad así como a todas las categorías de la población. Son totales desde el 3 de febrero de 1962 tras la decisión del presidente John F. Kennedy de aislar completamente la Isla. Esta red de sanciones no tiene equivalente por su duración, su densidad y sofisticación. Es a la vez retroactivo -se aplica para hechos que ocurrieron antes de la aprobación de la legislación- y extraterritorial -se extiende a otras naciones y entra entonces en conflicto con las normas del derecho internacional. Fueron establecidas en plena Guerra Fría con el objetivo de derrocar al gobierno revolucionario liderado por Fidel Castro, las sanciones siguen vigentes más de medio siglo después.
El triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y la llegada al poder de Fidel Castro suscitaron la inmediata hostilidad por parte de EE.UU., cuyo fiel aliado, el dictador Fulgencio Batista, acababa de ser derrocado. La administración Eisenhower había hecho todo lo posible para mantener al autor del golpe de Estado del 10 de marzo a la cabeza de la nación e impedir la toma del poder revolucionaria. El 23 de diciembre de 1958, a pocos días de la huida del general Batista, el Consejo de Seguridad Nacional, que constató el ineludible progreso de la ofensiva de los insurrectos de la Sierra Maestra sobre La Habana, había proyectado, mediante la voz del presidente Dwight D. Eisenhower, “una acción militar que pudiera ser necesaria en Cuba”. Allen Dulles, director de la CIA, precisó el objetivo: “Tenemos que impedir la victoria de Castro”. Pero era demasiado tarde.
Las primeras medidas económicas y sociales del gobierno revolucionario no fueron del agrado de Washington. En efecto, el dominio de las multinacionales estadounidenses sobre todos los sectores de la economía cubana era tal que resultaba imposible emprender toda política de reforma sin afectar sus intereses. No obstante, como lo recordaría Ernesto Che Guevara, salvo la reforma agraria, todas las medidas económicas y sociales de envergadura que tomó el gobierno revolucionario sólo constituían respuestas a la agresión estadounidense.
La reforma agraria del 17 de mayo de 1959 se basaba en los fundamentos jurídicos de la Constitución de 1940. En efecto, el Artículo 24 autorizaba la expropiación por razones de utilidad pública, con una indemnización, y el Artículo 90 prohibía los latifundios y limitaba sustancialmente la concentración de tierras.
EE.UU. no era el único país afectado por las nacionalizaciones. La mayor parte de las naciones europeas también tenían intereses en Cuba. Esas se realizaron en conformidad con el derecho internacional que estipula que todo estado soberano dispone del derecho de nacionalizar las empresas presentes en su territorio nacional a cambio de una indemnización. Los importes de las compensaciones se fijaron a partir de las últimas declaraciones fiscales de las empresas, las cuales, eran por razones obvias, a menudo inferiores al valor real de los bienes.
Todas las naciones afectadas por el proceso de expropiación negociaron con el gobierno cubano y aceptaron los acuerdos globales de compensación, con la excepción de EE.UU.
El 17 de marzo de 1960, un mes antes de la reanudación de las relaciones entre La Habana y Moscú, la administración Eisenhower tomó la decisión formal de derrocar al gobierno cubano. La nueva política exterior estadounidense se basaría en varios pilares: la cancelación de la cuota azucarera cubana, la ruptura de los suministros de combustibles tales como el petróleo, el mantenimiento del embargo sobre las armas impuesto en marzo de 1958, y la elaboración de una campaña de terrorismo y sabotaje así como la organización de una fuerza paramilitar destinada a invadir la Isla y derrocar a Fidel Castro.
El 5 de julio de 1960, Washington impuso las primeras medidas coercitivas, y Eisenhower canceló la cuota de exportaciones de azúcar cubano.
En 1961, Washington rompió sus relaciones con La Habana. En 1962 el presidente Kennedy decretó un embargo total sobre Cuba, incluyendo las medicinas y los productos alimenticios, en violación con el derecho internacional.
Durante 30 años, la retórica diplomática estadounidense estigmatizó la alianza entre La Habana y Moscú para justificar el estado de sitio económico contra la Isla del Caribe. En 1992, tras la desintegración de la Unión Soviética, en vez de normalizar las relaciones con el gobierno de Fidel Castro, la administración de George H. W. Bush ratificó la Ley Torricelli que agrava las sanciones contra Cuba, y demostró así que era imposible explicar el conflicto entre ambas naciones mediante el marco de la Guerra Fría.
Así, por ejemplo, a todo barco que entra en un puerto cubano se le prohíbe entrar a estados durante los 180 días que siguen la fecha del desembarco, otorgando así, otra vez, un carácter extraterritorial y, por consiguiente, contrario al derecho internacional, a las sanciones contra Cuba.
La Ley Torricelli prevé también sanciones para los países que aportan una asistencia a Cuba. Así, España concede una ayuda de cien millones de dólares a Cuba, EE.UU. disminuye su propia ayuda a la altura de la misma suma.
En 1996, se aprobó la Ley Helms-Burton, una aberración jurídica por su carácter extraterritorial y retroactivo. Así, el Título III, y más precisamente el artículo 302, permite que los tribunales estadounidenses persigan las empresas extranjeras que se instalarían en las propiedades nacionalizadas que pertenecían a personas que, en el momento de la estatización, disponían de la nacionalidad cubana. En efecto, solo adquirieron la ciudadanía estadounidense después del proceso de expropiación y su exilio a EE.UU. No obstante, el derecho estadounidense está claro al respecto: las demandas judiciales solo son posibles si la persona afectada por un proceso de nacionalizaciones es ciudadano estadounidense durante la expropiación y que esta se haya desarrollado en violación del derecho internacional. Ahora bien, ninguna de estas dos condiciones se cumplió.
En 2004, la administración Bush aprobó el primer informe de la Comisión de Asistencia para una Cuba Libre. Así, entre 2004 y 2009, los cubanos que vivían en EE.UU. no tenían derecho a visitar a sus familiares más de 14 días cada tres años. Cuestionado sobre el carácter cruel de estas medidas que dividen a las familias, Daniel W. Fisk, subsecretario de estado para los Asuntos Interamericanos, dijo a guisa de respuesta: “Cada individuo puede decidir del momento en que quiere viajar una vez cada tres años y le toca a él tomar la decisión. Entonces, si tiene un miembro de su familia que se está muriendo, le toca a él elegir el buen momento para viajar”.
En 2006, la Comisión de Asistencia para una Cuba Libre publicó un segundo plan, complementario del de 2004. El nuevo plan prevé aplicar los títulos III y IV de la ley Helms-Burton a algunos países. Washington incluso ha designado su blanco prioritario: Venezuela y su presidente Hugo Chávez, primer socio comercial de Cuba, mencionado 15 veces en el informe
Una cifra para ilustrar la obsesión de EE.UU. contra Cuba: Tras las solicitudes de Max Baucus, senador del Montana, el Departamento del Tesoro admitió haber realizado, desde 1990, solo 93 investigaciones relacionadas con el terrorismo internacional. En el mismo tiempo, efectuó otras diez mil 683 “para impedir que los norteamericanos ejerzan su derecho de viajar a Cuba”. Luego de las 93 investigaciones sobre el terrorismo, el Departamento del Tesoro infligió un total de nueve mil 425 dólares de multa a los inculpados. En cambio, demandó un total de ocho millones de dólares a los turistas estadounidenses que habían visitado la Isla.
Desde el 30 de septiembre de 2004 y la aplicación estricta de las Reglas de Control de los Bienes Cubanos de la OFAC, un fabricante de automóviles japonés que quisiera comercializar sus productos en el mercado estadounidense debe demostrar al Departamento del Tesoro que sus carros no contienen un gramo de níquel cubano. Del mismo modo, un chef francés que deseara investir el primer mercado económico mundial debe demostrar a esa misma entidad que su producción no contiene un gramo de azúcar cubano.1
A veces, la aplicación de esas sanciones toma un giro menos racional. Así, todo turista estadounidense que consumiera un tabaco cubano o un vaso de ron Havana Club, durante un viaje al extranjero arriesga también una multa de un millón de dólares y diez años de prisión. Otro ejemplo: un cubano que reside en Francia no puede en teoría comerse una hamburguesa en Mc Donald’s.
La retórica diplomática para justificar la hostilidad de EE.UU. hacia Cuba cambió según las épocas. En un primer tiempo, las nacionalizaciones y sus indemnizaciones constituyeron la manzana de la discordia. Luego, fue la alianza con la Unión Soviética la que se volvió en el principal obstáculo para la normalización de las relaciones entre ambos países. Después, en los años 1970 y 1980, fue la intervención cubana en África, en Angola y en Namibia más precisamente, para ayudar a los movimientos de liberación nacional a conseguir su independencia y para luchar contra el apartheid en África del Sur, la que suscitó la ira de Washington. Finalmente, desde el desmoronamiento de la Unión Soviética, Washington esgrime el argumento de los derechos humanos y de la democracia para mantener el estrangulamiento económico en la nación cubana.
En realidad, para entender el verdadero objetivo de Washington en sus relaciones con Cuba, resulta necesario remontarse al siglo XIX y prestar atención a las advertencias de José Martí, quien había denunciado “el Norte revuelto y brutal que nos desprecia” que anhelaba anexar la Isla del Caribe.
El estado de sitio económico del cual es víctima el pueblo cubano recuerda que EE.UU. -que aplica así medidas de guerra en tiempos de paz contra una nación que jamás ha representado una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU.- no ha renunciado a su vieja aspiración neocolonial de integrar a Cuba en el seno de su Unión. Washington se niega a admitir la realidad de una nación latinoamericana definitivamente emancipada de su tutela y no acepta el hecho de que la soberanía nacional en Cuba constituye el patrimonio único y exclusivo del pueblo cubano. Las sanciones económicas demuestran también que la lucha por la autodeterminación, iniciada en 1868 por Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, es una batalla cotidiana no acabada. Martí, a la vez visionario y hombre de su tiempo, lo había dicho: “La libertad cuesta muy cara y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio”.
En Francia, la gran prensa, sea de derecha o de izquierda, o incluso comunista como es el caso del periódico L’Humanité, es propiedad de los grandes grupos económicos y financieros. Dos multinacionales -los grupos Dassault y Lagardère -cuya principal actividad es la venta internacional de armas y cuyo comercio es la guerra, controlan el mundo de la prensa y de la edición. El grupo Dassault posee más de 70 periódicos y el grupo Largardère, cerca de 50.
¿Por qué el gran capital económico y financiero invierte en el sector de la prensa escrita que es estructuralmente deficitario? Es económicamente absurdo pero ideológicamente primordial. El objetivo de esos inversionistas ya no es generar ganancias, sino reducir el marco convencional del debate permitido, el cual solo acepta los pensamientos convencionales.
Las elites mundiales, gracias al control que ejercen sobre las transnacionales de la información, imponen a la humanidad una visión de la realidad regida por un marco ideológico. Las barreras doctrinales se destinan a descartar todo pensamiento alternativo que pusiera en tela de juicio el orden global actual. Así, el papel de los medios ya no es brindar una información objetiva a los ciudadanos sino defender el orden establecido, mediante la desinformación y la censura.
Tomemos el ejemplo de las sanciones económicas contra Cuba para ilustrar esta realidad:
Como lo subraya el profesor Paul Estrade, la prensa menciona, a veces, la existencia de un “embargo” en sus comentarios sobre las dificultades que sufre el pueblo cubano. Siempre del mismo modo: lo más brevemente posible. No puede negar su existencia, pero, en sus análisis, actúa como si no existiese. Así, no es necesario para ella recordar los orígenes, sus motivaciones cambiantes, su carácter ilegal, sus modalidades perversas, su duración insoportable, sus efectos deplorables.
Desde 1960, EE.UU. impone sanciones económicas unilaterales a Cuba, las cuales afectan todos los sectores de la sociedad así como a todas las categorías de la población. Son totales desde el 3 de febrero de 1962 tras la decisión del presidente John F. Kennedy de aislar completamente la Isla. Esta red de sanciones no tiene equivalente por su duración, su densidad y sofisticación. Es a la vez retroactivo -se aplica para hechos que ocurrieron antes de la aprobación de la legislación- y extraterritorial -se extiende a otras naciones y entra entonces en conflicto con las normas del derecho internacional. Fueron establecidas en plena Guerra Fría con el objetivo de derrocar al gobierno revolucionario liderado por Fidel Castro, las sanciones siguen vigentes más de medio siglo después.
El triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y la llegada al poder de Fidel Castro suscitaron la inmediata hostilidad por parte de EE.UU., cuyo fiel aliado, el dictador Fulgencio Batista, acababa de ser derrocado. La administración Eisenhower había hecho todo lo posible para mantener al autor del golpe de Estado del 10 de marzo a la cabeza de la nación e impedir la toma del poder revolucionaria. El 23 de diciembre de 1958, a pocos días de la huida del general Batista, el Consejo de Seguridad Nacional, que constató el ineludible progreso de la ofensiva de los insurrectos de la Sierra Maestra sobre La Habana, había proyectado, mediante la voz del presidente Dwight D. Eisenhower, “una acción militar que pudiera ser necesaria en Cuba”. Allen Dulles, director de la CIA, precisó el objetivo: “Tenemos que impedir la victoria de Castro”. Pero era demasiado tarde.
Las primeras medidas económicas y sociales del gobierno revolucionario no fueron del agrado de Washington. En efecto, el dominio de las multinacionales estadounidenses sobre todos los sectores de la economía cubana era tal que resultaba imposible emprender toda política de reforma sin afectar sus intereses. No obstante, como lo recordaría Ernesto Che Guevara, salvo la reforma agraria, todas las medidas económicas y sociales de envergadura que tomó el gobierno revolucionario sólo constituían respuestas a la agresión estadounidense.
La reforma agraria del 17 de mayo de 1959 se basaba en los fundamentos jurídicos de la Constitución de 1940. En efecto, el Artículo 24 autorizaba la expropiación por razones de utilidad pública, con una indemnización, y el Artículo 90 prohibía los latifundios y limitaba sustancialmente la concentración de tierras.
EE.UU. no era el único país afectado por las nacionalizaciones. La mayor parte de las naciones europeas también tenían intereses en Cuba. Esas se realizaron en conformidad con el derecho internacional que estipula que todo estado soberano dispone del derecho de nacionalizar las empresas presentes en su territorio nacional a cambio de una indemnización. Los importes de las compensaciones se fijaron a partir de las últimas declaraciones fiscales de las empresas, las cuales, eran por razones obvias, a menudo inferiores al valor real de los bienes.
Todas las naciones afectadas por el proceso de expropiación negociaron con el gobierno cubano y aceptaron los acuerdos globales de compensación, con la excepción de EE.UU.
El 17 de marzo de 1960, un mes antes de la reanudación de las relaciones entre La Habana y Moscú, la administración Eisenhower tomó la decisión formal de derrocar al gobierno cubano. La nueva política exterior estadounidense se basaría en varios pilares: la cancelación de la cuota azucarera cubana, la ruptura de los suministros de combustibles tales como el petróleo, el mantenimiento del embargo sobre las armas impuesto en marzo de 1958, y la elaboración de una campaña de terrorismo y sabotaje así como la organización de una fuerza paramilitar destinada a invadir la Isla y derrocar a Fidel Castro.
El 5 de julio de 1960, Washington impuso las primeras medidas coercitivas, y Eisenhower canceló la cuota de exportaciones de azúcar cubano.
En 1961, Washington rompió sus relaciones con La Habana. En 1962 el presidente Kennedy decretó un embargo total sobre Cuba, incluyendo las medicinas y los productos alimenticios, en violación con el derecho internacional.
Durante 30 años, la retórica diplomática estadounidense estigmatizó la alianza entre La Habana y Moscú para justificar el estado de sitio económico contra la Isla del Caribe. En 1992, tras la desintegración de la Unión Soviética, en vez de normalizar las relaciones con el gobierno de Fidel Castro, la administración de George H. W. Bush ratificó la Ley Torricelli que agrava las sanciones contra Cuba, y demostró así que era imposible explicar el conflicto entre ambas naciones mediante el marco de la Guerra Fría.
Así, por ejemplo, a todo barco que entra en un puerto cubano se le prohíbe entrar a estados durante los 180 días que siguen la fecha del desembarco, otorgando así, otra vez, un carácter extraterritorial y, por consiguiente, contrario al derecho internacional, a las sanciones contra Cuba.
La Ley Torricelli prevé también sanciones para los países que aportan una asistencia a Cuba. Así, España concede una ayuda de cien millones de dólares a Cuba, EE.UU. disminuye su propia ayuda a la altura de la misma suma.
En 1996, se aprobó la Ley Helms-Burton, una aberración jurídica por su carácter extraterritorial y retroactivo. Así, el Título III, y más precisamente el artículo 302, permite que los tribunales estadounidenses persigan las empresas extranjeras que se instalarían en las propiedades nacionalizadas que pertenecían a personas que, en el momento de la estatización, disponían de la nacionalidad cubana. En efecto, solo adquirieron la ciudadanía estadounidense después del proceso de expropiación y su exilio a EE.UU. No obstante, el derecho estadounidense está claro al respecto: las demandas judiciales solo son posibles si la persona afectada por un proceso de nacionalizaciones es ciudadano estadounidense durante la expropiación y que esta se haya desarrollado en violación del derecho internacional. Ahora bien, ninguna de estas dos condiciones se cumplió.
En 2004, la administración Bush aprobó el primer informe de la Comisión de Asistencia para una Cuba Libre. Así, entre 2004 y 2009, los cubanos que vivían en EE.UU. no tenían derecho a visitar a sus familiares más de 14 días cada tres años. Cuestionado sobre el carácter cruel de estas medidas que dividen a las familias, Daniel W. Fisk, subsecretario de estado para los Asuntos Interamericanos, dijo a guisa de respuesta: “Cada individuo puede decidir del momento en que quiere viajar una vez cada tres años y le toca a él tomar la decisión. Entonces, si tiene un miembro de su familia que se está muriendo, le toca a él elegir el buen momento para viajar”.
En 2006, la Comisión de Asistencia para una Cuba Libre publicó un segundo plan, complementario del de 2004. El nuevo plan prevé aplicar los títulos III y IV de la ley Helms-Burton a algunos países. Washington incluso ha designado su blanco prioritario: Venezuela y su presidente Hugo Chávez, primer socio comercial de Cuba, mencionado 15 veces en el informe
Una cifra para ilustrar la obsesión de EE.UU. contra Cuba: Tras las solicitudes de Max Baucus, senador del Montana, el Departamento del Tesoro admitió haber realizado, desde 1990, solo 93 investigaciones relacionadas con el terrorismo internacional. En el mismo tiempo, efectuó otras diez mil 683 “para impedir que los norteamericanos ejerzan su derecho de viajar a Cuba”. Luego de las 93 investigaciones sobre el terrorismo, el Departamento del Tesoro infligió un total de nueve mil 425 dólares de multa a los inculpados. En cambio, demandó un total de ocho millones de dólares a los turistas estadounidenses que habían visitado la Isla.
Desde el 30 de septiembre de 2004 y la aplicación estricta de las Reglas de Control de los Bienes Cubanos de la OFAC, un fabricante de automóviles japonés que quisiera comercializar sus productos en el mercado estadounidense debe demostrar al Departamento del Tesoro que sus carros no contienen un gramo de níquel cubano. Del mismo modo, un chef francés que deseara investir el primer mercado económico mundial debe demostrar a esa misma entidad que su producción no contiene un gramo de azúcar cubano.1
A veces, la aplicación de esas sanciones toma un giro menos racional. Así, todo turista estadounidense que consumiera un tabaco cubano o un vaso de ron Havana Club, durante un viaje al extranjero arriesga también una multa de un millón de dólares y diez años de prisión. Otro ejemplo: un cubano que reside en Francia no puede en teoría comerse una hamburguesa en Mc Donald’s.
La retórica diplomática para justificar la hostilidad de EE.UU. hacia Cuba cambió según las épocas. En un primer tiempo, las nacionalizaciones y sus indemnizaciones constituyeron la manzana de la discordia. Luego, fue la alianza con la Unión Soviética la que se volvió en el principal obstáculo para la normalización de las relaciones entre ambos países. Después, en los años 1970 y 1980, fue la intervención cubana en África, en Angola y en Namibia más precisamente, para ayudar a los movimientos de liberación nacional a conseguir su independencia y para luchar contra el apartheid en África del Sur, la que suscitó la ira de Washington. Finalmente, desde el desmoronamiento de la Unión Soviética, Washington esgrime el argumento de los derechos humanos y de la democracia para mantener el estrangulamiento económico en la nación cubana.
En realidad, para entender el verdadero objetivo de Washington en sus relaciones con Cuba, resulta necesario remontarse al siglo XIX y prestar atención a las advertencias de José Martí, quien había denunciado “el Norte revuelto y brutal que nos desprecia” que anhelaba anexar la Isla del Caribe.
El estado de sitio económico del cual es víctima el pueblo cubano recuerda que EE.UU. -que aplica así medidas de guerra en tiempos de paz contra una nación que jamás ha representado una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU.- no ha renunciado a su vieja aspiración neocolonial de integrar a Cuba en el seno de su Unión. Washington se niega a admitir la realidad de una nación latinoamericana definitivamente emancipada de su tutela y no acepta el hecho de que la soberanía nacional en Cuba constituye el patrimonio único y exclusivo del pueblo cubano. Las sanciones económicas demuestran también que la lucha por la autodeterminación, iniciada en 1868 por Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, es una batalla cotidiana no acabada. Martí, a la vez visionario y hombre de su tiempo, lo había dicho: “La libertad cuesta muy cara y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio”.
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